Tal día como hoy, 28 de abril, pero de 1858, moría en Berlín Johannes Peter Müller. Nació en Coblenza el 14 de julio de 1801. En 1819 comenzó los estudios de medicina en la Universidad de Bonn bajo el influjo de la Naturphilosophie. Estuvo dos años becado en Berlín con el fisiólogo Rudolphi quien, con su influencia, hizo que Müller abandonara la Naturphilosophie por la investigación experimental. Según Müller, Rudolphi enseñaba fisiología al modo contemplativo, anatómico, sin realizar una sola vivisección. Desde 1824 a 1833 fue Privatdozent en la Universidad donde estudió. Después fue profesor extraordinario y finalmente profesor ordinario. Impartió enseñanza de anatomía, fisiología, patología general y, en ocasiones, oftalmología. En 1833 sucedió a Rudolphi en la Humboldt Universität de Berlín hasta su fallecimiento.
Por Virchow sabemos que Müller se comportó como un verdadero maestro: la severidad, la forma de hablar y de vestir, su porte y su veneración por la naturaleza. Laín divide su extensa obra en tres etapas. La primera correspondería a su inicial adhesión a la Naturphilosophie. En la segunda, desde 1826 a 1840, desarrolló los principales estudios fisiológicos: fisiología comparada de los sentidos y estudio de los fenómenos fantásticos de la visión (Ueber die phantastischen Gesichts-Erscheinungen: eine physiologische Untersuchung mit einer physiologischen Urkunde des Aristoteles über den Traum, den Philosophen und Aerzten gewidmet, 1826), una monografía sobre las glándulas (De glandularum secernentium structura penitiori earumque prima formatione in homine atque animalibus, 1830); confirmación de la ley de Bell y Magendie en los animales de sangre fría (1831); análisis de la sangre y de la linfa, así como del quilo (1831); mecanismo de la voz (1839), etc. Entre 1833 y 1834 apareció su Physiologie des Menschen, que se considera como la más importante exposición del saber fisiológico desde la obra de Haller. Tuvo mucha influencia a través de numerosas ediciones en varios idiomas. Durante este periodo también publicó sobre la formación de los genitales (Bildungsgeschichte der Genitalien,1830), textura del los tumores (1838), morfología y fisiología de los peces mixinoides (Vergleichende Anatomie der Myxinoiden, 1834-1845).
La tercera etapa de la vida científica de Müller se situaría entre 1840 y 1858 y estuvo dedicada a la anatomía comparada (peces, gusanos, equinodermos y moluscos). Como Rudolphi, criticó el método de Magendie y sus vivisecciones no rebasaron el nivel de los batracios. Para él el método era la observación serena y objetiva. Sin embargo, al final pudo saber que ésta no era la manera de llegar más lejos en la investigación de las funciones y se dedicó por entero al estudio anatómico comparado de los invertebrados y de los vertebrados inferiores.
Entre las principales aportaciones de Müller podemos mencionar las que hizo sobre la fisiología de los órganos de los sentidos. Una de sus inspiraciones fue la teoría de los colores de Goethe. Consideró sólo los aspectos subjetivos de la sensación, dejando de lado el mecanismo físico de la excitación sensible. Fue el que formuló la ley de las energías sensoriales específicas: la cualidad de la sensación no depende del tipo de estímulo que afecta a nuestros sentidos sino del tipo de fibra nerviosa que interviene en la percepción. Así, estímulos eléctricos, mecánicos o térmicos, aplicados al nervio óptico, ocasionan exclusivamente sensaciones luminosas. Por el contrario, cualquier forma particular de estimulación, eléctrica por ejemplo, produce sensaciones luminosas, olfativas, gustativas o auditivas según el nerviso en que se aplique.
Müller también destacó en el estudio de las glándulas como se ha dicho. Precisó que la función secretoria es sólo una modalidad de la transformación que todo órgano imprime a la sangre que por él circula. Los caracteres diferenciales de las diversas secreciones no dependen sólo de las causas mecánicas y tampoco son consecuencia de la forma de la glándula, sino del carácter específico de la sustancia orgánica viva que reviste la superficie secretora (Años después se descubrió que esta sustancia era el tejido epitelial). Por otra parte también señaló que la actividad química de los órganos secretorios es doble: nutritiva y secretiva. En virtud de esta última se forma el producto específico de la glándula, que es heterólogo respecto de la sustancia glandular.
A la tarea de convertir la “fisiología filosófico-natural” en “fisiología científico-natural” se sumaron Theodor Fechner, Justus Liebig o J.R. Mayer, entre otros. Müller tuvo muchos discípulos, entre los que destacaron Schwann, Henle, Remak, Du Bois-Reymond, Virchow, Pflüger, Helmholtz, Kölliker y Brücke. Algunos de estos fueron los que edificaron la teoría celular.
José L. Fresquet, Universitat de València, España
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