Valencia historicomédica: Calle Dr. Romagosa

La calle Dr. Romagosa está en pleno centro de Valencia, en el distrito segundo. Limitada por la calle Pintor Sorolla en un extremo y por Sagasta, en el otro. Bueno, ahora han acortado la que era Sagasta, y el trozo en concreto donde termina Dr. Romagosa, le han puesto el nombre de ‘Niños de San Vicente Ferrer’, con escultura incluida. Está atravesada por otra calle de mucho tránsito de personas: Don Juan de Austria. Igual que ésta, la calle Dr. Romagosa es peatonal y de mucho comercio. Está situada, además entre dos edificios de El Corte Inglés. El primero que hubo en Valencia y el que llegó a ser Galerías Preciados en un tiempo. Muy cerca, en el extremo que finaliza en Pintor Sorolla, está el edificio histórico de la Universitat de València, en la calle Universitat.

El Dr. Romagosa es José Romagosa y Gotzens. Nació en Olesa de Monserrat (Barcelona) en 1820 y murió en Valencia en 1868. Realizó los estudios secundarios en Barcelona y obtuvo el grado de bachiller en 1836. Después hizo dos años de teología. Más tarde se trasladó a Madrid para estudiar medicina en el Colegio de San Carlos. Obtuvo la licenciatura en 1842 y un mes más tarde el grado de doctor. Su discurso tenía el siguiente título: La Medicina ¿ocupa con razón desde tiempos antiguos un lugar distinguido entre las ciencias?

En Madrid Romagosa fue discípulo y ayudante del conocido médico Joaquín Hysern y Molleras (1804-1883). Durante cuatro años estuvo de interno. El Cabildo de Sigüenza lo nombró su médico-cirujano y fue cargo directivo del Hospital de San Mateo de dicha ciudad.

En 1844 el ministerio lo nombró catedrático de ‘Anatomía topográfica, patológica y clínica quirúrgica, y vendajes’ del Colegio de Prácticos del Arte de curar, de Zaragoza. Ese mismo año fue nombrado académico de la Academia de Medicina de Barcelona. Tras una breve estancia en esta ciudad, en 1845 se trasladó a Valencia, donde ocupó la cátedra de ‘Clínica quirúrgica’ hasta su fallecimiento.

Romagosa fue seguidor de la mentalidad anatomoclínica que aplicó tanto a su actividad docente como a la práctica de la cirugía. Como profesor utilizó mucho el método francés consistente en presentar casos clínicos, a menudo con su correspondiente autopsia. Remodeló la sala de disección de la Facultad y reunió una buena colección de piezas anatomopatológicas. Asimismo, mostró interés en la anatomía patológica microscópica que incorporó a sus trabajos sobre tumores y a la enseñanza.

Como cirujano fue muy habilidoso y ganó prestigio entre los colegas y la sociedad valenciana. Mejoró el procedimiento de la amputación ideado por Diego de Argumosa (1792-1865), que utilizaba un colgajo triangular único anterior, que caía sobre los bordes de la incisión circular, cubriendo la tibia. Romagosa, para evitar que este colgajo se necrosara, modificó la línea de incisión cutánea en forma de muesca, haciendo desaparecer el repliegue anterior, una de las causas frecuentes de necrosis.

Romagosa también introdujo muchas reformas en el Hospital General de Valencia en lo que a asistencia y administración se refiere. Escribió Cirugía clínica, de la que sólo se llegaron a publicar las dos primeras entregas.

También fue decano de la Facultad de Medicina de Valencia, vocal de la Junta Provincial de Sanidad, así como de la de Beneficencia, y presidente de la Junta de Beneficencia del Hospital General. Fue condecorado con la Cruz de epidemias y Comendador de número de Isabel la católica, entre otras. Dió el discurso de apertura de curso en la Universidad de Valencia en 1852 sobre La alianza y estrecho lazo que une las ciencias divinas y las humanas.

Su cuerpo fue enterrado en el Cementerio Municipal de Valencia el día 2 de mayo de 1868.

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