Nació en 1924 en Uddingston, Escocia. Murió en Londres en 2010. Obtuvo la licenciatura en la Universidad de St. Andrews en 1946. Permaneció unos años como profesor ayudante.
Después marchó a Singapur como profesor de la Universidad King Edward VII. A su vuelta decidió no practicar la medicina y dedicarse a la investigación básica en el Departamento de Fisiología de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Glasgow. En 1958 se unió a ICI Pharmaceuticals donde estuvo hasta 1964. Durante este periodo creó el conocido fármaco betabloqueante propranolol.
Black pasó luego a Smith, Kline y French donde permaneció hasta 1973. Aquí creó con su equipo la cimetidina o tagamet como fármaco para la úlcera de estómago. En 1973 fue nombredo jefe del Departamento de Farmacología en el University College de Londres. También estuvo un tiempo –hasta 1984– en los Wellcome Research Laboratories.
Después se convirtió en profesor de farmacología analítica en el Instituto Rayne del King’s College de Londres hasta 1992. Estableció la Fundación James Black en 1988 con fondos de Johnson & Johnson. Allí dirigió un equipo de 25 científicos dedicados a la búsqueda de nuevos medicamentos. Ese año recibió el Premio Nobel de Medicina.
Black no sólo creó estos dos medicamentos que han rendido sus grandes servicios a la humanidad sino que introdujo nuevos métodos de investigación en fisiología y farmacología.
En otro vídeo hablamos del paso de la antisepsia a la asepsia, procedimientos que sirvieron para derribar una de las tres barreras con las que se enfrentaba la cirugía en el siglo XIX: la infección.
En esta ocasión nos ocuparemos de la que quizás fue la primera barrera, el dolor. Lo vamos a hacer utilizando como excusa el inhalador de Ombrédanne, que gozó de gran popularidad en Europa y Latinoamérica. En otro vídeo abordaremos el estudio de otros instrumentos y de otras técnicas.
[Intro]
Desde finales del siglo XVIII la química experimentó un extraordinario desarrollo que permitió crear y probar numerosas sustancias entre las que se encontraban diferentes gases, que pronto llamaron la atención de los médicos. En la Pneumatic Institution de Clifton (Inglaterra), se buscaron aplicaciones para el oxígeno, el éter y el óxido nitroso. A este último, descubierto por Joseph Priestley (1733-36 – 1804), otro químico, Humphry Davy (1778-1829), lo bautizó con el nombre de gas hilarante o gas de la risa que llegó a utilizarse en espectáculos. Su uso médico como anestésico, sin embargo, igual que pasó con el éter, no recibió la atención necesaria.
En Francia H. Hill Hickmann (1799-1829) propuso a la Academia el empleo del éter como anestésico, pero entonces, el poderoso Velpeau, redactó un informe negativo sobre su uso.
En los Estados Unidos Wiliamson Long (1815-1878) intervino en 1842 a varios enfermos con el empleo de la narcosis etérea. Dos años más tarde Horace Wells (1815-1848) usó el gas de la risa en su práctica odontológica tras probarlo en un espectáculo. No intentó patentarlo para este fin porque pensaba que algo que libraba del dolor debía ser “tan gratuito como el aire”. Solicitó hacer una demostración en el Hospital General de Massachussetts que no funcionó y el público lo abucheó. A partir de aquí su vida fue una sucesión de fracasos que le llevaron al suicidio.
El estadounidense Charles Thomas Jackson (1805-1880) experimentó varios gases, incluso en sí mismo, como el éter. Lo recomendó al dentista William Thomas Morton (1819-1868) quien lo introdujo en su práctica. También hizo una demostración pública en el Hospital general de Massachusetts. El hecho convenció al cirujano John Collins Warren (1778-1856), profesor en Boston, para que interviniera a uno de sus pacientes con el procedimiento. Tuvo lugar el 16 de octubre de 1846 y el éxito logrado fue la mejor publicidad para la divulgación del método. Se patentó la sustancia como Letheon, aunque se supo que era éter.
El nombre de “anestesia” procede de Oliver Wendell Holmes. Varios cirujanos norteamericanos siguieron el camino y en Europa a finales del año sucedía lo mismo: Robert Liston (1794-1847) y Jobert Lamballe (1799-1867). Alfred Armand Velpeau (1795-1867) reconoció su error. La técnica se propagó por el resto de países. En España fue Diego de Argumosa (1792-1865) quien en febrero de 1847 lo utilizó.
Otro hallazgo importante fue el descubrimiento del cloroformo por parte de Eugène Soubeiran (1793-1858), redescubierto en Estados Unidos por Samuel Guthrie (1782-1848) y en Alemania por Justus von Liebig. Fue el médico M.J.P. Flourens quien comunicó a la Academia de París sus propiedades anestésicas en 1847. Ese mismo año el obstetra James Young Simpson (1811-1870) lo utilizó en su práctica obstétrica (todo un logro). Él ya había introducido el éter en Edimburgo.
Comenzó la lucha entre los partidarios del éter y del cloroformo y también aparecieron los que probaron multitud de mezclas. El primero irritaba las vías respiratorias, resultaba desagradable y tardaba mucho en metabolizarse y eliminarse. El segundo tenía más ventajas hasta que empezaron a producirse fallecimientos por su administración. Finalmente la Segunda Comisión Inglesa del Cloroformo, vistas las estadísticas proporcionadas por Ernst Julius Gurlt (1825-1899) en 1897, arrinconaron su uso.
Los sencillos aparatos o instrumentos utilizados al principio (abiertos) para administrar la anestesia, pronto se tornaron más complejos. Con algunos surgían complicaciones como la asfixia, y al final solamente permanecieron los que utilizaban procedimientos llamados abiertos o semiabiertos. Fue muy popular el “gota a gota” y, sobre todo, el de Ombrédanne (parecido al de Clover), que desplazó a una gran cantidad de aparatos. Era sencillo, fácil de transportar, permitía la dosificación adecuada de éter, y también la estimulación del centro respiratorio con el CO2 refluyente. Fue entonces el aparato perfecto de narcosis. Hoy se descartaría por proporcionar mezclas de gases hipóxicas (pobres de oxígeno) e hipercápnicas (con el aumento de la presión parcial del dióxido de carbono).
Vinieron otros anestésicos, como el cloruro de etilo, se revalorizó a principios del siglo XX el óxido nitroso, se inventaron aparatos que insuflaban además oxígeno (Cotton), también se añadió la insuflación intratraqueal, y surgieron otras vías de anestesia, pero nosotros nos detendremos aquí para mostrar y explicar el Aparato de Ombrédanne.
El inhalador de Ombrédanne El inhalador de Ombrédanne llegó a ser un aparato que, entre otros muchos, llegó a triunfar por su buen funcionamiento, su fácil manejo y sus resultados. Entonces la anestesia la aplicaba el propio cirujano, un alumno interno, enfermera o ayudante. Su simplicidad y fácil aprendizaje quizás influyó en el retraso de la aparición de la especialidad de anestesiología en Europa.
Ombrédanne buscaba un dispositivo diferente a los inhaladores cerrados. Con éstos había que levantar la mascarilla de vez en cuando para que entrara aire fresco.
Algunos dicen que en 1907 fue el cirujano Auguste Nélaton (1807-1873) quien, tras dos accidentes fatales, encargó a su alumno Louis Ombredanne, que ideara un aparato más seguro.
Ombredanne trabajó con el conocido constructor de instrumentos Collin hasta llegar al diseño definitivo.
En el artículo que publicó en la Gazette des hôpitaux en 1908 muestra estos prototipos y describe minuciosamente el que finalmente se fabricó. Imaginó un instrumento con el que el enfermo pudiera aspirar aire en cada respiración junto con cantidades crecientes de vapor de éter de forma gradual.
Se trata de una esfera que a un lado se enrosca una bolsa de reinhalación o de confinamiento. Al otro lado, una entrada en escalera con un regulador o controlador con puntero que se mueve sobre una escala grabada en la esfera. La escala va del 0 al 8.
En la parte superior se encuentra una abertura con tapa por donde se introducía el éter. La cantidad de 150 gramos daba para hora y media. En la parte inferior se sitúa la máscara con dos anillos para los pulgares del anestesista o el ayudante mientras que con los otros dedos levanta la barbilla. Dentro hay un canal con dos amplias chimeneas en la parte superior. Un tubo con ventanas recorre este canal. Éstas giran según el regulador antes mencionado que es empírico. El resto está relleno de guata que se empapa de éter.
Funcionamiento Estos son nuestros esquemas. Aquí con la aguja en la posición 0, la entrada K está totalmente abierta. Por la misma entra aire atmosférico o fresco. Las ventanas G y G1 que dan a las chimeneas están cerradas y la entrada O1 del tubo de aire respirado está abierta. En esta posición el aire que respira el paciente es aire fresco y una pequeña proporción de aire de la bolsa de confinamiento.
En la posición 8, el otro extremo de la escala, que se usa sólo en algunos casos para la inducción, K está abierta al mínimo, G y G1 abiertas al máximo y O1 cerrada. De esta forma todos los compartimentos del aparato y los pulmones del paciente se van cargando progresivamente de éter, vapor de agua y anhídrido carbónico.
En la posición 4, intermedia o de mantenimiento, la ventana K está semicerrada, G y G1 están semiabiertas y O1 también semiabierta. El aire inspirado se carga con vapores de éter que proceden de la cámara de vaporización así como de la bolsa de confinamiento.
Final Ya hemos visto cómo funciona el inhalador de Ombredanne, instrumento que ideó con la ayuda de la conocida casa de instrumentos médicos de París Collin. También hemos revisado su funcionamiento. En resumen, se trataba de aumentar la concentración de éter señalado en un índice del 0 al 8, aumentando un punto cada minuto aproximadamente hasta llegar a la posición 4 o de mantenimiento. En algunos pacientes, a veces era necesario seguir hasta la posición 8. Conseguida la anestesia, se descendía de nuevo al número 4. El aparato producía una retención importante de anhídrido carbónico con lo que se conseguía una hipernea.
Su fácil manejo hizo que se vendieran miles de unidades que se utilizaron hasta final de los años treinta del siglo XX, por un lado, y que pudiera ser utilizado por personal de enfermería, alumnos internos o ayudantes. Esto último quizás influyó en que la especialidad de anestesiología se retrasara en muchos lugares.
Louis Ombredanne nació en París en 1871 y murió en la misma ciudad en 1956. Fue ayudante de anatomía, cirujano de los hospitales Ténon, Saint-Louis y Boucicaut. Más tarde fue profesor de clínica quirúrgica infantil y ortopedia en el Hospital de los Niños enfermos. Tras jubilarse fue nombrado profesor honorario. Fue miembro de la Academia de Medicina y de la Academia de Cirugía. Fue premiado con la La Orden Nacional de la Legión de Honor.
Bibliografía –Armando Nesi, J. (2000). La paradoja del aparato de Ombrédanne. Revista Argentina de Anestesiología, vol. 58, nº 2, pp. 99-106.
–Barry, C.T. (1961). The Ombredanne inhaler. Anaesthesia, vol. 16, nº 2, pp. 184-187
–Duncum, B.M. (1946). Ether anaesthesia 1842-1900.. Postgraduate Medical Journal, vol. 22, nº 252, pp. 280-290.
–Franco Grande, A. (2003). Los orígenes de la moderna anestesia en España. Madrid, Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR)
–Glicenstein, J. (2015). Louis Ombredanne (1871-1956), chirurgien pediatre et plasticien. Annales de Chirurgie Plastique Esthétique, vol. 60, nº 2, pp. 87-93.
–Nei, J.A. (2000). La paradoja del aparato de Ombredanne. Rev. Arg. Anest, vol. 58, nº 2, pp. 99-106.
–Ombredanne Inhaler (1908-1982). Anestesiology Reflections from the Pierre Viars Museum (2012). Anesthesiology, vol. 117, pp. 1162-4.
–Ombredanne, L. (1905). Un appareil pour l’anesthésie par l’éther. Gazette des hôpitaux civils et militaires, vol. 81, pp. 1095-1100.
–Peset, J.L. (1974). El saber quirúrgico. En: Pedro Laín (dir.). Historia universal de la medicina. Barcelona, Salvat, vol. 6, pp. 298-305.
–Zimmer, M. (2008). Histoire de l’anesthésie. Méthodes et techniques au XIXe siècle. Paris, EDP Sciences.
El 12 de abril, pero de 1929, nació en Viena Peter Safar, conocido como el “padre de la moderna reanimación”. Su padre, Karl Safar, era oftalmólogo y su madre, Vinca, era pediatra. Su infancia estuvo influida por el clima de desastre económico y político de los años treinta.
En 1938 Hitler invadió Austria. Sus padres fueron separados de sus puestos de trabajo porque su madre no fue considerada aria. Peter fue enviado a un campo de trabajo. En 1942 fue llamado a filas e hizo lo posible para evitar que le mandaran a Stalingrado; ni quería matar ni quería que le mataran. Sus conocimientos le sirvieron para simular una enfermedad. Trabajó como paramédico y enfermero de cuidados intensivos atendiendo a soldados quemados que provenían del frente. Gracias a un oficial que decidió ignorar su origen, en 1943 fue admitido en la Facultad de medicina de Viena y fue declarado “inútil” para el ejército en 1944. Se graduó en Viena en 1948.
Conoció a Eva Kyzivaty. En 1949 se trasladó a Harfordd, Connecticut, Estados Unidos. Ganó una beca para estudiar cirugía en la Universidad de Yale. Regresó por poco tiempo a Viena donde se casó con Eva. Después marcharon juntos a los Estados Unidos. También hizo anestesiología en la Universidad de Pensilvania en 1952, especialidad que cultivó hasta el final de sus días. Por problemas con el visado estuvo después en Lima, Perú, donde fundó el primer departamento de anestesiología en 1952.
Más tarde, de nuevo en los Estados Unidos, llegó a ser jefe de anestesiología en el Baltimore City Hospital. Se interesó primero en conseguir una vía aérea eficaz en los pacientes inconscientes. Demostró que la inclinación de la cabeza, la elevación de la barbilla, o, si era necesario, empujar la mandíbula, conseguían una vía aérea en casi la totalidad de los casos. Con James Elan llegó a realizar una serie de comprobaciones. Desarrollaron experimentos con voluntarios a los que se les inyectaba curare y después se les resucitaba. Publicó los resultados en el Journal of the American Medical Association in 1958 y 1961. En la Johns Hopkins University William Kouwenhoven descubrió durante sus estudios sobre la desfibrilación que una serie de compresiones externas en el pecho producían una circulación artificial válida en el caso de paradas cardíacas en animales. Con Guy Knickerbocker y James Jude demostró que esta situación se reproducía en humanos. Safar cogió la idea y la puso junto a la suya, creando así el ABC de la resucitación o CPR, práctica que fue extendiéndose por todo el mundo. Safar señaló que las maniobras de resucitación serían eficaces sólo en el caso de que se hicieran populares y de que pudieran enseñarse a miles de personas. Convenció así a Laerdal, de una compañía noruega de juguetes, para que fabricara un maniquí para la enseñanza de las maniobras de resucitación.
Sensibilizado por los brotes de poliomielitis, Safar se interesó en proporcionar ventilación y circulación adecuadas para mejorar las funciones cerebrales. En 1961 marchó a la Universidad de Pittsburgh, donde estableció el primer departamento de anestesiología y el primer programa educativo de medicina intensiva del mundo. También creó los estándares de formación para los equipos de resucitación. Se centró de forma especial en las profesiones paramédicas y, con Nancy Carolina, creó un proyecto piloto para gente de color de los barrios más desfavorecidos. Recibió el apoyo de la Falk Foundation, y recibió el nombre de Freedom House Ambulance Service. Era consciente de que los cuidados prehospitalarios son el punto de enlace entre la resucitación por el testigo y los cuidados intensivos hospitalarios. En 1966, mientras Peter se encontraba en una conferencia en Chicago, su hija Elizabeth, que padecía asma, murió de un paro cardíaco durante un ataque de esta enfermedad a la edad de 12 años. Este episodio contribuyó, sin duda, a diversificar sus esfuerzos: elevar su interés en la resucitación, especialmente la cerebral, a seguir investigando en cuidados intensivos, la donación de órganos y el diagnóstico de muerte cerebral. Junto con Ake Grenvik elaboró una serie de pautas para evaluar la muerte cerebral que fueron utilizadas por una comisión presidencial de los Estados Unidos y por la Universidad de Harvard.
En 1979 decidió abandonar sus cargos y dedicarse exclusivamente a la investigación. Fundó el International Resuscitation Research Center en el solar de una antigua empresa de pompas fúnebres. Con su equipo estudió el efecto de los hipertensivos, del bypass cardiopulmonar, de los barbitúricos, y de la hipotermia, entre otros. Desde 1994, este centro se denomina Safar Center for Resuscitation Research, de acuerdo con la propuesta honorífica de su amigo y colaborador Pat Kochanek. Colaboró con equipos desconocidos de Rusia y de otros países de su órbita, que entonces eran desconocidos porque no publicaban en revistas occidentales.
Safar también se preocupó de las situaciones de desastre y estudió las lesiones de víctimas de terremotos en Perú, Italia y Armenia. Con Miroslav Klain y Ernesto Pretto comprobó que los primeros auxilios prestados por víctimas ilesas eran de fundamentales. Fue un pacifista convencido y se movilizó contra las guerras nucleares. No obstante, siempre mantuvo relaciones cordiales con el ejército. Recibió honores, reconocimientos y premios de instituciones de todo 71 el mundo. Fue miembro honorario del European Resuscitation Council y colaboró siempre en su revista. Fue uno de los tres fundadores de la Society of Critical Care Medicine. Llegó a publicar más de mil artículos. Fue nominado en tres ocasiones para el Nobel de Medicina.
En el año 2002 le diagnosticaron un gran tumor en la pelvis que fue tratado con cirugía y quimioterapia. Murió el 2 de agosto de 2003 en Mt. Lebanon, Estados Unidos. Le sobrevivieron su esposa y sus dos hijos. En pocas horas la noticia se difundió a través del correo electrónico, medio por el que circularon también de forma rápida las condolencias y los agradecimientos a su obra.
Se han incorporado varias fuentes de tipo iconográfico que han pasado a engrosar nuestra colección de Fuentes iconográficas y materiales de Historia de la Medicina. Se han adquirido en mercadillos, subastas, venta directa, etc. tanto del extranjero como de España. Son las siguientes:
Enfermeras poniendo a los niños al sol en el tejado del West London Hospital (años 30 siglo XX) en una plataforma giratoria. (Procede de agencia de prensa).
3. Tarjeta postal circulada de la antigua escultura dedicada a Pelletier y Caventou (1901) en París que fue destruida durante la segunda guerra mundial. Después fue sustituida por otra completamente distinta.
4. Tarjeta postal circulada que muestra la ubicación de la escultura dedicada a los farmacéuticos Pelletier y Caventou (1907).
5. Fotografía que muestra a unos médicos pesando a un bebé en lo que debió ser la Gota de leche situada en la esquina de la calle Vallehermoso con Aguilera, en Madrid.
6. Fotografía del urólogo valenciano Nicasio Benlloch Giner (1888-1957) con su equipo del Hospital Provincial de Valencia en 1848.
En su Historia de mi labor científica, Cajal dice que en el bienio 1905-1906 se vio favorecido por la medalla de oro Helmholtz y el premio Nobel y que por ello recibió “felicitaciones y premios a granel”, “…telegramas de felicitación; cartas y mensajes congratulatorios; homenajes de alumnos y profesores; diplomas conmemorativos; nombramientos honoríficos de corporaciones científicas y literarias; calles bautizadas con mi nombre en ciudades y hasta en villorrios; chocolates, anisetes y otras pócimas, dudosamente higiénicas, rotuladas con mi apellido; ofertas de pingüe participación en empresas arriesgadas o quiméricas; demanda apremiante de pensamientos para álbumes y colecciones de autógrafos; petición de destinos y sinecuras…; de todo hubo y a todo debí resignarme, agradeciéndolo y deplorándolo a un tiempo, con la sonrisa en los labios y la tristeza en el alma”.
Tomando como excusa la medalla que se le regaló con motivo de la concesión del Nobel, realizada por Mariano Benlliure, trataremos de hacer una síntesis de lo que le sucedió a Cajal durante ese periodo visto desde la prensa diaria.
[Intro]
1905 Cajal ya era un personaje público conocido y un científico respetado desde hacía tiempo.
Entre 1905 y 1907, aparte de desarrollar su trabajo cotidiano como profesor e investigador, tuvo que hacer frente a una serie de acontecimientos importantes:
–Le fue concedida en febrero de 1905 el premio Helmholtz por parte de la Academia Imperial de Ciencias de Berlín. A pesar de que no iba acompañado de una compensación económica, le proporcionó gran prestigio. Este premio se unía, además , al Premio Moscú que había recibido en 1900. Recibió una medalla de oro y una copia de cobre.
–Participó en el homenaje que se le tributó a nuestro primer premio Nobel, en este caso de literatura, José Echegaray, que se le otorgó en 1904. Su contribución destacó sus aptitudes científicas y de divulgación mas que las literarias. Hay que señalar que algunos jóvenes de la generación del 98 criticaron mucho la concesión de este premio. Cajal sorteó el tema.
Dos éxitos, el de Echegaray y Cajal, que de alguna manera contribuyeron a reducir la sensación de derrota, de abatimiento y de desesperanza que produjo la tan traída “catástrofe del 98”. Es más, la Clark University de los Estados Unidos invitó a Cajal. El país que contribuyó a esa derrota española, reconocía a nuestro histólogo como un héroe de la ciencia”. Este hecho no pasó desapercibido en la prensa diaria. Se llegó a ver como una “revancha” tanto por el gobierno como por la población.
–Ese año Cajal también participó en la celebración del aniversario del nacimiento de Manuel García, inventor del laringoscopio, que moriría en Londres al año siguiente. Muy comentado fue, además, el gran homenaje que se le tributó en aquella ciudad.
–¡Cómo no! Cajal se vio implicado en el aniversario de la publicación de El ingenioso hidalgo Don Quijote, idea que lanzó dos años antes el conocido e influyente periodista Mariano de Cavia.
Aprovechó la obra de Cervantes de forma muy inteligente en la conferencia que le tocó impartir. La tituló Psicología de don Quijote y el quijotismo. Usó el quijotismo como recurso para conseguir lo que muchos perseguían, la regeneración del país y eso se conseguía cultivando la ciencia y la técnica. “El quijotismo de buena ley –dijo–, tiene en España ancho campo en que ejercitarse”.
No creamos que sólo España actuaba de esta forma. Otros países europeos se lanzaron desde principios del siglo XX a ensalzar sus “glorias pasadas”.
En 1906 Cajal fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua para cubrir el sillón I mayúscula que había dejado Juan Valera. Sin embargo, no tomó posesión jamás. Se dice que su desinterés procedía de la actitud de la Academia de no apoyar a Galdós para el Nóbel (interesante recordar esto en el Año Galdós que estamos celebrando) y todas las resistencias que ofreció para que se nombrara a Emilia Pardo Bazán como académica.
1906 Como es sabido, en esta etapa los políticos preparaban con cierta antelación la próxima caída del gobierno. Éstas se sucedían a veces en cuestión de unos pocos meses. Segismundo Moret ya preparaba su gabinete y se entrevistó con Cajal a quién poco después, ya en el poder, le ofreció el ministerio de instrucción. Ambos hablaron de las reformas que necesitaba el país y Cajal se sintió seducido y convencido. Sin embargo, no contestó de inmediato y reflexionó durante un viaje que hizo a Lisboa para rechazar finalmente el ofrecimiento que sí aceptó otro médico, Alejandro San Martín, el 6 de junio de 1906.
Como decía Cajal, “Transcurridos algunos meses, y cuando el ánimo reposado y tranquilo volvía a saborear las cautivadoras sorpresas del trabajo concentrado y tácito, cierta mañana de octubre de 1906 sorprendióme, casi de noche, cierto lacónico telegrama expedido en Estocolmo y redactado en alemán… Carolinische Institut verleihen Sie Nobelpreiss…” Se trataba de la concesión del premio Nóbel.
Hacía años que varios colectivos especialmente de médicos, manifestaron la necesidad de homenajear al “sabio español”. Tras difundirse la noticia del Nóbel por los medios, esa necesidad se hizo imperiosa. Cajal se estaba convirtiendo en un mito.
Como siempre, los primeros en reaccionar fueron los estudiantes de los que surgieron varias ideas: regalarle un álbum con todas las firmas de los estudiantes españoles, organizar una velada conmemorativa en el Ateneo, regalarle un busto, proponer al ayuntamiento de la capital que sustituyera el nombre de la calle de Atocha por el de Cajal, fundar un hospital o clínica con su nombre dedicado a las enfermedades nerviosas por suscripción popular, entre otras iniciativas. Invitaban, también, a unirse a todos los escolares de España.
Por su lado el Colegio de Médicos de Madrid se reunió y se sumó a la idea. El busto lo realizó el escultor Agustín Querol Subirats de forma gratuita. Mientras tanto seguían surgiendo nuevas ideas y languideciendo otras.
Por su lado, en Valencia, como había sido profesor de su Universidad, el Ayuntamiento, la Universidad y los estudiantes se unieron para homenajear a Cajal con iniciativas como crear una beca para que un médico recién terminada la licenciatura ampliara estudios de bacteriología y microbiología en el Instituto Alfonso XIII dirigido por Cajal, nombrar a Cajal decano honorario, poner su nombre al anfiteatro anatómico, colocar una placa recordando que había impartido allí sus lecciones, crear un álbum de firmas, entre otras.
El Colegio de Médicos de Madrid iba mientras tanto integrando asociaciones y sociedades que se querían unir a los homenajes (un total de 78). Decidieron asimismo abrir una suscripción para sufragar los gastos.
Cajal salía de Madrid hacia Estocolmo en tren el día 1 de diciembre. Llegó a su destino el día 8. La entrega del premio tuvo lugar el día 10.
1907 A finales de año empezaron a hacerse realidad los homenajes en diferentes ciudades: Zaragoza, en diciembre de 1906, y Palma de Mallorca y Córdoba a principios de 1907. Mención especial merece el acto que se celebró en Valencia en el Teatro Principal el 28 de enero en el que habló Juan Bartual, discípulo valenciano de Cajal.
En enero de 1907 se hablaba ya en la prensa de la Junta de Ampliación de Estudios, su composición y de que Cajal había sido elegido presidente. Era entonces ministro de Instrucción pública el conocido médico y político Amalio Gimeno Cabañas.
En Madrid seguían organizando actividades. Una comisión visitó a Maura para solicitar una senaduría vitalicia para Cajal. También se abrió una suscripción para una medalla. A principios de marzo se habían recogido 6.809 pesetas. Se acordó prorrogar la colecta y encargar la obra a Benlliure, amigo de Cajal.
Las acciones en Madrid fueron disipándose y las que quedaron se distribuyeron en el tiempo debido, quizás, al exceso de participantes, a los cambios en la dirección del Colegio de médicos y a la imposibilidad de llegar a acuerdos. Unas se hicieron realidad y otras no.
Sin embargo, el día 14 de mayo llegó a Madrid una comitiva de estudiantes de Valencia en el tren Correo de Aragón. Le llevaban a Cajal el libro de firmas que dejarían en el Centro Regional Valenciano, situado entonces en la calle Bolsa, para que los valencianos que se encontraran en Madrid pudieran firmar. Se le entregó en una velada que tuvo lugar en el mismo Centro el día 22.
Intervino el presidente del Centro Regional, Luis Cerveró, el conocido estudiante Uxó, quien expuso los trabajos llevados a cabo y el entusiasmo que despertó en Valencia la iniciativa. Después, al son de la marcha de Valencia, le fue entregado a Cajal el álbum. Éste, emocionado, rindió homenaje de gratitud a Valencia. Abelardo Vidal (secretario del centro) le entregó el título de socio de mérito. El diputado Eduardo Vilar y el ministro Rodríguez-San Pedro cerraron los discursos.
Ese mismo año, el 30 de junio, Cajal ingresó también en la Real Academia de Medicina.
Volvamos a la medalla. La idea surgió del ámbito del Colegio de Médicos como hemos visto, pero la materialización del homenaje fue bastante tardía. La mención en el reverso de los que dedican, los españoles amantes del progreso, viene a indicar la heterogeneidad final de los participantes más allá de los colegas médicos.
Probablemente la medalla se acuñó en la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre con cierto retraso en 1908. Finalmente, se entregó a Cajal el 28 de mayo de 1908 y no en un acto público, circunstancia que fue lamentada, sino en una visita de la comisión a su propio domicilio. Como se puede observar en la medalla se mantuvo la fecha de 1907, errónea por otra parte ya que el premio se había concebido en 1906.
La medalla es una de las más conocidas de Mariano Benlliure. Leo ahora la descripción que hace el Museo del Pardo de la misma (Texto extractado de una obra de J. Gimeno Pascual): “La naturalidad expresiva y el desplazamiento de la centralidad en la composición del anverso se completan con el marcado decorativismo de la simbología, por otra parte rotundamente clásica, tanto de la Ciencia como de la Medicina. La caligrafía de la dedicación, que adquiere relieve protagonista en relación con la simbología iconográfica, apoya asimismo el marcado carácter decorativo. Es la manifestación más plenamente modernista de Benlliure y uno de los ejemplos más significativos de la medalla modernista española”.
[Final]
La lectura de los artículos y noticias publicadas en este periodo ofrecen dos visiones complementarias: en una los españoles no conocen la obra de sus sabios y tienen que ser los extranjeros los que nos las descubre, y en otra, que en el extranjero tenían que ir abandonando la idea de una España de toreros, de señoras con mantilla, de conspiradores, pobres y leprosos.
Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió con el logro del salvarsán por parte de Ehrlich en 1910, no hemos hallado un solo artículo, información o noticia que contara con algo de detalle los logros que habían hecho a Cajal merecedor del Premio.
Bibliografía
Todos estos acontecimientos los analizo con detalle en este artículo:
–Fresquet Febrer, J.L. (2019). The image of Santiago Ramón y Cajal through the daily press. The awarding of the Nobel Prize. European Journal of Anatomy, vol. 23, Supplement 1, pp. 15-28. [Disponible en: http://www.eurjanat.com/web/paper.php?id=23s10001], donde se puede consultar toda la bibliografía utilizada.
Joaquín Mestre Medina: «Topografía médica de Castellón de la Plana» [accésit] [500 pts]
José Cortés Moreno: «Topografía médica de Sax, Alicante» [accésit] [250 pts]
José Sanchis Banús: «Contribución al estudio de los antipiréticos en general y especialmente de un nuevo derivado del para-mido-fenol» [3.000 pts]
Francisco Más y Magro: «Investigaciones microscópicas y experimentales acerca de la histología y la histogénesis de los eritrocitos de la sangre del hombre y de los mamíferos» [1.000 pts]
1919
Pascual Escolano Sabater: «El Sodoku en España. Contribución al estudio de la enfermedad» [3.000 pts]
Antonio García Romero: «Topografía médica de Requena, Valencia» [2.000 pts]
1921
Isidoro Peris Gómez: «Topografía médica de Onda, Castellón» [500 pts]
1922
Arturo Cervellera Castro: «Topografía médica de Burjassot, Valencia» [2.000 pts]
Francisco Girona Chavarría: «Topografía médica de Alberique, Valencia» [accésit] [500 pts]
José Luis Yagüe Espinosa: «La medicación purgante por vía extra-gástrica» [3.000 pts]
1924
Jorge Comín Vilar: «Contribución al estudio de la proteinoterapia y de la tos ferina» [2.000 pts]
Mariano Olivera Devesa: «Estudio experimental microdinámico y clínico de la fibra de Bohemeria Utilis» [accésit] [1.000 pts]
Roberto Novoa Santos: «Estudios sobre la asimetría funcional del sistema nervioso» [accésit] [500 pts]
Justo Caballero Fernández y Antonio Vila Coro: «La arteria silviana» [500 pts]
1925
Francisco Más y Magro: «Estudios experimentales sobre fisiología de los tejidos mieloides» [2.000 pts]
Francisco Haro García: «La reacción de sedimentación de los hematíes. Reacción de Fareus» [2.000 pts]
1926
Vicente Grau Bono: «Topografía médica de Tabernes de Valldigna, Valencia» [2.000 pts]
Un total de 26 trabajos premiados con 38.750 pts entre 27 autores. Algunos recibieron un complemento para su publicación.
Hemos añadido en historiadelamedicina.org, sección de Epónimos y biografías, la de Pedro Tamarit Olmos (1879-1936).
Pedro Tamarit Olmos fue un conocido cirujano de la ciudad de Valencia que se dedicó sobre todo al ejercicio profesional. Valenciano de origen, estudió en la Facultad de Medicina de Valencia. Se doctoró en Madrid y ejerció durante unos años como médico de la Beneficencia de esta ciudad tras aprobar las oposiciones correspondientes. Fue catedrático en la Universidad de Sevilla y en 1919 regresó a Valencia como catedrático de Patología quirúrgica. Destacó como presidente del Instituto Médico Valenciano entre 1923 y 1928, al que proporcionó un fuerte impulso científico. También fue académico de la Real Academia de Medicina de Valencia y Vicepresidente del Colegio de Médicos de la misma ciudad. Murió a los 57 años cuando daba comienzo la guerra civil.
El Google Cultural Institute ha lanzado una serie de exposiciones de tipo histórico en la Red. Recogen hechos o acontecimientos destacados del siglo XX. De momento hay cuarenta y dos. Incluyen manuscritos, cartas, imágenes, vídeos, etc., así como una serie de referencias para los que deseen ampliar.
Entre las exposiciones podemos mencionar Amor trágico en Auschwitz, que recoge la historia de Mala y Edek, pareja de enamorados que intentaron escapar del campo de concentración; Los años de la Dolce Vita, o visita retrospectiva a esa etapa tan conocida de Italia; Steve Biko, el despertar político de un chico de quince años en medio del Apartheid: La Coronación de Isabel II; Jan Karski, heroe de la humanidad, que trató de informar al mundo sobre la existencia del Holocausto; Anne Frank. Su vida, su diario, su legado; etc.
Muchos de los materiales que se muestran son inéditos. El trabajo ha sido fruto de la colaboración de Google con una serie de museos y fundaciones culturales.
El visitante puede hacer zoom sobre las imágenes para verlas a mayor tamaño, puede revisar detalles, buscar más información sobre personajes, fechas, etc., compartir información… Desplazarse por cada exposición es muy fácil a través de la barra de navegación a pie de página o mediante el uso de botones para avanzar poco a poco. De todas formas, aquí dejamos el vídeo que muestra cómo desenvolverse por las exposiciones.
En un post anterior nos referimos a las Aleluyas de Higiene. Hoy traemos un sencillo y bonito álbum para iluminar titulado Consejos de Higiene dental… dedicado a los niños de las escuelas. Se trata de un cuaderno de la Dirección general de Sanidad, editado por Seix Barral Hnos., posiblemente en los años cincuenta o sesenta del pasado siglo. Contiene dieciséis páginas sin numerar con portada y contraportada. Reúne siete estampas o escenas coloreadas con el correspondiente consejo al pie. Junto a cada una, la misma en blanco para que el escolar le diera color.
Los consejos son:
-Cuidarás de tu dentadura
-Te cepillarás después de cada comida
-No usarás los dientes sino para masticar (No hay que utilizarlos para partir nueces, avellanas, etc.).
-Comerás con frecuencia manzanas, peras, melocotones…
-En época de epidemias exagerarás los cuidados de tu boca
-Irás una vez al año a casa del dentista
-Los cepillos han de ser de uso rigurosamente personal
A continuación incluyo imágenes e información de la época sobre el electrocardiógrafo de Siemens, de los años treinta del siglo XX:
«La exploración electrocardiográfica, se funda en lo siguiente:
Al excitar nosotros el extremo de un músculo, se produce en éste una variación eléctrica, en virtud de la cual el punto excitado se hace electro negativo con relación al resto del músculo (ley de Herrman). Así pues, si nosotros conectamos formando un circuito en el que colocamos un galvanómetro los extremos de este músculo y en uno de ellos provocamos una excitación, ésta al recorrer longitudinalmente aquél, originará sucesivamente las siguientes fases eléctricas. Primeramente la aguja galvanométrica se mantendría en 0 indicando el reposo eléctrico. Comienza la excitación y al adquirir el extremo A un potencial electronegativo con respecto al B y estando estos en comunicación por el circuito previamente formado, se establece una corriente eléctrica que tiende a equilibrar el potencial y se dirigen de B a A y la aguja galvanométrica oscilaría pudiéndose registrar gráficamente así:
Cuando en la 2ª fase la excitación llega al centro del músculo, sus dos extremes A y B equidistantes se hallan también con cargas electropositivas iguales y la aguja del galvanómetro vuelve al 0 paso de corriente.
Continuando su curso la excitación, desde este momento, hasta que llega al extremo B éste se hace electro negativo con respecto a A y se establece un nuevo paso de corriente ahora en sentido contrario que nos marcará la aguja galvanométrica.
Al pasar la excitación el extremo este que deja de ser electro negativo vuelve al equilibrio con el A y la aguja galvanométrica marca 0.
Pero el músculo, conglomerado de fibras dirigidas en el mismo sentido, nos da un miograma resultante del de todas sus fibras, sencillo y regular. El corazón en cambio tiene un sistema de producción y de conducción de excitaciones en disposición tal, que la interpretación de electro cardiogramas requiere las consideraciones que luego haremos.
Y vamos a describir la técnica y fundamento de los aparatos. Las corrientes de acción de estas excitaciones cardíacas, se recogen mediante dos bornes que se pueden colocar en tres derivaciones, según el esquema siguiente, I brazo derecho, brazo izquierdo, II brazo derecho, pie izquierdo y III brazo izquierdo, pie izquierdo.
Estas corrientes de acción, las dirigimos formando un circuito, en el que se amplifican (sin deformarlas) merced a un sistema de lámparas, a un galvanómetro cuya aguja nos marcaría la desviación según el método e intensidad de estas corrientes, variaciones que guardaran relación con la intensidad de los estímulos y con su velocidad de propagación. Pero estas variaciones serían falseadas por la inercia de la aguja galvanométrica y para evitarlo se usan los galvanómetros de cuerda de Einthoven o los sistemas ópticos de Siemens.
En el primero impresionamos en la placa o cinta que se mueve, las oscilaciones de la cuerda, que vibra por las variaciones eléctricas de los polos del electroimán, sincrónicos con las variaciones de sentido de la corriente de acción. Estas oscilaciones son amplificadas por un sistema microscópico antes de impresionarse en la cinta móvil. Para que el aparato tenga su máximo de sensibilidad se requiere que la cuerda del galvanómetro posea un grado determinado de tensión que, permitiéndole vibrar con su máxima rapidez, amortigüe al mismo tiempo la inercia de esta cuerda que ya de por sí es pequeñísima. En el sistema óptico mas moderno, en el que se basan los electrocardiógrafos de Siemens, no se requiere el dispositivo microscópico, lo que es un adelanto en el sentido económico y técnico, ya que los rayos luminosos no tienen inercia y en lugar de recoger la sombra de la cuerda que vibra, recogemos el rayo reflejado por la cuerda-espejo, rayo cuyas oscilaciones son naturalmente mayores cuanto mayor es la distancia a que lo recogemos.
Así, pues, la disposición del circuito será la representada en el esquema siguiente:
Si nosotros queremos conocer la tensión de las corrientes de acción, comparamos la altura de las oscilaciones producidas por estos con la producida artificialmente por la descarga de un milivoltio.
En las gráficas podemos, mediante un sistema de ordenadas, conocer el tiempo y la intensidad de las excitaciones, lo que utilizaremos para la interpretación de los electrocardiogramas.
Con estos aparatos obtenemos los electrocardiogramas, distintos según la derivación usada; consideramos primeramente el E.C.G. normal, interpretándolo para pasar luego a E.C.G. patológicos.
Por lo que se refiere a la onda P, es representativa de la variación eléctrica auricular, como demostró experimentalmente Samojloff en un corazón de rana. Tomando las derivaciones de las aurículas a la punta del corazón, aparecía el complejo del B.C. G. normal, mientras que tomando la primera derivación de la base de los ventrículos, desaparecía del complejo la onda P, prueba experimental de su significación. Viene ahora un momento en que las aurículas, después de la fase de recepción, se hallan en posesión de la excitación, toda ella es ahora electro negativa y el galvanómetro se dirige de nuevo hacia el 0. Durante este momento señalado por el espacio P Q la excitación atraviesa el fascículo de His sin producir modificaciones eléctricas que la exterioricen. Continuando la excitación por el septum interventricular la aguja continua en el mismo sentido y marca la onda Q y prueba de ello es, según Lewis, que en los anfibios que carecen de septum interventricular su E. C. G. carece de la onda Q. Conocida la interpretación de las ondas P y Q, veamos la interpretación de las ondas R y S. Éstas según la teoría de Lewis son en realidad la superposición de un dextrograma y de un levograma, que obtenidos aisladamente por bloqueo de las ramificaciones izquierda y derecha respectivamente y sumados algebraicamente nos darían el electro-cardiograma normal.
Por lo que se refiere a la onda T su significación es muy discutida. Lewis cree que es debida a la retirada de la onda de excitación, fenómeno que se presenta en cuantos tejidos son capaces de sufrir modificaciones eléctricas. Desde luego su origen es distinto de aquel del complejo ventricular Q R S y de la onda P, pues estas son siempre fijas, mientras la onda T se modifica por una serie de fármacos, excitaciones del vago y del simpático y acción del calor o del frío sobre la base: esta onda así lo ha demostrado Doxíades no aparece en el feto que no ha respirado, se presenta en el nacimiento para presentando su máximo en la edad adulta disminuir de nuevo en la vejez.
Como antes dijimos, las distintas ondas del E. C. G. normal varían según la derivación, y Einthoven llegó a demostrar que la “D II es igual a la suma de las D I y D III”. Para comprender esto debemos saber que es lo que se llama Eje eléctrico. Un músculo de dirección longitudinal cuya excitación lo recorre también longitudinalmente, provoca la aparición de un campo eléctrico, en el que existirán dos puntos con el mismo potencial eléctrico pero de sentido contrario; la unión de estos dos puntos representara el eje eléctrico del músculo, en este caso, paralelo al eje del mismo constantemente.
Pero en el músculo cardiaco suceden las cosas de muy distinta manera: la excitación sigue un curso no rectilíneo y por ende el eje eléctrico del campo producido por la corriente de acción, varía en cada momento de dirección, pero en un momento dado, por ejemplo en el de impresión de una onda determinada, el eje eléctrico tiene dimensión y dirección fija, y siendo el campo eléctrico limitado por las 3 derivaciones un triángulo y uniendo para la representación gráfica los 2 puntos 1 y 2 de igual potencial pero de nombre contrario, obtendremos el eje eléctrico en aquel momento dado (A). Pues bien la proyección sobre cada uno de los lados (correspondientes a las 3 derivaciones) del eje eléctrico del campo, nos dará el potencial causante de la misma onda en cada derivación. Hay demostraciones trigonométricas comprobantes de la ley de Einthoven b = a + c pero a nosotros nos puede bastar la simple medición.
b = a + c
c = b — a
a = b — c
El ángulo ∝, formado por el eje eléctrico y la horizontal, varía naturalmente según la posición del corazón, pues aunque aquel no coincide con el eje anatómico, guardan entre sí una relación fija en cada momento electrocardiográfico. Tiene esto importancia porque, por ejemplo, en un corazón en gota, el angulo ∝ se acercará al 90°, con lo que las variaciones de potencial (a) en D I serán mínimas y sus correspondientes curvas del E. C. G. poco acentuadas
para la interpretación, pero en cambio en este caso la D III nos será muy útil, ya que en ésta sucederá todo lo contrario, pues al disminuir (a) debe aumentar (c) para que se mantenga la ley de Einthoven b = a + c. Lo contrario sucedería cuando el corazón tendiera a la posición horizontal (por derrames pleurales, ascitis, neumotórax).
Tiene también importancia el eje eléctrico, ya que según demostró Lewis experimentalmente, en los bloqueos de las ramas izquierda o derecha del fascículo de His, se desvía aquel en su sentido o en el opuesto. Seccionando la rama izquierda del fascículo de His en un perro, el eje eléctrico gira en el sentido de las agujas del reloj. Si por el contrario seccionamos la rama derecha, el eje eléctrico virará en sentido contrario a las agujas del reloj. Como consecuencia de estas desviaciones, los potenciales (a) y (c) variarán y el E. C. G. en esas derivaciones I y III nos daría la gráfica típica de los bloqueos izquierdo y derecho respectivamente. También fundándonos en lo que acabamos de decir, comprenderemos las variaciones que aún en un corazón normal sufre el E. C. G.: En la respiración, por ejemplo, se encuentra modificado de forma que en la inspiración, en que el ángulo ∝ aumenta y se acerca a 90° las variaciones de (a) disminuyen, así como su manifestación que son las ondas de la D I, al contrario de lo que ocurre en la D III: en la espiración, el proceso es inverso. Grobert y Gebert atribuyen esas modificaciones a la variación de conductibilidad de los pulmones, según el aire contenido; Einthoven y Samojloff las atribuyen a excitaciones del vago sincrónicas a la respiración. Lo cierto es que en muchos casos apenas son perceptibles las modificaciones respiratorias. Desde luego con las variaciones del ángulo ∝, explica tambien Klink las modificaciones que la prueba de Valsalva imprime al E. C. G.
El hecho de que al variar de la posición decúbito dorsal a la lateral no cambia el E.C.G., ha sido tomado por Dieawide como signo de mediastino pericarditis, y si en otros procesos como neumotórax espontáneo o terapéutico, derrames pleurales y pericarditis exudativas no varía el E.C.G. es porque en estos la desviación se hace en conjunto sin variar el ángulo alfa del eje eléctrico con la horizontal».
Antonio Vila López
Electrocardiografía Clínica
En: Vila Barberá, Medicina Exploratoria (Clínica y Laboratorio)
Vol. 3, Valencia, Imprenta de José Olmos, 1936, pp. 462-493.