Los costes en salud y la esperanza de vida

Muy interesante el gráfico que publica National Geographic sobre los gastos en asistencia médica en distintos países del mundo y su esperanza de vida correspondiente. Los datos hablan por sí solos. ¿Cómo es posible que un país que invierte tanto en salud, tenga una esperanza de vida inferior a la de otros países desarrollados y no tan desarrollados? Varios son los factores y algunos de ellos pueden encontrarse en los comentarios que hacen los ciudadanos de los Estados Unidos al post; merece la pensa leerlos.

Los Estados Unidos son el principal país que se quedó prácticamente al margen de la corriente histórica de la colectivización de la asistencia sanitaria, convirtiéndose en el ideal de los que se oponen a tal esfuerzo y generando una buena cantidad de los argumentos que se esgrimen contra la misma.
Los primeros intentos de introducir en ese país los seguros obligatorios de enfermedad tuvieron lugar entre 1910 y 1920, dentro de un movimiento de reformas sociales que se extendió a los aspectos sanitarios. La implantación en Gran Bretaña de uno de los los modelos básicos de seguridad social, el alemán de las «Krankenkassen«, fue un gran estímulo. En 1912 el movimiento lanzó el eslogan siguiente: «Seguro de enfermedad: próxima conquista del progreso social». Tras unos pocos años de brillante actividad, se produjo un fracaso estrepitoso ante la oposición cerrada de los mismos grupos de poder que habían impedido hasta entonces todo cambio importante en este campo: el gran capital y las asociaciones médicas profesionales.

El gran capital se opuso, en primer término, como empresarios que veían que el proyecto significaba un aumento de los gastos. En segundo lugar, por el perjuicio que significaba para el gigantesco y lucrativo negocio de las compañías de seguros. Las razones de los profesionales médicos fueron, la disminución de los ingresos profesionales, la pérdida de libertad en el ejercicio y la posibilidad de una sobrecarga de trabajo burocrático. Con el tiempo estas razones se han recubierto con argumentaciones muy pensadas y elaboradas.

Despierta curiosidad la completa contradicción de un país que posee un nivel medio de vida alto y una de las medicinas científicas más desarrolladas del mundo. Desde el Informe Sanitario Nacional de 1935‑36 se conocen las exageradas proporciones que alcanza en los Estados Unidos la llamada «desigualdad humana ante la enfermedad y la muerte». El ingreso económico familiar que separa a los ricos de los pobres señala el límite entre dos mundos totalmente distintos desde el punto de vista de las estadísticas sanitarias. Las familias que no llegan a dicho ingreso padecen casi el doble de enfermedades crónicas que las que lo superan y un elevado porcentaje adicional de padecimientos incapacitantes. En las clases y minorías sociales más bajas, las tasas de mortalidad y morbilidad son las propias de los países subdesarrollados del mundo. En lo que se refiere a la esperanza de vida, lo vemos en el gráfico adjunto. Esa extremada desigualdad pesa en las cifras medias del país, cuyos indicadores sanitarios no están a la altura de su gran desarrollo económico, técnico y científico.

Fuente: National Geographic NGM Blog Central, «The Cost of Care».