Parece que se ha aclarado bastante la causa de la muerte de Tutankamon. La tumba de este faraón de la decimoctava dinastía (ca 1550-1295 aC), que parece que no fue ni notable ni muy conocido, era pequeña. Howard Carter la descubrió en el año 1922 en el Valle de los Reyes; su nombre es KV62. Se tardó ocho años en vaciarla y trasladar todo su contenido (unos 5.000 objetos) al Museo de El Cairo. Quizás el más conocido sea la máscara funeraria de oro macizo. Su descubrimiento estuvo rodeado de mucha publicidad y desde entonces ha fascinado tanto a especialistas como a aficionados.
Tutankamon murió hacia el 1327 a.C., a los diecinueve años de edad, tras nueve de reinado. Recientes estudios que han saltado a los medios de comunicación, señalan que la causa de la muerte de Tutankamon fue un traumatismo óseo y la malaria. Se había hablado anteriormente del síndrome de Marfan, Wilson-Turner ligada al cromosoma X, etc. En 1968 se hicieron radiografías y se detectaron signos traumáticos en la parte posterior de la cabeza así como una fractura en la pierna sin cicatrizar. Se habló entonces de un accidente, de que fue atacado por un animal o de que fue asesinado.
Las técnicas de la paleopatología han ido incorporando los avances en investigación genética, patológica y antropológica. En 2007 comenzaron los estudios de varias momias reales que se cree pertenecían al linaje inmediato al de Tutankamon, así como de otras de un periodo anterior, por parte de científicos de Egipto, Alemania e Italia. Han encontrado relación en cinco de ellas. En cuatro, incluida la de Tutankamon, hallaron ADN de Plasmodium falciparum, responsable de malaria. No se han encontrado pruebas de la existencia de otras enfermedades infecciosas como peste, lepra, tuberculosis, leishmaniasis, etc. Se han realizado estudios antropológicos, radiológicos, patológicos y genéticos. Así se ha identificado a la momia KV35YL como posible madre de Tutankamon, la KV35EL, Tiye, como la madre de Akenaton y abuela de Tutankamon, y la KV55 como la de su padre, Akenaton. Se han descrito transtornos hereditarios en varios miembros de la familia.
La explicación que se da en la actualidad es la existencia en Tutankamon de varios transtornos hereditarios (síndrome de Köhler, oligodactilia en el pie derecho, pie deforme en el izquierdo, etc.) que condujeron a la inflamación, inmunosupresión y debilitamiento. Al existir un mal suministro sanguíneo a los huesos, éstos se debilitan. Una caída debió conducir a la fractura no curada. A esto habría que unir la malaria. Esta teoría se vería apoyada por objetos hallados en la tumba: ciento treinta bastones para apoyarse y una serie de remedios curativos.

El artículo fundamental de estos hallazgos se ha publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA). Su lectura es muy interesante. La referencia es:
Zahi Hawass, Yehia Z. Gad, Somaia Ismail, Rabab Khairat, Dina Fathalla, Naglaa Hasan, Amal Ahmed, Hisham Elleithy, Markus Ball, Fawzi Gaballah, Sally Wasef, Mohamed Fateen, Hany Amer, Paul Gostner, Ashraf Selim, Albert Zink, and Carsten M. Pusch. Ancestry and Pathology in King Tutankhamun’s Family. JAMA. 2010;303(7):638-647.
También se puede visitar la página de Zahi Hawass, el primer firmante del artículo.
Otros artículos sobre el tema han sido publicados igualmente en JAMA:
—Howard Markel, King Tutankhamun, Modern Medical Science, and Expanding Boundaries of Historical Inquiry, JAMA. 2010;303(7):667-668.
—Hawass Z, Gad YZ, Ismail S; et al. Ancestry and pathology in King Tutankhamun’s family. JAMA. 2010;303(7):638-647.
—Paulshock BZ. Tutankhamun and his brothers: familial gynecomastia in the Eighteenth Dynasty. JAMA. 1980;244(2):160-164.
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