¡Explora la riqueza del conocimiento médico en la Exposición en línea «Greatest Medical Library in America» de la National Library of Medicine (NLM)!

La National Library of Medicine, la conocida institución del mundo del conocimiento médico, ha abierto sus puertas de manera virtual para invitar a todos a un viaje fascinante a través de la historia y la innovación en la atención de la salud. Se trata de la exposición en línea Greatest Medical Library in America.

Captura de pantalla del sitio web de la exposición

Sumérgete en la historia y Descubre tesoros ocultos: En 1878, el Dr. John Shaw Billings, cirujano del Ejército y coleccionista de libros, adquirió una colección de unos 300 folletos científicos de la biblioteca privada del renombrado fisiólogo francés Claude Bernard. En aquel momento, la biblioteca constaba de unos pocos miles de volúmenes. Ahora, conocida como Biblioteca Nacional de Medicina (NLM), esta colección se ha ampliado desde entonces a casi 30 millones de ejemplares.

El personal de catalogación ha trabajado y trabaja para garantizar que las colecciones se puedan encontrar, acceder y recuperar en el catálogo en línea. Para esta exposición se han creado o actualizado los registros de cada uno de los folletos de Bernard utilizando una variedad de herramientas que proporcionan información precisa sobre el título, el autor y la publicación, así como también los encabezados de temas y descripciones, de modo que los usuarios puedan descubrir y acceder rápidamente a la colección del «padre de la fisiología moderna».

En otoño de 1878 Billings exhibió esta colección en la primera exposición de la Biblioteca.

También se proporciona información sobre la conservación y la digitalización de los ejemplares.

Conecta con el presente: Pero la NLM no es solo un museo del pasado; es una institución que sigue marcando el ritmo en la era digital. A través de sus iniciativas en línea, como PubMed, MedlinePlus y ClinicalTrials.gov, la NLM brinda acceso a una vasta cantidad de recursos médicos que impulsan la investigación, la educación y la práctica clínica en todo el mundo. Esta exposición también pone de manifiesto cómo la NLM continúa innovando y adaptándose para satisfacer las necesidades cambiantes de la comunidad médica y científica.

¡No te pierdas la oportunidad de explorar la «Greatest Medical Library in America» desde la comodidad de tu casa! Visita la exposición en línea de la NLM y descubre por qué es un tesoro de valor incalculable para la comunidad médica y para la sociedad en general.

[Enlace a la exposición: https://www.nlm.nih.gov/exhibition/gmla/index.html]

Misión malaria: un recorrido por la historia de la enfermedad

Entre las variadas exposiciones que he visitado estos días pasados en Madrid, se encuentra «Misión malaria: una mirada histórica», en el Museo de Ciencias Naturales, comisariada por Alain-Paul Mallard y Matiana González Silva.

Elementos de la exposición «Misión malaria. Una mirada histórica» en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, de Madrid

El Museo está algo anticuado. Sin lugar a dudas debe tener un presupuesto que está a años luz de lo que disponen los grandes espacios de arte. Sin embargo, estimula la gran cantidad de escolares y bachilleres, sentados en el suelo formando corros, tratando de rellenar los formularios que les han pasado sus profesores, y a estos explicando con pasión cuestiones de biología o de ciencias naturales.

En estos momentos conviven dos exposiciones temporales, «Alfred Russel Wallace (1823-1913). Biogeografía y evolución» y «Misión malaria. Una mirada histórica», que se podrá visitar hasta el 22 de septiembre. Esta última está organizada por el Museo y por el Instituto Global de Barcelona (ISGlobal), centro que impulsa la Caixa.

Paneles, objetos, imágenes, planos, carteles, mapas, libros y folletos integran esta exposición. Muchos de ellos proceden de la colección personal del epidemiólogo Dr. Quique Bassat. Compuesta por varios módulos, pretende visibilizar una enfermedad que ha tenido y tiene un gran impacto sobre la salud de la humanidad. Se recorre su historia destacando campañas de salud pública y la evolución de la lucha contra la misma. Se habla de la quina, del descubrimiento del origen parasitario de la enfermedad y del papel del mosquito.

Hoy la malaria se distribuye por casi un centenar de países que están expuestos al contagio, fundamentalmente regiones de África, Asia y América situadas entre los trópicos de Cáncer y Capricornio. En 2015 la OMS registró 214 millones de casos en todo el mundo.

Elementos de la exposición «Misión malaria. Una mirada histórica» en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, de Madrid

Todavía recuerdo el encuentro que tuvimos con Manuel Elkin Patarroyo en la Facultad de Medicina de Valencia, en el que habló de su vacuna. Conocida como SPf66, es eficaz en el 30 y 60 por ciento de los casos (unos 100 millones de personas). Hoy se recomiendan la RTS,S/AS01 y la R21/Matrix-M para prevenir la enfermedad en los niños. No debemos olvidar tampoco los problemas que causó el paludismo en varias zonas de España, en concreto en Valencia durante el siglo XVIII en relación con los cultivos de arroz.

En 2009 la Biblioteca Nacional también organizó una exposición sobre la Malaria en cinco espacios: Las fiebres intermitentes, la quinina, el descubrimiento del parásito y el vector, estrategias de lucha, las campañas antipalúdicas españolas, y la malaria en tiempos recientes.

Otoscopio de Brunton

Ofrecemos a continuación el guión del vídeo «Otoscopio de Brunton» que se encuentra en el Canal «Medicina, historia y sociedad» de Youtube.

Hoy vamos a conocer el otoscopio de Brunton, pero antes sepamos qué es un otoscopio.

Es un dispositivo o instrumento que permite examinar los conductos nasales y auditivos. El desarrollo de instrumentos para otoscopia y rinoscopia se desarrollaron en paralelo y condujeron temporalmente a soluciones casi idénticas, por lo que a veces cuesta identificar para qué fueron utilizados los más antiguos.

Estos instrumentos debían tener un efecto de expansión y extensión y a ser posible que se manejaran con una sola mano para que, con la otra, se pudiera intervenir (por ejemplo, extraer un cuerpo extraño). La iluminación no se tomó en cuenta hasta el siglo XIX.

[INTRO]

Se suele decir que el primero que lo inventó fue Guy de Chauliac en 1363. En su Collectorium cyrurgiae habla de un instrumento que llamó Speculum ad solem para examinar, inspeccionar y expandir la nariz y el canal auditivo. Atribuye su creación al médico Ali-Abbas, aunque este aspecto no está claro.

Desde  el siglo XVII hubo varias propuestas que analizaremos en un próximo vídeo.

Al principio predominaron dos tipos de formas, los otoscopios de valvas o ramas, que se adaptaban a las dimensiones de cualquier canal auditivo, la presión ejercida no era dolorosa, siendo regulables y controlables (por ejemplo, el de Bonnafont). Un inconveniente es que requerían una mano del observador. Alguien introdujo una especie de cremallera que lo mantenía sujeto una vez adaptado, lo que liberaba ambas manos.

El otro tipo fueron los espéculos de forma cilíndrica, de botella, embudo o cónicos, según el diseñador. Los había de varios tamaños y sus superficies reflejaban bien la luz. Podían encajarse entre sí y transportarse fácilmente. Los hubo de goma, pero no reflejaban bien la luz.

Vamos a analizar el otoscopio que diseñó Brunton, uno de los más utilizados, pero acerquémonos antes a su biografía.

Brunton nació en Campbeltown, Kintyre, el 16 de mayo de 1835, hijo de William Brunton, hombre muy conocido y respetado en el oeste de Escocia. Su hijo mayor, John, recibió su educación en la Universidad de Glasgow, donde obtuvo el Bachelor degree en 1855, el Master degree 1856 y el de Medical Doctor en 1860.

Ocupó puestos de cirujano interno y médico interno en la Royal Infirmary de Glasgow. Después de ampliar estudios en el Continente, se instaló en Londres en 1862. Llegó a consolidar una buena clientela por su carácter y su competencia. Fue admirado tanto por ricos como por pobres.

Fue cirujano de la Maternity Charity, médico de las compañías ferroviarias Midland y Great Northern, médico del Presbyterian College; y Cirujano consultor del Royal Caledonian Asylum.

Fue vicepresidente de la Sociedad de Obstetricia (Obstetrical Society) y de la Sociedad Médica de Londres (Medical Society of London). La estima que le tenía la Universidad de Glasgow quedó demostrada por el hecho de que continuó como examinador de títulos de medicina durante un período de no menos de doce años.

Brunton contribuyó con numerosos artículos a la literatura médica y prestó especial atención a las enfermedades del oído.  Poseía amplios conocimientos y práctica al respecto, pero también mucho sentido común que supo aplicar a su trabajo.

El 23 de marzo de 1899 fue confinado en cama porque no se encontraba bien, pero a la mañana siguiente regresó a su trabajo. Después de cenar perdió el conocimiento (había sufrido una hemorragia cerebral) y murió al día siguiente, 25 de marzo.

Esta es la descripción original que dio a conocer Brunton en la revista The Lancet en 1865

“En la primavera de 1861, al examinar los oídos de un paciente con los instrumentos auditivos ordinarios, me encontré con dos serias dificultades para formar un diagnóstico correcto; a saber: 1. la cabeza del observador obstruía en gran medida la luz. 2. El ojo no podía acercarse lo suficiente al objeto para permitir el examen y, más aún, si se utilizaba la luz del sol en lugar de luz artificial. Esto me llevó a diseñar este aparato:

El instrumento consta de un tubo de latón (A), de dos pulgadas de largo y tres cuartos de pulgada de diámetro, en uno de cuyos extremos (B) se hace encajar, deslizándolo, un auricular similar al espéculo auditivo de Toynbee. En el otro extremo (D) hay un ocular (E), con una lente (F) de poder de aumento moderado; el ocular se desliza para permitir una disposición focal que se adapte al ojo del observador. En el cuerpo del instrumento, cerca del extremo del auricular, y colocado en un ángulo de 45º, hay un espejo cóncavo (G) con un agujero en el centro (H). Esta abertura está en la línea del eje del tubo y del espejo.

En ángulo recto con respecto al cuerpo del instrumento, y frente al espejo, está adaptado un reflector deslizante de plata pulida (K) en forma de embudo para recoger y concentrar los rayos de luz, de modo que los rayos (rr) entren en el costado y, al caer sobre el espejo (H), se reflejan y se concentran en el oído y se llevan de regreso (r’r’) al ojo del observador (O) a través de (H), el agujero en el espejo, y se magnifican mediante la lente del ocular (E, F).

También hay un mango unido al reflector de luz, que funciona con una banda deslizante y que puede girarse para adaptarse a cualquier mano del observador, según lo desee, cuando mira al oído derecho o izquierdo».

Aquí podemos observar el tubo. En su parte superior se coloca la lente que puede acomodarse al ojo del observador.

[MOSTRANDO EL INSTRUMENTO REAL]

En la parte inferior se acoplan los espéculos de distintas formas o medidas. Es la parte que se introduce por el Canal auditivo externo.

Perpendicular al tubo desemboca esta especie de embudo por donde penetra la luz, que encara directamente con un espejo que forma 45º con el diámetro del tubo. Esto concentra los rayos lumínicos hacia el oído.

El espejo tiene una abertura o agujero central que permitirá que veamos el oído y explorarlo, llegando, incluso a la membrana timpánica

Fue el primer dispositivo que incorporó simultáneamente un espéculo auricular, una lupa u ocular y una abertura ampliada en la base que, al permitir la entrada de luz, permitía la entrada a la membrana timpánica.

Fue utilizado fundamentalmente por los médicos generales. Los otólogos siguieron prefiriendo la combinación de un espejo frontal y el espéculo auricular, ya que permitía la liberación de ambas manos.

Es fácil de utilizar y fácil de fabricar. Permite examinar el oído con precisión y minuciosidad. Puede usarse con luz natural y artificial, con lente de aumento o no.

Emile Ménière en su Manuel d’Otologie clinique (1895) dijo:

«El otoscopio de Brunton es preferible a los demás, según mi parecer. Yo lo empleo desde hace veinticinco años. Las aberturas de los tubos de los espéculos permiten introducir todos los instrumentos que deben estar necesariamente un poco acodados. Una sola mano, la derecha o la izquierda, según el lado, es suficiente para operar en todos los casos, excepto cuando se trata de quitar una exostosis con la gubia y el mazo.

Este otoscopio, cuyo ocular puede proporcionar un aumento notable es, según mi opinión, el más simple y el más cómodo. No dudo que algún día estará en todas las manos. En la actualidad, aunque tiene mucho tiempo, se le conoce poco o mal».

Otros otólogos lo rechazaron o recomendaron sólo para examen.

Por último decir que, como muchos instrumentos, se fabricaron otoscopios de Brunton con pequeñas variaciones.

Bueno, ya sabemos qué es y cómo funciona el Otoscopio de Brunton. Para el próximo vídeo ofreceremos una pequeña historia de los otoscopios.

Nos vemos en el próximo vídeo.

Bibliografía

–Brunton, J. (1865). A new otoscope or speculum auris. The Lancet, vol. 86, pp. 617-618
–Ménière, E. (1895). Manuel d’Otologie Clinique. Paris, Rueff et Cie.
–Politzer, A. (1913). Geschichte der Ohrenheilkunde. Vol 2. Verlag von Ferdinand Enke

Se ha publicado el libro de Eduardo Escartí «Todo el agua del océano»

Se ha publicado el libro Todo bajo el agua, de Eduardo Escartí:

«Tenía 38 años y no padecía ninguna enfermedad y sin embargo fue confinada en un hospital de Nueva York de por vida por una orden administrativa. 

Su delito, ser portadora de una bacteria: la Salmonella typhi

Este es el relato, no solo de una joven cocinera que desafió al departamento de Salud de Nueva York, sino de la historia de la medicina, de la salud pública y del difícil equilibrio entre libertades individuales y bien común. 

María Mallon vivió a comienzos del siglo xx, en un mundo en plena transformación entre lo antiguo y lo nuevo. Un mundo en que las bacterias comenzaban a ser acusadas de ser el origen de enfermedades y una teoría, la microbiana, que no podía explicar todos los hechos. 

María nunca había padecido la fiebre tifoidea, estaba sana y era portadora de la bacteria. 

Murió en cautividad en un Hospital de Nueva York a los 68 años». 

Esta es su historia. 

En Libros Indie

Péan y las pinzas hemostáticas

Insertamos en esta ocasión el guión del vídeo del Canal Youtube «Medicina, historia y sociedad«, «Péan y las pinzas hemostáticas».

Vamos a dedicar este vídeo a las pinzas hemostáticas.

El contexto en el que vamos a situar el tema es lo que se conoce como Revolución quirúrgica, es decir, la superación del dolor con la anestesia, de la hemorragia con la hemostasia, y de la infección con la antisepsia primero y después con la asepsia.

La hemostasia es un mecanismo fisiológico del organismo que se activa tras sufrir un traumatismo o lesión que previene la pérdida de sangre del interior de los vasos sanguíneos. Se produce una activación plaquetaria, una agregación y formación de un tapón o trombo, y finalmente, la disolución del mismo.

Pero nosotros nos vamos a referir a la hemostasia quirúrgica que implica actuar para que las lesiones y heridas producidas de forma voluntaria durante las intervenciones quirúrgicas, dejen de sangrar. Esto se puede realizar con elementos sencillos como el uso de vendas, gomas, ligaduras, puntos de sutura o más complejos como con el uso del bisturí eléctrico, la electrocoagulación, etc. Como sabemos, la pérdida de una cierta cantidad de sangre puede provocar el shock. En este caso, la reposición de la misma o la transfusión se convierte en una herramienta fundamental. Pero no fue hasta principios del siglo XX que ésta pudo realizarse con todas las garantías gracias al descubrimiento de los grupos sanguíneos por parte de Karl Landsteiner (1868-1943).

Los instrumentos quirúrgicos han estado presentes en numerosas civilizaciones como los mesopotámicos, el Egipto faraónico, los griegos, los romanos, los árabes, etc. La medicina científica utiliza un sinfín de los mismos. Unos son muy sencillos y otros, por el contrario, son más complejos.

Entre los más conocidos están las tijeras, las tenazas, las pinzas, etc. cuyo funcionamiento se basa en el principio físico de la palanca.

Una de las pinzas más conocidas y utilizadas es la que ideó el cirujano Jules Émile Péan (1830-1898).

Nació en Marboué, Francia, en 1830. Estudió en el Colegio de Chartres y en 1851 comenzó medicina en París. En 1852 fue externo de los hospitales. Estuvo en el Hospital Beaujon en el servicio de Jean-Nicolas Marjolin (1780-1850) y más tarde en el de Édouard-Pierre Chassaignac (1804-1879), quien le enseñó las virtudes de la hemostasia.

Ya como interno en 1855 estuvo en el servicio de Charles Pierre Denonvilliers (1808-1872) en el Hospital de San Luis, y después en el de Auguste Nélaton (1807-1873), quien fue su maestro más importante.

En 1860 obtuvo el grado de doctor y fue contratado como prosector de los hospitales de París. En 1865 pasó a ser cirujano del Bureau central y, dos años después, fue cirujano de los hospitales. Pasó por el de Infantes asistidos, Lourcine, St Antoine y finalmente, en 1876, en el de St Louis. Compaginó el ejercicio público con la actividad privada.

En 1892 tuvo que jubilarse de los centros oficiales pero creó con su dinero el Hospital Internacional, un centro privado de 50 camas en la Rue de la Santé donde atendía a pobres e indigentes. Después de su muerte pasó a llamarse Hospital Péan. Se dice que cobraba grandes sumas por sus intervenciones y que llegó a hacer una gran fortuna.

En 1887 fue elegido miembro de la Academie National de Médecine a pesar de que varios de sus colegas no estuvieron de acuerdo. Tenía un carácter difícil y se enemistó con muchos compañeros. Murió en París de una neumonía el 30 de enero de 1898.

Fue en el Hospital de San Louis donde adquirió fama. Se le conoce por varias operaciones. Fue uno de los primeros en practicar la extirpación de un quiste de ovario en 1864. Fue reduciendo la mortalidad de esta intervención, cercana al 100 por ciento, al 3-4 por ciento. Un año después realizó una histerectomía vaginal para intervenir un carcinoma. En 1867 realizó una esplenectomía. También fue el primero en realizar en 1879 una resección del píloro y del antro con anastomosis gastroduodenal terminoterminal en un cáncer gástrico. En 1895 utilizó una nueva técnica para la ablación de divertículos vesicales.

 En 1893 encargó a un dentista que fabricara una prótesis de hombro para un paciente con tuberculosis, en el que se vio afectado el hombro que tuvo que extirpar. La intervención se realizó con éxito; incluso el enfermo, que era camarero, pudo seguir trabajando. Sin embargo, en 1895 se le extrajo por infección.

Entre sus publicaciones destacan sus Leçons de clinique chirurgicale professées à l’Hôpital Saint-Louis (1876-1900), L’Ovariotomie… (1868), Hystérotomie: de l’ablation partielle ou totale de l’utérus par la gastrotomie (1873), Diagnostic et traitement des tumeurs de l’abdomen et du basin (1880-1899), De la Forcipressure (1875). También ayudó a preparar la segunda edición de los Elements of surgical pathology de Nélaton.

A pesar de no haberse instalado la antisepsia ni la asepsia en París de forma regular, Péan operaba siempre vestido de forma impecable con un gran delantal blanco totalmente limpio. Para evitar mancharse se alejaba del paciente, estirando los brazos hacia adelante y utilizando todo tipo de instrumentos para no tocar nunca al enfermo. (Cité dans : La médecine à Paris du xiiie au XXe siècle, Fondation Singer-Polignac. Paris : Édition Hervas, 1984, p. 442.). Algunas veces realizaba sus intervenciones fuera del hospital, entonces fuente de infecciones. A pesar de esta obsesión con la limpieza, se enfrentó a las ideas de Pasteur que, como sabemos, explicó las causas de la infección y a las medidas antisépticas que Lister puso en marcha hacia 1865.

El uso de la palabra forcipresión y de un aparato para evitar las hemorragias va ligado al nombre de Péan aunque se sepa poco del uso de este tipo de instrumentos en otros lugares y en otros momentos. Lo único que parece seguro es el invento de Péan de la cremallera que mantiene cerradas las tenazas. Durante más de un siglo, nadie ha encontrado algo mejor y este estándar ha sido adoptado y adaptado en todo el mundo.

Hay varios tipos de pinzas de Péan: tres tamaños (incluso más) y  rectas o curvas. Todas entran en la categoría de pinzas de forcipresión.

[Locución]: «Yo ideé las pinzas que llevan mi nombre. Evitan aplastar los tejidos durante la manipulación quirúrgica. Su punta redondeada y plana permite que estos queden intactos y los lados de los anillos ofrecen un buen agarre para los dedos de la mano, lo que limita el riesgo de pellizcar a los pacientes. Por otra parte, está equipada con un sistema de bloqueo, el cual permite mantener la pinza cerrada cuando sea necesario. De igual modo, es una herramienta ideal para los procedimientos médicos, puesto que las pinzas de Péan permiten manipular las compresas sin cortarlas, y permiten colocarlas sobre una herida limpia, sin tocar directamente la piel del paciente».

Como sucede con otros instrumentos, los cirujanos personalizan las pinzas y surgen así otros tantos modelos. Normalmente modifican el mecanismo de articulación de sus ramas o la forma de los bocados de las pinzas.

Por ejemplo, la misma pinza de Péan en forma de T.

Emil Theodor Kocher (1841-1917) diseñó otras que llevan su nombre. Tienen los bocados largos y en su extremidad terminal presentan unos pequeños dientes o garfios.

Thomas Spencer Wells (1818-1897) ideó otras en las que la articulación de las ramas cerca de los bocados de las mismas.

Las llamadas pinzas de Kelly, ideadas por la enfermera Hellen Wood según algunos,

El estadounidense William Halsted (1852-1922) diseñó unas pinzas para vasos pequeños, no siendo útiles para grandes vasos o arterias.

Bueno, y hasta aquí el vídeo sobre las pinzas hemostáticas de Péan y de algunas de sus variantes.

Nos vemos en el próximo vídeo.

Bibliografía
–Audain, L. (1891). De l’Hémostase préventive dnas les opérations chirurgicales… méthode de M. Péan. Paris, Steinheil.
–Deny, G. Exchaquet d’aprè les leçons professées pendant l’année 1874. Clinique chirurgicale de la Forcipressure ou de l’application des pinces a l’Hémostasie chirurgicale. Paris, Librairie Germer Baillière, 1875.
–Hawk, A.J. (2016). ArtiFacts: The Case of Jules Pedoux. Clin Orthop Relat Res. 2016; 474(2), pp. 302-303.
–Jeffrey K Aronson; Ramachandran, M.The diagnosis of art: Dr Péan’s operation. J R Soc Med. 2008; 101(8): 423–424.
–Lugli, T. Artificial shoulder joint by Péan (1893): the facts of an exceptional intervention and the prosthetic method. Clinical Orthopaedics and Related Research, 01 Jun 1978, (133):215-218
–Markatos, K. et al. Jules Péan (1830 – 1898) – A pioneer surgeon: His achievements and his total shoulder arthroplasty. Surgical Innovation, 2019. Disponible en https://journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/1553350619875303?casa_token=t-ykTu1v1lwAAAAA%3AGSwcc5Ok6azABI7f01WXl586fTuA1S1XYsOgjQS-NenT9kd5jbGetyVu5tATVdT2usfmVk-QMAA , Consultado el 23 de mayo de 2023.
Obituario de Jules Émiles Pean MD. Br Med J, 1898; vol. 1, p. 468.
–Péan, J-É. L’Ovariotomie… Observations pour servir a la solution de cette question présentées a l’Académie des Sciences le 7 janvier 1867. Paris, 1868.
–Péan, J-É. Réparation d’une large parte de substance de la región cervicale antérieure… Paris, Chez Germer-Baillière, 1868.
–Péan, J-É. Tumeurs des lombes. Paris, Chez Germer-Baillière, 1869.­­
–Péan, J-É.; Malassez, L. Ulcérations anales. Paris, Chez Adrien Delahaye, 1871.
–Péan, J.-É.; Urdy, L. Hystérotomie: de l’ablation partielle ou totale de l’utérus par la gastrotomie: etude sur les tumeurs qui peuvent nécessiter cette opération. Paris, Adrien Delahaye, 1873.
–Péan, J.-É. Clinique chirurgicale. De la Forcipressure, ou de l’Application des pinces à l’hémostasie chirurgicale, par G. Deny et Exchaquet,… d’après les leçons professées pendant l’année 1874, par M. le Dr Péan ,… 1875
–Péan, J.-É. Leçons de clinique chirurgicale professées à l’Hôpital Saint-Louis…, suivies des connections recueillies dans le service de l’auteur. 10 vols. Paris, Baillière, 1876-1900.
–Péan, J.-É. Diagnostic et traitement des tumeurs de l’abdomen et du basin. 4 vols. Paris, V. Adrien Delahaye, 1880-1899.
–Portraits de Médecins. Jules-Émiles Péan, 1830-1898. Chirurgien français. Disponible en: https://www.medarus.org/Medecins/MedecinsTextes/pean.html. Consultado el 22 de mayo de 2023.
–Un glorieux et surprenant précurseur de l’asepsie, Jules-Émile Péan. Trimestriel d’information de l’Association Amicale des Anciens Internes des Hopitaux et Hospices Civils de Paris. N°19 – décembre 1998. Disponible en http://www.leplaisirdesdieux.fr/LePlaisirDesDieux/AAIHP/InternatDeParis/IDP19JEPEAN.html Consultado el 22 de mayo de 2023.

Leeuwenhoek y la microscopía

Añadido nuevo vídeo en el canal «Medicina, historia y sociedad» de Youtube, insertamos aquí la transcripción del que se dedicó a Leeuwenhoek y la microscopía.

Antes de la invención del microscopio se utilizaban lentes de aumento como las lupas. Sus propiedades eran conocidas por civilizaciones como la egipcia, la babilónica o la griega, aunque su poder de aumento era muy limitado.
 
A finales del siglo XIII en Italia se fabricaron lentes para ser utilizadas como gafas. Las técnicas de fabricación fueron mejorando hasta llegar al telescopio y el microscopio.
 
Entre las personas implicadas en este desarrollo podemos mencionar a Zacharias Janssen (1585-1632), a quien se atribuye la fabricación del primer microscopio compuesto en 1590. Otros hablan de Han Lippershey (1570-1619) como el verdadero inventor. Galileo fabricó en 1609 un microscopio empleando una lente cóncava y una convexa. Cornelius Drebbel (1572-1633) usó dos lentes convexas en 1619.
 
Uno de los primeros en utilizar el microscopio con fines científicos fue el conocido Robert Hooke. En 1665 publicó su obra Micrographia, que recoge los resultados de sus observaciones. Usó la luz para mejorar la visibilidad y algunas de sus observaciones alcanzaron los 50 aumentos. Como sabemos, también fue el primero en describir la célula o celdilla en el corcho sin que en esos momentos se comprendiera su significado. Su obra parece que llegó a poner de moda entre mucha gente el “nuevo juguete”.
 
Se discute si la palabra “microscopio” fue utilizada por primera vez por Johann Giovanni Faber (1570-1640), miembro de L’Accademia Nazionale dei Lincei (Roma) y médico al servicio del papa Urbano VII, o por Athanasius Kircher (1601-1680), en su libro Ars Magna Lucis et Umbrae, en el que realiza una clasificación de los microscopios de su tiempo.
 
Uno de los que más contribuyó al desarrollo del microscopio y a su uso fue Antoine van Leeuwenhoek. Nació en Delft (Países Bajos) el 24 de agosto de 1632. El mismo año y en la misma ciudad también nació el conocido pintor Jan Vermeer quien también mostró gran interés por la óptica y la iluminación. Sólo en el siglo XX se comprendieron parte de las descripciones de Leeuwenhoek y todavía hoy se sigue trabajando en ellas. Este año se cumple tricentésimo aniversario de su fallecimiento y se espera tener lista una obra que contenga toda su producción.
 
Leeuwenhoek era comerciante de tejidos y su interés en las lentes estaba en valorar adecuadamente la calidad de las telas. Residió casi toda su vida en su ciudad natal donde montó su propio comercio de telas. En 1669 se convirtió en agrimensor y a partir de 1679 desempeñó el puesto de inspector y controlador de vinos. Habiendo logrado una buena posición social, con ingresos suficientes, parece que abandonó el comercio de tejidos y pudo dedicarse a la microscopía.
 
Algunos señalan que conoció la Micrographia de Hooke, que le debió animar a la tarea. Logró fabricar lentes de gran aumento a la vez que evitaba las aberraciones de luz. Su microscopio sólo tenía una lente. En su época los microscopios solían ser compuestos aunque con aberraciones cromáticas y esféricas. Llegó a pulir lentes con un diámetro inferior al milímetro. Como trabajaba con distancias focales pequeñas, conseguía muchos aumentos. Se dice que llegó a construir a lo largo de su vida centenares de microscopios. Todavía hoy no se sabe muy bien qué técnica utilizó para lograr unas lentes tan perfectas.
 
Asomado a un mundo nuevo y fascinante Leeuwenhoek pasaba horas observando a través de su instrumento.
 
[Descripción del microscopio
Una base sólida en la que se mantenía la lente esférica única; tornillos de ajuste que estaban montados y pegados en su lugar para ajustar el pasador de sujeción de la muestra y, a veces, una abertura colocada delante de la muestra para controlar la iluminación. Se observaba mirando al sol o a una fuente lumínica].
 
Leewenhoek trascendió la idea de microscopio, de la forma de observar y de contar lo que se veía a través de los nuevos instrumentos de su época.
 
Comunicó sus hallazgos en forma de cartas a la Royal Society y también a la Academia de París. En ocasiones algunos de sus miembros le pedían aclaraciones o más información, que éste proporcionaba. Después él y otros autores publicaron algunas de sus cartas total o parcialmente acompañadas o no de notas, explicaciones y aclaraciones. Fue Regnerus de Graaf (1641-1673) quien lo presentó en 1673 a Oldenburg, secretario de la Royal Society. De Graaf dijo que su amigo había inventado microscopios superiores a los fabricados hasta entonces. Lamentablemente éste murió en 1673.
 
Acabó siendo miembro de la Royal Society en 1680 y de la de París en 1699. Al principio sus miembros rechazaron o no vieron claras sus observaciones porque no procedía del mundo académico y también porque ellos mismos no lograban reproducirlas con sus instrumentos. Sin embargo, el propio Hooke sí las admitió e incluso logró reproducir alguna.
 
En 1673 escribió y presentó sus primeras observaciones en las que describía la estructura del moho y la del aguijón de las abejas.
 
Observó y describió maderas, vegetales y sus partes; escamas, insectos y plumas de aves; levaduras y un largo etcétera. Estudió pequeños animales y logró describir su ciclo vital. Explicó cómo se reproducían las anguilas.
 
En aquella época se creía que los gusanos y otros pequeños animales surgían por generación espontánea. Él lo desmintió al verlos salir de sus huevos.
 
En 1676 describió “pequeños animales” en el sarro y sustancias procedentes de su boca y dientes, así como de aguas estancadas y de otras fuentes. Se suele afirmar que se trata de la primera descripción de las bacterias y protozoos. No contento con esto los sometió a variables como el tiempo, el calor, su reacción al agua caliente, el café, sustancias ácidas, etc. Incluso llegó a crear “medios de cultivo” para los mismos. A bacterias, protozoos y otros animales semejantes los llamó “animálculos”.
 
En 1677 descubrió sus propios espermatozoides y estudió también los de otras especies. Se dice que llegó a afirmar que la fertilización ocurría cuando los espermatozoides penetraban en el óvulo. En esa época, no obstante, estaban en boga las teorías transformacionistas. En sus escritos a la Royal Society sobre el tema indicó que al tratarse de asunto tan delicado podían destruirlo, censurarlo y no publicarlo. Efectivamente, hasta el siglo XIX no se hicieron públicos estos estudios y aún con alguna censura.
 
En un principio Leewenhoek fue poco reconocido por sus investigaciones de los glóbulos rojos. Sin embargo, entre 1673 y 1712 incluyó más de treinta y cinco descripciones de glóbulos sanguíneos y hemocitos en insectos y crustáceos. Estudios del siglo XX señalan que Leewenhoek merece el crédito de haber proporcionado la primera descripción real de los glóbulos rojos.
 
La primera la hizo en una carta a Henry Oldenburg, secretario de la Royal Society. Fechada en agosto de 1673 describía la imbibición, digestión y excreción de sangre humana por parte de un piojo. En otros escritos profundizó más considerando los hematíes como fuente de nutrición. Observó su sangre y llegó a contestar unas cuestiones que le formuló Robert Boyle.
 
Leeuwenhoek escribió a Oldenburg el 6 de julio de 1674 con más información. Envió algunos tubos de vidrio para que los “Caballeros curiosos puedan compartir mis observaciones sobre la sangre, etc.” Leeuwenhoek recurrió a metáforas sorprendentes para explicar lo que vio. 
 
En su carta del 22 de enero de 1675 a Oldenburg, describió los glóbulos en la sangre “con tanta nitidez como si viéramos con nuestros ojos sin la ayuda de lentes los granos de arena sobre un trozo de tafetán negro, unos amontonados, otros esparcidos, y es curioso ver cómo los glóbulos de sangre se juntan cuando yacen dispersos”.
 
También se ocupó de estudiar su circulación a través de arteriolas, capilares, vénulas y venas. Algunos también afirman que vio y describió la hemólisis. Ensayó asimismo echar productos a la sangre; pudo observar el comportamiento de soluciones hipotónicas e hipertónicas. Según los expertos, Leewenhoek también fue testigo de “las arterias, que siempre llevan la sangre a las partes más alejadas de los vasos pequeños; y venas, cuando llevan la sangre de regreso al corazón”
 
Un aspecto de las observaciones de Leeuwenhoek que las hace tan valiosas para la historia de la ciencia es que son observaciones de procesos dinámicos. Por ejemplo, podría haber alertado a las mentes científicas del siglo XVIII de que “medir” el color podría ser importante para evaluar las propiedades de la sangre en general y de los glóbulos rojos en particular.
 
También hay que señalar que contrató a un ilustrador para que dibujara lo que él veía y de esa forma sus escritos pudieron ir acompañados de imágenes.

Describió, pues, bacterias, infusorios, protozoos, espermatozoos, etc. Comenzó a discernir la estructura fina de varias estructuras anatómicas (fibra muscular, cristalino, hematíes, estructura fibrilar de la sustancia blanca medular y encefálica, la pared muscular, epidermis, etc. Todavía hoy siguen estudiándose sus aportaciones. El análisis del inventario patrimonial de su hija, por ejemplo, ha arrojado nuevos datos, entre ellos pistas de cómo debió construir sus microscopios.

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Alarik Frithiof Holmgren (1831-1897) y el test de la lana

Después de subir un nuevo vídeo al canal de Youtube Medicina, historia y sociedad, insertamos la transcripción del anterior que se refería a Alarik Frithiof Holmgren (1831-1897) y el test de la lana.

Los escenarios principales del desarrollo de la fisiología científica fueron Francia y Alemania. Otros países trataron de imitarlos, como los del norte, Suecia, Noruega y Finlandia que surgieron de un tronco común formado por Alarik Frithiof Holmgren y Christian Lovén.

Este último fue médico y político. Cultivó la anatomía, la fisiología y la zoología. Fue profesor ayudante de anatomía y fisiología y en 1874 primer titular de la recién creada cátedra de fisiología del Instituto Karolinska.

El segundo, el que nos interesa, es conocido en el mundo por haber ideado la prueba de la lana.

 [INTRO]

Alarik Frithiof Holmgren nació el 22 de octubre de 1831 en Västra Ny, Östergötland, una de las veintiuna provincias de Suecia. Su padre Anders Holmgren era pastor.

Estudió en la escuela secundaria de Linköping, ciudad situada al sur de Suecia, hasta 1849. Un año después se trasladó a Upsala para iniciar la carrera de Medicina, que terminó en 1860. Durante sus estudios desempeñó diferentes trabajos: en 1853 colaboró en la lucha contra el cólera y fue también profesor de historia natural en un instituto de Norrköping, entre otros.

Fue contratado como profesor asistente de medicina teórica y práctica en la misma Universidad. En 1861 presentó su tesis de doctorado sobre las células blancas de la sangre. Pronto supo que quería dedicarse a la fisiología, pero su país, como otros muchos, se encontraba atrasado en la materia, lo que le obligó a marchar al extranjero.

En 1861 marchó a Viena para formarse con el fisiólogo von Brücke, que fue asistente de Johannes Müller y, según Erna Lesky, el fundador de la fisiología austríaca moderna. Trabajó de forma especial en temas de óptica fisiológica, (luminosidad óptica y proceso de acomodación y percepción cromática entre otros). Más tarde, éste lo envió a Leipzig donde se encontraba Carl Ludwig, quien había convertido su Instituto de Fisiología en la meca de la disciplina al que acudían de todas partes para aprender fisiología experimental. Con él estudió los gases sanguíneos.

En 1864 regresó a su país para convertirse en el primer profesor de fisiología del país. Montó un laboratorio en su casa, dispuso después de un espacio en el departamento de Anatomía y, más tarde, de una zona amplia dentro del Departamento de Patología.

Entre 1869 y 1870 viajó de nuevo al extranjero. Estuvo en Berlín con Reymond (1818-1896), del grupo de fisiólogos de orientación física quien, influido por su maestro Johannes Müller, trabajó en el campo de la electricidad animal, y en Heidelberg con von Helmholtz, conocido por sus trabajos sobre el funcionamiento y los procesos de percepción del ojo y del oído humanos. Se dedicó también a los aspectos físicos de los procesos fisiológicos. Holmgren asistió, además, a unas conferencias que Claude Bernard impartió en París.

En 1848-49 Du Bois-Reymond había observado una corriente de reposo entre los electrodos en la parte frontal y posterior del ojo, es decir, el potencial de reposo del globo ocular. Inspirado en estos hechos, Holmgren, en 1865 mostró las variaciones inducidas por la luz en ese potencial. Lo mismo hicieron de forma independiente los escoceses James Dewar y John G. McKendrick. Se descubría así la respuesta eléctrica de la retina a la luz y las bases del electrorretinograma de hoy. 

[PAUSA]

En diferentes lugares de Europa surgió la necesidad de estudiar el daltonismo para poder reconocer con seguridad si lo padecían trabajadores de los ferrocarriles, donde las señales de color juegan un papel fundamental. Se estimuló el desarrollo de varios estudios que no llegaron a buen puerto.

En la noche del 14 al 15 de noviembre de 1875 se produjo un accidente ferroviario en Lagerlunda, a pocos kilómetros de Linköping. Chocaron el expreso nocturno que iba de Estocolmo a Malmö y el expreso que iba en dirección contraria, de Malmö a Estocolmo. Hubo nueve muertos. Se habló de una mala interpretación de las señales entre un jefe de estación y uno de los conductores. Entonces se manejaban con diversos tipos de señales sonoras y luminosas. La transcripción del juicio por el accidente parece que no contiene nada relativo al color de las señales. Sin embargo, Holmgren afirmó que uno de los conductores podía ser daltónico, aunque como había fallecido en el accidente, no pudo investigarse. Parece que el siniestro se debió a un conjunto de causas que otros autores han demostrado posteriormente.

Por entonces Holmgren había desarrollado ya un método que se basaba en la comparación de lanas de diferentes colores. Se trataba de una prueba para comprobar la capacidad de percepción cromática.  

Se ponen 40 madejas de lanas juntas y se agrupan las 10 madejas cuyo tono se parezca más al color marcado con la letra “A”, que es verde. De las 30 restantes deben seleccionarse 5 que se asemejen con la madeja marcada con la letra “C” que es roja. Se repite la operación con las 25 madejas restantes entre las que deben separarse las 5 que se parezcan a la marcada con la letra “B”, de color violeta. Si el paciente opta por colores azules o violetas en la prueba del rojo, quiere decir que presenta un problema de ceguera al rojo. Si el paciente opta por colores grises o café oscuro en la prueba del color verde, indica que posee un problema de ceguera al verde. Si el sujeto opta por colores verdes o amarillos en la prueba del color violeta, presenta ceguera al violeta.

En un congreso médico que tuvo lugar en Gotemburgo después del juicio por el accidente, Holmgren presentó su test de la lana y sugirió que el daltonismo hubiera podido ser la causa del accidente; se acordó que era necesario investigar de forma sistemática las deficiencias de la percepción cromática del personal que trabajaba en los ferrocarriles.

Holmgren obtuvo permiso para evaluar a 266 empleados de la línea privada Uppsala-Gävle. Identificó 13 daltónicos (un 4,8%) entre los que había un jefe de estación, un ingeniero, dos conductores y dos empleados encargados de revisar las vías. A pesar de los resultados, los responsables no quedaron convencidos hasta que se preparó una simulación el 13 de octubre de 1876. Tres días después se emitió una orden por la que los médicos de los ferrocarriles se familiarizaran con las pruebas ideadas por Holmgren. Igualmente, las compañías de otros países fueron cambiando sus reglamentos en este sentido.

Sin embargo, parece que la prueba que hizo Holmgren estaba manipulada, ya que se utilizaron faroles con distintas intensidades de color cuando los conductores estaban acostumbrados a distinguirlos por su luminosidad. Esos faroles todavía se conservan y se ha podido reproducir el experimento.

Independientemente, la prueba de Holmgren supuso un adelanto respecto a los medios de que se disponía entonces. En 1877 publicó Sobre el daltonismo en relación con los ferrocarriles y el mar, que se tradujo a varios idiomas. El estudio del daltonismo le proporcionó fama a nivel mundial.

Holmgren investigó también un tema que era debatido en su país. Se trataba de la decapitación y de si ésta era dolorosa o no. Recogió datos de cuatro ejecuciones públicas, dos de ellas las últimas de este tipo que se llevaron a cabo en Suecia. Se refirió a lo horrible de los preparativos y concluyó que era imposible que el ejecutado sintiera algún tipo de dolor.

En 1869 Holmgren se casó con la escritora y feminista Ann Margret Tersmeden (1850-1940) [21]. En su casa se reunían personas muy liberales, incluso radicales. Frente la sociedad conservadora de la época allí se criticaba la monarquía y se defendía el parlamentarismo y el sufragio universal, los derechos de los trabajadores, la anticoncepción y el libre pensamiento religioso. Tuvieron ocho hijos.

El matrimonio Holmgren estuvo siempre del lado de los estudiantes con quienes mantuvieron excelentes relaciones. Defendió la libertad de ideas en la Universidad, institución de la que pensaba que tenía que educar a sus alumnos para que fueran capaces de pensar por sí solos.

En 1893 comenzó la construcción de un instituto que todavía perdura hoy. No llegó a tiempo a su inauguración, ya que falleció por esclerosis arterial el 14 de agosto de 1897 en Upsala. Tras su fallecimiento su mujer se mudó a Estocolmo donde siguió trabajando por la igualdad de género. Fue partidaria del amor y sexo fuera del matrimonio y participó en varias organizaciones feministas.

Bibliografía

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Robert Proust (1873-1935)

Cerramos el año 2022 con la biografía del cirujano francés Robert Proust, que hemos subido a la sección de «biografías y epónimos médicos» de historiadelamedicina.org.

Robert Émile Proust nació en París el 24 de mayo de 1873. Su padre, Adrien Achille (1834-1903), fue profesor de Higiene en la Facultad de Medicina de París y asesor del gobierno francés en diversas epidemias, especialmente en las de cólera. Su madre se llamaba Jeanne Clémence Weil (1849-1905). Estudió el bachillerato en el Lycée Condorcet, igual que su hermano, el conocido escritor Marcel Proust.

Cursó después los estudios de Medicina en París. Obtuvo la licenciatura en 1893. Entre 1894 y 1898 fue interno de los hospitales y alumno de Félix Guyon, cirujano y urólogo. Fue ayudante de anatomía en 1898 y prosector en 1899. En 1900 ganó el grado de doctor con la tesis De la prostatectomie périnéale totale. En 1904 obtuvo la agregación de Cirugía y en 1906 fue cirujano de los hospitales. Durante diez años fue asistente del cirujano y uno de los mejores ginecólogos franceses de su época, Samuel Jean Pozzi (1846-1918), en el Hospital Broca.

En 1919 fue nombrado jefe de servicio en el Hospital Tenon. De ahí pasó en 1928 a Beaujon y al Hospital Laennec en 1931; en todos ellos fue el encargado de impartir lecciones clínicas. Entre 1922 y 1927 dio cursos de braquiterapia (curiethérapie). En 1932 Proust impartió un curso especial de cirugía de la tuberculosis pulmonar. Ese mismo año ocupó la cátedra de Anatomía médico-quirúrgica y técnica operatoria. Durante este periodo de tiempo modernizó y renovó la enseñanza.

Finalmente, en 1934, Proust fue designado para ocupar la cátedra de Clínica ginecológica coincidiendo casi con su fallecimiento. Proust practicó la cirugía general destacando en urología, ginecología, radiología y cirugía pulmonar. No fue partidario de la especialización dentro de la cirugía, más bien se le puede incluir en el grupo de los que creían más en una cultura quirúrgica general. Sin embargo, todos los aspectos y ramas le interesaron y practicó con éxito muchas de ellas.

Murió a los 62 años en París, el 29 de mayo de 1935, en plena actividad profesional como profesor y cirujano.

Imagen procedente de Wikidata con licencia abierta

Raymond P. Ahlquist (1914-1983) y los receptores adrenotrópicos alfa y beta

Hemos añadido en la sección Biografías y Epónimos médicos de historiadelamedicina.org la del farmacólogo Raymond P. Ahlquist.

En la historia de la farmacología y en la edificación de la teoría del receptor, contribuyó de forma especial el científico estadounidense Raymond P. Ahlquist. Sus padres eran de origen sueco. Se educó en un ambiente en el que el conocimiento de lenguas y la cultura tenían mucha importancia.

Nació en Missoula, Montana el 26 de julio de 1914. En la Universidad de Washington, en Seattle, obtuvo el grado de Farmacia, realizó un máster de Farmacología y en 1940 ganó el doctorado de esta disciplina. Después fue contratado en la Universidad de Dakota del Sur, en Brookings. Cuatro años más tarde lo fue como profesor asistente de Farmacología en el Medical College de Georgia, Augusta. A partir de 1946 fue asociado y en 1948 catedrático y director del Departamento de Farmacología, sucediendo a Robert A. Woodbury con el que había investigado el efecto de las catecolaminas sobre el sistema cardiovascular y sobre los vasos del útero.

Desde 1963 hasta 1970 sirvió como Decano asociado de la Escuela de Medicina y como coordinador de investigación. En 1970 volvió a ocupar el puesto de catedrático de Farmacología hasta 1977 cuando fue nombrado Profesor “Charbonier” de Farmacología.

Ahlquist trabajó, sobre todo, en farmacología cardiovascular y especialmente en los receptores adrenérgicos. En 1948 Ahlquist publicó su trabajo “A study of the adrenotropic receptors” en el American Journal of Physiology. Ahí propuso la presencia de dos tipos de receptores adrenotrópicos que llamó alfa y beta, y postuló que había solamente un mediador simpático-adrenérgico, la epinefrina, para los dos tipos de receptores, los alfa y los beta. Recibió numerosos premios por su contribución en el campo de la farmacología. Murió el 28 de enero de 1983 en Georgia.

Imagen procedente de la National Library of Medicine. Enlace
http://ihm.nlm.nih.gov/luna/servlet/view/search?q=B09697&res=1]

Carl Peter Henrik Dam (1895-1976) y el descubrimiento de la vitamina K

Hemos incluido en la sección de ‘Biografías y epónimos médicos’ de historiadelamedicina.org, la de Carl Peter Henrik Dam (1895-1976).

En 1943 Henrik Dam y Edward Doisy (1893-1986) recibieron el premio Nobel de Medicina y Fisiología por haber descubierto el primero la vitamina K y su estructura química el segundo.

Henrik Dam nació en Copenhague el 21 de febrero de 1895. Se graduó en química en el Instituto Politécnico de su ciudad natal en 1920. Estuvo después en la Universidad de Graz, Austria, para completar sus estudios en 1925. Allí trabajó con el químico Fritz Prelg (1869-1930).

En 1928 fue asistente en el Instituto de Bioquímica de la Universidad de Copenhague y al año siguiente fue nombrado profesor asociado de la Universidad. Entre 1932 y 1933 estuvo en la Universidad de Friburgo con una beca de la Fundación Rockefeller trabajando con el bioquímico Rudolf Schoenheimer (1898-1941). Allí también conoció a Adolf Otto Reinhold Windaus (1876-1959).

En 1935 estuvo en la Universidad de Zurich con Paul Karrer (1889-1971). Cuando Alemania invadió Dinamarca se encontraba en los Estados Unidos. Decidió quedarse allí. Se adscribió al Woods Hole Marine Biological Laboratories, de Massachusetts. Entre 1942 y 1945 estuvo en la Universidad de Rochester, Nueva York, y en 1946 en el Instituto Rockefeller. En 1946 Dam regresó a Dinamarca como profesor de bioquímica en el Instituto Politécnico de la capital danesa donde estuvo hasta 1965. También llegó a dirigir la División de Bioquímica del Instituto Danés de Investigación de las grasas.

Murió en Copenhague el 17 de abril de 1976 a la edad de 81 años.

Dam comenzó sus estudios sobre la formación y metabolismo del colesterol en la década de 1920. Inició un proyecto para ver si los pollos podían sintetizar colesterol. Observó que los que eran alimentados con dietas carentes de grasas sufrían un retardo en la coagulación de la sangre y brotes hemorrágicos, produciéndoles la muerte en poco tiempo. Esta situación no se detenía aun introduciendo el colesterol en su dieta. Las lesiones que presentaban se parecían a las que producía el escorbuto por lo que introdujo la vitamina C en la alimentación con resultados negativos. Obtuvo similares resultados con otras vitaminas conocidas hasta entonces como la A y la D [10].

En 1929 publicó el artículo “Cholesterinstoffwechsel in Hühnereiern und Hühnchen” en la revista Biochemische Zeitschrift donde daba a conocer la existencia del factor dietético antihemorrágico [11].

En 1934 observó que se podían prevenir las hemorragias añadiendo a la dieta hojas verdes, tomate e hígado de cerdo. Él y sus colaboradores pensaron, pues, que la causa podía estar en una falta o deficiencia de algún factor liposoluble.

En 1935 Dam escribió una carta a la revista Nature proponiendo el nombre de vitamina K para este factor. La letra K procedería de la palabra escandinava “koagulering” o “koagulasjon”. 

[*Imagen en dominio público, procede de http://www.nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/laureates/1943/%5D