La UBA destacará a tres mujeres relevantes en la historia de la medicina. Entrevista a Luis Ignacio Brusco. Fuente: Radio Nacional
Qué es el magnetismo animal, la controversial práctica curativa del «padre de la hipnosis» que la medicina moderna desterró. Por René Salomé. Fuente: infobae
Sobre el Hospital de ‘San Lázaro’, 1917. Por Herbert Stern. Fuente: acento
Un espacio para conocer la historia de la medicina de los valles mineros. Por David Aguilar Sánchez. Fuente: Público/Nortes
El Doctor Jorge Vicente Martín y la historia de la medicina en 9 de julio. Fuente: El 9 de Julio
Las Jornadas del Museo de la Medicina celebran los 50 años de la facultad y rinden homenaje al doctor Diego Peral Pacheco. Por Ana Magro. Fuente: Hoy Zafra
Medicina y farmacia en la época visigótica. Por Joaquín Callbed. Fuente: La Vanguardia
Némesis Radio 10×05: Los Fantasmas del Secreto. Medicina alternativas o medicina oficial. Fuente: ivoox
Hallan una prótesis de mano de 500 años de antigüedad en Alemania. Por Paula Morales Lobos. Fuente: La Tercera
Medicina, la profesión que la tecnología está transformando. Por Alejandro Porras Bojalil. Fuente: El Economista
Nace el anatomista y fisiólogo francés Marie Fraçois Xavier Bichat. Por Carlos del Porto Blanco Fuente: Radio reloj
Breve biografía de Paracelso ¿Quién fue y qué hizo?. Por César Rivera Fuente: Red Historia
Hallazgo impactante: arqueólogos encontraron un tumor de 3000 años y podría cambiar la historia del cáncer Fuente: mdz
Salto tecnológico en el cuidado ocular. Fuente: SAVAL net
Luis Feduchi, el último gran señor de Barcelona. Por Víctor Fernández Fuente: La Razón
Medicina y farmacia en el Imperio Bizanino. Por Joaquín Callabed Fuente: La Vanguardia
La UCA inaugura la exposición ‘275 Aniversario del Real Colegio de Cirugía de la Armada de Cádiz’ Universidad de Cádiz
Un libro de Ediciones USAL recoge la historia de la Real Academia de Medicina de Salamanca. Por Isabel Andrés Rodríguez Fuente: Tribuna Salamanca
Las III Jornadas del Museo de Historia de la Medicina y la Salud homenajearán al Profesor Diego Peral Pacheco. Fuente: Ayuntamiento de Zafra
Expertos recomiendn el estudio del nazismo y Holocausto para profesionales sanitarios. Fuente: La Vanguardia
La historia de un alimento que ha sido utilizado como medicina, alucinógeno, veneno o delicatessen Fuente: Canal Extremadura
El edificio La Naviera se transformó en un museo que revive la historia de la medicina antioqueña. Fuente: El Colombiano
El primer hospital del Perú: la historia detrás del monumento que alberga una cripta y un cementerio con más de 40 entierros humanos. Por Abigail Villantoy Gómez Fuente: infobae
Un plan para rescatar del olvido a figuras de la medicina arsgonesa. Fuent: Heraldo
«La expedición de la vacuna de la viruelano habría sido posible sin A Coruña». Por José Manuel Gutiérrez Fuente: La Opinión A Coruña
Medicina y salud en ls sociedad azteca. Fuente: Muy Interesante
La «edad de oro de la medicina», grandes avances de nuestra época Fuente: enPositivo
Las plantas medicinales de Persia. Por Joaquín Callabed Fuente: La Vanguardia
Rememorar la Expedición Balmis y a Jenner. Por Francisco Peña. Fuente: El Correo Gallego
Hechiceras impulsaron el desarrollo de la medicina y la ciencia, pese a la misoginia. Por Reyes Martínez Torrijos Fuente: Jornada. Ciencias.
Historia de la medicina: 5 métodos curativos. Por Linda Fischer Fuente: Medscape
La historia de la medicina. Por Domingo Luis Hernández Fuente: Diario de Avisos. Tenerife
A 67 años del traslado de la Escuela Nacional de Medicina a Ciudad Universitaria. Fuente: Gaceta. Facultad de Medicina
Biblioteca «Dr. Nicolás León», un puente de comunicación con las ediciones del pasado que los médicos contemporáneos requieren. Fuemte: Gaceta. Facultad de Medicina
El Archivo Histórico de la Facultad de Medicina, tesoro de la historia médica de México. Fuente: Gaceta. Facultad de Medicina.
El renacimiento de la Escuela Nacional de Medicina en el emblemático Palacio de la Inquisición. Fuente: Gaceta. Facultad de Medicina
Matilde Petra Montoya Lafragua, pionera del feminismo y lka Medicina en México. Fuente: Gaceta. Facultad de Medicina
Ofrecemos a continuación el guión del vídeo «Otoscopio de Brunton» que se encuentra en el Canal «Medicina, historia y sociedad» de Youtube.
Hoy vamos a conocer el otoscopio de Brunton, pero antes sepamos qué es un otoscopio.
Es un dispositivo o instrumento que permite examinar los conductos nasales y auditivos. El desarrollo de instrumentos para otoscopia y rinoscopia se desarrollaron en paralelo y condujeron temporalmente a soluciones casi idénticas, por lo que a veces cuesta identificar para qué fueron utilizados los más antiguos.
Estos instrumentos debían tener un efecto de expansión y extensión y a ser posible que se manejaran con una sola mano para que, con la otra, se pudiera intervenir (por ejemplo, extraer un cuerpo extraño). La iluminación no se tomó en cuenta hasta el siglo XIX.
[INTRO]
Se suele decir que el primero que lo inventó fue Guy de Chauliac en 1363. En su Collectorium cyrurgiae habla de un instrumento que llamó Speculum ad solem para examinar, inspeccionar y expandir la nariz y el canal auditivo. Atribuye su creación al médico Ali-Abbas, aunque este aspecto no está claro.
Desde el siglo XVII hubo varias propuestas que analizaremos en un próximo vídeo.
Al principio predominaron dos tipos de formas, los otoscopios de valvas o ramas, que se adaptaban a las dimensiones de cualquier canal auditivo, la presión ejercida no era dolorosa, siendo regulables y controlables (por ejemplo, el de Bonnafont). Un inconveniente es que requerían una mano del observador. Alguien introdujo una especie de cremallera que lo mantenía sujeto una vez adaptado, lo que liberaba ambas manos.
El otro tipo fueron los espéculos de forma cilíndrica, de botella, embudo o cónicos, según el diseñador. Los había de varios tamaños y sus superficies reflejaban bien la luz. Podían encajarse entre sí y transportarse fácilmente. Los hubo de goma, pero no reflejaban bien la luz.
Vamos a analizar el otoscopio que diseñó Brunton, uno de los más utilizados, pero acerquémonos antes a su biografía.
Brunton nació en Campbeltown, Kintyre, el 16 de mayo de 1835, hijo de William Brunton, hombre muy conocido y respetado en el oeste de Escocia. Su hijo mayor, John, recibió su educación en la Universidad de Glasgow, donde obtuvo el Bachelor degree en 1855, el Master degree 1856 y el de Medical Doctor en 1860.
Ocupó puestos de cirujano interno y médico interno en la Royal Infirmary de Glasgow. Después de ampliar estudios en el Continente, se instaló en Londres en 1862. Llegó a consolidar una buena clientela por su carácter y su competencia. Fue admirado tanto por ricos como por pobres.
Fue cirujano de la Maternity Charity, médico de las compañías ferroviarias Midland y Great Northern, médico del Presbyterian College; y Cirujano consultor del Royal Caledonian Asylum.
Fue vicepresidente de la Sociedad de Obstetricia (Obstetrical Society) y de la Sociedad Médica de Londres (Medical Society of London). La estima que le tenía la Universidad de Glasgow quedó demostrada por el hecho de que continuó como examinador de títulos de medicina durante un período de no menos de doce años.
Brunton contribuyó con numerosos artículos a la literatura médica y prestó especial atención a las enfermedades del oído. Poseía amplios conocimientos y práctica al respecto, pero también mucho sentido común que supo aplicar a su trabajo.
El 23 de marzo de 1899 fue confinado en cama porque no se encontraba bien, pero a la mañana siguiente regresó a su trabajo. Después de cenar perdió el conocimiento (había sufrido una hemorragia cerebral) y murió al día siguiente, 25 de marzo.
Esta es la descripción original que dio a conocer Brunton en la revista The Lancet en 1865
“En la primavera de 1861, al examinar los oídos de un paciente con los instrumentos auditivos ordinarios, me encontré con dos serias dificultades para formar un diagnóstico correcto; a saber: 1. la cabeza del observador obstruía en gran medida la luz. 2. El ojo no podía acercarse lo suficiente al objeto para permitir el examen y, más aún, si se utilizaba la luz del sol en lugar de luz artificial. Esto me llevó a diseñar este aparato:
El instrumento consta de un tubo de latón (A), de dos pulgadas de largo y tres cuartos de pulgada de diámetro, en uno de cuyos extremos (B) se hace encajar, deslizándolo, un auricular similar al espéculo auditivo de Toynbee. En el otro extremo (D) hay un ocular (E), con una lente (F) de poder de aumento moderado; el ocular se desliza para permitir una disposición focal que se adapte al ojo del observador. En el cuerpo del instrumento, cerca del extremo del auricular, y colocado en un ángulo de 45º, hay un espejo cóncavo (G) con un agujero en el centro (H). Esta abertura está en la línea del eje del tubo y del espejo.
En ángulo recto con respecto al cuerpo del instrumento, y frente al espejo, está adaptado un reflector deslizante de plata pulida (K) en forma de embudo para recoger y concentrar los rayos de luz, de modo que los rayos (rr) entren en el costado y, al caer sobre el espejo (H), se reflejan y se concentran en el oído y se llevan de regreso (r’r’) al ojo del observador (O) a través de (H), el agujero en el espejo, y se magnifican mediante la lente del ocular (E, F).
También hay un mango unido al reflector de luz, que funciona con una banda deslizante y que puede girarse para adaptarse a cualquier mano del observador, según lo desee, cuando mira al oído derecho o izquierdo».
Aquí podemos observar el tubo. En su parte superior se coloca la lente que puede acomodarse al ojo del observador.
[MOSTRANDO EL INSTRUMENTO REAL]
En la parte inferior se acoplan los espéculos de distintas formas o medidas. Es la parte que se introduce por el Canal auditivo externo.
Perpendicular al tubo desemboca esta especie de embudo por donde penetra la luz, que encara directamente con un espejo que forma 45º con el diámetro del tubo. Esto concentra los rayos lumínicos hacia el oído.
El espejo tiene una abertura o agujero central que permitirá que veamos el oído y explorarlo, llegando, incluso a la membrana timpánica
Fue el primer dispositivo que incorporó simultáneamente un espéculo auricular, una lupa u ocular y una abertura ampliada en la base que, al permitir la entrada de luz, permitía la entrada a la membrana timpánica.
Fue utilizado fundamentalmente por los médicos generales. Los otólogos siguieron prefiriendo la combinación de un espejo frontal y el espéculo auricular, ya que permitía la liberación de ambas manos.
Es fácil de utilizar y fácil de fabricar. Permite examinar el oído con precisión y minuciosidad. Puede usarse con luz natural y artificial, con lente de aumento o no.
Emile Ménière en su Manuel d’Otologie clinique (1895) dijo:
«El otoscopio de Brunton es preferible a los demás, según mi parecer. Yo lo empleo desde hace veinticinco años. Las aberturas de los tubos de los espéculos permiten introducir todos los instrumentos que deben estar necesariamente un poco acodados. Una sola mano, la derecha o la izquierda, según el lado, es suficiente para operar en todos los casos, excepto cuando se trata de quitar una exostosis con la gubia y el mazo.
Este otoscopio, cuyo ocular puede proporcionar un aumento notable es, según mi opinión, el más simple y el más cómodo. No dudo que algún día estará en todas las manos. En la actualidad, aunque tiene mucho tiempo, se le conoce poco o mal».
Otros otólogos lo rechazaron o recomendaron sólo para examen.
Por último decir que, como muchos instrumentos, se fabricaron otoscopios de Brunton con pequeñas variaciones.
Bueno, ya sabemos qué es y cómo funciona el Otoscopio de Brunton. Para el próximo vídeo ofreceremos una pequeña historia de los otoscopios.
Nos vemos en el próximo vídeo.
Bibliografía
–Brunton, J. (1865). A new otoscope or speculum auris. The Lancet, vol. 86, pp. 617-618 –Ménière, E. (1895). Manuel d’Otologie Clinique. Paris, Rueff et Cie. –Politzer, A. (1913). Geschichte der Ohrenheilkunde. Vol 2. Verlag von Ferdinand Enke
Se ha publicado el libro Todo bajo el agua, de Eduardo Escartí:
«Tenía 38 años y no padecía ninguna enfermedad y sin embargo fue confinada en un hospital de Nueva York de por vida por una orden administrativa.
Su delito, ser portadora de una bacteria: la Salmonella typhi.
Este es el relato, no solo de una joven cocinera que desafió al departamento de Salud de Nueva York, sino de la historia de la medicina, de la salud pública y del difícil equilibrio entre libertades individuales y bien común.
María Mallon vivió a comienzos del siglo xx, en un mundo en plena transformación entre lo antiguo y lo nuevo. Un mundo en que las bacterias comenzaban a ser acusadas de ser el origen de enfermedades y una teoría, la microbiana, que no podía explicar todos los hechos.
María nunca había padecido la fiebre tifoidea, estaba sana y era portadora de la bacteria.
Murió en cautividad en un Hospital de Nueva York a los 68 años».