El Compuesto vegetal de Lydia E. Pinkham fue tanto en los Estados Unidos como en España y otros países uno de los remedios más populares de finales del siglo XIX y de buena parte del XX.
Frasco de Compuesto vegetal de Lydia E. Pinkham (Colección Fresquet)
Lydia Pinkham nació en Lynn, Massachusetts (USA), el 9 de febrero de 1819. Su madre se llamaba Rebeca. Su padre, William Estes, comenzó como zapatero, fue propietario de unas salinas, se dedicó a la transacción de bienes inmuebles y se hizo rico. El origen de su familia fue un cuáquero que emigró al continente americano en 1676.
Lydia se graduó en la Lynn Academia y fue maestra de escuela mientras permaneció soltera. Su familia era abolicionista y pertenecían a la Lynn Female Anti-Slavery Society. El líder Frederick Douglass era vecino y amigo. La casa de los Estes servía de lugar de reunión. En 1843 fue elegida secretaria del Freeman’s Institute. Allí conoció al que después sería su marido Isaac Pinkham, un viudo de 29 años fabricante de zapatos. Tuvieron cinco hijos de los que sobrevivieron cuatro: Charles (1844), Daniel (1848), William (1852) y Aroline (1857).
Isaac no era un buen hombre de negocios. Inició varios pero ninguno tuvo éxito y perdió casi toda su fortuna en 1873. No llegó a recuperarse y falleció en 1889. Según dicen algunos, en 1875 se les ocurrió vender los remedios que su madre tenía para las dolencias propias de las mujeres. La idea parece que procedió de su hijo Daniel. Otros aseguran que años antes Isaac recibió una fórmula como pago parcial de una deuda.
Postal de publicidad del Compuesto vegetal Lydia E. Pinkham. (Colección Fresquet)
La cuestión es que Lydia siempre se había interesado en los remedios vegetales caseros, especialmente aquellos que procedían del The American Dispensatory de John King. Preparó unas botellas, las llenó con su producto y las regaló a sus amistades como remedio contra «los problemas de las mujeres». En esta época este tipo de panaceas era habitual y la gente los prefería a visitar a un médico y pagar el elevado precio que costaba una consulta. Por otro lado, la mayor parte de los medicamentos que utilizaban los profesionales tampoco eran muy eficaces.
En los inicios Lydia preparaba en su casa el remedio, pero el aumento de la demanda obligó a trasladar su producción a una fábrica. Se trataba del compuesto vegetal que llevaba su nombre. Parece que la idea de la publicidad, de recibir cartas de las clientas con dudas y preguntas, y de contestarlas, fue de la propia Lydia. La cuestión es que el preparado acabó convirtiéndose en uno de los «medicamentos» de patente más conocidos del siglo XIX en los Estados Unidos. Uno de los puntos fuertes de su éxito fue que la publicidad se dirigía directamente a las mujeres. Esta táctica también se utilizó en España años después, ya en el siglo XX. El rostro de Lydia solía figurar en las etiquetas y los anuncios en la prensa y se acompañaba de testimonios positivos de mujeres que lo habían probado. Esta forma de presentar y comercializar el preparado también fue del agrado de las feministas. Habían logrado que se hablara abiertamente de temas tabú como la menstruación en una etapa en la que los médicos no solían prestarles la atención que merecían.
Lydia murió en 1883. Las consultas de miles de mujeres siguieron recibiendo respuesta incluso décadas después del fallecimiento de su creadora. Los escritos hablaban con franqueza de los problemas de la mujer, les daban consejos y, por supuesto, les recomendaban el preparado vegetal.
La esposa de su hijo Charles, Jennie Pinkham, se convirtió en la cabeza visible de la compañía. Daniel y William fallecieron en 1881. También participó Arolina, casada con Will Gove. Cuando Charles falleció en 1900 los Goves tomaron el control de la firma y Will Gove fue su presidente y manager general. Arthur, el hijo de Jennies, insistió en que las cartas dirigidas la Sra Pinkham debían ser entregadas a su madre, no a la fábrica. Crearon una compañía rival que vendía exactamente el mismo compuesto vegetal con el nombre «Regulador Delmac del hígado». En la etiqueta había una retrato de Charles Pinkham. Sin embargo, al final hubo un acuerdo para no comercializar el nuevo producto a cambio de que Arthur se convirtiera en miembro de la junta directiva de Pinkham.
Tras la muerte de Gove en 1920 y después de nuevas disputas, el equipo directivo de la empresa estuvo formado por tres Pinhams y tres Govers. Los problemas continuaron y en 1937 se obtuvo un mandato por el que se prohibía a los Govers interferir en el negocio. En 1968 la empresa fue vendida a Cooper Laboratories que desplazaron la producción a Puerto Rico. Hoy siguen fabricándose y vendiéndose varios productos Lydia Pinkham.
El compuesto vegetal era una mezcla que contenía extractos vegetales en alcohol, una especie de «vino fortificado». Se vendía como «una cura segura para el prolapso de útero y la caída de matriz», y para «cualquier debilidad de los órganos reproductivos». Originalmente contenía raíz de unicornio auténtica o de la Aletris farinosa, planta originaria de los Estados Unidos, utilizada por varias tribus de indios por sus efectos sobre la dismenorrea, el prolapso uterino, la congestión pélvica y para mejorar la función ovárica; la raíz de Senecio aureus L., que es un tónico uterino de uso tradicional, diurético, antiinflamatorio y emenagogo utilizado popularmente contra la amenorrea o la dismenorrea; alholva o Trigonella foenum-graecum con acción vulnerable, antiinflamatoria, antiespasmódica, tónica, emenagoga, galactogoga e hipotensora; «black cohosh», cimífuga o Actaea racemosa o Cimífuga racemosa empleada en el síndrome premenstrual, menopausia e infertilidad, entre otras. Hay que tener en cuenta, además, el alcohol y sus correspondientes efectos. El lector puede seguir la historia del uso de estas plantas. Han sido analizadas en muchos casos, se han justificado algunos de sus usos y se han hallado nuevos efectos. Una de las más ensayadas ha sido el cohosh negro. La fórmula del producto ha ido cambiando con el tiempo.
Un anuncio insertado en Mundo Gráfico de 1921 decía: “Todas las mujeres que sufren dolores, irregularidades, dolor de cabeza, dolor de espalda, dolor de riñones, dolor en el bajo vientre, desmayos, síncopes, vahídos, frecuentes indigestiones, inflamaciones, úlceras, desplazamientos, irritabilidad, esterilidad y cualquier otro síntoma que pueda atribuirse directa o indirectamente a su condición de mujer, deben recordar que hay un remedio para sus males, y que este es el Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham”.
Continúa diciendo que su eficacia queda demostrada por la infinidad de cartas de mujeres agradecidas que “recibimos todos los días”: “El Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham es un remedio compuesto únicamente de plantas y raíces medicinales, cuya acción curativa para las enfermedades de la mujer lo demuestra la infinidad de cartas…”.
Durante el primer tercio del siglo XX el producto se vendió en España y se insertaron anuncios publicitarios en la prensa diaria y en las revistas. Veamos algunos ejemplos:
En el siguiente se identifica fácilmente con tipografía de gran tamaño el destinatario: las mujeres, las madres. Se lee ¡MADRES! Vuestras hijas necesitan… En fuente de tamaño normal se explica: “de vuestros cuidados; tenéis obligación de velar por su salud, vigilando que sus funciones se desarrollen con toda regularidad. / Si la niña se queja de dolores de cabeza, de espalda o en las piernas; si se siente apática y no piensa muy deprisa o bien si está nerviosa, malhumorada, son pruebas evidentes que toda madre debe conocer, y ha llegado el momento en que su hija necesita la más estrecha vigilancia y los más asiduos cuidados, pues de ellos depende su salud y su felicidad de toda la vida. Recordad que /” “El compuesto Vegetal / de Lydia E. Pinkham / es el tónico de la mujer /” (esto último destacado) “Tomándolo vuestra hija, fortalecerá con rapidez, abrirá su apetito y facilitará tanto su desarrollo, que su paso a mujer lo efectuará con la mayor facilidad y sin ninguna molestia, alejando cualquier peligro que pudiera sobrevenir / Todas las mujeres que en la época del desarrollo han tomado esta medicina están hoy sanas, fuertes y felices /” “Compuesto Vegetal / de Lydia E. Pinkham / LYDIA E. PINKHAM MEDICINE CO., LYNN, MASS.”
Otro anuncio, insertado el La Correspondencia de España en 1920, contiene el testimonio de una mujer que había obtenido beneficios con el compuesto:
“SUFRÍ DURANTE 7 SIETE AÑOS/”. “Por fin curé todas mis dolencias gracias al Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham/”. Philadelphia Pa.– “Sufría durante siete años de fuertísimos dolores de espalda y costado. Fui visitada por muchos médicos que no lograron ni aliviar mi mal. Leí algo referente al Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham y decidí probarlo, y al poco tiempo me encontré muy mejorada y pronto completamente curada, y sin dolor ni molestia alguna. Varias de mis amigas han probado también el Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham, todas con éxito” Srta. MARGARET NESS, 1846, E. Hazzard St., Philadelphia Pa. U.S.A. /”. “Las mujeres que sufren de desplazamientos, irregularidades, inflamaciones, úlceras, dolor de espalda, dolor de costado, dolor de cabeza, tristeza, melancolía, mal humor, irritabilidad, deben tomar la famosa medicina de hierbas y raíces llamada Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham /”. “La vende su farmacéutico./ De venta en todas las farmacias”. El anuncio se acompaña de un dibujo de línea que representa a una mujer hasta la línea superior de la rodilla con uno de los brazos en jarra, que parece dirigirse a la lectora.
Otro ejemplo. Este anuncio contiene también un testimonio y se encabeza con la siguiente frase: “MI VIDA ERA / INSOPORTABLE”. “Sufrí durante dos años de enfermedades y desarreglos propios de mi sexo. No podía andar, salir de casa, ni aun en coche, cualquiera ejercicio me era absolutamente imposible. Si probaba de andar o hacer algún trabajo, enseguida sentía los efectos de mi enfermedad. Estaba siempre triste y lánguida y sin energías y la vida se me hacía insoportable hasta a los que me rodeaban. Estuve bajo los cuidados de un buen médico durante algunos meses y probé toda clase de remedios. Leí un anuncio del Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham y decidí probarlo, después de tomar doce botellas me encontré completamente curada, tanto y tal efecto me produjo, que tomé seis más para asegurar mi curación. Nunca más he vuelto a sufrir de mi enfermedad. Ahora estoy dedicada a toda clase de trabajo sin sentir absolutamente ninguna molestia. Soy enfermera del hospital del Estado y me siento perfectamente bien. He recomendado el / Compuesto Vegetal / Lydia E. Pinkham / a docenas de amigas y siempre lo haré”. (La Correspondencia de España, 1920).
En ambos anuncios se habla de problemas que no resuelve el médico y que sí ha solucionado el Compuesto Pinkham. En el segundo, además, la que habla es enfermera. Llama la atención también que el número de frascos que consume la interesada es elevado, doce, que completa con otros seis.
Otro anuncio (Mundo Gráfico, 1921) muestra a Lydia E. Pinkham en un escenario dirigiéndose al público exclusivamente femenino que se representa en el patio de butacas: “YO NO QUIERO QUE LAS MUJERES SUFRAN”. Más adelante se dice “La sociedad moderna, la agitación de la vida en nuestros tiempos, han llevado a la mujer a ocupar un sitio en esta actividad mundial, obligándola a trabajos y ocupaciones demasiado fuertes y agitadas. Esto ha ocasionado en su delicado organismo desarreglos que se manifiestan en las más variadas formas y cuyo origen siempre es siempre el mismo…” . Aquí se pone de manifiesto que se trata de un problema del sexo femenino, cuyo papel en el mundo está cambiando, resuelto por una mujer.
Un anuncio de Las Provincias (1921) muestra en este caso una escena en la que aparece un hombre. Se trata de un farmacéutico (de pie) que le está enseñando el Compuesto de Lydia E. Pinkham a una señora que por su vestimenta parece ser de clase alta (sentada) al otro lado del mostrador. Se dice, además, que “Se cuentan por millones las mujeres de las cinco partes del mundo que deben su bienestar, su felicidad, su salud y muchas la vida a nuestro Compuesto Vegetal…”. Obsérvese la cadena de palabras: “bienestar, felicidad, salud, vida”. Por otro lado se deja constancia de que el éxito del producto lo había llevado a los cinco continentes.
Otro reclamo iba dirigido a las mujeres casadas que no habían podido tener hijos: “MUJERES SIN HIJOS” que se acompañaba de algún testimonio supuestamente real: “… Hacía diez y seis años que estaba casada y no había tenido el placer de tener un hijo, ahora tengo uno gordo y sano y al cual llamamos nuestro Pinkham, porque al Compuesto Vegetal lo debemos. El Doctor estaba preocupado de mi caso, pues tenía cuarenta y un años cuando nació mi hijo, pero gracias al Compuesto Vegetal lo tuve con toda felicidad…” (Las Provincias, 1922).
La publicidad y el Compuesto Vegetal iba dirigido a cualquier tipo de mujer, rica o pobre. En un inserto en Las Provincias de 1931 se lee bajo el rótulo “La vida trata a todas igual”: “Mansiones donde vivir, limousines para pasear, criados que la aguarden a Vd., cada deseo satisfecho y falta de salud, es vivir? / La Naturaleza favorece por igual a pobre y a rica. Ambas están favorecidas por la misma salud y alegrías y están sujetas a los mismos dolores y enfermedades…”.
También se utilizó en ocasiones el anuncio que simulaba una noticia real con un titular llamativo como éste: “UNA MODISTA / QUE SE SALVA / DE UNA OPERACIÓN” «Ithaca, N.Y.–“Hace tres años estuve sufriendo de dolores en mi costado derecho tan fuertes, que no podía levantar mis pies del suelo. Los dolores siguieron por la espalda hasta las piernas, el médico dijo que tenía un abceso. Estuve en cama dos semanas con una bolsa de hielo en mi costado esperando que cualquier día me tendría que marchar al hospital para sufrir una operación. Una amiga mía me vino a ver y me habló de su medicina el Compuesto Vegetal de Lydia E. Pinkham. Empecé a tomarlo, y a las seis botellas me encontré bien y fuerte, hoy puedo trabajar en mi oficio de modista sin ninguna molestia. Nunca podré alabar bastante su medicina y recomendarla a las demás mujeres que sufren. Parece enviada por Dios para aliviar los sufrimientos de las mujeres».– Sra. PERMILLA HULSIZER, 218, E. Fall St. Ithaca, N.Y.”.
Bibliografía
–Danna, S.M. (2015). Lydia Pinkham. The Face that Launched a Thousand ADS. Lanham-Boulder-New York-London: Rowman & Littlefield.
–Homan, P.G.; Hudson, B.; Rowe, R.C. (2008). Popular Medicines. An illustrated History. London-Chicago: Pharmaceutical Press.
–Lamphier, P.A.; Welch, R. (Eds.) (2017). Women in American History. A social, Political, and Cultural Encyclopedia and Document Collection. ABC-CLIO.
–Lydia Pinkham, en Wikipedia. Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Lydia_Pinkham. Consultado el 8/1/2017.
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donde puedo encontra el compuesto vegetal de Lydia E. Pinkham soy de nuevo leon
Hola,
Debe poner en duda la eficacia de este tipo de productos y su confianza en ellos. En México se puede adquirir a través de Amazón México.
El costo es de 55.00
donde puedo conseguir este medicamento soy de chile y me gustaria saber el valor .
donde lo puedo comprar? en cancun quinta roo mexico
Lo venden en cualquier tienda naturista
En tiendas naturistas de mercados lo pueden encontrar y cuestan 65 pesos mexicanos
Hola soy una mujer con problemas y de verdad llevo solo3s días tomándolo y si funciona me quito rápido los bochornos. Recomendación de mujer a mujer.
Donde puedo adquirirlo en Cancún me lo han recomendado como muy bueno
Dónde puedo comprarlo en la ciudad de.mexuco y cuál es su costo?
En Amazon México se puede encontrar y quizás en cualquier parafarmacia o farmacia.
Hola buenas tardes quisiera saber si el compuesto d lidia sirve para una mujer q perdio fuerza en sus piernas y n puede caminar