¡Explora la riqueza del conocimiento médico en la Exposición en línea «Greatest Medical Library in America» de la National Library of Medicine (NLM)!

La National Library of Medicine, la conocida institución del mundo del conocimiento médico, ha abierto sus puertas de manera virtual para invitar a todos a un viaje fascinante a través de la historia y la innovación en la atención de la salud. Se trata de la exposición en línea Greatest Medical Library in America.

Captura de pantalla del sitio web de la exposición

Sumérgete en la historia y Descubre tesoros ocultos: En 1878, el Dr. John Shaw Billings, cirujano del Ejército y coleccionista de libros, adquirió una colección de unos 300 folletos científicos de la biblioteca privada del renombrado fisiólogo francés Claude Bernard. En aquel momento, la biblioteca constaba de unos pocos miles de volúmenes. Ahora, conocida como Biblioteca Nacional de Medicina (NLM), esta colección se ha ampliado desde entonces a casi 30 millones de ejemplares.

El personal de catalogación ha trabajado y trabaja para garantizar que las colecciones se puedan encontrar, acceder y recuperar en el catálogo en línea. Para esta exposición se han creado o actualizado los registros de cada uno de los folletos de Bernard utilizando una variedad de herramientas que proporcionan información precisa sobre el título, el autor y la publicación, así como también los encabezados de temas y descripciones, de modo que los usuarios puedan descubrir y acceder rápidamente a la colección del «padre de la fisiología moderna».

En otoño de 1878 Billings exhibió esta colección en la primera exposición de la Biblioteca.

También se proporciona información sobre la conservación y la digitalización de los ejemplares.

Conecta con el presente: Pero la NLM no es solo un museo del pasado; es una institución que sigue marcando el ritmo en la era digital. A través de sus iniciativas en línea, como PubMed, MedlinePlus y ClinicalTrials.gov, la NLM brinda acceso a una vasta cantidad de recursos médicos que impulsan la investigación, la educación y la práctica clínica en todo el mundo. Esta exposición también pone de manifiesto cómo la NLM continúa innovando y adaptándose para satisfacer las necesidades cambiantes de la comunidad médica y científica.

¡No te pierdas la oportunidad de explorar la «Greatest Medical Library in America» desde la comodidad de tu casa! Visita la exposición en línea de la NLM y descubre por qué es un tesoro de valor incalculable para la comunidad médica y para la sociedad en general.

[Enlace a la exposición: https://www.nlm.nih.gov/exhibition/gmla/index.html]

Exposición: 125 años del Colegio de Médicos de Madrid

Agustín Albarracín Teulón (1922-2001) redactó hace más de veinticinco años la Historia del Colegio de Médicos de Madrid. Aunque se trate de un libro conmemorativo, está muy bien elaborado, es minucioso y descubre nuevas facetas de conocidos médicos de ese largo periodo.

Penetrar en la historia de los colegios médicos no es tarea fácil ni agradable. Quien lo hace se enfrenta a contenidos muy diferentes, a aburridas actas y fuentes legislativas, a opiniones enfrentadas, luchas de poder, distintas concepciones de la profesión, batallas de unos contra otros, a cuestiones económicas complejas, y un largo etcétera. Todo ello, en el contexto de un periodo de profundos cambios políticos, económicos y sociales, ahuyenta a quien pretenda introducirse en el estudio de este campo.

El Colegio de Médicos de Madrid ya celebra su 125 aniversario. Con tal motivo, ha preparado la exposición “Instantes de un legado: Flashback 125 años”, que está abierta al público desde el 22 de febrero al 15 de mayo. El propio edificio donde se encuentra ya es historia, ya que se trata de la antigua Facultad de Medicina y Hospital Clínico de San Carlos. La muestra está producida por el Área de Gestión del Conocimiento y Patrimonio Artístico del Colegio de Médicos, organizada por la Agencia creativa Brandinaction y comisariada por Esperanza García Claver.

Predominan las fotografías, unas conocidas y otras poco o nada vistas. Junto a las mismas, algunos objetos, carteles, etc. Hoy podemos contemplar el trabajo de muchos fotoreporteros que supieron contar los cambios sociales y políticos de décadas que fueron clave en el desarrollo de la medicina tanto en lo que se refiere a los saberes como a la práctica así como a la asistencia. La imagen es imprescindible en nuestros tiempos, y en este caso, para los conocedores de la historia de este periodo, la muestra les resultará muy atractiva y enriquecedora.

Misión malaria: un recorrido por la historia de la enfermedad

Entre las variadas exposiciones que he visitado estos días pasados en Madrid, se encuentra «Misión malaria: una mirada histórica», en el Museo de Ciencias Naturales, comisariada por Alain-Paul Mallard y Matiana González Silva.

Elementos de la exposición «Misión malaria. Una mirada histórica» en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, de Madrid

El Museo está algo anticuado. Sin lugar a dudas debe tener un presupuesto que está a años luz de lo que disponen los grandes espacios de arte. Sin embargo, estimula la gran cantidad de escolares y bachilleres, sentados en el suelo formando corros, tratando de rellenar los formularios que les han pasado sus profesores, y a estos explicando con pasión cuestiones de biología o de ciencias naturales.

En estos momentos conviven dos exposiciones temporales, «Alfred Russel Wallace (1823-1913). Biogeografía y evolución» y «Misión malaria. Una mirada histórica», que se podrá visitar hasta el 22 de septiembre. Esta última está organizada por el Museo y por el Instituto Global de Barcelona (ISGlobal), centro que impulsa la Caixa.

Paneles, objetos, imágenes, planos, carteles, mapas, libros y folletos integran esta exposición. Muchos de ellos proceden de la colección personal del epidemiólogo Dr. Quique Bassat. Compuesta por varios módulos, pretende visibilizar una enfermedad que ha tenido y tiene un gran impacto sobre la salud de la humanidad. Se recorre su historia destacando campañas de salud pública y la evolución de la lucha contra la misma. Se habla de la quina, del descubrimiento del origen parasitario de la enfermedad y del papel del mosquito.

Hoy la malaria se distribuye por casi un centenar de países que están expuestos al contagio, fundamentalmente regiones de África, Asia y América situadas entre los trópicos de Cáncer y Capricornio. En 2015 la OMS registró 214 millones de casos en todo el mundo.

Elementos de la exposición «Misión malaria. Una mirada histórica» en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, de Madrid

Todavía recuerdo el encuentro que tuvimos con Manuel Elkin Patarroyo en la Facultad de Medicina de Valencia, en el que habló de su vacuna. Conocida como SPf66, es eficaz en el 30 y 60 por ciento de los casos (unos 100 millones de personas). Hoy se recomiendan la RTS,S/AS01 y la R21/Matrix-M para prevenir la enfermedad en los niños. No debemos olvidar tampoco los problemas que causó el paludismo en varias zonas de España, en concreto en Valencia durante el siglo XVIII en relación con los cultivos de arroz.

En 2009 la Biblioteca Nacional también organizó una exposición sobre la Malaria en cinco espacios: Las fiebres intermitentes, la quinina, el descubrimiento del parásito y el vector, estrategias de lucha, las campañas antipalúdicas españolas, y la malaria en tiempos recientes.

Exposiciones en Fundación Telefónica (Madrid)

Procuro visitar todas las exposiciones de la Fundación Telefónica, en la calle Fuencarral, de Madrid; impactan y enriquecen. Hace unos días pude recorrer “Ventanas al futuro” (planta 3ª, espacio 9). Forma parte de una trilogía que se inició con “La gran imaginación. Historias de futuro” y “Liam Young. Construir mundos”. Todas ellas proyectan escenarios de ficción y mundos construidos a partir de la tecnología.

“Ventanas al futuro” muestra el trabajo de seis creadores que nos acercan a lo que podría ser el futuro y en donde la tecnología juega un papel esencial. Se trata de imágenes generadas completamente por ordenador o por Inteligencia artificial (IA), eso de lo que se habla mucho últimamente.

«Imagen de «Mundos futuros». Fundación Telefónica

Los artistas son Paul Trillo, artista multidisciplinar, escritor y autor de películas experimentales altamente técnicas; GMUNK, Bradley Grosh, que es un prolífico director, diseñador y artista afincado en Berkley; Inferstudio, que es un estudio de diseño digital que crea mundos, videografía, efectos visuales y visualización de datos, y colabora con otros profesionales; Boldtron, que está constituido por los hermanos Xavier y Daniel Cardona, artistas de Barcelona especialistas en 3D, CGI, RV e IA; Lifeforms, que es un estudio de diseño que trabaja en un área entre los videojuegos y el diseño; y fuse*, que es un estudio multidisciplinar que investiga las posibilidades expresivas de las tecnologías emergentes tratando de interpretar fenómenos humanos, sociales y naturales.

Esta exposición estará disponible hasta el mes de julio.

Otra exposición que pude contemplar lleva como título “Mundo expandido. Entre lo físico y lo virtual”, que “explora los mundos simulados, sus antecedentes, implicaciones éticas y filosóficas, legales, sociales y económicas a través de ochenta piezas que abarcan desde los cicloramas del siglo XIX hasta la realizadad aumentada o fenómenos sociales como SecondLife”. Estará disponible hasta el mes de mayo en la 4ª planta.

Imagen de la Exposición «Mundo expandido. Entre lo físico y lo virtual”, en Fundación Telefónica.

Muchos pertenecemos a una generación que ha visto nacer Internet, una red que cubre el mundo y que ha llegado a formar en pocos años un espacio virtual sin existencia física donde entramos cada día para informarnos, enviar y recibir correo, usar las redes sociales, aprender, entretenernos, escuchar música, compartir archivos, etc. Con el comienzo de siglo los nuevos teléfonos móviles han permitido poner todo esto en la palma de nuestras manos.

La evolución de Internet continúa con fenómenos como la Inteligencia Artificial, la inclusión del mundo virtual en el mundo físico… en definitiva se está creando un mundo que podemos denominar “expandido”. Artistas como Marc Lee, Cao Fei, Solimán López, Eva y Franco Mattes, Theo Triantafyllidis, Johanna Jaskowska e Ines Alpha, entre otros, junto a las instalaciones de ScanLAB Projects o el Barcelona Supercomupting Center, abordan cuestiones en torno a la migración de nuestra identidad a un espacio donde no existe la corporeidad, la repercusión de crear alter egos digitales o el impacto en el trabajo, la salud, el ocio y la cultura; retos e inquietudes de una sociedad que habita entre lo físico y lo virtual, y que nos invitan a reflexionar sobre las normas y códigos éticos que deben regular la ciudadanía digital”.

Puede completar el visitante esta exposición con la que actualmente se puede ver en el espacio 16 de Matadero, de Madrid, “Arde Pompeya”. Una experiencia inmersiva que recomiendo. Emociona e instruye de forma novedosa que poco a poco se irá imponiendo.

Imagen de la Exposición «Arde Pompeya». Matadero. Madrid.

Nuevas fuentes materiales e iconográficas de historia de la medicina (enero, 2021)

La sección de Fuentes materiales e iconográficas del sitio web historiadelamedicina.org se ha incrementado con una serie de nuevos objetos e imágenes. Entre estos podemos mencionar los siguientes:

Hemoglobinómetro de Gowers

Hemoglobinómetro de Sahli (Gebrauchsanweisung zum Farbstat Haemometer)

Hemómetro con cámara de Neubauer

Juego de lancetas para sangrar

Jeringa para enemas

Fotografía: Sesión operatoria en la Sala del Dr. Antonio Cortés Lladó del Hospital Central de Sevilla

Anestesia. Inhalador de Ombrédanne

Como hemos subido un nuevo vídeo al canal de Youtube “Medicina, historia y sociedad”, insertamos a continuación el guión del penúltimo, «Anestesia. El inhalador de Ombrédanne» con su correspondiente bibliografía.

 

Guión

En otro vídeo hablamos del paso de la antisepsia a la asepsia, procedimientos que sirvieron para derribar una de las tres barreras con las que se enfrentaba la cirugía en el siglo XIX: la infección.

En esta ocasión nos ocuparemos de la que quizás fue la primera barrera, el dolor. Lo vamos a hacer utilizando como excusa el inhalador de Ombrédanne, que gozó de gran popularidad en Europa y Latinoamérica. En otro vídeo abordaremos el estudio de otros instrumentos y de otras técnicas.

[Intro]

Desde finales del siglo XVIII la química experimentó un extraordinario desarrollo que permitió crear y probar numerosas sustancias entre las que se encontraban diferentes gases, que pronto llamaron la atención de los médicos. En la Pneumatic Institution de Clifton (Inglaterra), se buscaron aplicaciones para el oxígeno, el éter y el óxido nitroso. A este último, descubierto por Joseph Priestley (1733-36 – 1804), otro químico, Humphry Davy (1778-1829), lo bautizó con el nombre de gas hilarante o gas de la risa que llegó a utilizarse en espectáculos. Su uso médico como anestésico, sin embargo, igual que pasó con el éter, no recibió la atención necesaria.

En Francia H. Hill Hickmann (1799-1829) propuso a la Academia el empleo del éter como anestésico, pero entonces, el poderoso Velpeau, redactó un informe negativo sobre su uso.

En los Estados Unidos Wiliamson Long (1815-1878) intervino en 1842 a varios enfermos con el empleo de la narcosis etérea.  Dos años más tarde Horace Wells (1815-1848) usó el gas de la risa en su práctica odontológica tras probarlo en un espectáculo. No intentó patentarlo para este fin porque pensaba que algo que libraba del dolor debía ser “tan gratuito como el aire”. Solicitó hacer una demostración en el Hospital General de Massachussetts que no funcionó y el público lo abucheó. A partir de aquí su vida fue una sucesión de fracasos que le llevaron al suicidio.

El estadounidense Charles Thomas Jackson (1805-1880) experimentó varios gases, incluso en sí mismo, como el éter. Lo recomendó al dentista William Thomas Morton (1819-1868) quien lo introdujo en su práctica. También hizo una demostración pública en el Hospital general de Massachusetts. El hecho convenció al cirujano John Collins Warren (1778-1856), profesor en Boston, para que interviniera a uno de sus pacientes con el procedimiento. Tuvo lugar el 16 de octubre de 1846 y el éxito logrado fue la mejor publicidad para la divulgación del método. Se patentó la sustancia como Letheon, aunque se supo que era éter.

El nombre de “anestesia” procede de Oliver Wendell Holmes. Varios cirujanos norteamericanos siguieron el camino y en Europa a finales del año sucedía lo mismo: Robert Liston (1794-1847) y Jobert Lamballe (1799-1867). Alfred Armand Velpeau (1795-1867) reconoció su error. La técnica se propagó por el resto de países. En España fue Diego de Argumosa (1792-1865) quien en febrero de 1847 lo utilizó.

Otro hallazgo importante fue el descubrimiento del cloroformo por parte de Eugène Soubeiran (1793-1858), redescubierto en Estados Unidos por Samuel Guthrie (1782-1848) y en Alemania por Justus von Liebig. Fue el médico M.J.P. Flourens quien comunicó a la Academia de París sus propiedades anestésicas en 1847. Ese mismo año el obstetra James Young Simpson (1811-1870) lo utilizó en su práctica obstétrica (todo un logro). Él ya había introducido el éter en Edimburgo.

Comenzó la lucha entre los partidarios del éter y del cloroformo y también aparecieron los que probaron multitud de mezclas. El primero irritaba las vías respiratorias, resultaba desagradable y tardaba mucho en metabolizarse y eliminarse. El segundo tenía más ventajas hasta que empezaron a producirse fallecimientos por su administración. Finalmente la Segunda Comisión Inglesa del Cloroformo, vistas las estadísticas proporcionadas por Ernst Julius Gurlt (1825-1899) en 1897, arrinconaron su uso.

Los sencillos aparatos o instrumentos utilizados al principio (abiertos) para administrar la anestesia, pronto se tornaron más complejos. Con algunos surgían complicaciones como la asfixia, y al final solamente permanecieron los que utilizaban procedimientos llamados abiertos o semiabiertos. Fue muy popular el “gota a gota” y, sobre todo, el de Ombrédanne (parecido al de Clover), que desplazó a una gran cantidad de aparatos. Era sencillo, fácil de transportar, permitía la dosificación adecuada de éter, y también la estimulación del centro respiratorio con el CO2 refluyente. Fue entonces el aparato perfecto de narcosis. Hoy se descartaría por proporcionar mezclas de gases hipóxicas (pobres de oxígeno) e hipercápnicas (con el aumento de la presión parcial del dióxido de carbono).

Vinieron otros anestésicos, como el cloruro de etilo, se revalorizó a principios del siglo XX el óxido nitroso, se inventaron aparatos que insuflaban además oxígeno (Cotton), también se añadió la insuflación intratraqueal, y surgieron otras vías de anestesia, pero nosotros nos detendremos aquí para mostrar y explicar el Aparato de Ombrédanne.

El inhalador de Ombrédanne
El inhalador de Ombrédanne llegó a ser un aparato que, entre otros muchos, llegó a triunfar por su buen funcionamiento, su fácil manejo y sus resultados. Entonces la anestesia la aplicaba el propio cirujano, un alumno interno, enfermera o ayudante. Su simplicidad y fácil aprendizaje quizás influyó en el retraso de la aparición de la especialidad de anestesiología en Europa.

Ombrédanne buscaba un dispositivo diferente a los inhaladores cerrados. Con éstos había que levantar la mascarilla de vez en cuando para que entrara aire fresco.

Algunos dicen que en 1907 fue el cirujano Auguste Nélaton (1807-1873) quien, tras dos accidentes fatales, encargó a su alumno Louis Ombredanne, que ideara un aparato más seguro.

Ombredanne trabajó con el conocido constructor de instrumentos Collin hasta llegar al diseño definitivo.

En el artículo que publicó en la Gazette des hôpitaux en 1908 muestra estos prototipos y describe minuciosamente el que finalmente se fabricó. Imaginó un instrumento con el que el enfermo pudiera aspirar aire en cada respiración junto con cantidades crecientes de vapor de éter de forma gradual.

Se trata de una esfera que a un lado se enrosca una bolsa de reinhalación o de confinamiento. Al otro lado, una entrada en escalera con un regulador o controlador con puntero que se mueve sobre una escala grabada en la esfera. La escala va del 0 al 8.

En la parte superior se encuentra una abertura con tapa por donde se introducía el éter. La cantidad de 150 gramos daba para hora y media. En la parte inferior se sitúa la máscara con dos anillos para los pulgares del anestesista o el ayudante mientras que con los otros dedos levanta la barbilla. Dentro hay un canal con dos amplias chimeneas en la parte superior. Un tubo con ventanas recorre este canal. Éstas giran según el regulador antes mencionado que es empírico. El resto está relleno de guata que se empapa de éter.

Funcionamiento
Estos son nuestros esquemas. Aquí con la aguja en la posición 0, la entrada K está totalmente abierta. Por la misma entra aire atmosférico o fresco. Las ventanas G y G1 que dan a las chimeneas están cerradas y la entrada O1 del tubo de aire respirado está abierta. En esta posición el aire que respira el paciente es aire fresco y una pequeña proporción de aire de la bolsa de confinamiento.

En la posición 8, el otro extremo de la escala, que se usa sólo en algunos casos para la inducción, K está abierta al mínimo, G y G1 abiertas al máximo y O1 cerrada. De esta forma todos los compartimentos del aparato y los pulmones del paciente se van cargando progresivamente de éter, vapor de agua y anhídrido carbónico.

En la posición 4, intermedia o de mantenimiento, la ventana K está semicerrada, G y G1 están semiabiertas y O1 también semiabierta. El aire inspirado se carga con vapores de éter que proceden de la cámara de vaporización así como de la bolsa de confinamiento.

Final
Ya hemos visto cómo funciona el inhalador de Ombredanne, instrumento que ideó con la ayuda de la conocida casa de instrumentos médicos de París Collin. También hemos revisado su funcionamiento. En resumen, se trataba de aumentar la concentración de éter señalado en un índice del 0 al 8, aumentando un punto cada minuto aproximadamente hasta llegar a la posición 4 o de mantenimiento. En algunos pacientes, a veces era necesario seguir hasta la posición 8. Conseguida la anestesia, se descendía de nuevo al número 4. El aparato producía una retención importante de anhídrido carbónico con lo que se conseguía una hipernea.

Su fácil manejo hizo que se vendieran miles de unidades que se utilizaron hasta final de los años treinta del siglo XX, por un lado, y que pudiera ser utilizado por personal de enfermería, alumnos internos o ayudantes. Esto último quizás influyó en que la especialidad de anestesiología se retrasara en muchos lugares.

Louis Ombredanne nació en París en 1871 y murió en la misma ciudad en 1956. Fue ayudante de anatomía, cirujano de los hospitales Ténon, Saint-Louis y Boucicaut. Más tarde fue profesor de clínica quirúrgica infantil y ortopedia en el Hospital de los Niños enfermos. Tras jubilarse fue nombrado profesor honorario. Fue miembro de la Academia de Medicina y de la Academia de Cirugía. Fue premiado con la La Orden Nacional de la Legión de Honor.

Bibliografía
–Armando Nesi, J. (2000). La paradoja del aparato de Ombrédanne. Revista Argentina de Anestesiología, vol. 58, nº 2, pp. 99-106.

–Barry, C.T. (1961). The Ombredanne inhaler. Anaesthesia, vol. 16, nº 2, pp. 184-187

–Cazalaà, J.B. (2012). Ombrédanne Inhaler 1908-1982(¿). Anesthesiology, vol. 117, pp. 1162-1164.

–Duncum, B.M. (1946). Ether anaesthesia 1842-1900.. Postgraduate Medical Journal, vol. 22, nº 252, pp. 280-290.

–Franco Grande, A. (2003).  Los orígenes de la moderna anestesia en España. Madrid, Sociedad Española de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR)

–Glicenstein, J. (2015). Louis Ombredanne (1871-1956), chirurgien pediatre et plasticien. Annales de Chirurgie Plastique Esthétique, vol. 60, nº 2, pp. 87-93.

–Nei, J.A. (2000). La paradoja del aparato de Ombredanne. Rev. Arg. Anest, vol. 58, nº 2, pp. 99-106.

–Ombredanne Inhaler (1908-1982). Anestesiology Reflections from the Pierre Viars Museum (2012). Anesthesiology, vol. 117, pp. 1162-4.

–Ombredanne, L. (1905). Un appareil pour l’anesthésie par l’éther. Gazette des hôpitaux civils et militaires, vol. 81, pp. 1095-1100.

–Peset, J.L. (1974). El saber quirúrgico. En: Pedro Laín (dir.). Historia universal de la medicina. Barcelona, Salvat, vol. 6, pp. 298-305.

–Zimmer, M. (2008). Histoire de l’anesthésie. Méthodes et techniques au XIXe siècle. Paris, EDP Sciences.

Incorporación de nuevas fuentes iconográficas de historia de la medicina

Se han incorporado varias fuentes de tipo iconográfico que han pasado a engrosar nuestra colección de Fuentes iconográficas y materiales de Historia de la Medicina. Se han adquirido en mercadillos, subastas, venta directa, etc. tanto del extranjero como de España. Son las siguientes:

  1. Enfermeras poniendo a los niños al sol en el tejado del West London Hospital (años 30 siglo XX) en una plataforma giratoria. (Procede de agencia de prensa).

Enfermeras-poniendo-a-los-nilos-al-sol

2. Fotografía-tarjeta postal de la antigua Facultad de Medicina de Valencia, en la calle Guillén de Castro (principios del siglo XX).

3. Tarjeta postal circulada de la antigua escultura dedicada a Pelletier y Caventou (1901) en París que fue destruida durante la segunda guerra mundial. Después fue sustituida por otra completamente distinta.

4. Tarjeta postal circulada que muestra la ubicación de la escultura dedicada a los farmacéuticos Pelletier y Caventou (1907).

Escultura_Pelletier_Caventou

5. Fotografía que muestra a unos médicos pesando a un bebé en lo que debió ser la Gota de leche situada en la esquina de la calle Vallehermoso con Aguilera, en Madrid.

6. Fotografía del urólogo valenciano Nicasio Benlloch Giner (1888-1957) con su equipo del Hospital Provincial de Valencia en 1848.

Equipo_Nicasio_Benlloch

7. Tarjeta postal Dr. Mariano Pérez Feliu. Iniciador del Sanatorio Malvarrosa de Valencia y Director del mismo el año 1931.

8. Fotografía del oftalmólogo Ramón Castroviejo Briones (1904-1987).

9. Tarjeta postal del Real Sanatorio de «Nuestra Señora de las Mercedes» (Húmera)

10. Fotografía que muestra la Publicidad de un aparato de masaje sónico por las calles de Madrid

11. Fotografía que muestra la revisión médica en la enfermería de un cuartel militar de Melilla (1955).

Revision_medica_cuartel

12. Fotografía de Gregorio Marañón (1887-1960) en un oficio religioso

13. Fotografía. «Hija de la nueva España». Niña huérfana de la guerra civil que es medida por una enfermera (procedente de agencia de prensa) (1940).

 

 

 

 

Cajal y la medalla Benlliure

Como hemos subido un nuevo vídeo al canal de Youtube “Medicina, historia y sociedad”, insertamos a continuación el guión del penúltimo, Cajal y la medalla Benlliure con su correspondiente bibliografía.

 

En su Historia de mi labor científica, Cajal dice que en el bienio 1905-1906 se vio favorecido por la medalla de oro Helmholtz y el premio Nobel y que por ello recibió “felicitaciones y premios a granel”, “…telegramas de felicitación; cartas y mensajes congratulatorios; homenajes de alumnos y profesores; diplomas conmemorativos; nombramientos honoríficos de corporaciones científicas y literarias; calles bautizadas con mi nombre en ciudades y hasta en villorrios; chocolates, anisetes y otras pócimas, dudosamente higiénicas, rotuladas con mi apellido; ofertas de pingüe participación en empresas arriesgadas o quiméricas; demanda apremiante de pensamientos para álbumes y colecciones de autógrafos; petición de destinos y sinecuras…; de todo hubo y a todo debí resignarme, agradeciéndolo y deplorándolo a un tiempo, con la sonrisa en los labios y la tristeza en el alma”.

Tomando como excusa la medalla que se le regaló con motivo de la concesión del Nobel, realizada por Mariano Benlliure, trataremos de hacer una síntesis de lo que le sucedió a Cajal durante ese periodo visto desde la prensa diaria.

[Intro]

1905
Cajal ya era un personaje público conocido y un científico respetado desde hacía tiempo.

Entre 1905 y 1907, aparte de desarrollar su trabajo cotidiano como profesor e investigador, tuvo que hacer frente a una serie de acontecimientos importantes:

–Le fue concedida en febrero de 1905 el premio Helmholtz por parte de la Academia Imperial de Ciencias de Berlín. A pesar de que no iba acompañado de una compensación económica, le proporcionó gran prestigio. Este premio se unía, además , al Premio Moscú que había recibido en 1900. Recibió una medalla de oro y una copia de cobre.

–Participó en el homenaje que se le tributó a nuestro primer premio Nobel, en este caso de literatura, José Echegaray, que se le otorgó en 1904. Su contribución destacó sus aptitudes científicas y de divulgación mas que las literarias. Hay que señalar que algunos jóvenes de la generación del 98 criticaron mucho la concesión de este premio. Cajal sorteó el tema.

Dos éxitos, el de Echegaray y Cajal, que de alguna manera contribuyeron a reducir la sensación de derrota, de abatimiento y de desesperanza que produjo la tan traída “catástrofe del 98”. Es más, la Clark University de los Estados Unidos invitó a Cajal. El país que contribuyó a esa derrota española, reconocía a nuestro histólogo como un héroe de la ciencia”. Este hecho no pasó desapercibido en la prensa diaria. Se llegó a ver como una “revancha” tanto por el gobierno como por la población.

–Ese año Cajal también participó en la celebración del aniversario del nacimiento de Manuel García, inventor del laringoscopio, que moriría en Londres al año siguiente. Muy comentado fue, además, el gran homenaje que se le tributó en aquella ciudad.

–¡Cómo no! Cajal se vio implicado en el aniversario de la publicación de El ingenioso hidalgo Don Quijote, idea que lanzó dos años antes el conocido e influyente periodista Mariano de Cavia.

Aprovechó la obra de Cervantes de forma muy inteligente en la conferencia que le tocó impartir. La tituló Psicología de don Quijote y el quijotismo. Usó el quijotismo como recurso para conseguir lo que muchos perseguían, la regeneración del país y eso se conseguía cultivando la ciencia y la técnica. “El quijotismo de buena ley –dijo–, tiene en España ancho campo en que ejercitarse”.

No creamos que sólo España actuaba de esta forma. Otros países europeos se lanzaron desde principios del siglo XX a ensalzar sus “glorias pasadas”.

En 1906 Cajal fue elegido miembro de la Real Academia de la Lengua para cubrir el sillón I mayúscula que había dejado Juan Valera. Sin embargo, no tomó posesión jamás. Se dice que su desinterés procedía de la actitud de la Academia de no apoyar a Galdós para el Nóbel (interesante recordar esto en el Año Galdós que estamos celebrando) y todas las resistencias que ofreció para que se nombrara a Emilia Pardo Bazán como académica.

1906
Como es sabido, en esta etapa los políticos preparaban con cierta antelación la próxima caída del gobierno. Éstas se sucedían a veces en cuestión de unos pocos meses. Segismundo Moret ya preparaba su gabinete y se entrevistó con Cajal a quién poco después, ya en el poder, le ofreció el ministerio de instrucción. Ambos hablaron de las reformas que necesitaba el país y Cajal se sintió seducido y convencido. Sin embargo, no contestó de inmediato y reflexionó durante un viaje que hizo a Lisboa para rechazar finalmente el ofrecimiento que sí aceptó otro médico, Alejandro San Martín, el 6 de junio de 1906.

Como decía Cajal, “Transcurridos algunos meses, y cuando el ánimo reposado y tranquilo volvía a saborear las cautivadoras sorpresas del trabajo concentrado y tácito, cierta mañana de octubre de 1906 sorprendióme, casi de noche, cierto lacónico telegrama expedido en Estocolmo y redactado en alemán… Carolinische Institut verleihen Sie Nobelpreiss…” Se trataba de la concesión del premio Nóbel.

Hacía años que varios colectivos especialmente de médicos, manifestaron la necesidad de homenajear al “sabio español”. Tras difundirse la noticia del Nóbel por los medios, esa necesidad se hizo imperiosa. Cajal se estaba convirtiendo en un mito.

Como siempre, los primeros en reaccionar fueron los estudiantes de los que surgieron varias ideas: regalarle un álbum con todas las firmas de los estudiantes españoles, organizar una velada conmemorativa en el Ateneo, regalarle un busto, proponer al ayuntamiento de la capital que sustituyera el nombre de la calle de Atocha por el de Cajal, fundar un hospital o clínica con su nombre dedicado a las enfermedades nerviosas por suscripción popular, entre otras iniciativas. Invitaban, también, a unirse a todos los escolares de España.

Por su lado el Colegio de Médicos de Madrid se reunió y se sumó a la idea. El busto lo realizó el escultor Agustín Querol Subirats de forma gratuita. Mientras tanto seguían surgiendo nuevas ideas y languideciendo otras.

Por su lado, en Valencia, como había sido profesor de su Universidad, el Ayuntamiento, la Universidad y los estudiantes se unieron para homenajear a Cajal con iniciativas como crear una beca para que un médico recién terminada la licenciatura ampliara estudios de bacteriología y microbiología en el Instituto Alfonso XIII dirigido por Cajal, nombrar a Cajal decano honorario, poner su nombre al anfiteatro anatómico, colocar una placa recordando que había impartido allí sus lecciones, crear un álbum de firmas, entre otras.

El Colegio de Médicos de Madrid iba mientras tanto integrando asociaciones y sociedades que se querían unir a los homenajes (un total de 78). Decidieron asimismo abrir una suscripción para sufragar los gastos.

Cajal salía de Madrid hacia Estocolmo en tren el día 1 de diciembre. Llegó a su destino el día 8. La entrega del premio tuvo lugar el día 10.

1907
A finales de año empezaron a hacerse realidad los homenajes en diferentes ciudades: Zaragoza, en diciembre de 1906, y Palma de Mallorca y Córdoba a principios de 1907. Mención especial merece el acto que se celebró en Valencia en el Teatro Principal el 28 de enero en el que habló Juan Bartual, discípulo valenciano de Cajal.

En enero de 1907 se hablaba ya en la prensa de la Junta de Ampliación de Estudios, su composición y de que Cajal había sido elegido presidente. Era entonces ministro de Instrucción pública el conocido médico y político Amalio Gimeno Cabañas.

En Madrid seguían organizando actividades. Una comisión visitó a Maura para solicitar una senaduría vitalicia para Cajal. También se abrió una suscripción para una medalla. A principios de marzo se habían recogido 6.809 pesetas. Se acordó prorrogar la colecta y encargar la obra a Benlliure, amigo de Cajal.

Las acciones en Madrid fueron disipándose y las que quedaron se distribuyeron en el tiempo debido, quizás, al exceso de participantes, a los cambios en la dirección del Colegio de médicos y a la imposibilidad de llegar a acuerdos. Unas se hicieron realidad y otras no.

Sin embargo, el día 14 de mayo llegó a Madrid una comitiva de estudiantes de Valencia en el tren Correo de Aragón. Le llevaban a Cajal el libro de firmas que dejarían en el Centro Regional Valenciano, situado entonces en la calle Bolsa, para que los valencianos que se encontraran en Madrid pudieran firmar. Se le entregó en una velada que tuvo lugar en el mismo Centro el día 22.

Intervino el presidente del Centro Regional, Luis Cerveró, el conocido estudiante Uxó, quien expuso los trabajos llevados a cabo y el entusiasmo que despertó en Valencia la iniciativa. Después, al son de la marcha de Valencia, le fue entregado a Cajal el álbum. Éste, emocionado, rindió homenaje de gratitud a Valencia. Abelardo Vidal (secretario del centro) le entregó el título de socio de mérito. El diputado Eduardo Vilar y el ministro Rodríguez-San Pedro cerraron los discursos.

Ese mismo año, el 30 de junio, Cajal ingresó también en la Real Academia de Medicina.

Volvamos a la medalla. La idea surgió del ámbito del Colegio de Médicos como hemos visto, pero la materialización del homenaje fue bastante tardía. La mención en el reverso de los que dedican, los españoles amantes del progreso, viene a indicar la heterogeneidad final de los participantes más allá de los colegas médicos.

Probablemente la medalla se acuñó en la Fábrica Nacional de la Moneda y Timbre con cierto retraso en 1908. Finalmente, se entregó a Cajal el 28 de mayo de 1908 y no en un acto público, circunstancia que fue lamentada, sino en una visita de la comisión a su propio domicilio. Como se puede observar en la medalla se mantuvo la fecha de 1907, errónea por otra parte ya que el premio se había concebido en 1906.

La medalla es una de las más conocidas de Mariano Benlliure. Leo ahora la descripción que hace el Museo del Pardo de la misma (Texto extractado de una obra de J. Gimeno Pascual): “La naturalidad expresiva y el desplazamiento de la centralidad en la composición del anverso se completan con el marcado decorativismo de la simbología, por otra parte rotundamente clásica, tanto de la Ciencia como de la Medicina. La caligrafía de la dedicación, que adquiere relieve protagonista en relación con la simbología iconográfica, apoya asimismo el marcado carácter decorativo. Es la manifestación más plenamente modernista de Benlliure y uno de los ejemplos más significativos de la medalla modernista española”.

[Final]

La lectura de los artículos y noticias publicadas en este periodo ofrecen dos visiones complementarias: en una los españoles no conocen la obra de sus sabios y tienen que ser los extranjeros los que nos las descubre, y en otra, que en el extranjero tenían que ir abandonando la idea de una España de toreros, de señoras con mantilla, de conspiradores, pobres y leprosos.

Sin embargo, a diferencia de lo que sucedió con el logro del salvarsán por parte de Ehrlich en 1910, no hemos hallado un solo artículo, información o noticia que contara con algo de detalle los logros que habían hecho a Cajal merecedor del Premio.

Bibliografía
Todos estos acontecimientos los analizo con detalle en este artículo:

–Fresquet Febrer, J.L. (2019). The image of Santiago Ramón y Cajal through the daily press. The awarding of the Nobel Prize. European Journal of Anatomy, vol. 23, Supplement 1, pp. 15-28. [Disponible en: http://www.eurjanat.com/web/paper.php?id=23s10001], donde se puede consultar toda la bibliografía utilizada.

En cuanto a la Medalla Benlliure: Medalla dedicada a Santiago Ramón y Cajal por la concesión del Premio Nobel de Medicina (1907). Museo del Pardo. Disponible en https://www.museodelprado.es/coleccion/obra-de-arte/medalla-dedicada-a-santiago-ramon-y-cajal-por-la/d89e2b09-7edb-49c8-b8f0-94017fdeedc2 Consultado el 8 de enero de 2010. Especialmente el texto extractado de Gimeno Pascual, J. (2013), en: Mariano Benlliure. El dominio de la materia, p. 328.

 

Fuentes materiales e iconográficas de historia de la medicina. Nuevas incorporaciones (febrero, 2020)

Se han añadido a la colección de fuentes iconográficas y materiales  de historia de la medicina nuevas incorporaciones.

En lo que se refiere a objetos, dentro del conjunto de aparatos para «masajes» hemos adquirido el de construcción alemana MASPO, de baquelita, y el de «masaje vibratorio» Veedee, de principios del siglo XX, fabricado en Londres, que llegó a ser muy popular en varios países europeos.

Veedee_Vibrator

También ha pasado a formar parte de la colección el hemoglobinómtero Boehringer, que la marca de medicamentos debía regalar a los médicos para detectar anemias con cierta rapidez. Una cifra baja de hemoglobina se relaciona directamente con un bajo nivel de oxígeno. Es muy parecido al que presentamos hace tiempo, modelo Marucelli.

Hemoglobinometro_boehringer

Un nuevo Otoscopio de Brunton en excelentes condiciones de conservación, se une al que ya teníamos. Incorporamos además un corrector nasal, un pulverizador de anestesia local, posiblemente para uso odontológico, y una jeringuilla hipodérmica en su estuche de finales del siglo XIX.

Hemos adquirido la medalla que conmemora la inauguración del nuevo edificio que en 1949 ocupó la Facultad de medicina de Valencia y que todavía hoy, tras profundas reformas, sigue en funcionamiento.

Medala_Facultad

Como material iconográfico incorporamos dos fotografías que recogen los daños sufridos por el Hospital Clínico de Madrid, que quedó entre los dos bandos durante la guerra civil. Los franquistas en lo que sería la Escuela de Arquitectura y alrededores, y los republicanos en lo que fue la cárcel modelo (hoy el edificio del Ejército del Aire) y el Instituto Rubio (hoy Fundación Jiménez Díaz). Una procede de algún particular y la otra de una agencia de prensa inglesa.

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Fuentes materiales e iconográficas de la historia de la medicina: Nuevas incorporaciones (marzo, 2019)

Se han incluido en la sección de Fuentes iconográficas y materiales de historiadelamedicina.org varios objetos e imágenes.

En cuanto a instrumentos, un protector ocular de Arruga (Hermenegildo Arruga), que se ha adquirido en Inglaterra. Un conocido aparato quirúrgico que llegó a tener gran éxito en Francia durante la segunda mitad del siglo XIX, el Compresor recto de cadena ideado por el cirujano Chassaignac.

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Por otro lado, el exitoso aparato de masaje del Dr. Macaura (Macaura’s Blood Circulator), que acabó por convertirse en una panacea con la que curar un gran número de enfermedades en la época victoriana.

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También un aparato de respiración artificial «Pulmomán«, fabricado por Electrom, y un botiquín de urgencia de bolsillo que regalaba Laboratorios Frassie a los médicos.

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En cuanto a imágenes, se han incorporado una del antiguo Hospital San Juan de Dios, ya desaparecido, y dedicado a las enfermedades venéreas. Fue allí donde se probaron por primera vez en Madrid las primeras inyecciones de Salvarsán a la población civil. Días antes se aplicaron en el Hospital militar de Carabanchel.

Hospital_San_Juan_Dios

Aparte de una fotografía de estudiantes de medicina en la sala de disección, posiblemente de Valencia, varias postales con fotografías que regalaba el Instituto de Biología y Sueroterapia IBYS a los profesionales: el Instituto Rubio, el Instituto del cáncer, El Hospital de la Princesa y la Casa de salud Santa Cristina, que fue Escuela de matronas, todos ellos de Madrid.

Escuela_matronas_madrid