Subido un nuevo vídeo al canal Medicina, historia y sociedad, insertamos en este post la transcripción del anterior: Wunderlich y la termometría clínica.
«En el vídeo anterior hablábamos de la importancia de la lesión y de las alteraciones estructurales en patología. Sin embargo, esto solo nos proporciona información de la enfermedad en un determinado momento y en localizaciones concretas.
A lo largo de las primeras décadas del siglo XIX Alemania salía de un periodo en el que habían florecido los sistemas especulativos por la influencia de la llamada Naturphilosophie. La química y la física seguían proporcionando apoyo para la construcción de una patología científica. Ahora era necesario estudiar la enfermedad desde el punto dinámico.
Dos eran las posibilidades: investigar las alteraciones como procesos energéticos, estudiables por la física, y como procesos materiales, estudiables por la química.
Carl Reinhold August Wunderlich, hijo de alemán y francesa, fue uno de los primeros en adentrarse en el primer campo. Veamos cómo.
[INTRO]
Wunderlich nació en 1815 en Sulz, junto al Neckar (suroeste de Alemania). Su padre era médico y trabajó en salud pública. Falleció en 1824. Con su madre y su abuela se trasladó a Stuttgart donde finalizó sus estudios secundarios en 1833. Estudió después medicina en Tubingen –donde se ofrecía una enseñanza libresca– hasta 1837. Allí fue influenciado por Albert Frederich Schill (1812-1839), un profesor que había estado en Francia e Inglaterra, que le recomendó que aprendiera percusión y auscultación, lo que hizo durante tres viajes a Viena. Con otros dos renovadores (Wilhelm Roser (1817-1888) y Wilhelm Greisinger (1817-1868) fundó el el Archiv für Physiologische Heilkunde en 1842, donde clamó por una nueva medicina basada en la observación científica y en particular por la obra fisiológica de Johannes Müller (1801-1858). Uno de los artículos de la introducción llevaba el título «Sobre las deficiencias de la medicina alemana actual y sobre la necesidad de una firme orientación científica de la misma», donde decía: ‘La medicina, como ciencia empírica e inductiva, tiene que vestir el mismo atavío y progresar con los mismos métodos que las ciencias físicas exactas… La medicina fisiológica, apoyándose en hechos comprobados, tiene que formular las leyes según las cuales el organismo vive y enferma, sana y perece’.
Estuvo un año en París donde aprendió especialmente de Pierre Charles A. Louis (1787-1872) y también de Louis D. Jules Gavarret (1809-1890), empirismo y estadística aplicada.
Regresó a Stuttgart donde presentó su tesis en 1838 sobre la nosología del tifus. De nuevo estancia en París y después, en 1840, se trasladó a Viena. Publicó un libro (Wien und Paris) en el que realiza un agudo análisis crítico en el que comparaba la medicina que se hacía en ese momento en Francia y la que se desarrollaba en el área germánica. París era para él el lugar más adecuado para formarse. También se refería al renacimiento de la escuela vienesa en torno a las figuras de Rokitansky y Skoda.
Habiéndose habilitado en 1839 como profesor en la Universidad de Tubinga, pasó por asistente y sustituto. En 1846 fue nombrado profesor ordinario de clínica médica. Hubo reacciones en contra por parte del profesorado conservador y tuvo que interceder por él el ministro de educación del reino de Württemberg.
En 1845 publicó Versuch einer pathologischen Physiologie des Blutes (1845) y al año siguiente comenzaron a ver la luz los tres volúmenes de su Handbuch der Pathologie und Therapie (1850-1852). El libro sobre la fisiopatología patológica de la sangre es una muestra de que Wunderlich hizo investigación experimental de laboratorio. El segundo indica que la fuente principal de su obra de investigación fue la observación y la exploración clínica.
En 1850 Wunderlich aceptó una de las cátedras de más prestigio de Alemania, la de la Universidad de Leipzig. Allí estuvo a lo largo de veinticinco años durante los cuales publicó una Geschichte der Medizin (1858) y su obra central Das Verhalten der Eigenwärme in Krankheite (El comportamiento de de la temperatura corporal en las enfermedades) (1868). Convirtió su servicio del Jakobshospital en uno de los más importantes de Alemania. Dio clases de patología y terapéutica, de psiquiatría y también de historia de la medicina
Wunderlich culminó el grueso de su trabajo sobre termometría mientras estuvo en Leipzig. A lo largo de dieciocho años antes de publicar Das Verhalten der Eigenwärme in Krankheiten, recogió datos del examen clínico de más de veinticinco mil pacientes. Reunió miles y miles de registros de las lecturas de la temperatura. El análisis de estos datos produjo una veintena de trabajos sobre termometría además del libro.
El termómetro
Galileo ya utilizó el termoscopio que Sanctorius empleó con fines médicos. Varios médicos franceses y alemanes del siglo XIX se interesaron también por el termómetro. Sin embargo, el mérito de haber sentado de modo sistemático los fundamentos científicos de la termometría clínica es de Wunderlich, así como haber convertido el termómetro en un instrumento imprescindible de la práctica médica.
Aquí vemos distintos tipos de termómetros algunos muy antiguos. Muy recientemente se sustituyó el mercurio de los mismos. [Se muestran varios termómetros de diferentes épocas].
En el contexto de la mentalidad fisiopatológica Wunderlich se interesó por la fiebre, el signo más adecuado a una consideración energética y procesal. Buscó descubrir por vía experimental que las modificaciones de la temperatura en las enfermedades se hallan fundamentadas en una ley.
Los principios de los que partió Wunderlich fueron: (a) la constancia de la temperatura en las personas sanas, y (b) la variación de la temperatura en la enfermedad. Recogió millones de registros, como hemos dicho. Trató de buscar regularidades en los trazados termométricos de las enfermedades. Los halló a pesar de que con frecuencia había variaciones que dependían de influencias accidentales. Por tanto, muchas especies morbosas se corresponden con tipos bien delimitados de temperaturas alteradas.
Wunderlich extrajo las curvas térmicas típicas del tifus abdominal, el tifus exantemático, la fiebre recurrente, el sarampión, la viruela, la neumonía, la escarlatina y el paludismo reciente. Otras eran relativamente típicas, como la de la septicemia, rubeola y varicela, erisipela, amigdalitis, meningitis, reumatismo agudo, pleuritis, etc.
El espectacular desarrollo de la microbiología en la segunda mitad del siglo XIX y la aparición de medicamentos eficaces contra las infecciones a principios del siglo XX oscurecieron de alguna manera la excelente labor de Wunderlich.
Mientras Wunderlich trabajó en el tema, el también alemán Justus von Liebig (1803-1873) acababa de descubrir que el calor animal se originaba en los procesos químicos orgánicos, especialmente en las oxidaciones. Por otro lado, los trabajos de Meyer, Joule y Helmholtz habían llevado a la formulación del primer principio de la termodinámica.
Wunderlich falleció cuatro años después que su hijo, en septiembre de 1877″.
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