El otro día hacíamos referencia al acto en el que se puso la primera piedra del nuevo edificio (el actual) de la Real Academia Nacional de Medicina. Las obras comenzaron en 1911 y finalizaron en 1914. Aquí tenemos más datos procedentes de La Construcción Española (1911):
Por Real decreto de 3 de Diciembre de 1909, quedó aprobado el proyecto de construcción de este edificio, por su presupuesto de contrata ascendente á 632.655,47 pesetas, y por Real orden de 9 de Febrero de 1910, quedó señalado el día 6 de Abril siguiente para la adjudicación de las obras en pública subasta, y el modelo de proposición para las obras.
El 13 de Abril de 1910 fue aprobada la subasta, adjudicándose este servicio á D. Alberto Rodríguez Arenaza y D. Manuel Sánchez Dindurra en la cantidad de pesetas 472.909.97, o sea con una rebaja del 25 por 100.
Hemos encontrado ahora, también en el diario El Imparcial, la noticia en la que el arquitecto presenta el edificio a la prensa antes de ser amueblado. Lo transcribimos por su interés, ya que describe bastantes detalles:
La Academia de Medicina
El nuevo edificioEn el nuevo edificio que la Real Academia de Medicina ha construido en la calle de Arrieta, el arquitecto director de las obras D. Luis María Cabello y Lapiedra, obsequió ayer con un ‘lunch’ a los contratistas, maestros y artífices que en ellas tomaron parte.
Asistieron también algunos periodistas invitados.
El Sr. Cabello y Lapiedra hizo recorrer a los reunidos el nuevo y hermoso edificio.
Este se halla construido sobre un solar de 800 metros, cedido por el Estado, con tal fin, a la Academia de Medicina, y su coste total ha sido de unas 700.000 pesetas.
La construcción se debe a iniciativa del rey, que en una sesión a que asistió, de la Academia, se dolió de que no contara, como las demás, con casa propia.
El doctor Cortezo fue el principal patrocinador de la idea, y a él se debe, cuando fue ministro, la tramitación del expediente y la concesión de los créditos necesarios.
Después de varios retrasos, el Sr. Rodríguez Sampedro volvió a ocuparse del asunto, y el Sr. Barroso puso el proyecto a la regia firma.
En las obras se han invertido tres años.
El edificio constituye un acierto arquitetónico, de que se puede estar satisfecho el señor Cabello y Lapiedra.
Consta de tres pisos y sótanos. La fachada, de piedra caliza, llamada almorquí, corresponde al estilo de la época de Fernando VI.
A uno y otro lado de la puerta de entrada aparecen dos cariátides, que sostienen el balcón central. El resto de la fachada, muy sencillo, lo constituyen cuantro esbeltas columnas. Remata el edificio un grupo alegórico, formado por el escudo de España y la corona real, y dos figuras de mujer, representativas de la Ciencia y de la Medicina.
En el interior se ha prestado atención preferente a la instalación de la biblioteca y al salón de actos.
En la planta baja, además de éste, se hallan dos amplias salas para conferencias, un cuarto para análisis y un patio de honor, estilo clásico, que sirve de entrada al salón.
Éste, de forma circular, es capaz para unas 300 personas. En la parte superior se halla una artística tribuna para el público, y en el frente un estrado para la presidencia, en el que se ha instalado un aparato, para proyecciones cinematográficas, sobre un espejo. La decoración es polícroma, y en los muros aparecen los retratos de varios médicos famosos, desde Hipócrates y Galeno hasta Pasteur y Koch, y los nombres de los fundadores de la Academia.
Las condiciones acústicas y de ventilación son excelentes. El salón recibe la luz por una vidriera muy artística, sostenida por una greca labrada.
En la planta principal se hallan la biblioteca, muy hermosa; el salón de Consejos y dos salas de conferencias, y en el piso segundo, el domicilio del secretario. En el último piso se hallan las habitaciones de los conserjes. Todas son muy amplias, y en ellas han sido atendidas las reglas del ‘comfort’ moderno.
Sólo le falta ya al edificio el mobiliario. En cuanto éste se consiga —pues ello depende del presupuesto— se verificará la entrega oficial y la inauguración, a cuyo acto asistirá el rey.
El Imparcial, 8 de marzo de 1914, p. 5.
Y estas son algunas imágenes del acontecimiento que se publicaron en La Ilustración Española y Americana (15 de marzo de 1914):



[Proyecto HAR2008-04023]