Dos recomendaciones de ‘Redes’

De entre la cantidad de programas basura que pueblan todas las cadenas de televisión, de vez en cuando se puede encontrar alguno que debe merecer nuestra atención.

En este caso quiero recomendar dos ediciones de Redes, que dirige y presenta Eduardo Punset. Por suerte, aunque su emisión suele resultar incómoda para muchos, se pueden recuperar de Internet para verlos con todo detalle y tranquilidad.

Los temas de las dos emisiones que quiero recomendar son muy diferentes. El primero de ellos habla de educación. Completa de alguna manera el programa ya emitido que también recomendamos en este blog en enero de este año, cuyo título era: Educar para fabricar ciudadanos. En las últimas décadas se han producido muchos cambios en nuestra sociedad. ¿Han cambiado de igual forma los presupuestos teóricos y los métodos de educación para adaptarse a estas nuevas realidades? El programa alterna una entrevista larga, de fondo, con Robert Roeser, de la Universidad de Portland, con opiniones de profesores y estudiantes de Aula abierta.

Se incide en tener en cuenta la diversidad (por ejemplo la de procedencia de los estudiantes) con lo que hay de común en ellos, como las emociones básicas. El programa transcurre en la escuela, que hay que atender tanto o más que a los estudios superiores. Estos niños llegarán —de hecho ya están llegando— a nuestras aulas muy pronto.

Para ver el programa: Redes, 64: La revolución educativa

La otra recomendación es el programa de Redes que sigue al anterior, el número 65, que lleva como título La nueva cardiología. Trata de mostrar éste hacia dónde se dirige esta disciplina en una situación en la que las enfermedades del corazón van en aumento en todo el mundo.

Punset entrevista a Francisco Fernández Avilés, investigador y cardiólogo del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), quien con su equipo y la colaboración de la Universidad de Minnesota, lleva a cabo el proyecto de desarrollar el primer corazón artificial a partir e células madre del paciente que se trata de curar.

Asimismo, de forma muy clara explica la terapia celular que puede utilizarse. Se trata de estimular los nichos de células progenitoras del propio corazón o procedentes de otros órganos o tejidos. Es una solución cuando la terapéutica medicamentosa no es eficaz y cuando tampoco está indicada la intervención quirúrgica.

Se entra algo en lo que se ha dado en llamar los bio-órganos, que tienen gran futuro, pero con los cuales no se ha hecho más que iniciar un camino que sin duda será duro y largo.

Redes es un buen programa de divulgación en el que las cosas se explican de forma muy asequible y que también provoca en quien los ve la reflexión sobre los temas que aborda.

Para ver el programa: Redes, 65: La nueva cardiología

El ‘606’ en ‘Madrid científico’

A continuación reproduzco la información que proporcionó la revista de divulgación científica Madrid científico. Revista ilustrada de Ciencias, ingeniería, Electricidad, Artes, Industrias, Automovilismo, Curiosidades, etc. Esta publicación vio la luz a finales del siglo XIX y se mantuvo hasta la guerra civil; creo que entre 1894 y 1936. No poseo muchos datos sobre la misma, sólo que fue una iniciativa de dos estudiantes de la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, de Madrid: Augusto Krahe y Francisco Granadino, a los que posteriormente se unió Federico de la Fuente.

El preparado 606

El Dr. Ehrlich, médico alemán, residente en Francfort, ha descubierto, en colaboración con un colega nipón, un preparado que al parecer ataca victoriosamente a la sífilis y aun otras enfermedades de carácter microbiano, el paludismo, por ejemplo. El Dr. Ehrlich y su fiel colaborador han buscado y variado hasta lo infinito, con una constancia admirable, los compuestos arsenicales para encontrar al fin el que, matando el virus sifilítico, no fuese tóxico para el organismo humano. El número ‘606’, indica que antes de encontrar la combinación definitiva, fueron probadas otras 605. Y la fórmula hoy encontrada es exactamente un clorhidrato de dioxi-diamido-arseno-benzol. Los métodos de obtención permanecen secretos.

Autor de la teoría tan importante en química de las ‘cadenas laterales’, que permite coordinar y explicar los hechos de inmunización y esterilización del organismo animal, el profesor Ehrlich habíase impuesto la tarea de encontrar una substancia que destruyera la mayoría de los microbios patógenos que infectan nuestra sangre, esterilizando así ésta de todo virus, sin perjuicio para nuestro organismo. Pero estos resultados no se limitan al descubrimiento de su medicamento antisifilítico: esta substancia mata igualmente los agentes patógenos del tifus recurrente, es decir, los espiroquetes, y los de la enfermedad del sueño, tan frecuente en el África Central, llamados tripanosomos, microorganismos emparentados con los treponemos de la sífilis.

Son ya más de 4.000 los enfermos sometidos con éxito al tratamiento del ,’606’. Según todas las presunciones, por tanto, débese a Ehrlich y a su colaborador Hataimo de aquellos descubrimientos médicos más importantes que registra la ciencia.

Según noticias publicadas por algunos médicos especialistas, en la prensa diaria, el ‘606’ se presenta en la forma de un polvo amarillo semejante a la flor de azufre. La dosis es de veinte a sesenta centigramos de ese polvo, en forma de inyección, para lo cual ha de obtenerse el número correspondiente de centímetros cúbicos de una emulsión. Las manipulaciones son muy delicadas, pero no difíciles. Como la emulsión no se conserva arriba de una hora, es preciso repararla al tiempo de hacer su aplicación. Antes deben ensayarse las reacciones específicas y adquirir certeza de que no hay contraindicaciones peligrosas.

El ‘606’ tardará todavía algunos meses en entrar en el comercio de farmacia, porque todavía no se ha podido montar su producción en escala suficiente. Sin embargo, el Dr. Ehrlich ha suministrado algunas muestras que han llegado a España, y con ellas se comenzarán, de un dia a otro, las convenientes experiencias comprobatorias en el Hospital militar de Carabanchel.

Madrid científico, Año XVII  (1910), Núm. 679p. 516

[Proyecto HAR2008-04023]

Otra vez la evaluación de la actividad científica

El número de Nature correspondiente al 17 de junio de este año, es decir, de hace unos días, se ocupa, entre otros, del tema de la cienciometría. Desde hace algún tiempo se está criticando esta disciplina científica (?) que lleva ya varias décadas de desarrollo y que, el Instituto al que estoy vinculado, fue uno de los responsable de su introducción en España. Recordemos también que hace cincuenta años que Eugene Garfield comenzó la publicación del Science Citation Index.

Independientemente de sus bases y fundamentos, lo que está claro es que la cienciometría prácticamente se ha convertido en una poderosa herramienta de control en manos de burócratas, gestores y grupos de influencia y poder. En términos generales se puede afirmar que hay un acuerdo general en aceptar que estos métodos son inviables para evaluar la actividad de un científico. Quizás sirvan para informarse de lo que pasa en grupos, en las instituciones, en países determinados…, siempre que los indicadores se completen con otros procedentes de otros acercamientos.

Organismos de relevancia en el pasado ya pusieron de manifiesto estas críticas, como es el caso de la International Mathematical Union. Conscientes de que el tema preocupa, Nature ha reunido una serie de artículos que reúnen pros y contras, y lo hace de forma abierta para que quien quiera pueda aportar su contribución en línea.

Según se señala en Nature, las opiniones están divididas. Algunos defienden este tipo de medidas porque piensan que son objetivas. Otros creen que el uso de números puede perjudicar cuando se valora el curriculum de un científico para un proyecto, para un contrato o una selección; dicho de otra forma, los tribunales y evaluadores a veces utilizan estas cifras según les conviene.

En muchos lugares este hecho se tiene en cuenta y los tribunales matizan con otros datos las cifras, pero, como se señala, en nuestra cultura los números son muy ‘convincentes’ y muy ‘seductores’. En la actualidad se están desarrollando nuevas herramientas para medir de forma más eficaz y objetiva la actividad que despliegan los científicos.

Vale la pena una visita a estas páginas, aunque este tipo de temas cada vez se complica más y se les dedican baldíos esfuerzos humanos y económicos. Creo que no es más que un síntoma de la extraordinaria decadencia en la que se encuentra la sociedad occidental, ciencia incluida.

Tonómetro de Schiotz

He añadido a la exposición virtual Colección Historicomédica de la Universitat de València, información sobre el que se conoce como Tonómetro de Schiotz, aunque en esta ocasión la pieza procede de un particular.

La tonometría es la técnica que se utiliza para medir la presión intraocular de forma indirecta a través de la medida de la tensión de la membrana corneal. Es indirecta porque se obtiene ejerciendo una fuerza sobre la córnea para estimar la presión en el interior del ojo. De esta forma se controla el equilibrio fisiológico que debe existir entre la formación y evacuación del humor acuoso dentro del globo ocular. Cuando sube la cifra, puede ser debido a un aumento de la producción o a una disminución de la evacuación. Es un factor de riesgo para la aparición del glaucoma.

La tonometría ha cambiado mucho a lo largo de casi dos siglos, desde los primeros intentos de  William Bowman (1826) consistentes en la simple palpación digital a través del párpado superior (véase la figura 1), a las técnicas actuales. La primera técnica que introdujo un instrumento realmente útil y sencillo para la clínica fue la de Hjalmar Schiotz (1850-1927). Recibe el nombre de Tonómetro de Schiotz, cuyo uso se extendió rápidamente convirtiéndose en el aparato estándar para medir la presión intraocular. A lo largo de los años se introdujeron algunas modificaciones y en la actualidad sigue utilizándose.

Este Tonómetro de Schiotz procede de la Casa J. Weiss & Son, Londres, en el número 287 de Oxford Street, lo que lo sitúa entre los años veinte y cincuenta del pasado siglo [Colección particular].

Información completa sobre el Tonómetro de Schiotz en formato pdf

‘El Crash de la información’, de Max Otte

En tiempos revueltos se buscan explicaciones que no se encuentran hoy en los canales habituales. Y no me refiero a esos medios que cualquier persona sensata descartaría desde el principio. No, hablo de aquéllos que desde la serenidad y objetividad informaban a la vez que explicaban los hechos de forma pedagógica para el ciudadano de a pie. Lamentablemente las cosas están cambiando demasiado deprisa para mal. Todo ello, además, en el seno de eso que los fabricantes de rótulos para todo, llaman “sociedad de la información y del conocimiento”.

Por suerte —como se suele decir— si se busca, se encuentra, ya sea en Internet, en las librerías, entre las páginas de los periódicos o en otros medios. En ese contexto quiero recomendar el libro El crash de la información. Los mecanismos de la desinformación cotidiana, de Max Otte. Está publicado en mayo de este año en Ariel. El original creo que es del año pasado y el traductor es Juanmari Madariaga. En ciertos círculos Otte es conocido. En 2006 publicó un libro que llevaba el profético título ¡Que viene la crisis!, que lo hizo famoso. Es doctor por la Universidad de Princeton y en la actualidad es profesor en el Instituto de Ciencias Aplicadas de Worms a la vez que dirige el Instituto de Desarrollo Patrimonial de Colonia, entre otras cosas.

El libro se lee bastante bien, aunque algunos capítulos o páginas de contenido muy económico son más difíciles de digerir para los que no estamos acostumbrados a este tipo de literatura. Son imprescindibles, no obstante, para comprender el origen de la actual crisis financiera y su desarrollo. Aunque poco tiene que ver el tema con un historiador de la medicina, hay que señalar que las crisis de lo económico tienen repercusión inmediata en la vida cotidiana y desde luego en lo que es la organización de la educación, de la enseñanza y de la asistencia médica de un país. Creo que el mundo académico asiste con mucha alegría y sin ningún tipo de crítica a una serie de cambios que tienen un sello inconfundible que poco tiene que ver con los valores que hasta ahora nos han alentado.

El libro no solo trata de explicar la actual crisis, el colapso de los mercados financieros sino que va más allá. Se adentra en el mundo de la desinformación en el que estamos totalmente inmersos. Nos engañan sin grandes disimulos las grandes empresas. Pensemos por un momento en nuestra experiencia con las distintas marcas que ofrecen servicios telefónicos; tarifas engañosas y condiciones plagadas de cláusulas ocultas, por no hablar de la calidad de los servicios. Se refiere también a otro ejemplo palmario: cómo las grandes empresas de alimentación desorientan al cosumidor en todos los aspectos: desde el peso de los productos, a sus características nutritivas, pasando por su precio, etc. Se trata de prácticas totalmente ilegales pero que los estados permiten. Otro ejemplo que acomete de forma minuciosa es cómo se desenvuelven los bancos con sus clientes.

Pero el libro va más allá. Nos cuenta también lo que al principio trataba de apuntar: cómo los medios de comunicación, cómo los periodistas contribuyen a la desinformación. Incluye aquí a todos los que se expresan a través Internet, medio que muchos creen de forma ingenua que va ser “la salvación del mundo”.

Algunos aspectos del libro apoyan sensaciones personales que nunca había visto expresadas de esta forma clara. Me refiero a las distintas formas que tienen de ver las cosas el mundo anglosajón y la Europa continental. La diferencia es grande y está también en la base de los problemas que están surgiendo actualmente en muchos aspectos sociales, por ejemplo la enseñanza, la investigación y la difusión de conocimientos. El autor proporciona referencias a los clásicos y pone varios ejemplos al respecto. Desde hace unos años asistimos a una entrega acrítica a todo lo anglosajón. No se necesita ser ningún gran pensador para darse cuenta de que con una lengua no sólo penetran significados sino que entran también valores, normas, símbolos, ideas y creencias, conductas… formas de ver el mundo, en definitiva. Por otro lado, la continua obsesión consciente e inconsciente de llevarnos a todo hacia la misma orilla, de entregarse sin condiciones ni matices, resulta terriblemente empobrecedor. Pero, eso sí, para otros supone negocios suculentos. Los ejemplos que utiliza el libro, como la mayoría, hacen referencia a Alemania, lo que es un valor añadido.

Incluso el autor se atreve a dar algunas soluciones, a proponer algunas recomendaciones para el lector, lo que tampoco suele ser habitual. Aunque las recetas no son una gran cosa, creo que el mensaje sí es claro: que se fomente el espíritu crítico. A los ‘globalizadores’, a los sinvergüenzas’ y ‘bribones’ que nos acosan durante todo el día no hay nada que les siente peor que les contradigan con argumentos.

Peligros del uso de antipsicóticos en pediatría

El número 19 de JAMA, volumen 303, correspondiente al 19 de mayo de este año, publicaba en su sección ‘Medical News and Perspectives’, la nota ‘Studies Shed Light on Risks and Trends in Pediatric Antipsychotic Prescribing’, de Bridget M. Kuehn. En ella se señalan los riesgos que comporta la prescripción de antipsicóticos en pediatría: aumento de peso y alteraciones en el metabolismo (aumento del colesterol total, triglicéridos, etc.). Se refiere a la Risperidona, que fue aprobada por la FDA para su uso en niños y adolescentes. Para pacientes con esquizofrenia entre los 13 y 17 años, para los enfermos de manía o episodios bipolares entre los 10 y los 17 años, y para los afectados por autismo asociado a irritabilidad entre los 5 y los 16 años. Asimismo habla del Aripiprazol, igualmente aprobado por la FDA para tratar la esquizofrenia de niños entre los 13 y los 17 años. Por otro lado, a finales de 2009 también se aprobó el uso de la Quetiapina y la Olanzapina para el tratamiento de la esquizofrenia en adolescentes (13 a 17 años) así como para tratamientos cortos u ocasionales de episodios de manía o mixtos asociados a transtornos bipolares. A principios de 2010 se anunció el cambio de etiquetado de la Olanzapina advirtiendo los transtornos del metabolismo que podían causar a los adolescentes.

Científicos de la Universidad de Rutgers y de la de Columbia, estudiando los datos de Medicaid y de los seguros privados encontraron que los nilños y adolescentes cubiertos por Medicaid eran cuatro veces más propensos a que se les recetara un antipsicótico (año 2004). De éstos, casi la mitad tenían un diagnóstico de transtorno de la atención con hiperactividad o un transtorno del comportamiento, en comparación con el 26,2 % de los pacientes con seguro privado (Crystal S et al. Health Aff [Millwood]. 2009;28[5]:w770-w781). Muchos de estos diagnósticos habían recibido una medicación no recomendada por la FDA.

También se hace referencia a otro trabajo publicado en Pediatrics por Robert Penfold, del Departamento de ‘Population medicine’ de la Harvard Medical School y el Harvard Pilgrim Health Care Institute, ambos de Boston, que hace referencia al uso de la Ziprasidona en pacientes pediátricos cubiertos por Medicaid en Michigan en 2001 (Penfold RB et al. Pediatrics. 2010;125[3]:475-482). De los que habían sido diagnosticados de un transtorno psiquiátrico y que habían recibido Ziprasidona, sólo algo más de la mitad tenían en realidad un cuadro de psicosis. El resto fueron diagnosticados de personalidad ‘explosiva’, depresión, y de ODD o transtorno de oposición desafiante. Otra parte de niños cubiertos por Medicaid se les recetaba este medicamento sin que tuvieran ningún diagnóstico de tipo psiquiátrico.

Lo que parece deducirse, pues, es que los niños pobres que ‘presentan alteraciones en su comportamiento’ o que crean ‘conflictos’ según determinados criterios, se les droga con medicamentos cuya alta peligrosidad ha sido demostrada.

Lo comentado, que apenas es una pequeña parte de la nota científica, nos plantea muchas preguntas, y no sólo relacionadas con los efectos secundarios de los medicamentos recetados.

Recomendamos al interesado que lea los artículos correspondientes.

Referencia: Bridget M. Kuehn , Studies Shed Light on Risks and Trends in Pediatric Antipsychotic Prescribing, JAMA. 2010;303(19):1901-1903.

Webwise 2010: Imaginar el Futuro digital

El pasado mes de marzo tuvo lugar en Denver el encuentro Webwise 2010 de Bibliotecas y Museos, cuyo tema era Imaginar el futuro digital (Imagining the Digital Future). Se celebró en el Centro de Convenciones de Colorado los días 3, 4 y 5 de marzo pasado. Las distintas conferencias abordaron tanto los logros e innovaciones que se han producido en los últimos años, como las oportunidades y retos del futuro; todo ello centrado en las bibliotecas y los museos.

Con motivo del acontecimiento se ha puesto en marcha un proyecto de historia oral que lleva el título de Pioneros digitales (Digital Pioneers), que recoge entrevistas con figuras destacadas que han desempeñado un papel importante en la digitalización del patrimonio cultural.

Ahora, en su sitio web, el de Webwise, se han puesto a disposición de los que no pudieron asistir, una serie de vídeos que recogen las intervenciones, las conferencias de inauguración y de clausura. Entre éstas encontramos temas muy interesantes. Han tenido el acierto de subtitularlas en inglés, lo que facilita su comprensión para los que tenemos el oído algo duro.

Este tipo de iniciativas —muy de elogiar— es muy interesante porque se convierten en conocimiento que puede ser consultado por cualquiera que tenga interés de cualquier parte del mundo.

El ‘606 en ‘El Liberal’ (1910) (3)

Seguimos con la información que difundió El Liberal sobre el ‘606’. Comenzamos con un breve que da noticia del regreso de Francfort de Jacinto Navarro, comisionado por el Ayuntamiento de Madrid. Sigue después un artículo de Antonio Navarro Fernández que lleva el expresivo título ‘En busca del 606’. Nos habla de su visita a Ehrlich y menciona por vez primera la palabra ‘Quimioterapia’. El siguiente es la continuación. La lectura de estos dos trabajos resulta muy interesante porque está narrada con mucha naturalidad y cuenta detalles que muestran aspectos de la vida de los científicos de entonces.

Luego viene un artículo de Ruíz Albéniz en el que reseña el trabajo Tratamiento de la sífilis por el ‘606’, de Gregorio Marañón. Por último, otro artículo, en este caso de Manuel Ortiz de Pinero, que nos describe las opiniones de otro médico, el Dr. Azúa, que también estuvo en Alemania aprendiendo la técnica de administración del salvarsán.

Breve
Ha regresado de Francfort, donde fue comisionado por el Excmo. Ayuntamiento de Madrid, para estudiar el ‘606’, el doctor Jacinto Navarro y Santín.

El Liberal, miércoles 12 de octubre de 1910, p. 3.

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En busca del ‘606’

Saliendo de Paris de noche, al amanecer se despierta en plena tierra alemana, de cuyo cambio se da uno cuenta por la presencia de unos mocetones con banderola, rubios, casi albinos, que con gritos enormes hacen saber a los viajeros que han llegado a la Aduana.

Después se ve la campiña brumosa e igualmente verde, que da la impresión de nuestra Asturias, aunque con tono más glacial y más triste. De esta monotonía, sólo interrumpida por el paso del Rhin y del Maine, nos saca nuestra llegada a Francfort. Pálido es lo que nos refiere la obra del mismo nombre para facilitarnos la llegada a Speyerhause, mansión señorial del profesor Ehrlich, en donde se guarda la preciada joya. Como nadie habla más que alemán, que es precisamente lo que nosotros no podemos comprender, los pocos españoles que hemos venido, la peregrinación a Speyerhause resulta más laboriosa que a la Meca. Gracias a una carta dirigida a mí antes de marchar, por Ehrlich, y enseñada a todo el pueblo, pudimos llegar. Debe ser un consuelo para los que dicen que ni aún en Madrid se le conoce a Cajal, pues en Francfort tampoco la generalidad conoce a Ehrlich. Speyerhause es, sencillamente, una Policlínica. Un filántropo aquí nacido, con instintos altruistas, legó al Estado este Instituto, el cual recuerda algo a nuestro San Juan de Dios, por su forma de pabellones, salvando la arquitectura, algo extraña. En esta Policlínica no falta un pabellón con enfermos de avariosis de uno y otro sexo, y una consulta mixta, de pago y gratuita, en donde se hacen las experiencias. Anexo al Hospital existe el Laboratorio de Higiene pública, de donde Ehrlich es profesor. Como llegamos en domingo a nadie encontramos. Estaba el Hospital más guardado que una fortaleza.

En la lección del lunes, que fue muy fructífera, nos presentaron los casos clínicos en tratamiento y los ya casi curados. Y ahora, ya de lleno en el asunto, empezaremos a fijar bien los términos para luego llegar con base a las conclusiones. Hay que ir muy despacio en este asunto, juzgarlo desapasionadamente y concretarnos a discutir hechos. Creo que en la ciencia se debe prescindir en absoluto de fantasías. Así que, empezando por la preparación, diremos que no es lo que ahí se ha venido diciendo: que era una disolución o una emulsión; es sencillamente una mezcla del producto contenido en el tubo y la lejía de sosa y agua destilada, las cuales en ningún caso hacen variar el color de dicha mezcla, que siempre queda amarilla opaca. Esta mezcla, hecha en un mortero, es tan densa y tan poco soluble, que suele ocurrir con frecuencia lo que ocurrió ayer: que se obstruyó la aguja por dos veces y tuvo que sufrir el enfermo dos pinchazos.

Este detalle, como se ve, tiene gran importancia, pues viene a aclarar lo que tanto se ha dicho: de que el preparado lo hacía incoloro la adición de los demás. De la técnica ya se ha dicho tanto que nada nuevo hay que decir. Y ahora vamos al otro punto, punto el más capital, pues es el enfermo. Se puede asegurar ya categóricamente por el parecer unánime de todos los asistentes, que no curará a todos, como se ha asegurado, como tampoco cura a todos ningún medicamento en otras dolencias.

De otra manera, no sólo no cura, sino que puede perjudicar en las lesiones, con destrucción de los centros nerviosos. El mismo Ehrlich, que al principio lo mandó a las Clínicas francesas de Neurología, hoy cree que no se debe usar hasta estudiar mejor el asunto.

Lo mismo sucede con las lesiones avanzadas de los vasos y el corazón. En las lesiones secundarias de la piel y las mucosas, el efecto es realmente sorprendente y maravillosa la rapidez de su acción. También es de discutible resultado en las lesiones de los huesos. Se ha visto un enfermo con enormes cicatrices en las tibias, curadas con una sola inyección. Ésta, que era una lesión de una persistencia desesperante, si se logra curarla con el ‘606’, se acredita la fama mundial del preparado. Otros casos hemos visto; pero serán objeto de otra crónica.

De esta primeras impresiones se saca la consecuencia de que puesta la primera piedra para la construcción del gran edificio que se llama Quimioterapia.

Antonio Navarro Fernández. Francfort. El Liberal, miércoles 12 de octubre de 1910, p. 4.

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En busca del ‘606’

Congregados aquí, en Francfort, lejos de la Patria querida, sólo para servirla en la emancipación de la terrible  dolencia de la avariosis, la lucha ha sido titánica para dar con el ansiado específico. La casualidad hizo que estando en el Café Ruhland hablando con mi querido amigo y compañero de Sevilla, Rodríguez de la Borbolla, Batlle, un músico de la orquesta de dicho café, vino a nosotros en demanda de noticias de nuestra querida Patria.

Después de charlar un rato de cosas de España, convinimos en reunimos en fraternal abrazo toda la pequeña colonia de españoles que aquí estudia la ciencia alemana.

Mis compatriotas, en su entusiamo por la Patria, toman gran parte en mis experiencias. Si algo puedo lograr, a ellos se lo debo. Esta colonia la constituyen Sánchez Díaz, Pieras Rosselló, Macau, Planas Figa, Gúdel, Serra, Aguiló y Colmer, los cuales aquí sostienen con honra la ciencia española.

Hoy Serra me presentó al vicecónsul Herr Alexander Brunch, un alemán muy simpático, que ha residido en España, el cual tuvo la galantería de sentarnos a su mesa. Esta noche también rendiremos pleitesía la colonia a la bella artista Paz Calzado, que con su hermana Rosarito está haciendo una fructífera campaña por toda Europa. Después, en Spanische Weinhandlung, que aquí sirve de reunión, brindaremos por la prosperidad de la Patria.

Respecto al ‘606’ seguimos paso a paso el restablecimiento rápido de unos cuantos enfermos, que todos los días son dados de alta con la reacción de Wassermann negativa, lo cual indica que la lesión está curada.

Ahora está aquí sobre el tapete la cuestión de las recidivas, y todos los días hay discusión sobre si será otra más importante la hectina en las lesiones cutáneas que el ‘606’.

Parece, por lo tanto, que los franceses quieren resucitar otra vez la hectina de Hallopeau, y por eso hacen guerra tan cruenta al remedio de Ehrlich.

Todavía existe el pugilato científico entre Alemania y Francia, como existe el político. Esto hace que a Ehrlich no se le perdone en Francia ser alemán y ser judío, razón por la cual éste se niega a administrar el preparado por temor a exageraciones en la estadística de muertes.

En la demostración de hoy me enseñaron un caso que, después de veinte días, no se había modificado una sifilido-tuberculina de la cara, en vista de lo cual se le ha inyectado nuevamente.

Hasta ahora, lo que tengo de experiencia personal es su acción maravillosa en las lesiones de la boca y de la piel, que se modifican hacia la cicatrización a los tres días generalmente. Como caso de inocuidad debo citar un niño de cinco meses que ha recibido una inyección de tres centígramos. El enfermito sigue bien, sin más que una molestia en el sitio de la inyección.

También es de notar que el ‘606’ produce en el tejido celular flemones como el mercurio, que se ponen dolorosos y supuran.

Esto es, hasta ahora, lo que por aquí se ve y se dice, esperando que en sucesivas crónicas podamos dar más detalles de los enfermos que ahora tenemos en tratamiento.

Antonio Navarro (Francfort, 8 de octubre).

El Liberal, jueves 13 de octubre de 1910, p. 4.

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Un folleto sobre el ‘606’
Quemoterapia moderna, según Ehrlich.—Tratamiento de la sífilis por el ‘606’, por G. Marañón.— Casas Vidal editor.

La literatura médica española dista mucho de padecer las inercias que los libros de otros ramos del humano saber sufren con cronicidad desesperante. Existen en España, en Madrid sobre todo, una pléyade de jóvenes médicos, animosos, esperancistas, que ponen todo el brío de sus pocos años al servicio del engrandecimiento profesional y que preparan, sobre sólidas bases, una verdadera etapa gloriosa para la Medicina española. Aún no ha muchos años, los grandes rotativos rechazaban los escritos y a los escritores médicos; hoy no existe redacción de periódico importante donde no figure un galeno cronista. Con este nuevo criterio, la divulgación científica —no la vulgarización, porque vulgarizar la Ciencia es fabricar monedas falsas— es un hecho, y se prestan verdaderos servicios de alta monta social al país. Recuérdese, al efecto, la campaña que insignes doctores hicieron en la malograda hoja del del colega “Heraldo de Madrid”, titulada “La Medicina y los médicos”, la que se inicó cuando la última epidemia tífica del cólera y el “606”, recientemente insertadas todas ellas de indudable valor ilustrativo y dignas de todo aplauso.

A este grupo de denodados propagandistas pertenece el doctor Marañón, autor del folleto “Quemoterapia moderna, según Ehrlich”- Tratamiento de la sífilis por el ‘606’, recientemente isnertadas todas ellas de indudable valor ilustraivo y dignas de todo aplauso.

El doctor Marañón, concienzudo especialista, ha tenido ocasión de estudiar seriamente los efectos del revolucionario ‘606’. Modestamente, el autor dice a la cabeza del folleto que sólo se trata de una recopilación de datos dispersos; pero en realidad trátese de un verdadero estudio profundo sobre el nuevo medicamento avalorado con buen número de datos clínicos y de laboratorio que merecen la mayor atención.

El autor estudia la génesis del ‘606’, los fundamentos teóricos y experimentales que le ocasionaron, las observaciones clínicas de Ehrlich y los que le ayudaron en el estudio del Dioxydiamidoarsenobenzol, las observaciones clínicas obtenidas a la cabecera del enfermo en casos de avariosis primaria, secundaria y terciaria y su resultado en enfermedades parasifilíticas y hereditarias.

En un amplio y meditado capítulo trátese de las indicaciones y contraindicaciones del ‘606’; viene luego un extenso estudio bactericida, en que científicamente se estudia la acción del específico sobre el spirocheto, deduciéndose de este conocimiento una seria investigación acerca de las probabilidades de recidiva, que en la serie Wechselman, la más numerosa y mejor observada, no pasa de ocho recidivas en 375 enfermos tratados por el ‘606’.

Consígnase a este tenor la opinión del propio Ehrlich sobre la manera de realizarse la Quemoterapia por el método del tratamiento por etapas, que consiste en repetir las inyecciones de tiempo en tiempo cuando los parásitos no desaparecen de una vez y para siempre del organismo.

La técnica de la aplicación del ‘606’, las enfermedades distintas de la avariosis, el ‘606’, y la desconcertante reacción de Wasserman completan el trabajo meritorio del doctor Marañón.

El joven doctor da su opinión sobre el nuevo remedio de forma concluyente: “Al prescindir este paso colosal —dice el señor Marañón— que ha dado a nuestra Ciencia, creemos que es empequeñecerla ateniéndonos para juzgarle a los resultados clínicos obtenidos. Estos pueden ser inseguros todavía: pero el camino que Ehrlich nos ha enseñado “es ya definitivo”; y como él dijo en una ocasión: “Lo que el ‘606’ no cure, lo curará el ‘706’.

Nuestro aplauso incondicional al doctor Marañón por su trabajo de ahora que debe servirle de estímulo para ir más allá en los estudios especilistas. De él esperamos mucho los médicos españoles, porque nadie más autorizado para llevarnos por la buena senda y salvarnos de las desorientaciones más o menos pasionales, que en esto, como en todo, ya han empezado a surgir.

Dr. Ruíz Albéniz

El Liberal, Domingo, 16 de Octubre de 1910, p. 2.

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Opinión del doctor Azúa sobre el ‘606’

Entre médicos y profanos era grande el interés que había por escuchar al doctor Azúa el juicio que le había sugerido, después de su viaje a Francfort y a las clínicas alemanas, la nueva medicación contra la avariosis, asunto tan debatido este verano y sobre el que se emitieron opiniones muy opuestas.

Hubo algunos que, con gran alborozo, creían que la Humanidad había triunfado de una de las más horribles plagas; otros, por el contrario, negaron la eficacia del remedio y afirmaron que el ‘606’ era igual a cero.

Ante esta dualidad, era discreto aguardar a que los especialistas, exentos de todo prejuicio y apasionamiento, estudiasen y analizasen los efectos obtenidos hasta ahora con el preparado de Ehrlich.

El Gobierno español confió esta misión al doctor Azúa, y, de regreso de Francfort, el sabio dermatólogo, que comparte hoy con el doctor Bombín la supremacía de los sifilógrafos españoles, se dispuso a exponer públicamente su opinión en una conferencia que dio anteanoche en el salón de actos del Ateneo de Madrid.

El valor terapéutico del ‘606’ es innegable. El disertante refirió varios casos vistos por él que patentizan el triunfo de la nueva medicación.

Un niño, contagiado por herencia, en verdadero estado preagónico, tal era la depauperación orgánica producida por el terrible mal, fue salvado de las garras de la muerte por el arsenobenzol. En la clínica de Schreiber recobró prontamente la audición una enferma cuya sordea como todas las de origen específico, se había rebelado a todo tratamiento. Otro caso de avariosis, con una estrechez rectal que había acarreado también una gravísima extenuación, fue también curado. Aquí, en San Juan de Dios, se ha conseguido otro triunfo en una enferma baldada y ciega del ojo derecho, que a las pocas horas de habérsele inyectado el ‘606’ distinguía ya la luz de una vela y antes de las cuarenta y ocho horas veía las personas y los objetos.

Todos estos casos revelan la indiscutible  intensidad y rapidez de acción del arsenobenzol; pero éste tiene también sus quiebras, imputables indudablemente a deficiencias de la aplicación, no al medicamento.

Ha habido enfermos cuyas manifestaciones no se han modificado por el empleo del ‘606’; por otra parte, las recidivas no dejan de ser frecuentes, y, en algunos casos, las inyecciones no han sido inocuas. El Sr. Azúa citó un caso de uremia consecutiva a una inyección de arsenobenzol.

Las inyecciones pueden ser intravenosas, intramusculares o o hipodérmicas. Por las primeras se consigue mayor rapidez en la acción y en la eliminación; pero la dosis no debe pasar nunca de 0,4; las intramusculares y las hipodérmicas tienen el inconveniente de que la eliminación es más lenta y el arsenicismo más fácil. El peso del paciente puede servir de tipo para la dosis; se inyectarán tantos centígramos de la solución como kilogramos pese el enfermo.

El doctor Azúa, piensa introducir una modificación de la técnica, mezclando el medicamento a la lanolina.

Como en toda cuestión médica puede buscarse siempre un aspecto social, el ‘606’ no se ha sustraído a la regla.

El preparado de Ehrlich combate eficaz y rápidamente las manifestaciones superficiales del segundo periodo, que son las más peligrosas para el contagio, producido muchas veces involuntaria e inocentemente.

Las profesionales del amor no rehuirán el tratamiento a que hayan de someterse, pues las estancias en los Hospitales serán más cortas y los quebrantos económicos menores.

En las mujeres embarazadas y en las nodrizas que sean específicas, los efectos del ‘606’ son valiosísimos, pues redundan en provecho de la raza, hoy tan depauperada por los estrahos de la avariosis, de la tuberculosis y del alcohol.

El distinguidísimo auditorio aplaudió con entusiasmo la hermosa conferencia de Azúa, que en su clínica de San Juan de Dios se apresta a colaborar dignamente en la genial obra de Pablo Ehrlich.

Manuel Ortíz de Pinero. El Liberal, Lunes, 24 de octubre de 1910, p. 2.

La Georg Speyer Haus en 1906. En este lugar algunos españoles aprendieron todo lo relativo al ‘606’ y la forma de administrarlo, en 1910. En pocas semanas se hacían las primeras pruebas en España.

El ‘606’ en ‘El Liberal’ (1910) (2)

Después del artículo que reprodujimos en el post pasado, el trabajo de Sixto Martín que apareció el 21 de septiembre de 1910, insertamos en esta ocasión una noticia que se publicó tres días después, en la que se informa de la primera inyección de ‘606’ en España. Siguen otras en las que se sigue proporcionando datos de las pruebas que siguieron con sus pormenores correspondientes. Por útimo, un artículo redactado por un profesional, el Dr. Ruíz Casal, que resume la conferencia impartida por Sixto Martín Miquel en el Instituto Rubio. En él empieza a hacerse balance del tratamiento de la sífilis con el ‘606’. No hay más que leer las conclusiones numeradas.

El 606 en Madrid
La primera inyección

El primer enfermo tratado en Madrid con la novísima fórmula de Ehrlich, ha sido un soldado del regimiento de María Cristina, al que ayer mañana le puso una inyección intramuscular  de «dioxidiamidoarsenobenzol» (nombre científico del «606») el doctor Bandelac.

La operación so efectuó en el Hospital Militar de Carabanchel ante muchísimos médicos militares y bastantes civiles.

El nuevo preparado, que conforme viene de Alemania ofrece el aspecto de un polvo amarillo, ha de mezclarse previamente en un mortero con una disolución alcalina poco concentrada de potasa cáustica, por ejemplo.

La inyección se puede aplicar con una jeringa Roux, que es la que se emplea para las inyecciones de suero antidiftérico, y no ofrece nada de particular en su técnica, salvo las elementales reglas de asepsia que siempre se observan en esta clase de manipulaciones.

El paciente, que es un avariósico de segundo periodo, no se quejó apenas al sufrir la inyección, y por la tarde no presentaba ningún síntoma que indicara anormalidad en su estado.

Hoy continuarán las pruebas comenzadas ayer por el doctor Bandelac en San Juan de Dios.

Probablemente hoy por la mañana irá el Sr. Bandelac al Hospital San Juan de Dios a aplicar el ‘606’ a algunos enfermos.

Presenciará las operaciones el ministro de la Gobernación y muchos médicos de la Beneficencia provincial.

El Liberal, viernes 23 de septiembre de 1910, p. 1

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El ‘606’ en Madrid
Por fin, ayer mañana puso el doctor Bandelac de Pariente la primera inyección del ‘606’ a un enfermo de San Juan de Dios.

Con idéntica expectación que la tarde anterior, y con igual solemnidad, procedió a preparar la inyección, ayudado por el médico de Sanidad Militar Sr. Bastos.

El enfermo elegido fue uno del pabellón quinto, que dirige el doctor Bombín. Se trata de un caso de avariosis reciente, con sifílide papulosa, y una adenitis inguinal supurada que ayer mañana, a primera hora, operó el doctor Bombín, respetando de propio intento los ganglios infartados.

La inyección, cuya técnica, según ya dijimos, no ofrece ninguna dificultad, la sufrió el paciente sin aquejar ninguna molestia.

Y ahora a esperar los resultados, que es lo que importa, y a efectuar nuevas experiencias en enfermos específicos de diferente aspecto clínico.

Una protesta
Nos han escrito varios médicos protestando de las dificultades que se les han puesto en el Hospital de San Juan de Dios, para presenciar las experiencias del ‘606’, a pesar de alegar carácter profesional.

En verdad que cualquier cosa se le pudiera haber ocurrido mejor al que dio tales órdenes que la idea de poner trabas a los médicos, que son los más interesados en esta cuestión.

El Liberal, lunes 26 de septiemre de 1910, p. 2.

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El ‘606’
En San Juan de Dios

El doctor Bandelac ha efectuado dos nuevas inyecciones de ‘arseno benzol’ -cuya fórmula química es C12 H12, O2 N2 A2- a un enfermo y a una enferma del Hospital de San Juan de Dios.

La enfrma, que pertenece al pabellón cuarto, a cargo del doctor Lozano, tiene cuarenta y cinco años y se encuentra en el tercer periodo de la avariosis, con manifestaciones externas de bastante importancia en el antebrazo izquierdo, del que ha hecho un modela en cera el escultor anatómico Sr. Zofio, para poder apreciar luego mejor los progresos de la curación.

El primer paciente que fue sometido a la acción del ‘606’ha sido escrupulosamente reconocido, observándose que tienden a mejorar los síntomas externos.

Los demás enfermos, siguen sin novedad.
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El médico de Sanidad Militar D. Angel Morales, comisionado por el ministro de la Guerra para estudiar en Alemania el ‘606’, ha celebrado con el doctor Ehrlich una importante conferencia, en la que éste ha proporcionado muy interesantes datos sobre la técnica del nuevo procedimiento.

El Sr. Morales asiste actualmente a la clínica del célebre especialista Pynkus, y luego irá, por indicación del mismo Ehrlich, a Magdeben, para presenciar las aplicaciones del ‘606’en las clínicas del doctor Shreiber.
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A Franfort
Enviados por la Beneficencia municipal de Madrid han salido para Francfort, con objeto de proseguir los trabajos del doctor Ehrlich, los médicos D. Antonio Navarro Fernández, antiguo jefe clínico de San Juan de Dios, y D. Jacinto Navarro Sánchez.

El Liberal, Sábado 1 de Octubre de 1910.

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Instituto Rubio
Del ‘606’

La primera conferencia de este curso en el Instituto Rubio ha estado a cargo del Doctor D. Sixto Martin Miguel, el cual ha hecho un acabado estudio del tratamiento de la avariosis por el ‘606’. Era de esperar que el referido Centro científico tomara activa parte en dicho asunto y diera su dictamen sobre el remedio de la peste moderna, que, después de hacer sus estragos durante siglos, parece llamada a desaparecer de la famosa fórmula inventada por el eminente doctor P. Ehrlich. El mundo entero celebra el acontecimiento ante la idea de acabar de una vez con la terrible enfermedad que tiene sus víctimas en todas las edades y clases sociales, y ante la deseadas esperanzas de regeneración que nos ofrece el ilustre sabio alemán. Llega el remedio de Ehrlich cuando la infección avariósica preocupaba más a los pensadores, considerándola como una enorme calamidad social, que después de prostituir familias enteras y envenenar la procreación, aumentaba considerablemente el número de paralíticos, dementes y degenerados. Deber de todos es contribuir al esclarecimiento de la verdad nueva. Y es interesantísimo lo que se dijo en la conferencia que nos ocupa. El doctor Sixto Martín es ilustrado profesor de enfermedades de la piel, sífilis y venéreo del Instituto Rubio. Como médico militar ha ido a Alemania, comisionado por el Gobierno para hacer estudios sobre la serorreacción de la sífilis y tratamiento de las enfermedades de la piel por los rayos Finsen. El doctor Martín ha estado dos meses en Viena y Berlín, asistiendo a las Clínicas de los profesores Finger y Lang, y ha practicado gran número de inyecciones del ‘606’, trayéndose interesantes historias clínicas, que han sido la base de su conferencia.

Además del Cuerpo de profesores y alumnos del Instituto Rubio, han acudido a oír al conferenciante muchos médicos de Madrid, ansiosos de conocer la opinión de persona tan autorizada para tratar de la curación del mal de la averia.

Según el doctor D. Sixto Martín, las conclusiones que puedan hacerse de lo que hasta la fecha se sabe del ‘606’, son las siguientes:

1ª.-  Que el estado general del enfermo mejora extraordinariamente, a la par que lo hacen las lesiones que le colocaron en estado tan lamentable, y que teniendo por lo tanto, dicha medicación esta buena propiedad, desaparece aquella contraindicación que, por ejemplo, existía en la tuberculosis con el mercurio.

2ª. -Que siendo su dosis igualmente no tóxica a 0,30 que a 0,60 y hasta 0,80 centígramos, deben emplearse estas dos últimas cantidades pues algunos casos muy raros de recidivas, son, indudablemente, debidos a la pequeña cantidad de medicamento empleada, que no ha podido extenderse por todo el organismo, alcanzando aquellos puntos donde estaba escondido el ‘spirichete’, el cual, libre de la acción del medicamento, vuelve al cabo de tiempo a tomar nuevo incremento para volverse a extender por todo el cuerpo.

3ª.- Que todas las lesiones sifilíticas en su periodo florido, primero, segundo y tercero, curan muy rápidamente con este método.

4ª.- Que en las lesiones sifilíticas, nerviosas y cerebrales, debe obrarse con prudencia; pero esto no quiere decir que deba dejar de emplearse este tratamiento con grandes esperanzas de éxito, sobre todo si estas lesiones son recientes.

5ª.- Que en los casos de sífilis hereditarias recientes (pénfigo) pueden esperarse casos de curación verdaderamente sorprendentes, pero haciendo las salvedades necesarias, puesto que hay niños que sucumben a poco de poner la inyección, no por efecto de ésta, sino de la enfermedad.

6ª.- Que así en las lesiones parasifilíticas como en las hereditarias tardías, aun cuando se han obtenido algunos casos de éxito, no puede, sin embargo, afirmarse aún nada concreto por ser éste un asunto que está en estudio.

7ª.- Que la inyección estácontraindicada en todos aquellos que presenten lesiones viscerales que no sean de origen sifilítico, principalmente lesiones orgánicas de corazón y riñón, así como de fondo de ojo. También debe obrarse con reserva en los alcohólicos. El embarazo es para algunos, como Glück, una contraindicación; pero otros, a la cabeza de los cuales tenemos a Neissen, no lo consideran así.

8ª.- Que de los accidentes citados hasta la fecha como desgraciados debidos a la medicación, ninguno de ellos está razonadamente fundado, para poder achacar al medicamento tal accidente; sólo se cita un caso do neuritis del óptico, que se presentó después de la inyección, y aún se está discutiendo sobre el origen de esta neuritis. Ningún valor quitaría tampoco a esta medicación el citar dos o tres casos de esta naturaleza entre los 11.000 que va se han tratado.

9ª.- Creo que el doctor D. Sixto Martín no ha de tardarse en encontrarle otras varias aplicaciones al ‘606’. Las últimas publicaciones francesas nos hablan ya de un caso de lepra que mejoró extraordinariamente con el ‘606’.

El doctor Martín terminó su notabilísima conferencia con esta interrogación: ¿Tendrá alguna relación la acción del ‘606’ en esta enfermedad con la reacción positiva que Wassermann nos da de ella al igual que en la sífilis?

Fue el conferenciante muy felicitado y aplaudido por sus compañeros. El discurso del doctor Martín, debidamente documentado, honra a su autor y al Instituto Rubio. Sin duda, los médicos españoles prestan el concurso de sus actividades al progreso científico moderno; y a la hora presente, cuando se resuelve problema de tanta trascendencia, acuden con entusiasmo donde les llama su deber profesional.

Dr. López Campillo. El Liberal, Martes 11 de octubre de 1910.

[Proyecto HAR2008-04023]