El Instituto Médico Valenciano en 1909

El año 1909 fue un año de gran actividad en Valencia. La labor del Instituto se mantuvo a pesar de que muchos de sus integrantes también participaron en los acontecimientos que tuvieron lugar en la ciudad.

En 1908 vimos que la Academia Médico-Escolar se refundó y sus componentes decidieron vincularse al Instituto Médico Valenciano, situado dos portales más allá del Ateneo, en la misma calle del Mar, del que habían formado parte. A principios de año sus asociados, encabezados por Salvador Monmeneu Jorro, comenzaron a organizar un acto conmemorativo para celebrar el centenario del nacimiento de Charles Darwin. Desde el principio tuvo connotaciones progresistas y anticlericales. Invitaron a Amalio Gimeno, Odón de Buen y Miguel de Unamuno. Finalmente fue este último el que se trasladó a Valencia. Los estudiantes tuvieron de su lado a Peregrín Casanova, propagador del darwinismo en España, el diario republicano El Pueblo, y al Ayuntamiento republicano de Valencia, excepto los concejales y funcionarios más conservadores. También recibieron ayuda económica del Instituto. Finalmente el acto se celebró en febrero en el Paraninfo de la Universidad con la participación de Unamuno, Bartual, Casanova y Boscá. Se implicaron además Peset, Pastor, Morote, Gil y Morte y Concepción Aleixandre, una de las primeras licenciadas de España. El acontecimiento tuvo mucha repercusión en la prensa local y nacional tanto a favor como en contra. Finalmente se publicó un número especial de Tribuna médica, órgano de la Academia Médico-Escolar, que recogió, entre otros, las intervenciones de la noche del 22 de febrero. Hubo otras conferencias en 1909 organizadas por los escolares, cuya referencia se indica al hablar de Las Provincias.

En el mes de mayo se inauguró la Exposición Regional de Valencia, muestra de carácter comercial e industrial organizada por el Ateneo Mercantil. A su alrededor tuvieron lugar multitud de actividades. En el mes julio, por ejemplo, se celebró el Congreso Escolar de Valencia, de carácter nacional, y en el que algunos profesores y estudiantes de Medicina desempeñaron un papel destacado. Uno de sus objetivos fue la regeneración escolar en nuestro país.

En diciembre de 1909 se puso la primera piedra del edificio actual de la Facultad de Medicina. Con tal motivo se invitó a Amalio Gimeno Cabañas, al que distintas corporaciones valencianas rindieron homenaje. Fue nombrado hijo adoptivo de la ciudad. El Instituto Médico Valenciano se encargó de coordinar algunos actos y la cena que se celebró en su honor en el Gran Casino de la Exposición. En la Universidad también se le tributó homenaje y se descubrió el retrato que hizo Juli Cebrian i Mezquita (1845-1926), óleo que se incorporó al Paraninfo. Recordemos que Amalio Gimeno fue estudiante y más tarde profesor de la Universidad de Valencia, y senador de la misma en Madrid durante muchos años.

A pesar de estos acontecimientos, la labor del Instituto continuó como todos los años. Hubo sesión inaugural que se aplazó al mes de octubre, pero faltó la apologética. En la sesión solemne intervino como conferenciante el Dr. Chabás, uno de los más críticos con la labor científica del Instituto, como se puede comprobar en las Actas. Su discurso trató de demostrar la necesidad de renovar la Corporación y acomodarla a las necesidades modernas. Fruto de esta iniciativa la Junta acordó dirigir una circular a los médicos, farmacéuticos, veterinarios y corporaciones invitándoles a participar y aportar ideas. Se acordó que el Instituto debía contar con una publicación, pero que no llevara el título de Boletín.

13 de enero de 1909, Junta directiva
Se produjo la toma de posesión de los nuevos cargos.
Se aprobó el pago de algunos gastos.
El estado de Caja presentado por el Tesorero fue el siguiente:
– Caja: 435,83 pesetas
– Fundación Röel: 6.328,92 pesetas, descontado ya el primer premio de 1.500 pesetas.

La Presidencia informó sobre el Congreso. Dijo que la Asociación Española para el Progreso de las Ciencias admitía al Instituto como un gran núcleo concediéndole la independencia mediante el ingreso de 500 pestetas, siendo la cuota individual de diez pesetas para el socio y de veinte para el que no lo era. Tendrían cabida los médicos de partido, rebajando la cuota, y la clase escolar con una rebaja aún mayor.

13 de enero de 1909, Junta general ordinaria
Se acordó constara en Acta el sentimiento de la Corporación por el fallecimiento de la esposa del Dr. D. Antonio Casanova.
Se informó a continuación de las memorias recibidas que aspiraban a alguno de los Premios convocados:
1-Indicaciones de la intervención quirúrgica en la apendicitis aguda. Lema ‘Ubi certitud est’
2-Estudio comparativo de las diversas aguas que se consumen en Valencia. Lema: ‘El agua es el principal elemento de la vida’.
3-Indicaciones de la intervención quirúrgica en la apendicitis aguda. Lema: Jenner-Pasteur-Lister’
4-Etiología y patogenia del reumatismo agudo y crónico. Lema: ‘El título más honroso que puede ostentar un hombre, es el de trabajador’
5-Indicaciones de la intervención quirúrgica en la apendicitis aguda. Lema: ‘¿Hay cosa más inútil que el apéndice ileo-cecal?’
6-Estudio comparativo de las diversas aguas que se consumen en Valencia. Lema: Die Gesundheit ist das Vermögen von Leben’
7-Contribución al estudio de la intervención quirúrgica en algunos traumatismos del cráneo. Lema: ‘El cirujano es esclavo del diagnóstico’
8-Indicaciones de la intervención quirúrgica en la apendicitis aguda. Lema: ‘Ocassio promps’
9-Estudio comparativo de las diversas aguas que se consumen en Valencia. Lema: ‘Untergrundwasser’
10-Modo de acción de los procedimientos principales empleados en el tratamiento de la tuberculosis. Lema: ‘In tempore opportuno’

Fueron nombrados Cubells, Claver y Dómine para juzgar los trabajos 4 y 10. Para los trabajos números 1, 3, 5, 7 y 8, los Sres. Garín, López Romeu y Carsí. Para el tema de la Fundación Röel, trabajos números 2, 6 y 9, los Sres. Peset Cervera, Guillén y Trigo.

Se acordó suscribir revistas de asuntos generales siempre que no se excediera la partida para ello consignada en los presupuestos y que no se eliminaran las de Farmacia. También se dijo que se mandara una nota a los diarios para que estuvieran enterados los socios.
Respecto al Congreso, se acordó reunirse en unos días para elegir el Comité.

18 de febrero de 1909, Junta directiva
No hubo asuntos que tratar.

18 de febrero de 1909, Junta general ordinaria
Fueron propuestos como socios residentes D. Juan Bautista Peset Aleixandre (doctor en medicina), José M. Castañer Martí (licenciado en medicina), José García Marín (doctor en medicina), Eduardo Pérez López (licenciado en farmacia); y como socios correspondientes a Manuel Real Rigant, Francisco Baixauli Perelló, Diego Brú Gomis, Enrique Canalejas Cisneros, José Fernández Salvador, Vicente Ferrer Ciurana, Jerónimo Forteza Martí, Luis Gabarda Setjer, José González García, Ricardo González Frau, Daniel Lledó Rodríguez, Práxedes Llisterri Pérez, Eliseo Muro González, Federico Parreño Ballesteros, Pascual Pery Carbonell, Juan Romeu Cualladó, José Salvat Martí, Salvador Sansano Vives, y Luis Torres Ibarra (licenciados en medicina). José Moncho (Villamarchante) y Rafael Candel, ambos licenciados en farmacia, y los veterinarios Pantaleón Corella, Vicente Sobrevich, Ricardo Muñoz, Pablo Codergue, Enrique Guillén, Ramón Villanueva,  Leandro Rodríguez, Juan Bort Cerdá y Miguel Trigo Mesquita.
Reingresaron como residentes D. Vicente Domínguez Roca y D. Manuel Portaceli.
La Presidencia propuso la conveniencia de que el Instituto contribuyera en la medida de sus fuerzas con una cantidad para la Academia Médico Escolar que se había propuesto conmemorar el centeneario del nacimiento de Darwin. Visto el estado de Caja, se concedieron cien pesetas.

27 de marzo de 1909, Junta directiva
Se aprobó el pago de diversos gastos

27 de marzo de 1909, Junta general ordinaria
Fueron admitidos todos los socios residentes y correspondientes propuestos en la sesión anterior.
Se propusieron como socios residentes a D. Rafael Pastor Reig y D. Antonio Crú Miralles, doctores en medicina.
Quedó designado a propuesta de la presidencia para integrarse en la Comisión censora de los trabajos de cirugía, D. Vicente Arau.
Fueron nombrados los doctores Peset Cervera, Carsí y Giner para realizar propuestas de los temas del concurso de premios.
Pasó a correspondiente el socio residente D. Abel de los Ríos.
Se acordó prorrogar la sesión aniversario.
Se acordó dar de baja como socio a Arturo Villarroya por no satisfacer las cuotas y, en general, que para volver a ser readmitidos los socios que no pagaban su cuota, deberían abonar los atrasos.

25 de abril de 1909, Junta general ordinaria
Se acordó que constara en Acta el sentimiento de la Corporación por el fallecimiento de la madre del Dr. Moscardó.
Se acordó el reingreso de D. José M. Quilis como socio residente.
Fueron votados y admitidos como socios los Sres. Pastor y Crú.
Se aprobó el informe de la comisión sobre las memorias de medicina. Se quemaron las plicas debido a que ningún trabajo merecía ser acreedor de premio alguno.
Leído el dictamen de la comisión del premio de la Fundación Röel, Pérez Fuster solicitó que quedara sobre la mesa para poder estudiarlo. Aguilar Jordán opinó que el Instituto había depositado su confianza en los miembros de la Comisión y que debía respetarse su dictamen. El Dr. Peset señaló que no había inconveniente en acceder a lo solitidao por Fuster.
De nuevo intervino Fuster para decir que la situación ya se había dado con anterioridad y que nadie era infalible.
El Sr. Trigo, miembro de la Comisión, dijo que quedara el dictamen sobre la mesa durante quince días.
Las memorias de tema quirúrgico estaban pendientes todavía de informe.
Se aprobó a continuación el programa de premios para el siguiente año:

-Tema I: Bacteriología y clínica de la fiebre de Malta endémica en algunos puertos de España
-Tema II: Indicaciones de la intervención quirúrgica en la litiasis biliar
-Tema III: Estudio crítico de los medios propuestos para la investigación urológica de la glucosa.
-Asunto libre: Resolución de un punto importante de las ciencias médicas o sus auxiliares, a juicio del autor.

Premios Fundación Röel
-Tema I: Topografía médica de uno de los municipios de la provincia de Valencia
-Tema II: Trabajo de investigación científica personal sobre un asunto de medicina o cirugía.

La cuantía se discutiría cuando se fallaran los premios del año en curso.
Respecto al Congreso, la Presidencia informó que el Instituto no podía satisfacer las 500 pesetas que se le habían solicitado. Por tanto, los que quisieran inscribirse debían abonar veinte pesetas. Se propuso que se pagaran quince, de las cuales cinco era para que el Instituto pudiera abonar las quinientas y las diez restantes para pagar como socio de la Corporación.
El Sr. Torrens señaló que de esa manera no se inscribirían nuevos socios ya que éstos debían satisfacer, además, las cinco pesetas para ingresar en el Instituto, con lo que sumaban veinte.
Se aprobó la propuesta de la Presidencia y se abrió una lista de socios que desearan participar con la cuota de quince pestetas.

27 de abril de 1909, Junta directiva
Se aprobaron diversos gastos

27 de abril de 1909, Junta general ordinaria
Se leyó una invitación del Colegio de médicos de Madrid al Instituto para participar en una sesión apologética en honor del Dr. Faustino Röel. Se acordó aceptar y nombrar como representante de la Corporación a D. Amalio Gimeno Cabañas.
El Sr. Pérez Fuster agradeció a la comisión que hubiera dejado su dictamen sobre los premios para que pudiera ser examinado. Dijo que algunos de los trabajos se habían realizado en el Laboratorio bacteriológico municipal y que la comisión no estaba demasiado de acuerdo con las cifras presentadas.
El Dr. Trigo señaló que en el dictamen no había ninguna palabra que pudiera ser ofensiva para él.
Pérez Fuster citó otros trabajos que indicaban que las aguas del río Turia variaban entre 32º y 47º hidrométricos. Hizo referencia a las causas que podían influir en un análisis químico bacteriológico de las aguas y especialmente de las de pozo. Propuso a la Presidencia que se sometiera a votación si se concedía o no el premio.
El Sr. Ciriaco Giner señaló que reconocía que las personas nombradas para juzgar las memorias gozaban de la confianza de todos, pero que se habían empleado en el dictamen expresiones duras para unos compañeros incógnitos. Pidió que se retiraran esas palabras y que se reconociera la gran labor realizada por los autores de las memorias.
El Sr. Peset hizo uso de la palabra y explicó a los Sres Fuster y Giner que nunca se había pretendido ofender a nadie en la redacción del dictamen. Tanto él como sus compañeros estaban dispuestos a retirar del informe emitido lo que hiciera falta.
Peset dijo que el asunto tenía tanta importancia para Valencia, que si el Instituto hubiera premiado dichas memorias, hubiera incurrido en una gran responsabilidad. Enumeró los motivos por los cuales consideraba deficientes los trabajos presentados y terminó afirmando que en su sentir no debieron haber sido informadas por carecer de los datos indispensables en este tipo de trabajos.
El Sr. Pérez Fuster insistió en lo que había dicho.
La Presidencia expuso una síntesis del debate haciendo hincapie en la gran trascendencia del asunto para la Corporación y para Valencia.
Sometido el dictamen a votación; obtuvo el respaldo de una amplia mayoría.

17 de mayo de 1909, Junta general ordinaria
Se informó de haber recibido un ejemplar de la colección de artículos de medicina del Dr. D. Francisco Carbonell Solís.
El Sr. Carsí presentó una proposición de modificación de los artículos 75 y 76 del reglamento:

“Artículo 75: El Instituto celebrará todos los años la sesión pública inaugural del curso en la primera quincena de octubre. En esta sesión, a la que serán invitadas las autoridades y corporraciones científicas, se leerán la memoria de secretaría y el discurso inaugural, que versará sobre un tema científico; se distribuirán los premios adjudicados en el último certamen y se publicará el programa del siguiente”.
“Artículo 76: El Instituto celebrará otra sesión pública el día 31 de marzo, aniversario de su fundación. En esta sesión se leerá la apología de un valenciano ilustre en alguna de las ciencias médicas”

Se aprobaron las proposiciones sin debate.
Se admitieron como socios correspondientes a D. Ricardo González Marco, veterinario de Lérida; Ramón Alonso Conde y Nicolás Alonso Conde, veterinarios militares; y Agustín Plater  Gómez y Narciso Francolí Armengod, médicos miliares. También fue admitido como socio residente Joaquín Vila, y Constantino Rever Tarín y Francisco López Ibáñez como correspondientes.
La presidencia propuso que de los fondos Röel se premiara un solo trabajo con tres mil pesetas con el fin de estimular la participación.
Los Dres. Blanco, Chabás y Peset Aleixandre propusieron que fueran tres premios de mil pesetas cada uno.
La Presidencia insistió en su criterio y resaltó la importancia que daría a la Corporación ofrecer un premio cuantioso que permitiera a los ganadores adquirir libros y material.
El Sr. Carsí propuso, y así se aprobó, destinar quinientas pesetas para los gastos de impresión de los trabajos premiados con el fin de no mermar la cantidad que obtuviera un premiado.
López y Carsí popusieron que el premio fuera de dos mil quinientas pesetas. Los Sres. Blanco, Chabás, Peset Aleixandre, Aguilar y Fuster preferían dos premios aunque había disparidad en las cuantías.
La Presidencia propuso la votación dadas las distintas propuestas. Se optó por un premio de mil quinientas pesetas y un accésit de mil.
El plazo para la admisión de trabajos finalizaba el 31 de mayo de 1910.
Por indicación del Sr. Olmos se acordó agradecer al Dr. Gimeno Cabañas haber aceptado la representación del Instituto en la sesión apologética que había de celebrarse en el Colegio de Médicos de Madrid en honor del malogrado Dr. Röel.

6 de octubre de 1909, Junta directiva
Se acordó que constara en Acta el sentimiento de la corporación por el fallecimiento de la esposa del Dr. Torrens.
Se informó de haber satisfecho las quinientas pesetas a la Asociación general española para el Progreso de las Ciencias para participar en el Congreso.
Se acordó comunicar a la Sociedad Médico-escolar que debía satisfacer las cuotas.

6 de octubre de 1909, Junta general ordinaria
Se informó de haber satisfecho el Instituto la cuota de 500 pestetas para el Congreso.
El Sr. Carsí leyó el dictamen emitido sobre los trabajos de cirugía que optaban al premio. El Sr. Torrero manifestó su extrañerza de que se concediera el primer premio a un trabajo que carecía de valor absoluto y que no aportaba nada nuevo.
Se produjo una breve discusión. El Sr. Carsí señaló que, efectivamente, las memorias no aportaban nada nuevo, pero que una recopilación tan copiosa y amplia merecía ser premiada. Al tener que adaptarse a otorgar un solo premio se habían decantado por el que llevaba el lema  ‘Ubi certitud est?’, que estudia el tema como estába anunciado circunscribiéndose a él. La otra memoria con el lema ‘Jenner, Pasteur, Lister’ era una exposición monográfica que abarcaba toda la descripción de la enfermedad.
La Presidencia optó por aceptar el dictamen y formuló la pregunta de si la publicación de la primera memoria menoscababa el prestigio de la Institución.
Carsí contestó diciendo que la memoria era completa, estaba bien razonada y tenía buena redacción.
El Sr. Chabás opinó que no debía dársele el primer premio ya que, según el Reglamento, no aportaba datos originales.
El Sr. Torrero propuso que se le diera el segundo premio, y el tercero para la memoria que se había propuesto para el segundo.
Se votó y se aprobó el dictamen de la comisión con los votos en contra de Iborra y Torrero. Abierta la plica resultó ser el autor D. Julio Alonso Marcos, doctor en medicina, de Val de San Lorenzo (León).
Abierta la del segundo, apareció una tarjeta en blanco cortada diagonalmente. Se acordó hacerlo público en la prensa por si el autor quería darse a conocer y recibir el premio.
Se quemaron las plicas de los dos restantes.
Respecto al dictamen sobre el asunto libre, se premió la memoria ‘Contribución al estudio de la intervención quirúrgica en algunos traumatismos de cráneo’. Se aprobó por unanimidad. Abierta la plica, el autor resultó ser D. Enrique Slocker de la Rosa, médico numerario por oposición del Hospital de la Princesa (Madrid).

19 de octubre de 1900, Sesión inaugural
Se dedicaron sentidas frases por el fallecimiento de los Dres. Enrique Brines, Adolfo Royo y José Aveñó Lanuza.
A continuación el Dr. Chabás leyó su discurso aportando observaciones encaminadas a dar una nueva orientación al Instituto. Al efecto citó como ejemplo otras corporaciones de España, análogas al Instituto, que habían experimentado una transformación que a su entender podría servir de modelo.
Se entregó el premio al padre del Dr. Slocker de la Rosa y el otro, el de Julio Alonso Marcos, quedó depositado en Secretaría por no haber podido asistir al acto su autor.
Finalizó el acto con un discurso del Presidente del Instituto, D. Enrique López Sancho.

9 de noviembre de 1909, Junta directiva
Se aprobó el pago de diversas facturas.

9 de noviembre de 1909, Junta general ordinaria
Como el motivo de la Junta era nombrar las personas que se encargarían de la redacción de los discursos inaugural y apologético del año siguiente, el Srt. Chabás propuso aplazar la decisión, para que se convocara una Junta para tratar las propuestas de cambio que había sugerido en el discurso inaugural.
Quedaron de acuerdo sobre la proposición y convocaron Junta para el día 11.
Se comisionó al Presidente para participar en una reunión preparatoria para realizar un homenaje a D. Amalio Gimeno Cabañas

11 de noviembre de 1909, Junta general
La Presidencia hizo un resumen de la situación del Instituto y manifestó que era escéptico respecto a los entusiasmos del Dr. Chabás. Propuso crear una comisión que se encargara de hacer un llamamiento a la clase médico-farmacéutica:
-Dr. Gómez Ferrer por la Facultad de Medicina
-Dr. Antonio Casanova, por la Academia de Medicina
-Dr. Tomás Blanco, por la Beneficencia provincial
-Dr. José Chabás, por la Beneficencia
-Dr. José Mosacardó, por la Beneficencia
-Dr. Juan Bort, por los veterinarios

El Sr. Carsí propuso que se nombraran los encargados de los discursos del siguiente año, porque así lo mandaba el Reglamento. Juan Peset Aleixandre fue designado para el apologético, y D. Manuel Portaceli para el inaugural.

18 de noviembre de 1909, Junta general
El Sr. Chabás leyó el llamamiento a la clase médico-farmacéutica. La presidencia solicitó que se manifestaran opiniones y se presentaran enmiendas al texto. El Sr. Domínguez Roca manifestó que al Instituto le hacía falta un Boletín o Revista que recogiera la actividad de la Corporación y trabajos científicos. De esa manera circularía la información sobre el Instituto. Todos estuvieron de acuerdo.
El Sr. Martínez Seguí, último director del Boletín, señaló que debía cambiarse el nombre, ya que en su última etapa sólo incluía recortes extraidos de otras revistas. No había trabajos originales. Se adhirió a la propuesta el Dr. Villanueva.
El Sr. Pérez Feliu propuso que se incluyera en el llamamiento que se facilitarían a los médicos de partido cuantos datos necesitaran sobre asuntos de su práctica diaria.
Finalmente se acordó aprobar la circular con los añadidos sugeridos y enviarla. Se recomendó esperar el reparto y la recepción de contestaciones para que la comisión comenzara a estudiar el tema.
Se informó de la invitación de la Academia Médico-escolar para el acto de inauguración del curso.

6 de diciembre de 1909, Junta directiva
Se acordó pagar todos los gastos de la impresión de la memoria del Dr. Slocker.
También se leyó la súplica del Dr. Torrero de que no se le eligiera para la próxima Junta ya que tenía que ausentarse de Valencia.

6 de diciembre de 1909, Junta extraordinaria
Como todos los años se procedió a elegir a los nuevos cargos del Instituto para 1910. Los resultados fueron:

-Vicepresidente: Vicente Carsí
-Secretario general: Manuel Olmos
-Contador: Joaquín Iborra
-Bibliotecario: Enrique Gay
-Presidente sección de cirugía: Anatonio Casanova
-Presidente sección de Epidemiología: José Chabás
-Vicesecretario de Actas: Lorenzp Qrroyo
-Vicetesorero: Joaquín Aguilar

A propuesta del Sr. Portaceli se acordó agradecer al Sr. Torrero el haber desempeñado con celo el cargo de Bibliotecario.

6 de diciembre de 1909, Junta general
Se presentaron los presupuestos para 1910. Quedaron designados para su estudio los Sres. Bueso, Colomer y Oltra.
El Sr. Chabás preguntó a quién se encargaba la distribución de las circulares.
El Presidente contestó que podía hacerlo el cobrador.

El Instituto Médico Valenciano en el diario Las Provincias

Pocas fueron las referencias al Instituto en el diario Las Provincias en 1909. El motivo es doble. Por una parte de tipo técnico. Dados los acontecimientos que se celebraron en Valencia aquel año, especialmente la Exposición Regional, los ejemplares que quedan están en muy mal estado. De hecho no hemos podido consultar ninguno en papel y hemos tenido que recurrir a las copias en microfilm cuya lectura es difícil ya que no está bien fotografiado. Esto habrá supuesto la pérdida de alguna referencia.

Por otro lado, las visitas de autoridades de la capital ese año a Valencia y la celebración de la Exposición Regional acaparó prácticamente la totalidad de las páginas del diario.

Las referencias se relacionan exclusivamente con las convocatorias de Juntas:

-Círculos y sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta]
Las Provincias, 13 de enero de 1909, p. 2

-Círculos y sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta general ordinaria]
Las Provincias, 27 de marzo de 1909, p. 2

-Círculos y sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta general ordinaria]
Las Provincias, 27 de abril de 1909, p. 2

-Círculos y sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta general ordinaria]
Las Provincias, 9 de mayo de 1909, p. 2

-Círculos y sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta general ordinaria]
Las Provincias, 17 de mayo de 1909, p. 2

Actividades de la Academia Médico-Escolar:

-Círculos y Sociedades. Academia Médico Escolar [Organiza un homenaje a Darwin]
Las Provincias, 2 de febrero de 1909, p. 2

-Círculos y Sociedades. Academia Médico Escolar [Conferencia del doctor D. Juan Cogollos, ‘La oprecaión de Freyer en la hipertrofia de la próstata]
Las Provincias, 5 de febrero de 1909, p. 2

-Círculos y Sociedades. Academia Médico Escolar [Conferencia del doctor Antonio Oliete, ‘Aspectos higiénico, estético y de ahorro de ejercicio físico]
Las Provincias, 11 de febrero de 1909

-Círculos y Sociedades. Academia Médico Escolar [El homenaje a Darwin tendrá lugar el 21 de Febrero]
Las Provincias, 12 de febrero de 1909, p. 2

-Círculos y sociedades. Academia Médico Escolar [Conferencia de Miguel Martí Pastor sobre ‘Tokurgia’]
Las Provincias, 24 de febrero de 1909, p. 2

[Estas anotaciones se han podido realizar gracias al Proyecto de Investigación del Ministerio de Educación, HAR2008-04023].

Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 34 y última

Con el cierre del año llegamos al final. El último es un artículo que apareción en Germinal. Por él nos enteramos de por qué la figura del entonces rector de la Universidad de Valencia, el médico Machí Burguete, no aparecía en ninguno de los actos que tuvieron lugar en el Homenaje a Darwin. De momento cerramos la sección. Esto no significa, sin embargo, que si encontramos más datos y opiniones de la época, las recojamos.

Unamuno en Valencia

Invitado por los jóvenes escolares de Medicina ha permanecido en Valencia durante breves días el ilustre rector de la Universidad de Salamanca D. Miguel de Unamuno.

Su prsencia la ha motivado el interés que los escolares valencianos -los únicos de España- demostraron por honrar la memoria del gran naturalista inglés Carlos Roberto Darwin, con ocasión de celebrarse estos días el centenario de su nacimiento.

Y en una velada que celebraron en el Paraninfo de la Universidad y en la que tomaron parte los doctores Boscá, Bartual y Casanova, pronunció un discurso bellísimo, superior a toda ponderación ya por la forma sugestiva y extrañamente amena sino por su fondo alentador, de alto consuelo y superior idealismo.

Retazos del discurso andan por ahí con las reseñas periodísticas; el discurso completo ya será conocido del público en general porque en ese trabajo se hallan en la actualidad los taquígrafos y los jóvenes escolares. Nosotros nos atenemos a recomendarlo eficazmente a nuestros lectores por las profundas verdades que en él se dicen y aún nos permitimos llamar la atención sobre la segunda mitad para que reflexionando sobre ella puedan producir su efecto aquellas palabras de un elevado sentido moral, de un gran consuelo ético.

Hubiera estado en nuestros medios y es seguro que a estas fechas anduvieran ya publicadas cuantas palabras vertió en sus tres conferencias -las dos conferencias posteriores no fueron sino continuación de la hermosa oración en honor de Darwin- y así hubiéramos honrado honrado el talento y prestado un gran servicio a la ciudad. Quizá sea Valencia la ciudad que más necesitada se halle de estos refrigerantes para encauzarse por los amplios senderos de un más puro espiritualismo.

Pero no siempre se hallan acordes el pensamiento y la realidad. Aquellos nuestros anhelos por hacer llegar hasta el último rincón la voz del apóstol que predica la nueva doctrina de la liberación y emancipación de España por la creación de una conciencia y la afirmación de la personalidad, tropezaron con no pocos inconvenientes y dieron al suelo todos nuestros amables planes.

Mas no nos quedaremos sin guardar este tesoro y sin saborearlo detenida y reflexivamente porque ya los trabajos están bastante adelantados, lo que celebramos de todas veras.

Tres conferencias dio D. Miguel de Unamuno en esta ciudad y fueron tres formidables arietes que conmovieron el quietismo de nuestros sabios oficiales. Sus engurruñidos cerebros, necesitaban un espolique para recobrar su estado normal y la palabra de Unamuno sirvió de modo elocuentísimo.

Los pobres señores que pasaron su tiempo entregados a la vulgar rutina sin perquirir siquiera el objeto para el que se les puso en una cátedra mostraron su indiferencia desdeñosa y continuaron rumiando sin molestarse ni aún para oír al compañero. Son los eternos caballos de noria -como dice el mismo Unamuno- que reciben el pienso y ruedan mecánicamente sin enterarse del objeto a que se les destina ni la utilidad o beneficio de su labor.

Y coronando a toda esta indiferencia grosera, como capitaneándola, está la actitud del rector señor Machí, modelo de incorrección, de fanatismo, de descortesía, de doblez espiritual y de hipocresía. No ha habido un solo periódico que censurase el proceder a sueldo de este rector estirado, con cara grave y severa como el compañero de Sancho Panza, que en esta ocasión mostró sus sentimientos fanáticos, su alma de radiante doblez y su espinazo asaz flexible con el alto que reparte mercedes o con la sotana que empuja y ayuda a subir cuando no se tienen méritos propios y se carece de personalidad científica y social.

Nos extraña que esta conducta observada por la primera autoridad académica para con un compañero de igual categoría oficial no haya encontrado censores acres entre el profesorado y la Prensa. Pasar en silencio esto equivale a aplaudir su conducta y esto dudamos que se haga ni consienta.

Por más que si el Sr. Unamuno hubiese reparado en el comportamiento desdeñoso del rector y en la indiferencia de nuestros togados de la Facultad de Derecho seguramente habría exclamado con su habitual franqueza – Hacen bien ¿para qué han de venir a oírme? No me entenderían y encima acreditarían de vulgares llamándome el hombre de las paradojas.

Y en tal respecto ha hecho bien el Sr. Machí al no comportarse debidamente y mejor aún los otros ‘sabios’ que capitanea el ‘genial’ Cepeda.

El Sr. Unamuno tuvo desde que llegó a esta capital a un grupo de profesores y catedráticos, a un puñado de jóvenes estudiantes y a un puñado de jóvenes estudiantes y a una gran masa de trabajadores y comerciantes de obreros y de industriales que siempre se hallarán dispuestos a escuchar su palabra y a recoger sus enseñanzas.

Puede, pues estar satisfecho y sentir hasta orgullo de que aquellos brillasen por su ausencia. Contó con los amantes del estudio y con el pueblo; su semilla cayó toda en buena tierra.

Los valencianos le pueden estar agradecidos.

Germinal, 28 de Febrero de 1909

Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 33

Insertamos noticias breves en relación con el homenaje que los estudiantes de medicina de Valencia tributaron a Darwin en 1909. Proceden de El País, ABC y Madrid científico.

Crónica
España
El Centenario de Darwin en España
En la Universidad de Valencia celebrose el lunes 22 una sesión conmemorativa del Centenario de Darwin.

Los Doctores Bartual y Boscá pronunciaron elocuentes discursos enalteciendo la obra científica del famoso patrocinador y organizador de las ideas de ‘selección’ y transformismo en la naturaleza, y el siempre notables D. Miguel de Unamuno dijo unas cuantas cosas de las suyas, contribuyendo a que la sesión resultase amena y emocionante.

También hemos leído que en Lorca se realizó o proyectó realizar algún otro acto en honor a la memoria de Darwin, pero no tenemos noticia precisa de lo que en definitiva se haya hecho en este sentido.

Madrid Científico, Año XVI (1909), Núm. 623, p. 112

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Mañana por la noche se celebrará en el Paraninfo de la Universidad la velada organizada para conmemorar el centenario del natalicio de Darwin, por la Academia Médico-escolar.

Para tomar parte en dicha solemnidad, en el correo de esta mañana llegó el señor Unamuno, siendo recibido por los escolares y numeroso público.

El País, 23 de Febrero de 1909
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Homenaje a Darwin
(Por telégrafo)
Banquete a Unamuno
Valencia 22 (9’50 n.).- Los organizadores del homenaje a Darwin, han obsequiado hoy con un banquete al Sr. Unamuno.

Con este motivo el rector de la Universidad de Salamanca ha pronunciado un discurso en acción de gracia.

Le ofreció el banquete, en breves palabras, el rector de esta Universidad.

Velada en la Universidad
Valencia 22 (10’55 n.)- En el Paraninfo de la Universidad se ha celebrado una velada solemne en conmemoración del centenario de gran Darwin.

Al acto, que resultó brillantísimo, acudió todo el elemento intelectual de la población valentina, predominando entre la concurrencia gran número de señoras y una importantísima representación de la clase escolar que llenaba por completo el salón de actos.

Por las galerías había inusitada concurrencia, que no pudo lograr sitio.

La velada fue presidida por el decano de la Facultad de Medicina Sr. Casanova.

El catedrático D. Pascual [Eduardo] Boscá pronunció un notabilísimo discurso de tonos tan elevados y dicho tan magistralmente, que cautivó al auditorio por la concisión de ideas expresadas con verdadera valentía.

El público, que escuchó con religioso silencio la magnífica peroración, le tributó una formidable ovación, tan arrebatadora y espontánea como jamás se ha conocido en estos discursos doctrinales e históricos.

El presidente, Sr. Casanova, hizo el discurso resumen en uno muy elocuente y oportuno que arrancó otra nueva ovación.

El público salió verdaderamente entusiasmado del brillante resultado, que honra a sus organizadores y a la memoria del insigne Darwin.- Fdo. Manaut

El País, 23 de Febrero de 1909

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De Valencia
Conferencia de Unamuno
Valencia, 23 (11 n.)- Se ha celebrado en el Paraninfo de la Universidad la conferencia dada por el señor Unamuno.

Trató sobre la cultura e instrucción diciendo que en lugar de que avance el campo hacia la ciudad debe la ciudad avanzar hacia el campo.

Analizó después las teorías de Darwin, siendo muy aplaudido.

Le presentó el presidente del Ateneo científico, en breves e inspiradas frases.

Asistieron al acto los profesores de la Universidad y del Instituto y muchos más

El País, 24 de Febrero de 1909
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Valencia
Jueves 18, 9h.
Homenaje a Darwin

Se han circulado las invitaciones para el homenaje escolar a Darwin, que se celebrará el lunes próximo en el paraninfo de la Universidad.

Presidirá el decano de la Facultad de Medicina, Sr. Casanova, y hablarán los catedráticos Sres. Bartual, Bosacá y Unamuno, que llegará el domingo con este objeto.

ABC, Viernes 19 de Febrero de 1909

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Homenaje a Darwin
Valencia, 22, 4 t.
Un banquete
En Miramar se ha verificado el banquete obsequio del claustro universitario al Sr. Unamuno.

Ha asistido muchos catedráticos, el exministro D. Amalio Gimeno y el senador electo D. José Herrero.

No ha habido más brindis que el del rector, doctor Machí, ofreciendo el banquete, y el del Sr. Unamuno.

El acto
Bajo la presidencia del decano dela Facultad de Medicina, Sr. Casanova, se ha celebrado en el paraninfo de la Universidad el homenaje a Darwin, organizado por la Academia Médico-escolar.

La noticia de que hablaría el Sr. Unamuno había despertado tan grande expectación, que fue necesario desistir de que la entrada fuese pública, y repartir invitaciones.

Al presentarse el ilustre catedrático de la Universidad de Salamanca, el público, que llenaba por comleto el paraninfo, le tributó una ovación calurosísima.

Comenzó el acto con los discursos de los Sres. Casanova y Bartual; el alumno señor Lucas leyó un trabajo del Sr. Boscá, y el señor Unamuno hizo uso de la palabra.

Es tarea imposible dar por telégrafo una idea siquiera aproximada del magnífico trabajo del catedrático salmantino, que, con pretexto de reseñar la vida del sabio autor del ‘Origen de las especies’ y comentar sus doctrinas evolucionistas, ha desenvuelto una serie de ideas personalísimas y muy interesantes sobre la vida de los pueblos modernos, el progreso individual y colectivo de las naciones y la necesidad absoluta de una ética agresiva y afirmativa que substituya a la ética negativa que hasta ahora hemos padecido.

El discurso del sabio profesor, original y ameno siempre, a ratos instructivo y a veces paradójico, ha sido escuchado con gran curiosidad y aplaudido al final con entusiasmo.

ABC, Martes 23 de Febrero de 1909

Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 32

Siguen dos artículos de distinto signo en torno al Homenaje que los estudiantes de medicina de la Universidad de Valencia dedicaron a Charles Darwin en 1909. Provienen de Cádiz, uno de El Correo de Cádiz y el otro de El Radical Gaditano. Desgraciadamente el segundo está cortado y no lo hemos podido completar. Ahí van:

Homenajerías

La Universidad valenciana se apresta a rendir homenaje a la memoria de Carlos Roberto Darwin, naturalista inglés fundador de la Escuela transformista, nacido en la soberbia Albión en el año de 1809.

Por si nuestros lectores no lo saben, que sí lo sabrán, bueno es decirles que Darwin fue aquel ‘sabio’ que ‘descubrió’ el origen de la especie humana, viniendo a deducir por sucesivas y lógicas transformaciones, que el hombre desciende del mono, quedándose después tan satisfecho y fresco, en espera de un homenaje cuando se cumplieran cien años de su natalicio.

A la Universidad valenciana cabe la satisfacción de esta ‘homenajería’, en la que, la autorizada palabra del Sr. Unamuno, Rector de la de Salamanca, ensalza la memoria de Darwin, dedicando de pasada, algunos elogios a sus antepasados los monos y tal vez relatándonos algunas monerías de la simpática familia de los cercopitecos, que aquel colocó en la escala zoológica como precursora de la humanidad.

Dios me libre de creer en tamaño absurdo y me perdone la idea que en estos mismos instantes se me viene a los puntos de la pluma, mareado por el fárrago de deducciones que Darwin hace en su escandalosa obra.

Pero a mí no hay quien me quite de la cabeza, que eso de las transformaciones tiene algo de racional, aunque en sentido inverso.

Es decir, que el hombre no desciende del mono, pero que hay hombres que van para monos, es indudable y ahí están los iniciadores de esa ‘homenajería’ que no me dejarán por mentiroso.

Aparte lo que esa obra significa religiosa y moralmente considerada, encierra algo, y aun mucho, de poco galante, pues no creo que les hará mucha gracia a las señoras y señoritas que asistan al homenaje, que les digan que descienden directamente de un orangután o de un gorila, y ya me calculo la carita de satisfacción que pondrán, ante un requiebro de tal naturaleza.
Philipo

El Correo de Cádiz, 20 de febrero de 1909

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Para ‘El Correo de Cádiz’
Homenaje a Darwin

Con el título de ‘Homenajerías’, trata el citado periódico en su número del sábado 20 del pasado Febrero del homenaje que la Universidad de Valencia, con asistencia del señor Unamuno hace a C.R. Darwin.

El tono altamente despectivo con que las ideas del ilustre naturalista inglés y partidarios suyos habla ‘El Correo de Cádiz’ así como el haber un acuerdo del Centro Escolar  que presido, por el cual se deseaba celebrar un homenaje a Darwin, acuerdo tomado sin conocimiento del de Valencia y que no se ha llevado a efecto por circunstancias que no son de este lugar tratar, son razones que me obligan a contestar algo a ‘El Correo de Cádiz’. en este asunto.

No vamos a discutir aquí con el autor del artículo citado las ideas transformistas, que sépalo dicho señor, cuentan con partidarios en España y fuera, de gran valer y prestigio; infinitas obras de ciencias naturales existen donde tales /…/ [Falta un renglón].

Empieza por llamar ‘homenajerías’, nombre despectivo, derivado de homenaje, al tributado a Darwin; es decir ‘homenaje no ganado, mal tributado o caricatura de homenaje’: los sabios de por ahí que creen a Darwin un hombre digno de tales homenajes se han equivocado: tiene razón pues ‘El Correo’. Pase lo de sabio con bastardilla que decía a Darwin y sigamos; dice ‘El Correo’ hablando de la doctrina transformista:

“Dios me libre de creer en tamaño absurdo y me perdone la idea que en estos mismos instantes se me viene a los puntos de la pluma, mareado por el fárrago de deducciones que Darwin hace en su escandalosa obra”.

¿Se puede saber señor articulista por qué afirma usted con plena conciencia que tales ideas son absurdas? ¿Creéis que el espíritu de la ciencia moderna es el de las afirmaciones rotundas, categóricas, el de cristalizar en una idea y cerrar el cerebro a toda innovación? Porque ese espíritu es el de nuestra España vieja; ese espíritu es el que ha cerrado aquí las puertas al progreso que de fuera viene y el culpable de que llevemos algunos años, muchos, de atraso en el camino de la civilización; ese es el espíritu de intransigencia, de intolerancia; el espíritu reaccionario en una palabra.

Y decir ¡por qué son escandalosas tales ideas? ¿Es quizá porque se quita la venda de la ignorancia al pueblo y se ve claro que los poderes que se asentaban sobre ciertos errores, han caído? ¿Es porque la visión de la verdad destruye viejas comerciales tradiciones?

Y sigue el articulista, supremo y único poseedor de la verdad afirmando de modo categórico: “Pero a mí no hay quien me quite de la cabeza, que eso de las transformaciones tiene algo de racional, aunque en sentido inverso.”

Es decir que el hombre no desciende del mono, pero hay hombres que van para monos es indudable y ahí están /…/ [se corta].

El Radical Gaditano, 3 de marzo de 1909

Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 31

Ya estamos llegando al final. En unos días se cerrará el Año Darwin.

Insertamos hoy unos breves publicados en varios diarios donde se da noticia de la vuelta a Salamanca de Unamuno y del resumen de actividades que tuvieron lugar en Valencia con motivo del homenaje a Darwin:

Crónica local
Anoche visitó nuestra Redacción el rector de la Universidad de Salamanca, D. Miguel de Unamuno, acompañado de la comisión escolar.

Con gran satisfacción recibimos la visita del sabio eminente a quien admiramos por su talento y su independencia.

El Sr. Unamuno se trasladó al ‘Ideal Room’, donde se se encontraba D. Rodrigo Soriano, con el objeto de saludar a nuestro diputado.

Los Sres. Unamuno y Soriano conversaron durante un rato sobre cosas generales.

El Dr. Unamuno saldrá hoy para Salamanca, llevándose grata impresión de su estancia en Valencia.

Los valencianos, que tanto han aplaudido sus valiosos discursos, quedan con deseos de volver a oirle.

Le deseamos feliz viaje.

El Radical, 29 de febrero de 1909

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En el tren correo de ayer salió para Madrid y Salamanca el doctor Unamuno, que ha sido nuestro huesped durante breves días y que ha contribuido en primer término al acto realizado por los estudiantes de Medicina, que rompiendo con antiguallas y supersticiones han rendido homenaje de admiración al gran apóstol del transformismo biológico Carlos Darwin.

Despidieron al Sr. Unamuno en la estación gran número de catedráticos y la inmensa mayoría de los estudiantes de la Facultad de Medicina.

El Sr. Unamuno se va muy satisfecho de Valencia y ha prometido volver.

Al partir el tren resonó en los andenes una salva de aplausos.

El Mercantil Valenciano, 25 de febrero de 1909

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Darwin

Pocos días ha cumpliose el aniversario del nacimiento de Carlos R. Darwin, el gran naturalista que supo tallar nuevas facetas al brillante de la Creación y ostrarnos su inmensa grandeza, unificando en la armónica ley de evolcuión el perfeccionamiento de las razas.

En tal sentido fue Darwin el hombre que más ha contribuido a la gloria de Dios.

La pasión sectaria, que todo lo envenena, enfoca sobre su excelsa personalidad la luz de los réprobos, restando admiradores al espíritu más enamorado de las bellezas del universo.

Fue un sabio, que ensanchó el caudal de los conocimientos científicos en tales términos, que del aumento en el caudal regáronse primero, y fructificaron después, innumerables teorías, derivaciones del transformismo en el orden natural, económico, político, etc.

Al cumplirse los cien años de la fecha en que vino al mundo quien tanta gloria ha dado a la Humanidad, tan solo unos ilustrados y simpáticos jóvenes de Lorca [Aquí hay un error, ya que debe referirse a Valencia] se ha acordado de rendir público homenaje al eminente sabio.

Pero éste, en cambio, ha sido brillante.

En bien editado folleto han conseguido reunir varios artículos de las mejores firmas, que al divulgar la doctrina de Darwin serán su mejor oblación.

El Heraldo de Madrid, 17 de marzo de 1909

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Del homenaje a Darwin
En Valencia también

Nuestro querido colega el ‘Heraldo de Madrid’, en su número del miércoles último, y al hablar del homenaje tributado en España al sabio Darwin con motivo del centenario de su natalicio, incurre en una omisión que debemos, no rectificar, pero sí aclarar , en bien del nombre de Valencia y de la clase escolar médica valenciana.

No ha sido solamente en Lorca donde se ha glorificado la memoria del gran revolucionario inglés. Valencia también ha sabido honrar el nombre de Darwin, y por cierto digna y espléndidamente como cumplía a su cultura y amor a la Ciencia: El Pueblo dedicó varios trabajos a elogiar la vasta, grandiosa obra científica del del sabio naturalista biólogo y se asoció al homenaje a Darwin, organizado en la Universidad por los estudiantes de Medicina la noche del 22 de Febrero último, en cuido acto pronunciaron elocuentes discursos, catedráticos de tan justo renombre como Eduardo Boscá, Juan Bartual y Peregrín Casanova, y el ilustre Miguel de Unamuno, que ex profeso vino de Salamanca para asociarse a la fiesta.

Además, para perpetuar la fecha del centenario de Darwin, a expensas de los escolares de Medicina se colocó en la Facultad del mismo nombre una lápida, que fue inaugurada con gran solemnidad.

El mismo ‘Heraldo’ dio cuenta de estos actos en su sección telegráfica.

Y «Un madrileño», en crónica a los centenarios dedicada, escribió ha pocos días en nuestro estimado colega madrileño «El País», a propósito del centenario de Darwin, las siguientes líneas:

«El de Darwin se ha celebrado peor en Londres que en nuestra gran Valencia.

Lorca y Valencia se han acordado del centenario del gran revolucionario, del sabio que más ha influido en la filosofía y en las ciencias naturales en el pasado siglo. Valencia echó la Universidad por la ventana, puso una lápida, llevó a Unamuno, y demostró ser más digna de Luis Vives que de Machi y de Cepeda».

Consignamos estos hechos, no por prurito de rectificar al ‘Heraldo’ —de ningún modo: el popular diario ha demostrado repetidas veces sus simpatías por Valencia — sino para evidenciar que Valencia y la clase médica han honrado también al ilustre autor de «El origen de las especies».

El Pueblo, 20 de marzo de 1909

Placa inaugurada hace pocos días que rotula la plaza del actual Rectorado de la Universitat de València como ‘Plaza Charles Darwin’

Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 30

Segumios insertando los artículos que aparecieron en la prensa de la época sobre el Homenaje que se tributó a Darwin en Valencia en 1909. Hoy, un artículo que hace referencia a Unamuno y la «descatolización». Después de cien años, creemos que muchas cosas de las que se dicen siguen vigentes. Fue publicado en El Pueblo, el 3 de marzo de 1909.

“… Voila l’ennemi”

Las conferencias de Unamuno

Importancia extraordinaria han revestido los discursos pronunciados por el sabio humanista, dignísimo rector de la Universidad de Salamanca, D. Miguel de Unamuno, en el paraninfo de nuestro primer centro docente y en la rotonda de nuestro primer centro político, con motivo de la apoteosis científica, que ha coincidido con el centenario del gran Darwin.

El eximio orientalista ha tenido la fortuna de encender en las inteligencias el fuego de la filosofía, que se manifiesta en las múltiples discusiones, por los varios efectos que los discursos del orador han producido en los ánimos de los oyentes; mágico y misterioso efecto de la palabra, de siglos designado con el calificativo de “don de lenguas”, cuya inexplicable grandeza se refirió a la inspiración divina, descendida de lo alto en forma de lenguas de fuego.

La tesis general del Dr. Unamuno, lo mismo en el terreno de los hechos que en de las ideas, de la historia que de la filosofía, está condensada en el principio fundamental de la descatolización ética y científica.

El principio de la sabiduría no es el temor de Dios; la religión no es suficiente garantía de la moral y de las buenas costumbres.

Se impone un cambio radical de orientación de los entendimientos que investigan las causas primeras para que las ciencias corran libres de todo obstáculo, de todo prejuicio, por despejadas sendas, y una nueva moral, congruente con el verdadero concepto de humanidad, dulcifique el trato y suavice las costumbres de los hombres, uniéndoles con los lazos del amor en una sola y gran familia.

El doctor Unamuno supone, con tanta razón como acierto, que para llegar a aquella solución general hay un obstáculo histórico —entre nosotros el principal y acaso el único:— el catolicismo; de aquí su empeño, que no es solo el suyo, de descatolizarnos.

El insigne rector de la universidad de Salamanca cree, como muchos creemos, que el catolicismo no puede resistir a la crítica científica y desearía que todos fuéramos teólogos para poder emprender con acierto la disección de los dogmas hasta llegar con el escalpelo a la misma unidad de esencia y trinidad de personas y convencernos de que esta clase de dioses los hizo el hombre a su fantástica imagen y semejanza.

La idea de Dios, tal como la sorprendemos en la historia, ha sido impuesta, efectivamente, por los teólogos. Los primeros códigos de los pueblos más antiguos son de carácter esencialmente religioso.

Los Vedas, el Avesta, la Iliada y el Pentatéuco son obra de fundadores de nacionalidades que se hicieron pasar por familiares de la divinidad: Moisés, Manou, Buda, Confucio, Menés, Minos, Numa, Orfeo, Hermes y Zoroastro, son teólogos y sagrados legisladores, inventores de dioses que encajan en el ambiente de sus épocas, de los que son copias o trasuntos el Baiame, el Nambajandi y el Wuruagura de los australianos.

Los polinesios adoran a Raitubu y a Taaroa; los isleños de Borneo, a Tenabi; los Pieles Rojas a Michabu; los iroqueses a Tarouhiwagou.

Las razas autónomas de la América Septentrional adoran: los guaranís a Tamoi, los araucanos a Pillan, los incas a Viracocha y los mejicanos a Tezcalipoca.

Es decir, que el ignorado origen del mundo y de la humanidad lo ha fingido el hombre y lo ha personificado, según el periodo histórico de su existencia, y con arreglo a sus grados de civilización y cultura. esto es, a su imagen y semejanza; constituyendo un fenómeno psicológico y un hecho histórico el instinto reconstituyente del proceso de la existencia, en el que la fantasía, el interés o la necesidad han sido los únicos datos del problema.

El hombre se encontró agrupado en la superficie del planeta, y queriendo, con natural ansiedad, conocer su origen, se ha visto, con la imaginación, mecido en su cuna por manos divinas, allá en las vetustas regiones del misterio.

El Júpiter de los griegos, Zeus Pitar de los helenos, el Jehová de los israelitas, el Deus de los romanos o el Alah de los africanos, como el Siwa de los chinos, no son más que creaciones menos groseras de los teólogos de Oriente y Occidente.

El catolicismo, en su afán de acreditar el adjetivo, ha reunido en sus teogonías con el auxilio de la escolástica, todas las aberraciones, todos los horrores de todos los dioses personales; y del Panteón romano y del Olimpo griego, se ha construido un cielo para perpetuo alojamiento de sus innumerables deidades, mayores y menores, masculinas y femeninas.

Naturalmente que si todos conocieran a fondo la teología católica, desaparecería el catolicismo, y más pronto si conocieran su moral y si tuvieran noticia de su historia.

Todos los grandes impugnadores del catolicismo fueron teólogos como Focio, Miguel Cerulario, Basilides y Marcial, Juan Hus, Jerónimo de Praga, Lutero, Calvino, Mahoma, Zuinglio, Wiclef, Carlostadio, Jordán Bruno, Savonarola, Teyerand, Matamoros, Voltaire y los enciclopedistas; y entre nosotros, basta con leer la historia de los heterodoxos españoles, de Menéndez Pelayo, para convencerse de que no vamos a la zaga de la universal protesta.

Ahora; que la lucha del presente contra el catolicismo, entiendo que no tiene carácter teológico, que no es religiosa, porque nadie piensa en sustituir el catolicismo por otra religión cualquiera; para eso haría falta, como primera materia, la fe, y la fe se ha perdido completamente.

Nuestro intento de descatolizar no debe ser teológico, sino político, social y ético. Las creencias ajenas y sus naturales manifestaciones, son dignas de todo respeto cuando son tranquilas, cuando no molestan a los demás. El catolicismo es de suyo batallador, rebelde, agresivo, dominante, absorbente y explotador; y no es que le ataquemos, es que nos colocamos prudentemente a la defensiva de sus ataques.

Nosotros no queremos descatolizar los sentimientos, sino la política y las costumbres.

No pensamos descatolizar por los medios que empleó el catolicismo contra los paganos, los judíos, contra los mahometanos, contra los protestantes, a quienes quemó vivos, arrojó de sus dominios y robó sus haciendas.

Ni siquiera emplearemos contra los católicos la difamación ni el boicotaje, tan corrientes en sus menguados procederes. Unicamente les apartaremos de nuestro camino como un estorbo, sin concederles otros derechos que los comunes y ordinarios que corresponden a las instituciones humanas en los Estados libres. La humanidad ya no tolera legisladores en íntimo contacto con los dioses, ni cifra sus esperanzas en halagadoras promesas de eternas bienaventuranzas ni le inquietan los temores del Tártaro.
Y porque el catolicismo ha conturbado la paz de los espíritus, de los hogares y de la nación, hemos de someterle a duros reglamentos y a extrema vigilancia; por lo menos hasta que se considere fracasado y vencido. Y ¡ay de nosotros si no consiguiéramos lo uno y lo otro!

Todo esto no lo ha dicho Unamuno en Valencia, sin duda por delicada cortesía, por figurarse, atenido a las apariencias, que este pueblo es devoto, lleno de atávicos prejuicios; cuendo es todo lo contrario: un pueblo cultisimo, eminentemente progresivo y racionalista. Si en alguna parte se desea con ansiedad la secularización del estado y de todos los servicios públicos es en Valencia; si la descatolización de las costumbres ha de comenzar, comenzará por Valencia.

Yo jamás me he propuesto ganar el ánimo de los católicos burocráticos, de los que viven y prosperan a la sombra de sus iniquidades, porque de ellas están bien convencidos; y no me llama la atención que muchos liberales disimulen que saben que no es posible ser a la vez católicos y liberales, que el liberalismo no sólo es pecado, sino una verdadera herejía, muchísimas veces condenada con excomuniones de todo género, en Bulas, Encíclicas, Rescriptos y Motus propios de los Papas, pastorales de obispos y toda clase de documentos oficiales eclesiásticos.

Nuestras leyes fundamentales, nuestros códigos, nuestra magistratura, nuestro Gobierno, nuestras instituciones, por ser liberales, están fuera del gremio de la Iglesia católica; sin embargo, nadie quiere declararlo; y porque van a misa y se acercan de vez en cuando al confesionario de un jesuita mañero o cura agradecido (de los que están en el secreto) o se tratan con el señor obispo, se dan por engañados, suponiendo que engañan a los demás.

Este sistema, que no me atrevo a calificar de hipócrita por temor a ofender a las tres cuartas partes de los españoles, es la última fase del catolicismo burocrático, explotada por el clericalismo, con abuso manifiesto de los irritantes privilegios que disfruta.

El comerciante, el industrial y hasta el obrero, han de fingirse católicos al uso, muchas veces, para salvar el pan de sus familias, ante otros que lo fingen también para acrecentar sus honores y sus rentas. Concluir con esta situación, harto violenta, es verdaderamente descatolizar las costumbres y a ello vamos con entusiasmo y con decisión, seguros de prestar a la patria y a la humanidad, a la ciencia y a la libertad un gran servicio.

Descatolicemos el Estado, a título de legítima defensa, de injustas agresiones y de continuos peligros; que cuando obispos… [se corta aquí].

El Pueblo, 3 de marzo de 1909

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Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 29

Es continuación de la parte 28:

Es lo mismo que ocurre en el fraile —en cuyos goces no creo tanto como la generalidad de las gentes—. Lo único que hace es limitar sus necesidades para limitar el trabajo.

Y es esto, es un fraile lo que llevamos dentro.

Lo que importa es no molestarse mucho, no luchar.

Alguna vez hacemos como el salvaje que come inmoderadamente un día y luego duerme tres días en laboriosa digestión.

Como ocurre en los goces y diversiones. No son continuos y apacibles. Se producen con violentas intermitencias. Se baila localmente, salvajemente, durante los días de Carnaval y después se duerme en el resto del año.

Y algo de esto influye en la emigración, que para mí no es un mal como algunos creen.

Es de notar que emigrantes más en las regiones donde hay más frailes.

Advertir también, como en España disminuye el número de escolares en los seminarios, mientras aumenta en las Normales.

Es porque el Estado va preocupándose en pagar a los maestros y todos en mayor o menor escala encuentran medios de vida.

Claro está que este problema no es otro que el de la oferta y la demanda.

Mientras la carrera eclesiástica va hacia la quiebra, la del magisterio adquiere mejores condiciones de subsistencia, como antes ocurría a los primeros. Es una sencilla cuestión económica. Ni unos ni otros tenían ni tienen vocación.

He dicho que la emigración es ventajosa.

En primer término porque hay menos familias, es verdad, pero son más numerosas y hay por lo tanto mayores lazos de relación colectiva. Y además, porque los indianos que vuelven a la patria son elementos de progreso, no sólo por el dinero que traen consigo, sino también porque importan un espíritu de amplitud, de innovación, y con todo ello crean necesidades materiales y espirituales.

Aconsejaban pan y catecismo —esto no importa mucho— y yo digoque necesitamos carne y ciencia.

No es sólo la carne en el sentido material, sino en lo que influye en el orden físico, en cuya acción encuentra sin duda influjo lo espiritual.

Es de seguro poco atrayente —y poco limpio—la vulgaridad y pobreza de los muebles, el ridículo adorno de las habitaciones.

En muchas veréis un mal retrato, una vulgar pintura de San Antonio o de San Vicente junto a la de Mazzantini.

Falta un cierto refinamiento como falta mucho jabón para la limpieza y aseo del cuerpo.

A muchos debiéramos amarrarles a un poeta y rascarles con un estropajo y hasta a cañonazos.

En cuanto a la ciencia, hace falta, pero hay que andar con cuenta.

En las clases populares hay afán de aprender. Y esto tiene sus peros.

¿Qué lee el obrero?

Libros por los que las cosas de la ciencia llegan a él deformadas por la fe supersticiosa que es la misma y del mismo gérnero que la de los milagros.

Creen muchos en los de la ciencia.

Y esto me recuerda a un médico que en París ejercía de curandero.

Le denunciaron por lo ilícito de su oficio y enseñó el título, añadiendo que se anunciaba como curandero porque uno de estos es quien le quitaba toda la clientela cuando se exhibía como médico.

Y las misma fe se pone en la ignorancia que en la ciencia, cuando se considera a ésta como sobrehumana.

En una conferencia sobre Astronomía los oyentes quedaron anonadados al decirles los millones de distancia que medían entre una y otra estrella, creyendo cosa de misterio el estudio de tal extremo.

Cuando se les explicó cómo se medían tales distancias, viendo que en ello no había nada de sobrenatural despreciaron a la ciencia y al científico.

Es la superstición de los principios religiosos trasladada a la ciencia.

Así se lee a Kropotkin y a Haeckel.

Cogen cosas ‘ad probandum’ y creen que en ellas no hay enigmas.

Y quien diga que estos se han acabado, es un fanático o un contumaz.

Así se ha creado una pseudo-filosofía y una pseudo-ciencia de superstición.

‘La conquista del pan’ no resiste el más ligero examen, y sin embargo ha sido origen de superstición.

Y es que pasa de una cosa a otra que, aunque parecen distintas u opuestas, son lo mismo vuelto del revés. Esos son, como dijo Clarín, teólogos puestos patas arriba.

Dije en cierta ocasión que había que descatolizar a España. Y ahora digo que hay que cristianizarla.

Yo no puedo creer que la vida acabe, porque esto sería muy triste. Hay algo que alimenta el espíritu; y si no lo hubiera, yo quiero que lo haya.

Porque para la vida es necesaria la ciencia, pero también lo que se sueña.

Creo que la vida es una chispa entre dos eternidades de tinieblas.

Yo, pues, que allá en otra parte he dejado siete hijos que perpetuan mi memoria, dejo entre vosotros pedazos de mi alma para que mi vida perdure entre vosotros y entre vuestros hijos.

El eminente pensador fue aplaudido varias veces durante su brillante e intenso discurso, y al terminar oyó una ovación estruendosa, cariñosísima.

El Pueblo, 25 de febrero de 1909

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Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 28

Continuo insertando noticias sobre el Homenaje de los estudiantes de medicina de Valencia a Darwin en 1909. Se incluye la primera parte de una larga reseña de la conferencia que Unamuno pronunció en la Universidad popular.

Noticias
Ayer tarde, en la Facultad de Medicina, los escolares rindieron un nuevo homenaje solemne y secillo a Darwin, inaugurando una lápida, que quedará como recuerdo del centenario del genial autor de la teoría evolucionista.

En la Facultad se congregaron gran número de escolares, el claustro de Medicina y el rector de la Universidad salmantina don Miguel de Unamuno.

Hicieron uso de la palabra con extraordinaria elocuencia los ilustres doctores Bartrina, Peset y Casanova, que demostraron la importancia del acto que se celebraba.

El cónsul inglés, muy emocionado, dirigió también la palabra a los escolares para agradecer en nombre de su país el homenaje que se tributaba a Darwin.

Seguidamente el sabio Dr. Unamuno pronunció un breve discurso para elogiar a los estudiantes que tienen un recuerdo para uno de los hombres que más se distinguieron en la Ciencia.

Luego de descubrir la lápida el decano de esta Facultad, el Sr. Unamuno recorrió todas las dependencias de la misma, acompañado por los profesores y escolares.

***
Ayer mañana realizó el Sr. Unamuno su excursión a la histórica Sagunto, acompañado de alguno de los socios de la Academia Médico-Escolar.

Regresaron todos muy satisfechos del viaje.

***
Hoy saldrá el Sr. Unamuno con dirección a Madrid, de donde se trasladará a Salamanca.

El Pueblo, 25 de febrero de 1909

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Los socios de la Academia Médico-Escolar obsequiaron ayer al Sr. Unamuno con una excursión a la histórica población de Sagunto.

Salieron los expedicionarios por la mañana y visitaron en la antigua ciudad romana el Anfiteatro y Castillo, admirando el valor que encierran las ruinas.

A la una de la tarde regresaron a Valencia los expedicionarios.

El Radical, 25 de febrero de 1909

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Universidad popular
Conferencia de Unamuno

Anoche se inauguró en el Centro de la calle de Libreros el presente curso de la Universidad popular, institución meritísima que, fundada por nuestro ilustre maestro Blasco Ibañez y avalorada por el concurso de ilustres y doctos maestros, continua su labor merced a la cooperación de estos y a los trabajos de reorganización realizados por nuestro director D. Félix Azzati.

Este tuvo encomiable acierto de invitar para la lección de apertura al ilustre rector de la Universidad de Salamanca D. Miguel de Unamuno, que aceptó el requerimiento.

El nombre del conferenciante atrajo numeroso público y confundidas todas las clases sociales llenaron los espaciosos salones del Centro, donde no faltaron muchísimas señoras y señoritas.

En el estrado tomaron asiento distinguidas personalidades de la cátedra, el foro y la política y muchos escolares.

A las nueve en punto entró en el Casino el Sr. Unamuno, acompañado de nuestro director, y de otros señores y resonaron aplausos entusiastas.

Ocupó la presidencia el conferenciante y el Sr. Azzati pronunció un elocuente y breve discurso ensalzando al pensador insigne y dando como abierto el curso de la Universidad popular.

Fue ovacionado y los aplausos se redoblaron al comenzar su discurso el conferenciante.

Sentimos muy de veras no poder ofrecer más que unas ligeras notas de la profunda y elocuente conferencia en la que el ilustre escritor, con una complejidad vastísima presentaba y exponía ideas originales, de una intensidad excepcional, henchidas de grandes proplemas que se sucedían continuamente.

He aquí un reflejo de los que expuso y dijo:

Discurso de Unamuno
Esta es la tercera vez que hablo en Valencia y en condición bien distinta de las otras dos.

Estas eran preparadas en cierto modo.

En la primera, a indicaciones de los escolares, tramé algunas ideas, y la segunda era también, como digo, preparada en cierto modo.

Esto de hoy es imprevisto.

Cuando hablo en público lo hago siempre como experimentación, y tomo a éste —y permitidme el símil— como conejillo de Indias en el laboratorio de un médico investigador.

Y así veo cómo responde el público y estudio su carácter psicológico.

Esta, según el Sr. Azzati, es una sociedad donde pueden hablar, contando con el respeto de los oyentes, lo mismo los hombres de la derecha que los de la izquierda, como decimos ahora.

Y esto es lo que más falta hace en España.

No recibir a tiros al enemigo, sino buscarle para que nos diga qué piensa y oponer a sus ideas las nuestras, con el fin de que broten las nuevas.

Porque para vivir siempre dentro de mis propias ideas, me basto yo solo.

Por eso me subleva que en muchos casinos se prohiba toda discusión política y religiosa.

Esto es una imposición salvaje.

En este concepto, cuando alguien quiere que me descubra cuando se tocan ciertos himnos, puedo contestarle: «Muy bien; que se descubran ellos cuando tocan el himno de Riego».

Esta noche hablaré, como suele decirse, con el corazón en la mano. Quizás discrepe en mucho de cuanto vosotros pensáis.

En primer término creo muy poco en las conferencias como cosa de educación.

En ellas el público, por cortesía o por cualquier otra causa, no protesta, pero quizás tampoco aprende. Hay, además, una curiosidad sin provecho alguno, porque no es científica. Y es la de oír al orador como se va a ver a un oso blanco.

Muchas gentes hacen ciencia y les ocurre lo que a los que escriben cuentos para niños. Estos los leen con gusto, pero se ríen de ellos y hasta les diputan tontos.

Es algo así como quienes para que los entienden los niños. Estos los leen con gusto, pero se ríen de ellos y hasta les disputan tontos.

Es algo así como quienes para que los entienden los niños balbucean igual que ellos o quienes chapurrean hablando con los extranjeros.

Esto es siempre vulgar, ridículo, grotesco.

Yo recuerdo que en un libro dije que el gran Quijote no habló en lenguaje cabreril a los cabreros que encontró en el camino. Y estos lo entendieron.

Hay en España tal separación de clases, tal falta de continuidad en la acción de las mismas, que entre ellas median abismos.

La separación es tal, que dificulta todo trabajo de cultura.

En mi pueblo, por ejemplo, hay dos paseos: uno llamado de las señoritas y otro de las costureras.

¿Es que son aquéllas únicamente las que se apartan de éstas? No; es que se repelen unos a otros; es que en ambas partes hay soberbia.

En este respecto he de recordar un cuento de suma elocuencia.

Un español y un inglés comenzaron juntos a gastar su caudal.

Al principio el inglés era soberbio y humilde el español.

A medida que perdían sus riquezas se cambiaban los papeles, los caracteres.

Y es que el español es más soberbio cuanto más pobre.

No se si en España hay pueblo, extendiendo esta denominación desde el más alto al más bajo, que esto es el verdadero pueblo. Así en el “demos” (pueblo) griego, todos se preocupaban de la suerte común, pero sobre la base de la esclavitud, a la que se consideraba como clase inferior, que no constituía parte del pueblo.

Hoy creo que la esclavitud existe en España. Y así no hay democracia. Y ésta es considerada de manera muy distinta a lo que es verdaderamente; porque las democracias rara vez son liberales.

Mientras haya en España hombres que necesiten ganar tres o cuatro pesetas, no puede gobernar el que decimos pueblo.

Este siempre delegará en otros hombres.

Cuando el pueblo elige representantes que de él vienen, estos dejan de ser obreros.

Y tened entendido que un abogado es siempre un pésimo concejal, porque la abogacía tiene una lógica especial que da primero la conclusión que los datos. Es algo así como lo que hacen los teólogos: antes afirman el dogma y después buscan las pruebas. Y lo que no les conviene lo callan.

Los políticos menos malos son los que se dedican exclusivamente a la política, los que son técnicos de la política.

Por ello acaso fuera bueno el sueldo.

Con la constitución económica actual no puede haber democracia.

El pueblo no tiene acción consciente, sino considerada como una fuerza. Y esta es, debe ser siempre insaciable, creando necesidades.

Lo más pernicioso en España es la sobriedad, que quizás y hasta cierto punto sea virtud en el hombre, pero que es perjuicio en el orden social.

Si vais a Zamora y del Duero sacáis un cubo de agua, veréis como queda un poco de tierra de cuatro dedos de espesor.

Id a la desembocadura y veréis cómo cada año van a parar al mar millones de toneladas de tierra que se pierde y deja las rocas descarnadas, el suelo granítico.

Y aquellos habitantes se dedican al pastoreo trashumante, que exige muy poco esfuerzo.

… continuará…

El Pueblo, 25 de febrero de 1909

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Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 27

Insertamos tres notas y artículos de prensa más relacionados con el Homenaje que se tributó en la Universidad de Valencia a Darwin. En esta ocasión hacen referencia al acto en el que se descubrió la lápida conmemorativa.

«Los socios de la Academia Médico-Escolar obsequiaron ayer en el Hotel París al Sr. Unamuno con un espléndido banquete.

Los escolares manifestaron al sabio rector de la Universidad de Salamanca que le quedan altamente agradecidos, y que será en su vida grato recuerdo el de esta visita, que tanto les honra.

El Sr. Unamuno estuvo expresivo, elocuente y cariñoso con los escolares; les felicitó, porque al celebrar la fiesta en honor a Darwin habían realizado un acto de valor, despreciando hipócritas convencionalismos; además este acto enlatece a los universitarios de Valencia, porque es un acto serio, que se aparta de las fiestas y fiestecitas insustanciales.

Dijo que se pueden profesar todas las creencias y opiniones sin temor alguno, y que hasta es posible ejercer puestos oficiales sin necesidad de rendir culto a preocupaciones, ni hacer alarde de determinadas creencias.

Las palabras del Sr. Unamuno fueron acogidas con grandes aplausos».

El Mercantil Valenciano, 24 de febrero de 1909

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Homenaje a Darwin
«Esta tarde, a las tres, tendrá lugar en la facultad de Medicina el acto solemne de inauguración de la lápida que los escolares dedican a Darwin en el primer centenario de su nacimiento.

Al acto asistirán los catedráticos de dicha escuel y D. Miguel de Unamuno».

El Radical, 24 de febrero de 1909

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Homenaje a Darwin
«Ayer a la hora anunciada se verificó en la Facultad de Medicina el solemne acto de descubrir la lápida que los escolares dedican a Dawin.

Asistieron el señor cónsul de Inglaterra, el doctor Unamuno, gran número de profesores de dicha Facultad, algunos señores médicos y numerosa concurrencia de escolares.

La lápida, cubierta por las banderas inglesa y española, fue descubierta por el decano de la Facultad, Sr. Casanova, y en aquel momento sonó un nutrido aplauso.

Acto seguido leyó el doctor Bartrina las siguientes sentidas líneas, que fueron acogidas con entusiásticos aplausos, ciertamente merecidos, porque en menos palabras no es posible expresar tantas ideas buenas:

“Señores:

Esa lápida que acabáis de inaugurar representa la efigie venerable de uno de los mayores hombres de su siglo, centuria que, a su vez, fue de las más gloriosas de la historia.

Nacido en la tierra de las libertades, fue esclavo del trabajo, sumiso a la virtud, siervo de la ciencia y amante rendido de la humanidad.

Dio la vuelta al mundo, sabiéndolo mirar como ninguno, y a poco su nombre volvía a darla, venciendo por todas partes, con sus luces, las tinieblas de una noche secular.

Jamás inteligencia alguna fundó, sobre más amplia base de paciente observación, pirámide sintética de altura más portentosa; la torre de Babel no llegó al cielo; la síntesis de Darwin lo atravesó; y desde la cúspide pudimos descubrir la trama de aquella teleología misteriosa, que vista desde abajo semejaba Providencia. ¡Hermoso panorama! Lo que ya parecía perfecto, resultaba ser sólamente augurio de crecientes prodigios en sucesión ilimitada.

Al conjuro de Darwin, la infantil leyenda del origen milagroso de cada especie, confesión de insuficiencia de las leyes naturales, se disipó como un sueño, y la teoría transformista, única científica y más reverente con la Divinidad, si existe, explicó el proceso universal en sus múltiples actividades por la sola eficacia del primer impulso.

Tal revolución se debe a tal hombre. Fue, sin embargo, novador prudente, sereno y respetuoso. Construyó sin antes derribar; los viejos edificios se hundieron por sí solos a la sombra del suyo. Las supersticiones seculares intentaron luego amoldarse al darwinismo; Darwin no se preocupó nunca de adaptarse a ellas, y se hizo digno de la hoguera, aunque, felizmente, no alcanzó tal honor por impedírselo, más que el espíritu de los tiempos, el ambiente de los lugares.

Así, ese mármol, a la vez que homenaje al recuerdo de un gigante, es la lápida mortuoria del pasado carcomido, de la rutina de la patraña y de la intolerancia. Es también testimonio del valor con que los estudiantes de esta escuela se asocian a toda idea progresiva. ¡Ojalá cunda vuestro ejemplo! Recibid mi enhorabuena.  ¡Honor a Darwin! ¡Honor a vosotros!”

Una salva de aplausos premió la meritísima labor del doctor Bartrina.

Pronunció después un erudito y elocuente discurso el doctor Peset, condenando prejuicios y ensalzando las modernas doctrinas de la evolución. Extrañábase el doctor Peset que quienes pretenden poner en caricatura a Darwin acepten tranquilos y gozosos que la mujer venga de una costilla de … Adán.

Recordó antiguas glorias de nuestra Facultad, siempre progresiva mirando hacia adelante, y ensalzó el acto que se celebraba, porque demostraba que el espíritu progresivo subsistía y acrecentaba por la iniciativa de los alumnos y el impulso del profesorado (Grandes aplausos9.

Habló luego el digno decano doctor Casanova, congratulándose del acto que en aquellos momentos congregaba a maestros y discípulos, exhortando a estos, para que no miren con indiferencia la lápida colocada ni se olviden de que con ellos está, sino que la tengan como un estímulo para proseguir en el orden intelectual la actividad ahora demostrada. “Esa lápida —dijo— es a manera de escritura que habéis firmado comprometiéndoos a continuar la obra y seguir su ejemplo.” (Aplausos ruidosos).

A continuación hizo uso de la palabra el Sr. Unamuno, que aplaudió la actitud e los escolares valencianos más digna de loa, puesto que son los únicos en España que con tal esplendor festejan a Darwin, marcando desde jóvenes su personalidad, que es lo necesario para crear ciudadanos.

Recomendó el estudio de la persona de Darwin, porque si bien su doctrina ejerce verdadero influjo en todas las ciencias, el hombre es ejemplo digno de imitar por su tolerancia, altruismo y amor al trabajo (Aplausos).

El señor cónsul de Inglaterra se mostró satisfecho y agradecido, y dijo que daría cuenta oficial a su gobierno del acto con tanto esplendor realizado en Valencia, honrando a un sabio inglés.

Las palabras del ilustre representante del Reino Unido fueron acogidas con aplausos de satisfacción.

El decano de la Facultad pronunció breves palabras para dar las gracias a cuantos habían honrado el acto, y para agradecer especialmente al señor cónsul de Inglaterra su fina atención».

El Mercantil Valenciano, 25 de febrero de 1909.

Placa homenaje a Darwin (Valencia, 1909)

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Homenaje a Darwin de los estudiantes de medicina de Valencia (1909). Parte 26

Viene de aquí: Parte 25

Continuamos insertando nuevos artículos sobre la repercusión del Homenaje de los estudiantes de medicina de Valencia a Darwin. Este fue publicado en El Radical el día 25 de febrero de 1909:

Filosofías para todo

El Sr. Unamuno, que tan bien ganada tiene su justa fama de gran filósofo, aquí donde tanto escasean los que se toman la molestia de pensar, ha pronunciado dos conferencias y un solo discurso, pues que, según dijo él y todos oímos, la segunda fue continuación de la primera.

En el mejor extracto que nos fue posible publicamos su discurso, que ha tenido la virtud, rico valor, de preocupar a muchos.

Cosas formidables ha dicho Unamuno que bien merecen la atención de los que aún no se han dejado absorber por la superficialidad de moda.

Algo muy grave ocurre en la vida española, que Unamuno expresa con estas palabras: ‘Crisis del liberalismo’. De esto se viene ocupando el célebre pensador en distintas conferencias de algún tiempo a esta parte. Dentro de algún tiempo será triste, como él ha dicho, el espectáculo que ofrecerá España con la muerte del liberalismo. Podríamos decir que el espectáculo de tristeza se ofrece ya, porque ese enfermo que se resigna a morir en su pobreza de sangre hace meses que no ve el sol, oculto en triste alcoba que naie visita. Es como esos enfermos que duran mucho y de quienes pregunta la gente: ¿Pero aún no se ha muerto?

Sin embargo, lo que aquí muere no es el verdadero liberalismo, que significa, en fin de cuentas, al instinto de la vida propia, la lucha por esa misma vida, ampliándola y exaltándola. Lo que muere sin remedio, lo que está sentenciado sin apelación, es el viejo, falso y ruin concepto que en España se ha tenido del liberalismo desde largos años.

El liberalismo en nuestro país ha sido siempre una paradoja lamentable, más tradicional que la tradición misma, más conservador que los rabiosos conservadores de una hora equivocadamente egoístas; que también el egoísmo es vehículo de grandeza cuando se pone en él pasión de almas fuertes, desligadas unas de otras, individualistas en el camino y armónicas al fin, que la armonía es perfecta cuando es infinita la variedad. Y el liberalismo del país español ha sido todo lo contrario. Estático como una roca, no ha podido resistir las mareas del tiempo. Fue charca en vez de manantial, y sus aguas se pudrieron a tiempo.

Unamuno, sin decir que es un remedio, predica el remedio: la exaltación de la individualidad. De ahí la guerra que cree necesaria del hombre consigo mismo, con los demás y hasta con Dios mismo; principalmente consigo mismo, por ser más difícil vencerse que vencer.

Es el remedio único, pero Unamuno no lo presenta como a tal porque sabe cuán enormes son las dificultades que la multitud opone al hombre en los pueblos meridionales, y en el nuestro más que en todos.

¡País personalista el nuestro! El filósofo de las transcendentales contradicciones lo ha expresado con claridad. En el país más personalista en apariencia es precisamente donde menos respecto hay para las personas. Y es que en realidad no hay aquí tal personalismo. La multitud pide que el hombre le diga lo que ella quiere, no lo que el hombre siente y piensa. No dar gusto a la colectividad es condenarse al aislamiento. Se glorifica a la personalidad mientras ésta se limita a reflejar el medio ambiente., amoldándose al pensamiento común. Cuando esa personalidad quiere poner en su vida el sello de su espíritu, pone en la opinión general un gesto de contrariedad.

Aquí se cultiva a la maña y se olvida al individuo. Unamuno quiere hacer hombres, hombres enteros que tengan el mismo valor solos que agrupados: noble tarea digna de un coloso, pero dolorosa por lo poco que fructifica. Es la educación de la voluntad lo que pide el filósofo con la valentía de altísimo pensamiento. Quisiera él encontrar en cada hombre un gran caudal de terquedad, una gran fuerza propia, una voluntad, en fin, capaz de sostenerse siempre frente a todas las imprecisiones, con brío suficiente para imponer su idea, sea como sea.

Y la semilla que arroja Unamuno cae en tierra de indiferentismo. La filosofía de la picardía y la de la tontería, que tan oportunamente ha citado, son las primeras que aquí se aprenden; podríamos decir las únicas. Los filósofos de la tontería están sobre todo; se han forjado una serie de razonamientos, con sus consiguientes consecuencias, para justificar la indiferencia, la manía de no tener manías, la idea de no tener ideas, la moda de no apasionarse por nadie ni por nada: ni por ellos mismos.

Claro que frente a esta filosofía de tontos o de imbéciles, se alzan aún los temperamentos enérgicos o flexibles, pero indomables, personalistas y luchadores. Son pocos, pero exiten. Benavente en el teatro, Baroja en las novelas, Soriano en la política, el propio Unamuno en la filosofía son buenos ejemplos de que hay personalidades en España, hombres inconfundibles que tuvieron constancia suficiente para ir varios de toda ‘la vieja tabla de los valores morales’, sufriendo a veces la angustia de verse atacados por los que se arrastran; pero compensado todo por la íntima satisfacción con que regala al hombre la convicción de su propio valer.

Aquí se han construido filosofías para todo. Sin embargo, ahora, como siempre, los espíritus rectilíneos siguen triunfando, y la multitud se entrega, al fin, aun contra su voluntad.

La labor de Unamuno no es siembra para todos. Los intermitentes espirituales no dejarán de serlo. Pero no faltará quien aprenda que la continuidad vence a las intermitencias , y labora más y mejor un pigmeo con constancia que un gigante con momentáneo esfuerzo.

Conferencias como éstas, de tan rico contenido, no pueden ser estériles.

Bernardo Merino
El Radical, 25 de febrero de 1909

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