Otoscopio de Brunton

Ofrecemos a continuación el guión del vídeo «Otoscopio de Brunton» que se encuentra en el Canal «Medicina, historia y sociedad» de Youtube.

Hoy vamos a conocer el otoscopio de Brunton, pero antes sepamos qué es un otoscopio.

Es un dispositivo o instrumento que permite examinar los conductos nasales y auditivos. El desarrollo de instrumentos para otoscopia y rinoscopia se desarrollaron en paralelo y condujeron temporalmente a soluciones casi idénticas, por lo que a veces cuesta identificar para qué fueron utilizados los más antiguos.

Estos instrumentos debían tener un efecto de expansión y extensión y a ser posible que se manejaran con una sola mano para que, con la otra, se pudiera intervenir (por ejemplo, extraer un cuerpo extraño). La iluminación no se tomó en cuenta hasta el siglo XIX.

[INTRO]

Se suele decir que el primero que lo inventó fue Guy de Chauliac en 1363. En su Collectorium cyrurgiae habla de un instrumento que llamó Speculum ad solem para examinar, inspeccionar y expandir la nariz y el canal auditivo. Atribuye su creación al médico Ali-Abbas, aunque este aspecto no está claro.

Desde  el siglo XVII hubo varias propuestas que analizaremos en un próximo vídeo.

Al principio predominaron dos tipos de formas, los otoscopios de valvas o ramas, que se adaptaban a las dimensiones de cualquier canal auditivo, la presión ejercida no era dolorosa, siendo regulables y controlables (por ejemplo, el de Bonnafont). Un inconveniente es que requerían una mano del observador. Alguien introdujo una especie de cremallera que lo mantenía sujeto una vez adaptado, lo que liberaba ambas manos.

El otro tipo fueron los espéculos de forma cilíndrica, de botella, embudo o cónicos, según el diseñador. Los había de varios tamaños y sus superficies reflejaban bien la luz. Podían encajarse entre sí y transportarse fácilmente. Los hubo de goma, pero no reflejaban bien la luz.

Vamos a analizar el otoscopio que diseñó Brunton, uno de los más utilizados, pero acerquémonos antes a su biografía.

Brunton nació en Campbeltown, Kintyre, el 16 de mayo de 1835, hijo de William Brunton, hombre muy conocido y respetado en el oeste de Escocia. Su hijo mayor, John, recibió su educación en la Universidad de Glasgow, donde obtuvo el Bachelor degree en 1855, el Master degree 1856 y el de Medical Doctor en 1860.

Ocupó puestos de cirujano interno y médico interno en la Royal Infirmary de Glasgow. Después de ampliar estudios en el Continente, se instaló en Londres en 1862. Llegó a consolidar una buena clientela por su carácter y su competencia. Fue admirado tanto por ricos como por pobres.

Fue cirujano de la Maternity Charity, médico de las compañías ferroviarias Midland y Great Northern, médico del Presbyterian College; y Cirujano consultor del Royal Caledonian Asylum.

Fue vicepresidente de la Sociedad de Obstetricia (Obstetrical Society) y de la Sociedad Médica de Londres (Medical Society of London). La estima que le tenía la Universidad de Glasgow quedó demostrada por el hecho de que continuó como examinador de títulos de medicina durante un período de no menos de doce años.

Brunton contribuyó con numerosos artículos a la literatura médica y prestó especial atención a las enfermedades del oído.  Poseía amplios conocimientos y práctica al respecto, pero también mucho sentido común que supo aplicar a su trabajo.

El 23 de marzo de 1899 fue confinado en cama porque no se encontraba bien, pero a la mañana siguiente regresó a su trabajo. Después de cenar perdió el conocimiento (había sufrido una hemorragia cerebral) y murió al día siguiente, 25 de marzo.

Esta es la descripción original que dio a conocer Brunton en la revista The Lancet en 1865

“En la primavera de 1861, al examinar los oídos de un paciente con los instrumentos auditivos ordinarios, me encontré con dos serias dificultades para formar un diagnóstico correcto; a saber: 1. la cabeza del observador obstruía en gran medida la luz. 2. El ojo no podía acercarse lo suficiente al objeto para permitir el examen y, más aún, si se utilizaba la luz del sol en lugar de luz artificial. Esto me llevó a diseñar este aparato:

El instrumento consta de un tubo de latón (A), de dos pulgadas de largo y tres cuartos de pulgada de diámetro, en uno de cuyos extremos (B) se hace encajar, deslizándolo, un auricular similar al espéculo auditivo de Toynbee. En el otro extremo (D) hay un ocular (E), con una lente (F) de poder de aumento moderado; el ocular se desliza para permitir una disposición focal que se adapte al ojo del observador. En el cuerpo del instrumento, cerca del extremo del auricular, y colocado en un ángulo de 45º, hay un espejo cóncavo (G) con un agujero en el centro (H). Esta abertura está en la línea del eje del tubo y del espejo.

En ángulo recto con respecto al cuerpo del instrumento, y frente al espejo, está adaptado un reflector deslizante de plata pulida (K) en forma de embudo para recoger y concentrar los rayos de luz, de modo que los rayos (rr) entren en el costado y, al caer sobre el espejo (H), se reflejan y se concentran en el oído y se llevan de regreso (r’r’) al ojo del observador (O) a través de (H), el agujero en el espejo, y se magnifican mediante la lente del ocular (E, F).

También hay un mango unido al reflector de luz, que funciona con una banda deslizante y que puede girarse para adaptarse a cualquier mano del observador, según lo desee, cuando mira al oído derecho o izquierdo».

Aquí podemos observar el tubo. En su parte superior se coloca la lente que puede acomodarse al ojo del observador.

[MOSTRANDO EL INSTRUMENTO REAL]

En la parte inferior se acoplan los espéculos de distintas formas o medidas. Es la parte que se introduce por el Canal auditivo externo.

Perpendicular al tubo desemboca esta especie de embudo por donde penetra la luz, que encara directamente con un espejo que forma 45º con el diámetro del tubo. Esto concentra los rayos lumínicos hacia el oído.

El espejo tiene una abertura o agujero central que permitirá que veamos el oído y explorarlo, llegando, incluso a la membrana timpánica

Fue el primer dispositivo que incorporó simultáneamente un espéculo auricular, una lupa u ocular y una abertura ampliada en la base que, al permitir la entrada de luz, permitía la entrada a la membrana timpánica.

Fue utilizado fundamentalmente por los médicos generales. Los otólogos siguieron prefiriendo la combinación de un espejo frontal y el espéculo auricular, ya que permitía la liberación de ambas manos.

Es fácil de utilizar y fácil de fabricar. Permite examinar el oído con precisión y minuciosidad. Puede usarse con luz natural y artificial, con lente de aumento o no.

Emile Ménière en su Manuel d’Otologie clinique (1895) dijo:

«El otoscopio de Brunton es preferible a los demás, según mi parecer. Yo lo empleo desde hace veinticinco años. Las aberturas de los tubos de los espéculos permiten introducir todos los instrumentos que deben estar necesariamente un poco acodados. Una sola mano, la derecha o la izquierda, según el lado, es suficiente para operar en todos los casos, excepto cuando se trata de quitar una exostosis con la gubia y el mazo.

Este otoscopio, cuyo ocular puede proporcionar un aumento notable es, según mi opinión, el más simple y el más cómodo. No dudo que algún día estará en todas las manos. En la actualidad, aunque tiene mucho tiempo, se le conoce poco o mal».

Otros otólogos lo rechazaron o recomendaron sólo para examen.

Por último decir que, como muchos instrumentos, se fabricaron otoscopios de Brunton con pequeñas variaciones.

Bueno, ya sabemos qué es y cómo funciona el Otoscopio de Brunton. Para el próximo vídeo ofreceremos una pequeña historia de los otoscopios.

Nos vemos en el próximo vídeo.

Bibliografía

–Brunton, J. (1865). A new otoscope or speculum auris. The Lancet, vol. 86, pp. 617-618
–Ménière, E. (1895). Manuel d’Otologie Clinique. Paris, Rueff et Cie.
–Politzer, A. (1913). Geschichte der Ohrenheilkunde. Vol 2. Verlag von Ferdinand Enke

Péan y las pinzas hemostáticas

Insertamos en esta ocasión el guión del vídeo del Canal Youtube «Medicina, historia y sociedad«, «Péan y las pinzas hemostáticas».

Vamos a dedicar este vídeo a las pinzas hemostáticas.

El contexto en el que vamos a situar el tema es lo que se conoce como Revolución quirúrgica, es decir, la superación del dolor con la anestesia, de la hemorragia con la hemostasia, y de la infección con la antisepsia primero y después con la asepsia.

La hemostasia es un mecanismo fisiológico del organismo que se activa tras sufrir un traumatismo o lesión que previene la pérdida de sangre del interior de los vasos sanguíneos. Se produce una activación plaquetaria, una agregación y formación de un tapón o trombo, y finalmente, la disolución del mismo.

Pero nosotros nos vamos a referir a la hemostasia quirúrgica que implica actuar para que las lesiones y heridas producidas de forma voluntaria durante las intervenciones quirúrgicas, dejen de sangrar. Esto se puede realizar con elementos sencillos como el uso de vendas, gomas, ligaduras, puntos de sutura o más complejos como con el uso del bisturí eléctrico, la electrocoagulación, etc. Como sabemos, la pérdida de una cierta cantidad de sangre puede provocar el shock. En este caso, la reposición de la misma o la transfusión se convierte en una herramienta fundamental. Pero no fue hasta principios del siglo XX que ésta pudo realizarse con todas las garantías gracias al descubrimiento de los grupos sanguíneos por parte de Karl Landsteiner (1868-1943).

Los instrumentos quirúrgicos han estado presentes en numerosas civilizaciones como los mesopotámicos, el Egipto faraónico, los griegos, los romanos, los árabes, etc. La medicina científica utiliza un sinfín de los mismos. Unos son muy sencillos y otros, por el contrario, son más complejos.

Entre los más conocidos están las tijeras, las tenazas, las pinzas, etc. cuyo funcionamiento se basa en el principio físico de la palanca.

Una de las pinzas más conocidas y utilizadas es la que ideó el cirujano Jules Émile Péan (1830-1898).

Nació en Marboué, Francia, en 1830. Estudió en el Colegio de Chartres y en 1851 comenzó medicina en París. En 1852 fue externo de los hospitales. Estuvo en el Hospital Beaujon en el servicio de Jean-Nicolas Marjolin (1780-1850) y más tarde en el de Édouard-Pierre Chassaignac (1804-1879), quien le enseñó las virtudes de la hemostasia.

Ya como interno en 1855 estuvo en el servicio de Charles Pierre Denonvilliers (1808-1872) en el Hospital de San Luis, y después en el de Auguste Nélaton (1807-1873), quien fue su maestro más importante.

En 1860 obtuvo el grado de doctor y fue contratado como prosector de los hospitales de París. En 1865 pasó a ser cirujano del Bureau central y, dos años después, fue cirujano de los hospitales. Pasó por el de Infantes asistidos, Lourcine, St Antoine y finalmente, en 1876, en el de St Louis. Compaginó el ejercicio público con la actividad privada.

En 1892 tuvo que jubilarse de los centros oficiales pero creó con su dinero el Hospital Internacional, un centro privado de 50 camas en la Rue de la Santé donde atendía a pobres e indigentes. Después de su muerte pasó a llamarse Hospital Péan. Se dice que cobraba grandes sumas por sus intervenciones y que llegó a hacer una gran fortuna.

En 1887 fue elegido miembro de la Academie National de Médecine a pesar de que varios de sus colegas no estuvieron de acuerdo. Tenía un carácter difícil y se enemistó con muchos compañeros. Murió en París de una neumonía el 30 de enero de 1898.

Fue en el Hospital de San Louis donde adquirió fama. Se le conoce por varias operaciones. Fue uno de los primeros en practicar la extirpación de un quiste de ovario en 1864. Fue reduciendo la mortalidad de esta intervención, cercana al 100 por ciento, al 3-4 por ciento. Un año después realizó una histerectomía vaginal para intervenir un carcinoma. En 1867 realizó una esplenectomía. También fue el primero en realizar en 1879 una resección del píloro y del antro con anastomosis gastroduodenal terminoterminal en un cáncer gástrico. En 1895 utilizó una nueva técnica para la ablación de divertículos vesicales.

 En 1893 encargó a un dentista que fabricara una prótesis de hombro para un paciente con tuberculosis, en el que se vio afectado el hombro que tuvo que extirpar. La intervención se realizó con éxito; incluso el enfermo, que era camarero, pudo seguir trabajando. Sin embargo, en 1895 se le extrajo por infección.

Entre sus publicaciones destacan sus Leçons de clinique chirurgicale professées à l’Hôpital Saint-Louis (1876-1900), L’Ovariotomie… (1868), Hystérotomie: de l’ablation partielle ou totale de l’utérus par la gastrotomie (1873), Diagnostic et traitement des tumeurs de l’abdomen et du basin (1880-1899), De la Forcipressure (1875). También ayudó a preparar la segunda edición de los Elements of surgical pathology de Nélaton.

A pesar de no haberse instalado la antisepsia ni la asepsia en París de forma regular, Péan operaba siempre vestido de forma impecable con un gran delantal blanco totalmente limpio. Para evitar mancharse se alejaba del paciente, estirando los brazos hacia adelante y utilizando todo tipo de instrumentos para no tocar nunca al enfermo. (Cité dans : La médecine à Paris du xiiie au XXe siècle, Fondation Singer-Polignac. Paris : Édition Hervas, 1984, p. 442.). Algunas veces realizaba sus intervenciones fuera del hospital, entonces fuente de infecciones. A pesar de esta obsesión con la limpieza, se enfrentó a las ideas de Pasteur que, como sabemos, explicó las causas de la infección y a las medidas antisépticas que Lister puso en marcha hacia 1865.

El uso de la palabra forcipresión y de un aparato para evitar las hemorragias va ligado al nombre de Péan aunque se sepa poco del uso de este tipo de instrumentos en otros lugares y en otros momentos. Lo único que parece seguro es el invento de Péan de la cremallera que mantiene cerradas las tenazas. Durante más de un siglo, nadie ha encontrado algo mejor y este estándar ha sido adoptado y adaptado en todo el mundo.

Hay varios tipos de pinzas de Péan: tres tamaños (incluso más) y  rectas o curvas. Todas entran en la categoría de pinzas de forcipresión.

[Locución]: «Yo ideé las pinzas que llevan mi nombre. Evitan aplastar los tejidos durante la manipulación quirúrgica. Su punta redondeada y plana permite que estos queden intactos y los lados de los anillos ofrecen un buen agarre para los dedos de la mano, lo que limita el riesgo de pellizcar a los pacientes. Por otra parte, está equipada con un sistema de bloqueo, el cual permite mantener la pinza cerrada cuando sea necesario. De igual modo, es una herramienta ideal para los procedimientos médicos, puesto que las pinzas de Péan permiten manipular las compresas sin cortarlas, y permiten colocarlas sobre una herida limpia, sin tocar directamente la piel del paciente».

Como sucede con otros instrumentos, los cirujanos personalizan las pinzas y surgen así otros tantos modelos. Normalmente modifican el mecanismo de articulación de sus ramas o la forma de los bocados de las pinzas.

Por ejemplo, la misma pinza de Péan en forma de T.

Emil Theodor Kocher (1841-1917) diseñó otras que llevan su nombre. Tienen los bocados largos y en su extremidad terminal presentan unos pequeños dientes o garfios.

Thomas Spencer Wells (1818-1897) ideó otras en las que la articulación de las ramas cerca de los bocados de las mismas.

Las llamadas pinzas de Kelly, ideadas por la enfermera Hellen Wood según algunos,

El estadounidense William Halsted (1852-1922) diseñó unas pinzas para vasos pequeños, no siendo útiles para grandes vasos o arterias.

Bueno, y hasta aquí el vídeo sobre las pinzas hemostáticas de Péan y de algunas de sus variantes.

Nos vemos en el próximo vídeo.

Bibliografía
–Audain, L. (1891). De l’Hémostase préventive dnas les opérations chirurgicales… méthode de M. Péan. Paris, Steinheil.
–Deny, G. Exchaquet d’aprè les leçons professées pendant l’année 1874. Clinique chirurgicale de la Forcipressure ou de l’application des pinces a l’Hémostasie chirurgicale. Paris, Librairie Germer Baillière, 1875.
–Hawk, A.J. (2016). ArtiFacts: The Case of Jules Pedoux. Clin Orthop Relat Res. 2016; 474(2), pp. 302-303.
–Jeffrey K Aronson; Ramachandran, M.The diagnosis of art: Dr Péan’s operation. J R Soc Med. 2008; 101(8): 423–424.
–Lugli, T. Artificial shoulder joint by Péan (1893): the facts of an exceptional intervention and the prosthetic method. Clinical Orthopaedics and Related Research, 01 Jun 1978, (133):215-218
–Markatos, K. et al. Jules Péan (1830 – 1898) – A pioneer surgeon: His achievements and his total shoulder arthroplasty. Surgical Innovation, 2019. Disponible en https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1553350619875303?casa_token=t-ykTu1v1lwAAAAA%3AGSwcc5Ok6azABI7f01WXl586fTuA1S1XYsOgjQS-NenT9kd5jbGetyVu5tATVdT2usfmVk-QMAA , Consultado el 23 de mayo de 2023.
Obituario de Jules Émiles Pean MD. Br Med J, 1898; vol. 1, p. 468.
–Péan, J-É. L’Ovariotomie… Observations pour servir a la solution de cette question présentées a l’Académie des Sciences le 7 janvier 1867. Paris, 1868.
–Péan, J-É. Réparation d’une large parte de substance de la región cervicale antérieure… Paris, Chez Germer-Baillière, 1868.
–Péan, J-É. Tumeurs des lombes. Paris, Chez Germer-Baillière, 1869.­­
–Péan, J-É.; Malassez, L. Ulcérations anales. Paris, Chez Adrien Delahaye, 1871.
–Péan, J.-É.; Urdy, L. Hystérotomie: de l’ablation partielle ou totale de l’utérus par la gastrotomie: etude sur les tumeurs qui peuvent nécessiter cette opération. Paris, Adrien Delahaye, 1873.
–Péan, J.-É. Clinique chirurgicale. De la Forcipressure, ou de l’Application des pinces à l’hémostasie chirurgicale, par G. Deny et Exchaquet,… d’après les leçons professées pendant l’année 1874, par M. le Dr Péan ,… 1875
–Péan, J.-É. Leçons de clinique chirurgicale professées à l’Hôpital Saint-Louis…, suivies des connections recueillies dans le service de l’auteur. 10 vols. Paris, Baillière, 1876-1900.
–Péan, J.-É. Diagnostic et traitement des tumeurs de l’abdomen et du basin. 4 vols. Paris, V. Adrien Delahaye, 1880-1899.
–Portraits de Médecins. Jules-Émiles Péan, 1830-1898. Chirurgien français. Disponible en: https://www.medarus.org/Medecins/MedecinsTextes/pean.html. Consultado el 22 de mayo de 2023.
–Un glorieux et surprenant précurseur de l’asepsie, Jules-Émile Péan. Trimestriel d’information de l’Association Amicale des Anciens Internes des Hopitaux et Hospices Civils de Paris. N°19 – décembre 1998. Disponible en http://www.leplaisirdesdieux.fr/LePlaisirDesDieux/AAIHP/InternatDeParis/IDP19JEPEAN.html Consultado el 22 de mayo de 2023.

Esfigmógrafo de Dudgeon

A continuación inserto el guión del penúltimo vídeo subido al canal de Youtube Medicina, historia y sociedad: Esfigmógrafo de Dudgeon.

En un vídeo anterior (sale el enlace aquí arriba) en el que hablamos de la medida de la presión arterial nos referimos al esfigmógrafo de Vierordt y el de Etienne Jules Marey, que era una versión muy mejorada del anterior y que al final quedó para medir las pulsaciones, o mejor dicho, observar el pulso por el método gráfico.

Hoy vamos a presentar otro esfigmógrafo que llegó a ser muy popular en su época: el esfigmógrafo de Dudgeon

INTRO

¿Quién fue Dudgeon? Robert Ellis Dudgeon nació el 17 de marzo de 1820 en Leith, distrito municipal de la ciudad de Edimburgo. Se formó como médico en Edimburgo (Escocia) donde obtuvo el grado en 1841. Estuvo después en Viena con los conocidos Carl von Rokitansky (1804-1878), Josef Skoda (1805-1881), Fedinand Hebra (1816-1880) y Jäger (1832-1917). También asistió en París a varias conferencias impartidas por celebridades médicas como Alfred Velpeau (1795-1867), Gabriel Andral (1797-1876) y Pierre Charles Louis (1787-1872) entre otros.

En Viena contactó con los seguidores de Samuel Hahnemann (1755-1843) quien unos cuarenta años antes había presentado la homeopatía. En ese momento, sin embargo, no se sintió atraído por estas teorías.

Marchó después a Berlín para estudiar las enfermedades de los ojos con Johann Christian Jüngken (1794-1875), del oído con Wilhelm Kramer (1801-1876) y química orgánica con Simon. Asistió en Dublín a conferencias de Dominic Corrigan (1802-1880), Robert James Graves (1796-1853), y William Stokes (1804-1878), entre otros.

En 1843 se encontraba en Liverpool donde fue persuadido por John James Drysdale para que estudiara homeopatía. Tradujo del alemán artículos para el naciente Bristish Journal of Homeopathy (1943) y regresó a Viena para realizar una segunda estancia que se centró en aprender homeopatía con Wilhelm Fleischmann (1798-1868) en el Hospital Gumpendorf.

Se instaló después en Londres donde ejerció desde 1846 a 1884. Desde allí fue editor del Bristih Journal of Homeopathy hasta que este desapareció.

En 1850 Dudgeon fundó el Hospital Hahnemann y la Escuela de Homeopatía en Bloomsbury Square. En 1969 cerró el Hospital Homeopático de Londres por problemas legislativos. Fue secretario, vicepresidente y finalmente presidente de la Sociedad Homeopática de Londres. Publicó varias obras de homeopatía.

Elegido presidente del Congreso Homeopático Internacional que debía celebrarse en Atlantic City en 1904, no pudo asistir por problemas de salud. Murió en Londres el 8 de septiembre de 1904. A pesar de una excelente formación con los mejores clínicos de la época se inclinó por la homeopatía.

Dudgeon ideó un instrumento de bolsillo, un esfigmógrafo, para el registro del pulso. Sobre el mismo publicó The Sphygmograph: its history and use as an aid to diagnosis in ordinary practice (1882).

El pulso ha sido considerado como el signo básico de vida en la mayoría de los tiempos y culturas, y tomar el pulso es una parte estándar de todas las grandes tradiciones médicas. A partir de la década de 1860 s crearon varios esfigmógrafos, esfigmomanómetros y los esfigmómetros que gozaron de menor popularidad.

Si Marey introdujo el suyo en 1863, en 1881 lo hizo Robert Ellis Dudgeon. Se trataba de una aparato más pequeño y portátil.

El aparato se ataba a la muñeca de forma que un manómetro sensible se situaba sobre la arteria radial para registrar las variaciones. Un mecanismo de reloj hacía correr un tipo especial de papel sobre el que una aguja que transmitía el movimiento del pulso lo registraba de forma gráfica.

Este instrumento se hizo popular rápidamente ya que era compacto, fácil de usar y era muy preciso. Se convirtió asimismo en el primer dispositivo fabricado en grandes cantidades. El ejército de los EE. UU. lo incorporó a su armamentarium y lo utilizó como herramienta estándar.

También se usó para diagnosticar la muerte en tres sentencias de muerte por ahorcamiento.

Veamos a continuación su funcionamiento:

Una placa resorte de acero A que está sujeta en uno de sus extremos (a). El otro extremo libre lleva adherida un botón B móvil redondeado o elíptico que se coloca sobre la arteria radial recibiendo los movimientos de ésta.

Este movimiento se transmite a la varilla corta D que se sujeta al resorte arriba en su extremo libre C. En ángulo recto con D, y conectado con él por el eje E, se eleva el vástago vertical F. En la parte superior de F hay un gancho en el que se encuentra el brazo K, que está conectado en el eje H con una barra doblada que tiene un contrapeso I.

Hay que tener en cuenta que las varillas F y K magnifican considerablemente los movimientos comunicados al resorte por las pulsaciones arteriales.

Para registrar pulsos más débiles este aparato está dotado de una excéntrica que controlamos desde la rueda R. De esta forma graduamos mejor y obtenemos gráficas más precisas.

Estas son las gráficas que obtenemos con este instrumento.

A continuación mostramos diferentes imágenes del Esfigmógrafo.

Y hasta aquí la descripción del Esfigmógrafo de Dudgeon. Nos vemos en el próximo vídeo.

Bibliografía

Dudgeon, R.E. (1882). The Sphygmograph: its history and use as an aid to diagnosis in ordinary practice. London, Baillière, Tindall & Cox

Lawrence, C. (1979). Physiological apparatus in the Wellcome Museum 2. The Dudgeon sphygmograph and its descendants. Med Hist, vol. 23, nº 1, pp. 96-101.

On the Use of the Sphygmograph in the Investigation of Disease (1868). Br Foreign Med Chir Rev, vol. 42, nº 83, pp. 1-17.

Moss, S.W. (2006). The sphygmograph in America: writing the pulse. Am J Cardiol, vol. 97, nº 4, pp. 580-587.

Alarik Frithiof Holmgren (1831-1897) y el test de la lana

Después de subir un nuevo vídeo al canal de Youtube Medicina, historia y sociedad, insertamos la transcripción del anterior que se refería a Alarik Frithiof Holmgren (1831-1897) y el test de la lana.

Los escenarios principales del desarrollo de la fisiología científica fueron Francia y Alemania. Otros países trataron de imitarlos, como los del norte, Suecia, Noruega y Finlandia que surgieron de un tronco común formado por Alarik Frithiof Holmgren y Christian Lovén.

Este último fue médico y político. Cultivó la anatomía, la fisiología y la zoología. Fue profesor ayudante de anatomía y fisiología y en 1874 primer titular de la recién creada cátedra de fisiología del Instituto Karolinska.

El segundo, el que nos interesa, es conocido en el mundo por haber ideado la prueba de la lana.

 [INTRO]

Alarik Frithiof Holmgren nació el 22 de octubre de 1831 en Västra Ny, Östergötland, una de las veintiuna provincias de Suecia. Su padre Anders Holmgren era pastor.

Estudió en la escuela secundaria de Linköping, ciudad situada al sur de Suecia, hasta 1849. Un año después se trasladó a Upsala para iniciar la carrera de Medicina, que terminó en 1860. Durante sus estudios desempeñó diferentes trabajos: en 1853 colaboró en la lucha contra el cólera y fue también profesor de historia natural en un instituto de Norrköping, entre otros.

Fue contratado como profesor asistente de medicina teórica y práctica en la misma Universidad. En 1861 presentó su tesis de doctorado sobre las células blancas de la sangre. Pronto supo que quería dedicarse a la fisiología, pero su país, como otros muchos, se encontraba atrasado en la materia, lo que le obligó a marchar al extranjero.

En 1861 marchó a Viena para formarse con el fisiólogo von Brücke, que fue asistente de Johannes Müller y, según Erna Lesky, el fundador de la fisiología austríaca moderna. Trabajó de forma especial en temas de óptica fisiológica, (luminosidad óptica y proceso de acomodación y percepción cromática entre otros). Más tarde, éste lo envió a Leipzig donde se encontraba Carl Ludwig, quien había convertido su Instituto de Fisiología en la meca de la disciplina al que acudían de todas partes para aprender fisiología experimental. Con él estudió los gases sanguíneos.

En 1864 regresó a su país para convertirse en el primer profesor de fisiología del país. Montó un laboratorio en su casa, dispuso después de un espacio en el departamento de Anatomía y, más tarde, de una zona amplia dentro del Departamento de Patología.

Entre 1869 y 1870 viajó de nuevo al extranjero. Estuvo en Berlín con Reymond (1818-1896), del grupo de fisiólogos de orientación física quien, influido por su maestro Johannes Müller, trabajó en el campo de la electricidad animal, y en Heidelberg con von Helmholtz, conocido por sus trabajos sobre el funcionamiento y los procesos de percepción del ojo y del oído humanos. Se dedicó también a los aspectos físicos de los procesos fisiológicos. Holmgren asistió, además, a unas conferencias que Claude Bernard impartió en París.

En 1848-49 Du Bois-Reymond había observado una corriente de reposo entre los electrodos en la parte frontal y posterior del ojo, es decir, el potencial de reposo del globo ocular. Inspirado en estos hechos, Holmgren, en 1865 mostró las variaciones inducidas por la luz en ese potencial. Lo mismo hicieron de forma independiente los escoceses James Dewar y John G. McKendrick. Se descubría así la respuesta eléctrica de la retina a la luz y las bases del electrorretinograma de hoy. 

[PAUSA]

En diferentes lugares de Europa surgió la necesidad de estudiar el daltonismo para poder reconocer con seguridad si lo padecían trabajadores de los ferrocarriles, donde las señales de color juegan un papel fundamental. Se estimuló el desarrollo de varios estudios que no llegaron a buen puerto.

En la noche del 14 al 15 de noviembre de 1875 se produjo un accidente ferroviario en Lagerlunda, a pocos kilómetros de Linköping. Chocaron el expreso nocturno que iba de Estocolmo a Malmö y el expreso que iba en dirección contraria, de Malmö a Estocolmo. Hubo nueve muertos. Se habló de una mala interpretación de las señales entre un jefe de estación y uno de los conductores. Entonces se manejaban con diversos tipos de señales sonoras y luminosas. La transcripción del juicio por el accidente parece que no contiene nada relativo al color de las señales. Sin embargo, Holmgren afirmó que uno de los conductores podía ser daltónico, aunque como había fallecido en el accidente, no pudo investigarse. Parece que el siniestro se debió a un conjunto de causas que otros autores han demostrado posteriormente.

Por entonces Holmgren había desarrollado ya un método que se basaba en la comparación de lanas de diferentes colores. Se trataba de una prueba para comprobar la capacidad de percepción cromática.  

Se ponen 40 madejas de lanas juntas y se agrupan las 10 madejas cuyo tono se parezca más al color marcado con la letra “A”, que es verde. De las 30 restantes deben seleccionarse 5 que se asemejen con la madeja marcada con la letra “C” que es roja. Se repite la operación con las 25 madejas restantes entre las que deben separarse las 5 que se parezcan a la marcada con la letra “B”, de color violeta. Si el paciente opta por colores azules o violetas en la prueba del rojo, quiere decir que presenta un problema de ceguera al rojo. Si el paciente opta por colores grises o café oscuro en la prueba del color verde, indica que posee un problema de ceguera al verde. Si el sujeto opta por colores verdes o amarillos en la prueba del color violeta, presenta ceguera al violeta.

En un congreso médico que tuvo lugar en Gotemburgo después del juicio por el accidente, Holmgren presentó su test de la lana y sugirió que el daltonismo hubiera podido ser la causa del accidente; se acordó que era necesario investigar de forma sistemática las deficiencias de la percepción cromática del personal que trabajaba en los ferrocarriles.

Holmgren obtuvo permiso para evaluar a 266 empleados de la línea privada Uppsala-Gävle. Identificó 13 daltónicos (un 4,8%) entre los que había un jefe de estación, un ingeniero, dos conductores y dos empleados encargados de revisar las vías. A pesar de los resultados, los responsables no quedaron convencidos hasta que se preparó una simulación el 13 de octubre de 1876. Tres días después se emitió una orden por la que los médicos de los ferrocarriles se familiarizaran con las pruebas ideadas por Holmgren. Igualmente, las compañías de otros países fueron cambiando sus reglamentos en este sentido.

Sin embargo, parece que la prueba que hizo Holmgren estaba manipulada, ya que se utilizaron faroles con distintas intensidades de color cuando los conductores estaban acostumbrados a distinguirlos por su luminosidad. Esos faroles todavía se conservan y se ha podido reproducir el experimento.

Independientemente, la prueba de Holmgren supuso un adelanto respecto a los medios de que se disponía entonces. En 1877 publicó Sobre el daltonismo en relación con los ferrocarriles y el mar, que se tradujo a varios idiomas. El estudio del daltonismo le proporcionó fama a nivel mundial.

Holmgren investigó también un tema que era debatido en su país. Se trataba de la decapitación y de si ésta era dolorosa o no. Recogió datos de cuatro ejecuciones públicas, dos de ellas las últimas de este tipo que se llevaron a cabo en Suecia. Se refirió a lo horrible de los preparativos y concluyó que era imposible que el ejecutado sintiera algún tipo de dolor.

En 1869 Holmgren se casó con la escritora y feminista Ann Margret Tersmeden (1850-1940) [21]. En su casa se reunían personas muy liberales, incluso radicales. Frente la sociedad conservadora de la época allí se criticaba la monarquía y se defendía el parlamentarismo y el sufragio universal, los derechos de los trabajadores, la anticoncepción y el libre pensamiento religioso. Tuvieron ocho hijos.

El matrimonio Holmgren estuvo siempre del lado de los estudiantes con quienes mantuvieron excelentes relaciones. Defendió la libertad de ideas en la Universidad, institución de la que pensaba que tenía que educar a sus alumnos para que fueran capaces de pensar por sí solos.

En 1893 comenzó la construcción de un instituto que todavía perdura hoy. No llegó a tiempo a su inauguración, ya que falleció por esclerosis arterial el 14 de agosto de 1897 en Upsala. Tras su fallecimiento su mujer se mudó a Estocolmo donde siguió trabajando por la igualdad de género. Fue partidaria del amor y sexo fuera del matrimonio y participó en varias organizaciones feministas.

Bibliografía

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Monumento a Tolosa Latour

Como esta semana hemos subido un nuevo vídeo al Canal de Youtube Medicina, historia y sociedad, vamos a incluir en esta entrada el guión del anterior, que estuvo dedicado al médico Manuel Tolosa Latour (1857-1919).

«Este grupo escultórico se inauguró el 12 de noviembre de 1925. Su autor es José Ortells, de Villarreal, Castellón. Está situado en el Parque del Retiro, casi frente al conocido monumento a El Ángel caído y al lado de la Rosaleda. Realizado en piedra y bronce, el pedestal está formado por una base cruciforme inscrita en un cuadrado sobre la que se eleva un prisma cuadrangular en cuyo frente se lee la inscripción: Tolosa Latour; en el lateral izquierdo: Ley de Protección a la Infancia 12 de agosto de 1904. Sanatorio del Santa Clara (Chipiona) 12 de octubre 1892; y en el derecho: Al Excmo. D. Manuel de Tolosa Latour. Nació el 8 de agosto 1857. Murió el 12 de junio de 1919. Patricio insigne y médico abnegado, protector de la madre y el niño.

Sobre el pedestal se sitúa un sencillo busto en piedra que representa a Tolosa Latour y, frente a él, un grupo de bronce que representa a una joven madre, ataviada con una túnica y con un manto de corte clasicista, que sostiene y acerca hacia el médico a su pequeño hijo, simbolizando La Gratitud.

Al acto acudió numeroso público de Madrid y puede verse a su amigo Ángel Pulido leyendo unas cuartillas. Se ganó el sobrenombre de “apóstol del niño”.

A finales del siglo XIX la gran mortalidad infantil y la desprotección social del niño en España se convirtieron en el llamado «problema de la infancia». La situación social, económica y política hacían que esta situación se arrastrara durante décadas. Mientras en otros países se hablaba de reformismo social aquí se trataba de solucionar estos problemas con la caridad y la beneficencia.

La biografía
Tolosa Latour nació en Madrid en 1857. Era hijo de un médico sevillano y de una institutriz. Estudió bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros, de Madrid. Se matriculó después en la Facultad de Medicina donde estuvo muy influido por el gran cirujano Rafael Martínez Molina (fundador del Instituto Biológico). Se licenció en 1878.

Obtuvo el doctorado con la tesis Bases científicas a que debe ajustarse la educación física, moral y sentimental de los niños que después se convirtió en libro y que desvelaba la que sería su actividad posterior así como la de su esposa y entorno familiar y social.

Actividad como escritor y traductor
Fue traductor minucioso de obras médicas.

Ayudó a fundar y publicó en Archivos de Ginecología y Enfermedades de la InfanciaEl Hospital de Niños y La Madre y el Niño.

Redactó la cartilla Instrucciones populares para evitar la propagación y estragos de la difteria, que fue premiada por la Sociedad Española de Higiene en 1886. Llegó a ser tan popular que fue traducida a otros idiomas.

Escribió también en periódicos generales sobre temas diversos. Se casó con la conocida actriz Elisa Mendoza Tenorio y tuvo gran amistad con Benito Pérez Galdós.

Actividad institucional
Fue cofundador de sociedades científicas como la de Terapéutica, Higiene, Ginecología y Fisiología, y Pediatría. Presidió la Sociedad Frenopática Española en 1882. Quizás en la que desarrolló más actividad fue en la de Pediatría, que llegó a presidir.

Elegido miembro de número de la Real Academia Nacional de Medicina en 1899, pronunció su discurso de ingreso en 1900: Concepto y fines de la higiene popular.

También fue miembro de la Academia Médico-quirúrgica y socio del Ateneo (sección de Ciencias naturales).

Perteneció a la Sociedad de Biología de París y a las de Higiene y de Medicina Pública e Higiene Profesional francesas.

Representó a España en los congresos internacionales de Protección a la Infancia de París (1883), Amberes (1890) y Ginebra (1896).  Aquí mostró su preocupación por los niños que entonces llamaban “anormales” o “incorregibles” tratando de estudiar las razones médicas y biológicas que justificaran estos comportamientos y poder tratarlos. Llamó la atención asimismo de las causas sociales de los comportamientos antisociales de estos niños.

También participó en el Congreso Internacional Pedagógico (Madrid, 1892), Congreso internacional de Educación familiar (Bruselas, 1910) y el Congreso Internacional de Higiene Escolar (París, 1910).

Actividad asistencial
Ejerció como pediatra en el entonces recién creado Hospital del Niño Jesús. Por desavenencia con la duquesa que lo creó fue separado del servicio cinco años después. Dirigió el Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús. Organizó una enfermería con 200 camas. Aquí fue uno de los primeros lugares de España donde se pusieron en marcha en España los estudios de antropometría pedagógica. Fue uno de los pioneros en la formación en España de la Pediatría.

Cofundador de la primera gota de leche de Madrid junto con Rafael Ulecia y Cardona siguiendo el modelo francés. Impulsó los sanatorios y hospicios marinos y de montaña para combatir el escrofulismo y el raquitismo en la infancia. El de Trillo (Guadalajara) fue uno de los que funcionó bajo el amparo de la Sociedad Protectora de Niños.

El más genuinamente suyo fue el de Santa Clara (Chipiona), creado en 1892, que costeó a sus expensas y las de sus amigos (por ejemplo Pérez Galdós contribuyó con los beneficios de la publicación de su obra El Abuelo) y que fue una de las primeras empresas de este tipo llevadas a cabo en España.

Tuvo consulta privada que finalmente dejó en manos de su hermano Rafael, que también fue pediatra y médico del Instituto Municipal de Puericultura de Madrid (1923).

Actividad higienista y social
Tolosa perteneció al grupo de reformistas sociales que se plantearon la misión dirigida a tutelar y proteger al niño desamparado, por un lado, y a educar y corregir al niño delincuente, por otro.

Quizás su contribución más importante fue la Ley de Protección a la Infancia, conocida también como Ley Tolosa Latour, promulgada en 1904. El Reglamento tardó tiempo en realizarse y la ley entró en vigor mucho después de promulgada. Vigente hasta 1941.

Creó el Consejo Superior de Protección a la Infancia y Represión de la Mendicidad, actuando varios años de secretario de la institución. Creó el boletín: Pro Infantia. Boletín del Consejo Superior de Protección a la Infancia y Represión de la Mendicidad, órgano de expresión de sus puntos de vista sobre este terreno y a la que dedicó sus esfuerzos hasta que falleció.

También fue director general del primer Servicio de inspección Médico Escolar, vocal del Consejo de Sanidad y del Patronato de Sordomudos y Ciegos,

Méritos
Aparte de los mencionados, le fue concedida la Gran Cruz de la Beneficencia (1912);  la Gran Cruz de Isabel la Católica desde 1915;  la Cruz de Carlos III; y la Encomienda de Cristo de Portugal. Oficial de la Legión de Honor francesa.

Murió el 12 de junio de 1919.

Bibliografía
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Monumento al doctor Cortezo

Hemos subido al canal Youtube Medicina, historia y sociedad un nuevo vídeo: Monumento a Tolosa Latour, por lo que es el momento de dejar aquí el guión del anterior que, si recuerdan, estuvo dedicado al doctor Cortezo: Monumento al doctor Cortezo.

«Una vez más nos vamos a Madrid y en concreto al Parque del Retiro. Si entramos por la puerta de Herrero Palacios y seguimos por el Paseo de Fernández Núñez hasta la Escuela de Patinaje El Retiro, muy cerca veremos el conjunto escultórico dedicado al Dr. Cortezo. Fue inaugurado en abril de 1921 bajo el patrocinio del Colegio de Huérfanos de Médicos, asistiendo el propio Cortezo. El autor fue Miguel Blay y Fábrega.

Veamos quién fue este médico.

[INTRO]

Cortezo procedía de una familia de clase media culta. Nació en Madrid el 1 de abril de 1850. Su padre murió cuando era pequeño, lo que dejó a la familia en circunstancias económicas delicadas. Estudió en el Colegio San José y obtuvo el bachiller en letras en el Instituto San Isidro.

Comenzó a estudiar medicina en 1866. La mayor parte lo hizo en los tiempos del llamado  sexenio revolucionario. También se matriculó en la Facultad de Letras. No tenía claro qué camino seguir hasta que se matriculó en un curso libre de Terapéutica que impartía Ezequiel Martínez de Pedro en su clínica del Hospital general. Finalizó el año 1870 y unos meses más tarde obtuvo también el doctorado con la tesis  La influencia de las bebidas alcohólicas en la Patología y Terapéutica.

Desde el positivismo y el republicanismo participó activamente en la discusión científica, sobre todo desde la prensa profesional y general.

Ingresó en la Academia Médico-quirúrgica en 1871 y llegó a dirigir la sección de Medicina entre 1875 y 1876. También fue su vicepresidente en 1876 y vicepresidente de la Academia Histológica que había fundado Aureliano Maestre de San Juan en 1874, que se fusionó con la anterior en el curso de 1876-77.

Con este perfil no es raro que participara en la Sociedad Española de Historia Natural y en la Institución Libre de Enseñanza como manera de defenderse del pensamiento reaccionario. Como otros conocidos colegas también formó parte de la Escuela Libre de Medicina que fundó González de Velasco en el Museo Antropológico en 1875.

Pronto adquirió fama de descubrir a personas que podrían llegar a destacar y a conseguir recursos. Desde la tertulia del Café Fornos lanzó al joven Luis Simarro. Con éste llegó a promover una Sociedad para el adelanto de las Ciencias como las que existían en otros países. La iniciativa no tuvo repercusión, pero en 1908 y con la insistencia de Luis Simarro se creó la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias. Presidida por Moret, formaban parte de la junta Simarro, Cortezo, Pulido, y Rodríguez Carracido, entre otros. Uno de los primeros congresos que celebraron tuvo lugar en Valencia con motivo de la Exposición Nacional de 1910.

Más tarde, ya en la madurez y como otros de sus amigos, se moderó. Con la restauración monárquica se afilió al Partido Conservador siendo seguidor cercano a Silvela y Romanones.

Cultivó libremente la medicina aunque también obtuvo una plaza de médico sustituto de la Beneficencia Municipal y, por oposición, un puesto en el Hospital de la Princesa. Él y otros colegas tuvieron como objetivo convertir su hospital en el centro de referencia científica de Madrid —lo que significaba una dimensión docente—. No dudaron en hospedar entre ellos, el Instituto de Terapéutica operatoria de Federico Rubio tras su frustrada embajada republicana en Londres. No obstante, hubo algunos que plantearon problemas porque allí ya había excelentes cirujanos. Como sabemos, más tarde, Federico Rubio fundó su propio Instituto en la zona de Moncloa, Madrid.

Una aportación de Cortezo fue la cura antiséptica de las heridas mediante la aplicación inmediata sobre las mismas de algodones empapados con cloruro de cal y ácido oxálico y protegidas del ambiente mediante un vendaje cerrado. Este procedimiento era parecido al que se utilizo durante la Primera Guerra Mundial. También regentó en el Hospital un laboratorio de análisis químico y de estudio anatomopatológico con intención docente y asistencial.

Quiso hacer carrera académica pero no obtuvo la cátedra de Patología médica de Barcelona. Sí ganó la de Fisiología de Granada, pero no era lo suyo. Sólo impartió una clase. Sabía que su puesto estaba en Madrid donde la politización de la Universidad no le permitió ganar nunca una cátedra.

Entre 1880 y 1881 abandonó su puesto en el Hospital para dedicarse sólo a su consulta privada. Llegó a tener una abundante y selecta clientela hasta que en 1914 sufrió una importante pérdida de la vista.

Ya nos hemos referido antes a su participación en la prensa. En 1872 creó la Revista Médico Quirúrgica y en 1874 entró a formar parte de la redacción de El Siglo Médico que dirigían Méndez Álvaro y Matías Nieto Serrano. En 1918 se hizo con su propiedad y fue integrando a lo más destacado de la medicina española: Lafora, Pittaluga, Hernando, Marañón, Urrutia, Cajal, Amalio Gimeno, Francos Rodríguez, etc.

Junto con Méndez Álvaro y otros creó la Sociedad Española de Higiene en 1882.

Entre 1885 y1886 mantuvo una conexión con la bacteriología práctica a través de un grupo informal en torno a Antonio Mendoza en el hospital de San Juan de Dios, que luego pasó, como “sociedad libre” a la calle Gorguera. Allí se produjo el encuentro de Santiago Ramón y Cajal con Luis Simarro

Ingresó en el Real Consejo de Sanidad. Fue académico de la Real Academia de Medicina desde 1891 (su discurso de ingreso fue contestado por Ángel Pulido). Se dio de baja en la Academia Médico-quirúrgica. Presidió la Real Academia de Medicina entre 1914 y 1928, año en el que dimitió. Fue nombrado presidente de honor, puesto del que también dimitió en 1932.

A partir de 1887 inició cargos de representación internacional. Fue delegado español en distintas conferencias y congresos de medicina e higiene. Uno de los más importantes fue la Conferencia sanitaria internacional de Venecia, en 1902, donde se fijaron las nuevas bases de la profilaxis sanitaria internacional habiendo asumido las novedades bacteriológicas que se habían producido recientemente. Fue presidente de la Asociación Internacional de la Prensa Médica entre 1903 y 1906. Perteneció también a la Real Academia Española (desde 1918).

Fue elegido diputado por una circunscripción leonesa en las elecciones de 1891, y por circunscripciones gallegas en 1898, 1899, 1901,y 1903. En 1905 fue senador por Orense, cargo que pasó a ser vitalicio a partir de 1906. Durante este periodo luchó por ayudas a las familias numerosas.

Ocupó el cargo de director general de Sanidad unos meses entre 1899 y 1900 y entre diciembre de 1902 y diciembre de 1903 con el gobierno Maura. Tuvo que lidiar con la extensión de la peste que se presentó en Portugal y más tarde con un brote de tifus que tuvo lugar en Madrid cuando se celebraba el Congreso Internacional de Medicina. Sentó las bases de la modernización de la Sanidad en España.

También fue ministro de Instrucción pública entre abril y junio de 1905. En este corto espacio de tiempo se tomó la decisión de instalar un monumento a Cervantes en el tercer centenario de la edición del Quijote, dotar un edificio para la Real Academia de Medicina y organizar la restauración del patrimonio nacional.

Desde 1909 fue consejero de Estado. Lo llegó a presidir de forma interina tras el golpe de Primo de Rivera y como titular entre 1925 y la llegada de la República. También presidió el Consejo de Protección a la Infancia.

En 1903 preparó la Instrucción general de Sanidad, que adecuaba los servicios sanitarios regulados por una disposición que se remontaba a 1855. Además de reglamentar la organización sanitaria y el ejercicio profesional, se disponía el régimen sanitario interior, con atención a los pormenores de la higiene municipal y escolar, y que incluía, además, la práctica de la desinfección en casos de enfermedades infecto-contagiosas.

Su último compromiso profesional fue la implantación de un Colegio para Huérfanos de Médicos, en cuya fundación por Real Decreto de 15 de mayo de 1917 influyó junto con José Pando y Valle, Manuel Tolosa Latour y Concepción Aleixandre cerca del ministro Julio Burel, y cuyo Patronato dirigió hasta 1932, cuando se produjo su absorción por Previsión sanitaria.

En 1915 le fue tributado un magno homenaje nacional con asistencia de las más destacadas figuras de la Ciencia, el Arte y la Política.

Condecorado varias veces, destacan la Gran Cruz y Collar de Carlos III y el Toisón de oro.

Murió en Madrid el 25 de agosto de 1933».

Bibliografía

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¿Productos americanos en la ‘Materia médica’ de Dioscórides?

Hemos subido al canal Youtube Medicina, historia y sociedad un nuevo vídeo: Monumento al doctor Cortezo. Como siempre vamos a transcribir el guión del anterior: ¿Productos americanos en la ‘Materia médica’ de Dioscórides?

Dedicábamos el último vídeo a la Materia médica de Dioscórides y a su transmisión hasta la actualidad, con especial detenimiento en las traducciones renacentistas y la aparición de la imprenta.

Una de las características de la medicina del Renacimiento europeo fue la incorporación de los productos americanos al arsenal terapéutico. Sabemos que los textos colombinos y otros escritos relacionados con los descubrimientos contenían las primeras noticias de los productos curativos del Nuevo Mundo, pero ninguno redactado con una intención científica.

Después comenzaron a aparecer con esta intención. ¿Es posible que encontremos alguno en la traducción de la Materia médica de Dioscórides por Andrés Laguna en 1555?

Veamos.

[INTRO]

Está claro que Dioscórides no conoció ninguno de estos productos. Vimos que durante el Renacimiento se buscaron las fuentes originales y se volvieron a traducir. Con la ayuda de la imprenta estos conocimientos comenzaron a difundirse a gran escala. Pero también es característica de esta época, de esa forma de ser, de comentar aspectos no demasiado claros, de corregir errores y de añadir información. Todo ello convenientemente separado del texto original.

A mediados del siglo XVI sólo unos pocos productos americanos habían merecido la atención de los médicos y cirujanos. Unas veces no conocían su existencia, otras no sabían sus usos y casi siempre no sabían cómo encajarlos en las teorías galénicas entonces vigentes en Europa.

No sabemos muy bien por qué Laguna incluyó productos americanos en su traducción. Quizás el guayaco hubiera sido la única excepción porque era un producto que se estaba introduciendo contra el morbo gálico promocionado por los banqueros Függer, lo que les supuso cuantiosos ingresos.

Vamos a comentar cuales fueron estos productos.

PIMIENTA DE INDIAS (Cap. V Libro I)
En el capítulo dedicado al cardamomo del que dice que hay tres tipos, al final habla de que en su época unos confundieron esta planta con el siliquastro o Pimienta de Indias.

El cardamomo, de procedencia oriental, son plantas de los géneros amomum y elettaria.

Hubo durante mucho tiempo bastante confusión con las pimientas.

Laguna se refiere a los que hablaban de Siliquastro como el cardamomo, llamada por otros pimienta de Indias.

Parece que se refiere a la pimienta negra o Piper nigrum. En el siglo XIX Mérat señaló que el siliquastro y la pimienta oriental era lo mismo.

Sin embargo otros, como Schneider, hablan de ‘semen siliquastri’ como ‘semen piperis’, Capsici, etc.

La presencia de la especie Capsicum (pimiento) de la que Monardes decía que ya era conocida en toda España, introduce confusión.

Hoy el siliquastro es el Cercis siliquastrum o árbol del amor del que en España, por lo menos en Valencia, lo encontramos en algunas calles.

Laguna dedica el capítulo 148 del Libro II a la pimienta negra y dice que hay confusión porque su aspecto varía según el autor que hable de ella. No ofrece imagen.

En resumen, la pimienta negra que venía de Oriente y el Capsicum que lo hacía de Occidente. En el siglo XIX hallaron en el Capsicum o en los pimientos y chiles una sustancia activa: la capsaicina.

LOS  BÁLSAMOS (Libro I, cap. 18)
El bálsamo era para Dioscórides un árbol del que se obtenía un licor que tenía numerosas propiedades. Después dice que había sido falsificado con otros productos y que prácticamente ya no existía en el mercado.

Lo identificaron en el siglo XVIII con la especie Commiphora opobalsmum L. o Commiphora gileadensis o árbol del bálsamo de Arabia.

Aquí Laguna introduce un nuevo bálsamo que procedía de la Nueva España que se trataba, según él, del aceite de estoraque purísimo. (En realidad procede del Liquidambar styraciflua).

Por tanto Laguna no lo tiene claro, pero ya venían diferentes bálsamos de América: El bálsamo del Perú (Myroxylon Balsamum L. Harms var. Pereirae y el de Tolú (Myroxylon balsamum L. Harms variedad balsamum).

COCO ÍNDICO (Libro I cap. 141)
Laguna parece que se refiere al Cocus nucifera. Aunque se encontraron en abundacia en América no pueden considerarse en rigor como americanos.

Laguna lo recomienda comido aunque dice que se digiere con dificultad. Acrecienta el esperma y hace engordar. Su aceite es bueno para el dolor de las hemorroides. También se refiere al uso de las fibras que los envuelven (para hacer tapices) y al uso de la cáscara de las que se hacían vasos para beber.

Garcia de Orta y Cristóbal de Acosta que escriben libros sobre los productos que proceden de las Indias orientales, también lo mencionan y describen con detalle.

ESTORAQUE (Libro I, cap. 64)
Laguna parece que se referiere sin ninguna duda al obtenido del Styrax officinalis. Se usaba en fumigaciones para enfermedades del aparato respiratorio acompañadas de expectoración abundante. En polvo se utilizaba en las artralgias, neuralgias reumáticas y como antiparasitario.

Al final del capítulo menciona “un aceite de estoraque que traen de Nueva España” que produce un fuerte dolor de cabeza y que muchos no quieren utilizar. Se refiere al aceite Styracino que procede del Liquidambar styraciflua.

Por tanto habría dos tipos de liquidámbar: el orientalis, que crece en los países ribereños del Mar Rojo y el Liquidambar Styraciflua L. que procedía de América central y septentrional. Había una variedad mexicana que era el copalme. Éste último se confundía con el Styrax officinalis porque tenía un aspecto y virtudes parecidas.

Todos llevan ácido benzoico y cinámico. Son excitantes del sistema mucoso y se usan en afecciones catarrales de vías respiratorias, urinarias, intestinales, etc. Por su poder antiséptico se han empleado para llagas y heridas.

El comercio del estoraque oriental fue desplazado poco a poco por el americano.

GUAYACO
En el capítulo 109 dedicado al ébano se ocupa del Guayaco. Concedida la exclusiva de su importación a los Függer, clan familiar financiero alemán, contribuyó a su popularidad la obra de Ulrich von Hutten De guaiaci et morbo gallico liber unus (1519).

El hecho de que tanto la enfermedad como el remedio vinieran de América fue interpretado como que la divina providencia no abandonaba a los seres humanos en sus problemas graves. Claro, a los que tenían estas ideas hay que incluirlos en el grupo de los que pensaban que el morbo gálico procedía de América. Hubo otro grupo de científicos que pensaron lo contrario, que se originó en Europa. Se trata de una vieja polémica que todavía en algún lugar sigue arrastrándose.

Laguna distingue, incluso, varias especies de leño. Confiesa que no conoce el árbol y manifiesta dudas al describirlo.

En este mismo capítulo habla de la raíz de China y las zarzaparrillas que “desaparecieron” con el guayaco. La raíz de China o Smilax china L. procede de Asia oriental y la introdujeron los portugueses. La zarzaparrilla es la Smilax aspera o zarzaparrilla europea. No obstante, muchos prefirieron la zarzaparrilla procedente de Honduras porque consideraban que tenía mejor calidad.

Mientras ganaban dinero con el guayaco y sabiendo que otros autores usaban el mercurio contra el morbo galico, ordenaron comprar las minas de cinabrio españolas.

En el siglo XIX se llegó a la conclusión de que los sudoríficos, lo eran porque se administraban en infusiones muy calientes que hacían sudar, pero que no tenían ningún efecto sobre la sífilis.

MAÍZ (Libro II, capítulo 88)
La imagen es inequívoca y todos sabemos que el maíz procede de América. Lo incluye en el capítulo del mijo y al final del mismo dice que

“Hállase a cada paso una suerte de mijo llamado Turquesco, que produce unas cañas muy grandes, y en ellas ciertas mazorcas llenas de muchos granos amarillos o rojos, y tamaños como garbanzos: de los cuales molidos hacen pan la ínfima gente, y éste es el maíz de las Indias, por donde méritamente le llamo Milium Indicum Plinio”

Está claro que el maíz americano ya se había extendido tanto por Europa que la gente no sabía su procedencia.

PHASIOLOS O PHASIOLOS TURQUESCOS (Libro II, cap. 99)
Se trata de los Phaseolos vulgaris L. o frijoles americanos, pero Laguna los confunde con los Smilace hortense, frisoles o judihuelos de los que habla en el cap. 135

CALABAZA (Libro II, cap. 123)
Había más de media docena de especies de cucurbitáceas en la América precolombina que se utilizaban como hortalizas  o verduras.

Laguna describe tres tipos: luengas, redondas y llanas. Con la calabaza, especialmente la Cucurbita pepo L. pasó como con el maíz, que su cultivo se extendió por Europa con gran rapidez, confundiéndose con otras europeas más antiguas que pertenecen a la misma familia.

Su uso médico fue perdiéndose excepto las semillas como vermífugos.

COCHINILLAS (Libro IV, cap. 49)
En el capítulo dedicado a la Grana de tintoreros se refiere a una grana que traen el Perú que nace en unas plantas pequeñas a manera de uvillas salvajes que se llama cochinilla. Él la compara con el Cocco Gnidio de Dioscórides y que la denominación se corrompió en “cochinilla”. No obstante dice que esta cochinilla es de inferior calidad que el torvisco o cocco gnidio español que tiñe mucho mejor.

Para aclararnos un poco, en Europa se usaba la grana quermes procedente del Lecanium ilicis que vive sobre la coscoja o Quercus coccifera L. y la cochinilla de Polonia Porphyfora poloniaca L. que vive sobre raíces de diversas plantas de Polonia, Alemania y Rusia.

La cochinilla americana sería la Coccus cacti, originaria de México, que vive sobre las Opuntias. No comprendemos cómo Laguna relaciona la cochinilla con el torvisco o Daphne gnidium L. que da unos frutos rojos muy purgantes.

La cochinillas apenas se utilizaron. Laguna recomienda la que viene de la Quercus cocifera L. majada con vinagre aplicada a heridas recientes y lesiones de los nervios.

ESMERALDA DEL PERÚ (Libro V, cap. 114 dedicado al Saphir)
Dice que tienen menos virtud que las que vienen de Oriente y que no deben administrarse por boca.

Poco más. Se desconocía la composición de piedras, minerales, rocas, etc. Se utilizaban más por cuestiones mágicas que empíricas. En el siglo XIX se vio que los minerales de aluminio tenían la capacidad de coagular la albúmina y eran antipútridos. Se usaron como tópico en oftalmias ligeras y ulceraciones corneales, inflamación de encías, aftas bucales, leucorrea y prurito vulvar.

Se trata de un mineral ciclosilicato de berilio y aluminio

NOPAL (Libro I cap 145)
Se trata de una cactácea y se denomina Opuntia sp. En México el nombre se aplicaría al fruto y a la planta se le llama nopal. Se expandió pronto por determinadas zonas de España.

El líquido de las palas era vesicante y se usaba en el XIX contra la gota y dolores de muelas. Las palas, frescas y calentadas se usaban como emolientes.

Laguna la describe así:

En pocos años acá se halla en Italia una planta llamada higuera de la india, la cual en lugar de ramos, produce a manera de palas unas hojas muy anchas, y gruesas y encaramadas y enxeridas unas sobre otras, y por todo su redondez armada de sutiles espinas. El fruto de esta planta es a manera de breva, muy dulce, y muy desabrida. Son pegajosas sus hojas, y en el sabor se parecen a la mayor siempreviva: Por donde juzgo que son frías y húmidas.

Se trata de una cactácea que proviene de América aunque en España formaron parte del paisaje muy pronto.

Conclusión
A pesar de que se trata de una traducción de la Materia médica de Dioscórides, aparecen pocas plantas nuevas. Concede más poder a las orientales y europeas.

Hay confusión en su descripción porque o bien se habían extendido ya o bien no las conocían directamente

Durante tiempo se siguieron utilizando los antidotarios clásicos y conocidos que no incorporaban nuevos pruductos.

Bibliografía
–Fresquet Febrer, J.L. (1992). Terapéutica y materia médica americana de la obra de Andrés Laguna (1555). Asclepio, vol. 44, nº 2, pp.53-82. DOI: https://doi.org/10.3989/asclepio.1992.v44.2.504

La ‘Materia médica’ de Dioscórides

A continuación insertamos el guión del vídeo La ‘Materia médica’ de Dioscórides, después de haber subido un nuevo vídeo al Canal de Youtube Medicina, historia y sociedad que se centra en los productos americanos que el traductor Andrés Laguna introdujo en su ‘Materia médica’ de Dioscórides (1555).

La Materia médica de Dioscórides es quizás el libro de medicina clásica y científica que más veces se ha publicado.   Todavía hoy podemos encontrar varias ediciones facsímiles, nuevas y traducciones y libros que son una adaptación. Aquí tengo unas cuantas [Se muestran a cámara].
En este vídeo vamos a sintetizar el contenido de esa Materia médica, lo que significó para la Medicina científica y conoceremos también algo sobre su autor.

[INTRO]

Parece que Dioscórides vivió y desarrolló su obra bajo el mandato de Nerón (54-68 dC). Nació en Anazarbo, ciudad de Cilicia, cerca de Tarso. Lo poco que sabemos de él procede de la carta o dedicatoria que precede al libro y que está dedicado a un amigo suyo llamado Ario, médico de Tarso.   Dioscórides fue médico militar en época de Claudio y Nerón. Esto le dio la oportunidad de viajar y de conocer numerosas provincias de lo que fue el Imperio romano, lo que le permitió enriquecer sus conocimientos heredados de sus antecesores en materia de plantas y drogas medicinales. Él mismo se confiesa como un apasionado de la materia médica. Insistimos en decir que no parte de cero sino que ya dispuso de información que procedía de otros escritos que él califica de incompletos, confusos, incluso equivocados y de otros más modélicos. Está claro que muchos de esos escritos recogían tradiciones de Mesopotamia, del antiguo Egipto, etc.   A lo largo de la historia se le han atribuido otras obras y se han incluido capítulos en la suya de otros autores. Mientras no hubo imprenta, los ejemplares manuscritos de su Materia médica diferían unos de otros en el número de libros o de capítulos que lo componían. Lo cierto es que su Materia médica es quizás la obra médica más veces reeditada y traducida de la historia. Todavía hoy sigue siendo objeto de interés por números estudiosos. Constituye una fuente indispensable para el estudio de la materia médica, de la botánica, de las creencias populares y también para el estudio de la expresión formal de la prosa científica y del léxico.    

Dioscórides está convencido del rigor con el que construye su obra. Dice que ha visto un buen número de plantas con sus propios ojos y que ha investigado otras a partir de entrevistas a los habitantes del lugar. Por otro lado, tiene experiencia de ellas.   Ordena los remedios por sus “acciones y efectos” de ahí que a nosotros nos parezca una obra donde todo se mezcla.  

Su texto recoge 600 plantas, 35 productos de origen animal y 90 minerales.  Puede considerarse como las guía farmacéutica más amplia de la Antigüedad. Galeno la consideró como la mejor de su clase y la difundió a través de sus obras.   Por libros, en el primero (129 capítulos) trata de perfumes, aceites, ungüentos, árboles y arbustos (líquidos, gomas y frutos). En el segundo (de 186 capítulos) aborda los animales y partes de animales, productos animales, cereales y hierbas. En el tercero (de 158 capítulos) se ocupa de raíces, jugos, hierbas y semillas. En el libro cuarto (de 192 apartados) sigue tratando de raíces y hierbas. Por último, en el quinto (de 162 capítulos) describe vides, vinos y minerales.   El método descriptivo para cada remedio suele ser el siguiente: nombres con el que se le conoce en varias lenguas de la época; origen; características morfológicas de la planta (raíces, tallo, hojas, flores, aromas, sabor, etc.). Este último aspecto no aparece en todos los capítulos y en otros se dice que la planta es conocida. Hay que decir que sus descripciones son a veces insuficientes para la identificación correcta.   Sigue después la enumeración de las propiedades, especialmente las médicas. En algunos casos menciona propiedades basándose en la teoría incorrecta de las signaturas. Se ocupa después de los modos de preparación y luego de sus usos medicinales que incluyen, en ocasiones, los efectos perjudiciales. Describe, además, dosis, “formas farmacéuticas”.  

Dioscórides usó los términos de género y especie pero en un sentido distinto al que hoy lo hacemos, pero de alguna manera su intento de poner orden fue de utilidad a lo largo del tiempo. También dio importancia al ambiente en el que crecían las plantas. No tenían las mismas propiedades las que lo hacían en las altitudes que las de zonas pantanosas. También recomienda cuándo y cómo recoger las semillas, época de recolección, modo de cortarlas o de extraer su savia, etc. Asimismo proporciona información sobre su conservación.

Respecto a las ilustraciones habría que revisar los manuscritos medievales y las ediciones renacentistas.   El Códice más antiguo conservado de Dioscórides es el Vindobonensis, antes Constantinopolitanus en el que el texto se presenta por orden alfabético. Parece que las imágenes derivan de originales de una fecha tan temprana como el siglo II d.C. Varían mucho en calidad y claramente no proceden todos de la misma mano. Algunos, incluso, parece que fueron realizados por Cratevas. Las entradas de los capítulos de De Materia Medica se ordenaron alfabéticamente y sus descripciones se aumentaron con observaciones de Galeno y Crateuas (Krateuas). También se adjuntaron cinco textos suplementarios, incluyendo la Theriaca y Alexipharmaca de Nicandro y la Ornithiaca de Dionisio de Filadelfia (siglo I d.C.), que describe más de cuarenta aves mediterráneas. Después, lo que pasó es que los copistas dibujaron las plantas copiándolas y no a partir de la propia naturaleza. El cod Parisinus gr. 2179 es el mejor testimonio de la obra genuina de Dioscórides con el orden sin alterar.  

Con la aparición de la imprenta uno de los primeros libros que se editó fue este. Aparte de volver a traducir los originales, se trató de reconstruir lo original de Dioscórides a lo que se añadieron a veces comentarios, nuevas plantas y corrección de errores como era característico del Renacimiento, pero de forma separada. Se tradujo, además, a las lenguas vulgares como el castellano y el italiano.   Los grabados que acompañan a la edición de Andrés Laguna parece que los encargó él mismo a un taller veneciano para su edición castellana. Se inspiran en los de la versión latina de Mathioli. Luego se trasladaron a Amberes donde se hizo la edición principal y más tarde se trasladaron a España concretamente a Valencia hasta 1695. La edición de Madrid de 1733 ya no los usó.  

Esta edición de Gredos [Se muestra a cámara], en dos volúmenes, es una de las últimas traducciones que sepamos que se ha realizado de la Materia médica de Dioscórides de la mano de Manuela García Valdés.  

Bibliografía

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Breve historia de la digital

Subimos el guión del vídeo Breve historia de la digital después de insertar otro nuevo en el canal Medicina, historia y sociedad.

INTRO
Empezaremos esta tercera temporada con la historia de una planta que ha rendido grandes servicios a la humanidad: la digital.

En el camino nos referiremos a otras que han sido utilizadas por diferentes culturas a lo largo de la historia para enfermedades del corazón o que han sido evitadas por contener venenos que afectan gravemente a este órgano.

También nos referiremos a sus usos populares y cómo algunos han trascendido al cine o a la interpretación de la pintura de Vincent van Gogh.

[TÍTULO]

Una de las primeras plantas que se utilizó en las enfermedades del corazón fue la conocida como escila o Urginea marítima, Drimia marítima, muy abundante en las zonas costeras del Mediterráneo, cuyo bulbo se emplea en terapéutica desde el periodo inicial de la medicina clásica griega. Es uno de los escasos remedios medicamentosos que se citan explícitamente en las historias clínicas del siglo V aC. reunidas en el Corpus Hippocraticum. Uno de sus principios activos es el escilirósido, aislada posiblemente por Stoll y Suter en 1927.

Esta planta aparece mencionada en la Materia médica de Dioscórides entre otras cosas para resolver edemas. Con toda seguridad la conocieron los egipcios y otras sociedades de la Antigüedad.

El muguete o lirio de los valles (Convallaria majalis) es otra planta que crece abundantemente en el centro de Europa. En España es rara. Las hojas y flores contienen glucósidos cardiotónicos.

Igualmente el Ojo de perdiz o Adonis vernalis, procedentes de Oriente medio, se distribuyen por Europa, Asia y norte de África. Contiene varios principios activos, entre ellos heterósidos cardiotónicos. Se ha usado mucho en farmacia.

Muy conocida en nuestro ambiente por su abundancia es la adelfa o Nerium oleander. Se ha distribuido prácticamente por todo el mundo como planta ornamental. Contiene heterósidos cardiotónicos. La oleandrina, de estructura esteroide, es muy similar química y farmacológicamente a la oubaína y digoxina.

Propia del África tropical es el estrofanto (Strophantus kombe y algunas otras especies). Liana o arbusto trepador leñoso que segrega un líquido lechoso cuando se rompe. Contiene glucósidos cardíacos basados en la aglicona estrofantidina. En medicina parece que fue introducido por Thomas Fraser (1841-1920).

En 1889 y 1890 informó sobre un veneno para flechas utilizado en las zonas costeras de Kenia y Nigeria y analizó el frijol Calabar altamente venenoso y Strophanthus hispidus.

LA DIGITAL
Y llegamos a la digital o Digitalis purpurea, que aparece recogida por Fuchs (1501-1566) en su Nuevo herbario (1543) como “Von Finger-hutkraut (flores en forma de dedal), con propiedades descongestionantes viscerales. También la recoge Hieronymus Bock.

La leyenda (porque no sabemos cuánto hay de verdad y de fantasía) cuenta que una señora o posible curandera de Shropshire utilizaba una mezcla de plantas que daba a las personas que presentaban edemas o hidropesía y que, en algunos casos, funcionaba bien. Enterado el médico William Withering, que también era botánico, se hizo con la mezcla y empezó a analizar e identificar las distintas plantas del conjunto. Finalmente llegó a la conclusión de que era la digital o foxglove o dedalera o Digitalis purpurea la que producía esos efectos.

Si hoy pasara algo parecido, ¿algún científico se pondría a investigar el fenómeno? En esos tiempos la mayor parte de medicamentos procedían de las plantas y los médicos solían ser buenos conocedores de ellas. Por tanto, aquí tendríamos un ejemplo del paso de un uso popular a un uso científico.

La digital es una planta nativa de Europa, noroeste de África y Asia central y occidental.

Withering trabajó diez años para poder ajustar las dosis y lograr los efectos deseados. Descubrió que eran las hojas las que tenían los principios activos. Administró “la infusión” en varias concentraciones y observó que podía lograr una buena diuresis sin llegar al vómito, indicio de intoxicación. Determinó qué situaciones patológicas mejoraban: por ejemplo, el hidrotórax que a menudo se debían a insuficiencia cardíaca congestiva. Reconoció asimismo que tenía efectos sobre el corazón. Describió la intoxicación: vómitos, alteraciones de la visión (verde, amarillo, violeta) y bradicardia. Alguien ha llegado a decir que las pinturas de van Gohg representan muy bien las visiones en esos colores. La toxicidad de la digital (intoxicación digitálica) es el resultado de una sobredosificación y produce una visión amarilla (xantopsia) y la aparición de visión de perfiles desdibujados (halos), además de bradicardia en casos extremos.

En 1785 publicó The Foxglove and some of its Medical Uses. with practical remarks on the dropsy, and some other diseases [Un estudio de la Dedalera y algunos de sus usos médicos con observaciones prácticas sobre la hidropesía y otras enfermedades].

En España aparece en el volumen 5 de la Flora Española (1784) a la que se atribuyen propiedades diferentes (vomitiva, purgante, vulneraria, etc.).

Withering analizó 163 casos. Algunos ocupan páginas y otros apenas unas líneas. Este análisis, por supuesto, estaría lejos de una estudio actual aleatorio, prospectivo y doble ciego.

Sucedía esto en el tránsito de lo que llamamos “materia médica” a farmacología experimental. Todavía no se habían aislados sus principios activos, pero en Dinamarca, ya se fabricaba polvo de digital estandarizado que se usó en tabletas, infusiones y tinturas.

El Comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud en 1949, estableció un preparado patrón internacional de polvo desecado de hojas de Digitalis purpurea, consistente en una mezcla de polvos de distinta procedencia. De tal forma, que una unidad internacional es la actividad de 76 mg del preparado estándar’

En 1868 el farmacéutico francés Claude Nativelle obtuvo la digitalina cristalizada pura prácticamente igual que la digitoxina aislada por Schmiedeberg  en 1874. Las hojas contienen digitalina. Las hojas, flores y semillas contienen también digitoxina y digoxina halladas posteriormente.

Actúan inhibiendo la bomba sodio-potasio ATPasa por lo que incrementa el calcio intracelular. Esto produce efecto inotrópico positivo. También se produce un efecto vagal en el parasimpático, razón por la que se regulan las arritmias y se enlentecen las contracciones del ventrículo en la fibrilación ventricular.

Se descubrió después la Digitalis lanata que contiene gran cantidad de digoxina. Ralentiza la conducción aurículo ventricular para que los latidos del corazón se ralenticen  y aumente poco el poder de contracción. Mejora la circulación, los riñones funcionan mejor, estimula el flujo de orina, reduce el volumen de sangre y reduce la carga sobre el corazón. En 1875 Oswald Schmiedeberg identificó la digoxina de la planta y Sidney Smith la aisló en la década de los años 30 del siglo XX.

Posee efectos secundarios graves. Se sigue usando la planta porque la extracción de ésta es más barata que la síntesis. Hoy la digoxina está siendo reemplazada por medicamentos como los bloqueadores beta, los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina, así como agentes bloqueadores del canal de calcio. Otros señalan que fue el suizo Stoll el que descubrió la digoxina.

De la digitalis lanata también se extrae el lanatósido C, glucósido cardíaco utilizado para la insuficiencia cardíaca congestiva y arritmia cardíaca. Se administra vía oral o intravenosa

El uso de estos productos no era bien visto por algunos médicos. Corvisart, por ejemplo, cita la escila pero no la digital. Laennec pone reparos ante la dificultad que supone su manejo. Reconoce que tiene un efecto diurético y cierto poder sedante sobre el corazón aunque la acción no suele ser constante.

Jean Bouillaud, en su Traité clinique des maladies du coeur (1835) por el contrario sí la recomienda.

La reputación de la digital en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca congestiva (ICC) se ha visto afectada en los últimos años. En las directrices de 2005 de la American Heart Association y el American College of Cardiology para el tratamiento de la ICC, la digital apenas se menciona ya.

Bibliografía

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Opoterapia I

Insertamos el guión del vídeo Opoterapia I que se subió al canal Historia, medicina y sociedad, de Youtube, hace unas semanas.

Durante milenios la especie humana ha dispuesto de productos procedentes del reino vegetal, animal y mineral para curarse o protegerse de las enfermedades.

Hoy nos ocuparemos de la opoterapia, es decir, del uso de productos procedentes de los animales. Como el tema es extenso, presentaremos el tema en dos partes.

[INTRO]

En alguna tablilla sumeria del tercer milenio a. C. se habla de una serie de productos para tratar enfermedades. Entre estos se mencionan la leche, la piel de serpiente y la concha de tortuga.
 
Reginal Campbell Thompson, estudioso de la medicina mesopotámica, recogió una receta a base de productos animales: “mezcla de estiércol, de palomo, de cantáridas, harina de trigo y excrementos de gacela en la cerveza kurunnu; «extiende la mezcla sobre un lienzo, líalo sobre su pecho y la base de los pulmones, déjalo colocado durante tres días y curará”. Utilizaban estos productos por su propio valor intrínseco o bien por razones de tipo mágico. Este último tipo de uso perdura en nuestros días.
 
En el Egipto arcaico se utilizaron la bilis, la sangre, el cerebro, los excrementos y la carne de animales de especies indeterminadas y de otras como el asno, el murciélago, el gato, el cocodrilo, el pato, de algunos peces, etcétera.

En el Corpus hipocráticum encontramos también recetas que contienen productos procedentes de los animales; por ejemplo, se administraba como diurético una infusión de vino y miel con cantáridas a las que se quitaban las alas y las patas. La bilis de buey, en suspensión con miel, era un medicamento contra el “engurgitamiento intestinal”. La leche y el suero en los que se diluía cal, eran recomendados contra las diarreas.
 
De la época romana destacaremos, como no, la Materia médica de Dioscórides. En su libro segundo dice: “trataremos acerca de los animales, de la miel, de la leche, de la grasa y de los llamados cereales, también de las hortalizas, añadiendo a estas materias cuantas hierbas se usan de virtud aguda, porque tienen afinidad con ellas, como los ajos, las cebollas y la mostaza, para que no se separen la virtud de las cosas homogéneas”. Sus capítulos se ocupan de cosas tan distintas como el escorpión, los mejillones, la víbora, los chinches, los gusanos y partes de animales como el testículo de castor, el hígado de cabra o de asno, la pezuña de las cabras, el cuerno de ciervo, etc.

De aquí saltamos al Renacimiento, época en la que se revisaron los textos clásicos, como el de Dioscórides, y se añadieron sustancias procedentes de las Indias orientales, especialmente por los portugueses–, y de las occidentales –,especialmente aquellos que les enseñaron o aprendieron de los indígenas y los que los españoles adaptaron a los principios de la medicina de su tiempo, es decir, el galenismo.

La obra de Monardes, Historia medicinal de las cosas que se traen de nuestras indias occidentales, contiene, sobre todo, la descripción de productos vegetales, pero menciona también el armadillo, la piedra que se formaba en el buche de los caimanes y las que se encontraban en la cabeza de los tiburones. Más importancia se les concede a las piedras bezoares, concreciones calculosas que se forman en el aparato digestivo de los rumiantes. Se solían usar como contravenenos. También mencionó las alpacas, ciertos cangrejos, arañas, papagallos y unos gusanos que “sacaban de bajo tierra, los engordaban con hojas de maíz y después los cocían”.  Así elaboraban una especie de pasta que servía para curar el “fuego en el rostro” o “encendimiento de la sangre con picazón”.

Entre los siglos XIX y XX se recomendó en todos los estadíos y formas de tisis pulmonar exceptuando las febriles, en los catarros crónicos; en la escrofulosis, acompañada o no de lesiones diversas; en el raquitismo; hemeralopia epidémica (Disminución de la capacidad de visión durante el día o cuando hay luz muy intensa); clorosis; reumatismo crónico; estados de caquexia; y en convalecencias. Por vía externa en la lepra y diversas dermatosis.
 
Había de diversos colores, desde el casi transparente al marrón oscuro. Hacia mediados del siglo XIX se realizaron análisis químicos de los distintos tipos, determinando que el de color marrón claro era más terapéutico. Dependía de la temperatura y técnica de extracción.

John Hughes Bennett en 1841 publicó un tratado sobre el uso terapéutico del aceite de hígado de bacalao. Se trataba de un anatomopatólogo que describió la leucemia al mismo tiempo que lo hizo Virchow y la relacionó con la sangre y también describió la aspergilosis.
 
Ludovicus J. De Jongh también publicó un texto sobre las características de los distintos aceites. Viajó a Noruega con el fin de poder obtener el aceite más puro posible. De esta forma comenzó a comercializarse en toda Europa y a exportarse a los Estados Unidos el “Dr. Johngh’s light-brown Cod Liver Oil”. The most efficacious remedy for diseases of the chest, throat, debility, gout, rheimatism, rickets…”.

Sin embargo no pudo evitar el sabor y olor nauseabundo del preparado. En 1873 Alfred B. Scott vio la oportunidad de un nuevo negocio con la creciente demanda del aceite. En Nueva York comenzó a buscar con su socio Samuel Bowne una versión que tuviera mejor sabor. Mediante emulsión lograron un nuevo producto que cumplía con estos requisitos y que bautizaron como “Emulsión Scott”. La imagen de la marca era un hombre que llevaba un pez colgando en la parte posterior. En los ochenta ya se distribuía en toda América, Europa y Asia. En los primeros años del siglo XX era habitual que los niños tomaran una cucharada diaria de este aceite para tener un crecimiento saludable.
 
En 1879 la marca Scott y Bowne incluía las inciales PPP: perfecto, permanente y agradable al paladar. Las pequeñas gotas de aceite se cubrían con la glicerina que les confería el sabor dulce de ésta. Se vendía como un producto con el mismo paladar que la leche.

Por estas fechas, en 1890, los franceses Armand Gautier y Louis Mourgues publicaron su trabajo Les alkaloides de l’huile de foie de morue. Lograron aislar la butilamina, amilamina, hexilamina, la dihidrolutidina, asellina y la morrhuina.
 
En 1912 el bioquímico Casimer Funk (1884-19678) acuñó el término vitamina para referirse a algún nutriente que faltaba en ciertas enfermedades como el beriberi, la pelagra, el escorbuto y el raquitismo. Se investigó entre otras sustancias el aceite de hígado de bacalao. Elmer McCollum y Marguerite Davis, en la Universidad de Wisconsin, demostraron la existencia de un nutriente esencial en este aceite: la vitamina liposoluble A. Más tarde la vitamina liposoluble D. El descubrimiento de las vitaminas supuso un nuevo empuje para la venta de este producto. En 1927 Casimir Funk y Harry Dubin cuando trabajaban para los laboratorios HA Metz patentaron un procedimiento de extracción de las vitaminas A y D.
 
La síntesis química de las sustancias puso de nuevo en peligro al aceite de hígado de bacalao. En 1970 el médico danés Jorn Dyerburg estudió las dietas de los Inuit de Groenlandia y observó la baja incidencia en ellos de enfermedades coronarias. Se relacionó con el consumo de pescado. Esto abrió el camino a futuros estudios sobre los beneficios de los ácidos grasos omega 3. Los laboratorios Glaxo-Smith-Kleine, propietarios actuales de la patente de la Emulsión de Scott, volvieron a la ofensiva destacando las bondades de su producto en especial en lo que se refería a los efectos de los ácidos grasos Omega 3.
 
La emulsión Scott, pues, ha sobrevivido a sus creadores Scott y Beane que fallecieron en 1908 y 1910 respectivamente.


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