Raymond P. Ahlquist (1914-1983) y los receptores adrenotrópicos alfa y beta

Hemos añadido en la sección Biografías y Epónimos médicos de historiadelamedicina.org la del farmacólogo Raymond P. Ahlquist.

En la historia de la farmacología y en la edificación de la teoría del receptor, contribuyó de forma especial el científico estadounidense Raymond P. Ahlquist. Sus padres eran de origen sueco. Se educó en un ambiente en el que el conocimiento de lenguas y la cultura tenían mucha importancia.

Nació en Missoula, Montana el 26 de julio de 1914. En la Universidad de Washington, en Seattle, obtuvo el grado de Farmacia, realizó un máster de Farmacología y en 1940 ganó el doctorado de esta disciplina. Después fue contratado en la Universidad de Dakota del Sur, en Brookings. Cuatro años más tarde lo fue como profesor asistente de Farmacología en el Medical College de Georgia, Augusta. A partir de 1946 fue asociado y en 1948 catedrático y director del Departamento de Farmacología, sucediendo a Robert A. Woodbury con el que había investigado el efecto de las catecolaminas sobre el sistema cardiovascular y sobre los vasos del útero.

Desde 1963 hasta 1970 sirvió como Decano asociado de la Escuela de Medicina y como coordinador de investigación. En 1970 volvió a ocupar el puesto de catedrático de Farmacología hasta 1977 cuando fue nombrado Profesor “Charbonier” de Farmacología.

Ahlquist trabajó, sobre todo, en farmacología cardiovascular y especialmente en los receptores adrenérgicos. En 1948 Ahlquist publicó su trabajo “A study of the adrenotropic receptors” en el American Journal of Physiology. Ahí propuso la presencia de dos tipos de receptores adrenotrópicos que llamó alfa y beta, y postuló que había solamente un mediador simpático-adrenérgico, la epinefrina, para los dos tipos de receptores, los alfa y los beta. Recibió numerosos premios por su contribución en el campo de la farmacología. Murió el 28 de enero de 1983 en Georgia.

Imagen procedente de la National Library of Medicine. Enlace
http://ihm.nlm.nih.gov/luna/servlet/view/search?q=B09697&res=1]

Carl Voegtlin (1879-1960)

[Portrait de Carl Voegtlin, collection du National Cancer Institute des États-Unis. Dominio público]

Entre los principales nombres representativos de la historia de la farmacología científica está el de Carl Voegtlin. Nacido en Zofingen (Suiza) en 1879, se trasladço con su familia a Basilea. Su madre murió cuando tenía 9 años y su padre y sus dos hermanos lo hicieron al poco tiempo en un accidente de ferrocarril.

Comenzó sus estudios en Basilea y siguió los de física y química en la Universidad de Munich. Hizo su doctorado en Ginebra con Carl Graebe (1841-1927) y con Ludwig Gattermann (1860-1920) leyó su tesis en Friburgo. Marchó después a la Universidad de Manchester al laboratorio de química orgánica del profesor William Henry Perkin (1860-1929).

Voegtlin pasó luego a la Universidad de Wisconsin donde aprendió todo sobre análisis cuantitativo y cualitativo. Recibió después una oferta de la Johns Hopkins para montar el primer laboratorio de bioquímica. Al conocer a John Jacob Abel (1857-1938) en la misma universidad, decidió trabajar con él en el área de farmacología entre 1908 y 1913. Todavía hizo una estancia de unos meses en el Laboratorio de Emil Fischer (1852-1919), en Alemania.

En 1913 Voegtlin fue nombrado Jefe de División de Farmacología del Laboratorio de Higiene de los Estados Unidos (Division of Pharmacology at the U.S. Hygienic Laboratory), precursor de los National Institutes of Health. Después fue nombrado Director médico en el Servicio de Salud Pública.

Una ley de 1937 creó el Instituto Nacional del Cáncer. Un año después, en 1938, Voegtlin fue designado primer jefe del mismo, cargo que ocupó hasta su jubilación en 1943. Durante la guerra y a lo largo de varios años, fue profesor de farmacología en la Universidad de Rochester, recibiendo un doctorado honoris causa en ciencias por sus contribuciones a la guerra y otras investigaciones.

Voegtlin trabajó en muchos campos como el del estudio del metabolismo, la función de las paratiroides y el tratamiento de la tetania con calcio, la acción de la digital sobre las coronarias, la etiología de la pelagra, las vitaminas, la anafilaxia, la quimioterapia con arsénico y el antimonio, el papel del glutatión, la bioquímica del tejido canceroso y sano, y finalmente, la toxicidad de los compuestos de uranio. Aunque socialmente sea, quizás, más conocido por sus estudios sobre el cáncer, sus investigaciones sobre farmacología fueron extensas e importantes. Murió el 9 de abril de 1960.

Carl Binz (1832-1913)

Hemos insertado una nueva biografía en la sección de «Biografías y epónimos médicos» del sitio web historiadelamedicina.org, el de Carl Binz.

Carl Binz fue el farmacólogo que montó quizás el tercer Instituto de Farmacología experimental en la Universidad de Bonn. El primero fue el de Buchheim en Dorpart y el segundo el de Karl Philipp Falck (1816-1880) en Marburg.

Procedente de una familia humilde, nació el 1 de julio de 1832. Fue alumno de la escuela de Trier y después comenzó sus estudios en Würburg. Allí tuvo como profesores a Kolliker y Rudolf virchow. Se trasladó después a la Universidad de Bonn donde tuvo como profesor de farmacología a Joliaim Friedrich Hermann Albers (1805-1867).

Se graduó en 1856. Ejerció de médico en Bonn y en la colonia alemana de Nápoles. Contrajo matrimonio con una mujer de buena posición, lo que le permitió estar una temporada en el Instituto de Patología con Virchow, en la Primera cátedra de Clínica médica de la Charité con Friedrich Theodor von Frerichs (1819-1885) y también con el pediatra Eduard Henoch (1820-1910).

En 1962 regresó a Bonn. En 1863 compartió docencia con su maesstro Albers. En 1866 publicó Grunzüge der Arzneimittellehre: ein klinisches Lehrbuch que alcanzó numerosas ediciones. Cuando falleció Albers se le ofreció un puesto de asociado para sustituirle y después la plaza definitiva. En 1869 montó un Laboratorio de Farmacología experimental siguiendo el modelo de Buchheim.

En 1886 publicó sus Vorlesungen über Pharmakologie für Ärzte und Studirende. Sus principales contribuciones se centraron en el estudio de quinina y su modo de acción en la malaria, el de diversas sustancias como antisépticos y el de la santonina como antihelmíntico.

Binz cultivó otra área médica, la historia de la medicina. En este campo escribió sobre Johann Weyer, médico alemán del siglo XVI que luchó contra la caza de brujas en su tiempo, sobre Nicolás de Cusa, sobre la historia del éter, de la sífilis y de la farmacología alemana. Se jubiló en 1908 y murió a los 76 años en Bonn el 11 de enero de 1913.

Carl Binz (1832-1913)

Rudolf Buchheim (1820-1879)

Hemos ampliado la sección de biografía y epónimos médicos de historiadelamedicina.org, con la de Rudolf Buchheim.

Se trata del médico que inauguró el primer laboratorio farmacológico en Alemania, en Dorpart (actual Estonia). Con el movimiento de la Naturphilosophie en momentos bajos, Rudolf Buchheim, influido por la obra de Magendie y Claude Bernard, enseñó farmacología de Dorpart. Montó un laboratorio en su casa de donde salieron casi un centenar de tesis de doctorado. La Universidad le instaló después un laboratorio más adecuado en el «alte Anatomicum». Por entonces la farmacología se reducía al conocimiento de la materia médica, es decir, al conocimiento de las características de colecciones de plantas, productos animales y algunos minerales.

Nació en Budissin (hoy Bautzen), en el antiguo reino de Sajonia, el 1 de marzo de 1820. Comenzó la carrera de medicina en la Academia Médico-Quirúrgica (Chirurgisch Medizinische Akademie) de Dresden en 1838 y en 1841 se trasladó a la Universidad de Leipzig. Allí estuvo en el Departamento de Anatomía y Fisiología como “alumno interno”. Obtuvo el doctorado en 1845 con la tesis Meletemata quædam de albumino, pepsino et muco.

Tradujo el libro de Pereira The Elements of Materia medica and Therapeutics, en el que introdujo muchas modificaciones mientras aprendía química, fisiología y patología experimental. Introdujo el capítulo del modo de acción. Buchheim buscaba una farmacología experimental y científica como estaba sucediendo en la química y la fisiología.

Pasó después a la Universidad de Giessen donde se volvió a repetir la situación de Dorpart. Tuvo que instalar otro laboratorio en su casa porque el que le prometió la Universidad no fue realidad hasta después de que muriera. Preparó su Lehrbuch der Arzneimittellehre, que alcanzó tres ediciones. Frente al de Pereira parece que dejó algunos capítulos por implementar, pero quitó todo aquello que no podía demostrarse en el laboratorio. Muchos médicos quedaron insatisfechos.

Sabía qué medicamentos que formaban un grupo por empirismo, cuando se estudiaba su mecanismo de acción y efectos, ese grupo desaparecía. Lamentablemente Buchheim trabajó en unos años en los que todavía las ciencias auxiliares no podían proporcionarlo todo. Gracias a su discípulo Schmiedeberg, que luego le sustituyó en Dorpart, conocemos el importante papel que jugó Buchheim para que cambiara la farmacología. Si él es considerado como el padre de la farmacología experimental, Buchheim sería el «abuelo» de esta disciplina.

Para Buchheim la composición química del medicamento jujaba un papel importante y determinaba su acción, pero también se percató que esta dependía asimismo de la metabolización del fármaco en el organismo. Su Lehrbuch der Arzneimittellehre, puede considerarse como un tratado de materia médica escrito desde las analogías químicas farmacodinámicas de los medicamentos, lo que todavía no era habitual en aquella época.

Buchheim murió en Giessen en 1879.

Daniele Bovet (1907-1992)

Se ha incluido en la sección Epónimos y biografías médicas de historiadelamedicina.org la de Daniele Bovet !907-1992).

El farmacólogo suizo Daniele Bovet realizó importantes contribuciones en el estudio de las sulfonamidas, los antihistamínicos, el uso del curare en la anestesia, sustancias oxitócicas así como otras drogas que ejercen su acción en el cerebro.

Imagen procedente de Wikipedia [https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Daniel_Bovet_nobel.jpg]

Bovet nació en la ciudad suiza de Neuchatel el 23 marzo de 1907. Cursó estudios de Ciencias Biológicas en la Universidad de Ginebra graduándose en 1927. Obtuvo el doctorado en 1930. Entre 1929 y 1947 trabajó en el Laboratorio de Química Terapéutica del Instituto Pasteur de París que entonces dirigía Émile Roux (1853-1933). Primero fue asistente y después llegó a jefe del Laboratorio de Química Terapéutica. Entre 1931 y 1933 trabajó en la quimioterapia del paludismo, leishmaniosis y enfermedad del sueño bajo la dirección de Ernest Fourneau (1872-1949).

En colaboración con J. Tréfouël , Th. Tréfouël y F. Nitti, Bovet participó en el descubrimiento de la actividad bacteriostática de la para-amino-fenilsulfamida. Los resultados de este descubrimiento facilitaron el camino para la terapéutica con sulfonamidas.

En 1938 con A.M. Staub [4] , descubrió una serie de sustancias que de forma selectia se oponían a determinados efectos de la histamina, mediador químico responsable de las manifestaciones alérgicas. Descubrieron varios medicamentos que gozaban de propiedades antialérgicas.

Entre 1939 y 1947 trabajó en el Departamento de Investigaciones Farmacéuticas de Rhône-Poulenc. En 1947 dejó París y aceptó la invitación de Domenico Marotta (1886-1974), director del Instituto Superior de Sanidad de Roma para que organizara en Italia un Laboratorio de Química Terapéutica. Obtuvo la nacionalidad italiana. Su trabajo en esta etapa consistió especialmente en la búsqueda de curare sintético. En 1946 Daniel Bovet descubrió la galamina, un compuesto con tres nitrógenos cuaternarios, que se introdujo en 1948. Presentaba algunas ventajas sobre la d-tubocu- rarina.

En 1964, Bovet se convirtió en profesor de farmacología en la Universidad de Sassari en el noroeste de Cerdeña. En esta fase Bovet trabajó investigando la interacción entre algunas sustancias químicas y el cerebro. En 1971 fue nombrado profesor de psicobiología en la Universidad de Roma, donde permaneció hasta su jubilación en 1982. Falleció en Roma de un cáncer el 8 de abril de 1992 a los 85 años de edad.

Arthur Robertson Cushny (1866-1926)

Acabamos de insertar en la sección de biografías y epónimos médicos de historiadelamedicina.org la de Arthur Robertson Cushny (1866-1926).

Cushny fue un destacado farmacólogo de Gran Bretaña que llegó a alcanzar fama internacional como farmacólogo experimental. Sus trabajos de investigación cubren una amplia gama de temas pero, especialmente, destacan tres: su trabajo sobre la digital y el corazón, sobre los isómeros ópticos, y sobre el mecanismo de secreción urinaria.

Arthur Robertson Cushny nació en 1866 en Fochabers, Moray, Escocia. Obtuvo el grado de Medicina en la Universidad de Aberdeen. Amplió estudio con Hugo Kronecker en Berna y con Oswald Schmiedeberg en Estrasburgo. Fue contratado después como profesor de farmacología en la Universidad de Michigan. Regresó a Europa unos años después como profesor del University College de Londres. Finalmente se trasladó a Edimburgo como profesor de Farmacología a la vez que se creaba una cátedra de terapéutica y otra de química aplicada a la medicina. Su Text-Book of Pharmacology and Therapeutics fue de lectura obligatoria para los estudiantes de lengua inglesa; llegó a alcanzar varias ediciones siempre puestas al día. Publicó numerosos artículos sobre los temas antes mencionados en el Journal of PhysiologyJournal of Experimental MedicineArchives Internationales de Pharmacodynamie et de Therapie y en el Journal of Pharmacology and Experimental Therapeutics. Murió de un derrame cerebral en 1926 a la temprana edad de 60 años.

*Imagen procedente de Wikipedia

James W. Black (1924-2010), el propranolol y la cimetidina

Se ha incluido en la sección de «Biografías y epónimos médicos» de historiadelamedicina.org la biografía de James W. Black (1924-2010)

James Black. Imagen procedente de Wikipedia. No modificada. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/James_Black#/media/Archivo:James_Black_(pharmacologist).jpg

Nació en 1924 en Uddingston, Escocia. Murió en Londres en 2010. Obtuvo la licenciatura en la Universidad de St. Andrews en 1946. Permaneció unos años como profesor ayudante.

Después marchó a Singapur como profesor de la Universidad King Edward VII. A su vuelta decidió no practicar la medicina y dedicarse a la investigación básica en el Departamento de Fisiología de la Escuela de Veterinaria de la Universidad de Glasgow. En 1958 se unió a ICI Pharmaceuticals donde estuvo hasta 1964. Durante este periodo creó el conocido fármaco betabloqueante propranolol.

Black pasó luego a Smith, Kline y French donde permaneció hasta 1973. Aquí creó con su equipo la cimetidina o tagamet como fármaco para la úlcera de estómago. En 1973 fue nombredo jefe del Departamento de Farmacología en el University College de Londres. También estuvo un tiempo –hasta 1984– en los Wellcome Research Laboratories.

Después se convirtió en profesor de farmacología analítica en el Instituto Rayne del King’s College de Londres hasta 1992. Estableció la Fundación James Black en 1988 con fondos de Johnson & Johnson. Allí dirigió un equipo de 25 científicos dedicados a la búsqueda de nuevos medicamentos. Ese año recibió el Premio Nobel de Medicina.

Black no sólo creó estos dos medicamentos que han rendido sus grandes servicios a la humanidad sino que introdujo nuevos métodos de investigación en fisiología y farmacología.

Herbert Spencer Gasser (1888-1963)

Tal día como hoy, pero de 1963, falleció en Nueva York Herbert Spencer Gasser quien, en 1944, compartió el Premio Nobel de medicina con Joseph Erlanger por sus descubrimientos sobre las funciones de las fibras nerviosas aisladas.

Joseph_Erlanger
Imagen en dominio público, procedente de Wikipedia

Gasser nació en Platteville, Wisconsin, el 5 de julio de 1888. Estudió en la Escuela normal y después en la Universidad de Wisconsin, donde obtuvo el grado de bachiller en 1910 y el de máster un año después. Se formó en fisiología con Erlanger. Más tarde continuó su formación en la John Hopkins University y obtuvo el doctorado en 1915. Tras pasar un año en la Universidad de Wisconsin como farmacólogo marchó a la de Washington y fue asociado de Erlanger. En 1921 ocupó un puesto de profesor de farmacología.

Con una ayuda de la Fundación Rockefeller, en 1923 realizó un viaje científico por Europa. Trabajó con los profesores A. V. Hill, W. Straub, L. Lapicque y Henry Dale. Su actividad docente en la Washington University de St. Louis se prolongó hasta 1931. Posteriormente dirigió el Departamento de Fisiología del Cornell University College (New York) hasta 1935. Por último fue nombrado director del Rockefeller Institute for Medical Research, retirándose el mismo año en que falleció.

Como hemos señalado, Gasser se encontró con su maestro Erlanger en St. Louis en 1921. Desde entonces desarrollaron una investigación conjunta que más tarde les valió el Premio Nobel. Los resultados los ofrecieron en el trabajo “The compound nature of the action current of nerve as disclosed by the cathode ray oscillograph” que se publicó en el American Journal of Physiology (vol. 70, pp. 624-666) en 1924. Ambos colaboraron también en la redacción de la obra Electrical signs of nervous activity (1937). Sus trabajos de investigación estaban encaminados al estudio en profundidad de las funciones diferenciadas de las fibras nerviosas. Esto mismo intentó hacer el británico Edgar Douglas Adrian utilizando un electrómetro capilar y un amplificador. Sin embargo, Erlanger y Gasser usaron un oscilógrafo de rayos catódicos valiéndose del tubo que ideó el físico alemán Karl Ferdinand Braum. Pudieron diferenciar así la distinta capacidad de conducción de las fibras nerviosas que estaba en relación directa con el grosor de las mismas. Es de destacar su precisión técnica y el rigor con el que actualmente se realiza la investigación neurofisiológica.

Gasser recibió doctorados honorarios de varias universidades como Rochester, Columbia, Harvard, Oxford y París, entre otras. Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad Libre de Bruselas y la de París. Fue miembro de la Academy of Sciences, la Philosophical Society, la Association of American Physicians, y la American Physiological Society, entre otras.

[Reedición]

Albert Hofmann (1906-2008) y el estudio de las sustancias alucinógenas

El  29 de abril de 2008 falleció en Burg im Leimental, cerca de Basilea, el químico suizo Albert Hofmann a los 102 años de edad. Había nacido en Badem el 11 de enero de 1906. Hacía dos años, en el 2006, se había celebrado un simposio en su honor al cumplir cien años. Por sus aficiones e inquietudes de niño parecía que a la hora de estudiar una carrera se hubiera tenido que inclinar por las humanidades. Sin embargo, llegado el momento, él mismo se sorprendió optando por la química.

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Albert Hofmann, Lugano, Switzerland, at the 50th Anniversary of LSD Conference sponsored by Sandoz Pharmaceuticals and the Swiss Psycholitic Association of Analysts
Imagen de Philip H. Bailey, CC BY-SA 2.5

Estudió en la Universidad de Zurich y su tesis doctoral trató sobre la quitina, sustancia presente en hongos y animales. Ingresó en 1929 en los Laboratorios Sandoz (ahora Novartis), de Basilea, para la búsqueda de principios activos de productos naturales con propiedades terapéuticas. Estudió la escila y los alcaloides del cornezuelo de centeno.

Trataba de encontrar derivados del ácido lisérgico. Entre las diferentes sustancia, estaba la número 25 a la que, en un principio, no le vio utilidad práctica. En 1943 decidió volver sobre ella y absorbió una pequeña cantidad de forma accidental (o voluntaria, según algunos). Mientras volvía a casa en bicicleta experimentó sus potentes efectos: “Sentí angustia, vértigo y visiones sobrenaturales, al mismo tiempo que un profundo sentimiento de paz y libertad”. Tres días después se administró una dosis de 250 microgramos. Sus colaboradores hicieron otro tanto y durante un tiempo estuvieron recogiendo información de los efectos de esta nueva sustancia.

Más tarde dirigió el departamento de productos naturales de los Laboratorios Sandoz. Estudió sustancias alucinógenas como las que proceden de algunos hongos mexicanos que consumían los indígenas. Pudo sintetizar la psilocibina, alcaloide psicodélico procedente de las triptaminas que está presente en algunos hongos como la Psilocybe cubensis y la P. semilanceata. En 1962 marchó a México con su esposa para conocer la Salvia divinorum, o “hierba de la pastora”, planta psicoactiva relacionada con los cultos indígenas de los hongos y que parece que ya era utilizado en tiempos prehispánicos. Los hombres y mujeres chamanes mazatecos de Oaxaca la utilizan en rituales adivinatorios y curativos. En muchos sitios se usa como sustituto de los hongos.

Por entonces ya era conocida María Sabina, curandera de Huautla de Jiménez, en la sierra de Oaxaca, que sabía todo sobre los “honguitos”, “angelitos” o “niñitos”, nombres con los que designaba a los hongos sagrados como el Teonanacatl, de la familia Psilocibe. Fue dada a conocer por el investigador Robert Gordon Wasson y su esposa Valentina Pavlovna. En poco tiempo fue visitada por los Beatles, Bob Marley, los Rolling Stones, Aldous Huxley y hasta por Walt Disney. Se publicó mucho sobre ella y se hicieron documentales.

El LSD fue probado en psiquiatría durante unos años y de él se apropiaron los movimientos reivinticativos juveniles de los sesenta. Fue la sustancia de culto entre los hippies y los movimientos antiguerra de Vietnam. No es de extrañar que pronto fuera prohibida y pasara a la clandestinidad ya que molestaba al poder establecido, según Hofmann. La prohibición se produjo en el emblemático año 1968. No obstante, siempre señaló que la sustancia era peligrosa si se utilizaba mal y no era partidario del uso popular del LSD. Tenía claro que las drogas no podían usarse fuera de contexto. Sandoz la fabricó en forma de tabletas y de ampollas para ensayos médicos entre 1947 y 1966.

El LSD posee poderosos efectos alucinógenos, lo que pronto llamó la atención de artistas e intelectuales. No es descabellado decir que influyó significativamente en la moda, la música, el arte, así como en los estudios sobre la consciencia y la terapéutica psiquiátrica durante los últimos sesenta años. Hofmann es autor de numerosos trabajos. Entre éstos, en castellano:

—Hofmann, A.; Wasson, R.G.; Ruck, C.A., El camino a Eleusis, México, FCE, 1993.
—Hofmann, A., La historia del LSD. Balance crítico de sus aplicaciones y efectos realizados por su descubridor, Barcelona, Gedisa, 1997. [Hay edición de 2006].
—Hofmann, A., Mundo interior, mundo exterior, Madrid, Liebre de marzo, 1997.
—Schultes, R.E.; Hofmann, A., Plantas de los dioses. Orígenes del uso de los alucinógenos, 2ª ed., México, FCE, 2000.

Sobre Hofmann Gnoli, A.; Volpi, F., El dios de los ácidos: conversaciones con Albert Hofmann, Madrid, Siruela, 2008.

Oskar Liebreich (1839-1908)

Liebreich

En la línea de rescatar a los protagonistas de la conversión de la materia médica en farmacología experimental, hemos insertado en la sección de biografías y epónimos médicos de historiadelamedicina.org la del alemán Oskar Liebreich (1839-1908).

Liebreich nació el 14 de febrero de 1839 en Köngsberg, Prusia oriental. Se formó como técnico químico con Carl Remigius Fresenius (1818-1897). Posteriormente estudió medicina en las Universidades de Königsberg, Tübingen y más tarde en la de Berlín. Trabajó después como asistente químico en el Instituto de Patología que dirigía Rudolf Virchow.

Tras habilitarse como profesor de farmacología, fundó el Instituto de Farmacología Experimental de Berlín. Se le conoce, sobre todo, por la introducción del hidrato de cloral en terapéutica, pero estudió también anestésicos generales y locales procedentes de productos naturales y de síntesis, la neurina, la lanolina y las sustancias procedentes de las cantáridas, entre otros. Tuvo interés asimismo en la balneoterapia y fundó la revista Therapeutische Monatshefte.

Durante muchos años fue el presidente de la asociación médica de Berlín y más tarde su presidente honorario.

Era hermano del oftalmólogo Richard Liebreich (1830-1917), conocido por inventar el oftalmoscopio que lleva su nombre. Se casó con María, hija del químico suizo Hans Heinrich Landolt (1831-1910). No le faltaron amigos y seguidores, no solo en Alemania, sino también en el extranjero. Disfrutó de una gran reputación en Inglaterra, que visitó en varias ocasiones. Fue nombrado doctor honoris causa de Oxford y Aberdeen [19].

Murió en Berlín en 1908.