Se ha incluido una nueva biografía en la sección de biografías y epónimos de historiadelamedicina.org. Se trata de Friedrich Wilhelm Sertürner (1783-1841).
Se trata de un farmacéutico que nació en 1783 en Neuhaus, Renania del Norte-Westfalia. A los 15 años se puso a trabajar como aprendiz de boticario. Cuatro años más tarde se examinó y obtuvo el título de asistente. Al poco tiempo logró aislar dos principios activos del opio. Pudo tener su propia farmacia en 1809 en Einbeck. Cuando desapareció el reino de Westphalia en 1913, las patentes perdieron su validez. Luchó varios años para que se le reconociera , pero no lo logró. Se trasladó a Hameln donde en 1820 regentó la farmacia municipal hasta su muerte. Sus trabajos sobre el opio pasaron desapercibidos hasta uno que publicó en 1817 en los Annalen der Physik de Ludwig Wilhelm Gilbert, que mereció la atención de Gay-Lussac en Francia y de Goethe en Jena. Gay-Lussac hizo que se tradujera y se publicara en los Annales de Chimie et de physique. En el mismo ya se habla de «morfina», potente analgésico que todavía hoy sigue utilizándose. Una nota en la revista francesa dice: «La découverte d’une base alcaline formée par le carbone, l’hydrogène, l’oxigène et l’azote, dans laquelle les propriétés neutralisantes son très-prononcées, nous nous somme empressés d’en donner connaissance à nos lecteurs…”
Efectivamente, con Sertürner se abrió una fructífera época en la farmacología, la de los alcaloides de ciertas plantas, que proporcionaron potentes medicamentos a los médicos. Además, con estas sustancias podían controlar las dosis y los efectos, algo que era muy difícil de lograr con el uso de los preparados de los vegetales.
Sertürner, sin embargo, no se dedicó a esta línea de investigación, sino que trabajó en otros temas de física y de química. Algunos colegas alemanes creían que sus trabajos contenían demasiadas especulaciones. Se sintió infravalorado y con el tiempo desarrolló una depresión. Posteriormente se ha visto que esta percepción no fue del todo real, sino que en vida recibió el reconocimiento de varias sociedades y universidades.
Murió joven a los 58 años en 1841. Se dice que padecía de gota severa y de que se administraba morfina para evitar los dolores. Este aspecto no está claro. Queda para la historia el haber reconocido el carácter básico de algunos principios activos procedentes de las plantas y el haber aislado la morfina, un potente analgésico que todavía hoy se utiliza.
Aunque la administración oral de la morfina ejercía sus efectos, el éxito llegó con el perfeccionamiento de la jeringuilla hipodérmica. Rápidamente se utilizó en las guerras para evitar el dolor producido por la heridas.