Hoy nos ha llamado la atención la noticia aparecida en los periódicos sobre Raku, el primer orangután al que se ha visto como se curaba una herida de la cara con una planta medicinal.
En un estudio observacional llevado a cabo en Sumatra, un equipo de investigadores presenció cómo Raku, un orangután joven, sufrió una herida. En lugar de ignorarla, Raku mostró un comportamiento del que muchos hablamos en nuestras clases sin tener evidencia científica. Se dirigió a una planta específica, la Fibraurea tinctoria, conocida localmente por sus propiedades medicinales y que se extiende por los bosques tropicales del sudeste asiático. Con cuidado y precisión, el orangután arrancó algunas hojas de la planta y comenzó a masticarlas. Luego aplicó la pasta resultante directamente sobre la herida. A lo largo de varios días, los investigadores observaron cómo Raku repetía este proceso, mientras que la herida parecía sanar notablemente más rápido que las heridas similares observadas en otros individuos de su especie.
Imagen de un orangután de Sumatra en Hagenbeck’s Tierpark. Procede de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Pongo_abelii#/media/Archivo:Pongo_abelii_m2.JPG
La planta es conocida por uso popular contra la malaria, la diabetes o los problemas digestivos. La farmacognosia ha hallado en la misma furanos dipertenoides que poseen propiedades antiinflamatorias, antibacterianas, antioxidantes y fungicidas. Contiene, además, el alcaloide protoberberina, origen de la berberina, que se ha generalizado en las parafarmacias occidentales como sustancia que podría ayudar a regular la diabetes tipo 2.
El orangután se hirió, posiblemente, en una pela con otros orangutanes en defensa de su territorio. Al tratamiento con la Fibraurea tinctoria, se sumó un aumento del descanso o del reposo en un 30 por ciento mientras curaba la herida. El hecho se observó en junio de 2022. A los pocos días sólo quedaba una pequeña cicatriz.
Este tipo de hechos (automedicación en animales) son difíciles de documentar de forma sistemática. El trabajo se ha publicado en Scientific Reports (2 de mayo de 2024) con el título “Active self-treatment of a facial wound with a biologically active plant by a male Sumatran orangután”. Sus autoras son Isabell B. Laumer, Arif Rahman, Tri Rahmaeti, Ulil Azhari, Hermansyah, Sri Suci Utami Atmoko y Caroline Schuppli.
El artículo se refiere a las cinco formas o categorías reconocidas de la automedicación en animales, entre ellas la ingestión de plantas de forma preventiva o su uso de forma curativa. Lo que pasa es que estas conductas son muy difíciles de observar.
Este descubrimiento plantea preguntas fascinantes. Qué peso tiene el instinto, el aprendizaje o los dos en este tipo de comportamientos en animales. Cómo conectarlo con lo que solemos afirmar cuando hablamos de los humanos de la Prehistoria en su lucha contra la enfermedad y su prevención. También con el uso popular de plantas medicinales en sociedades indígenas o aborígenes y en sociedades urbanas como la nuestra.
El trabajo contiene muchos datos e imágenes que, sin duda, agradarán al estudioso y al curioso.