El Instituto Médico Valenciano en 1907

El año 1907 también puede considerarse como normal en la vida del Instituto Médico Valenciano. El tema de buscar un nuevo local continuó siendo habitual en las juntas. Mientras tanto se renovó el salón de sesiones con  nuevo mobiliario y decoración, así como la limpieza de las lámparas. Se pagó con los intereses que había generado la cuenta de la Caja de Ahorros. También se despejó el asunto de la herencia del Dr. Röel. No se menionan cantidades, pero ya se convocaron dos premios bastante cuantiosos con cargo a la misma. La sesión aniversario estuvo dedicada al Dr. García Röel. El discurso, consistente en un análisis de su vida y obra, corrió a cargo del Dr. D. Vicente Carsí. Hubo alguna conferencia y actividad que no quedó reflejada en las Actas y que se conocemos gracias a los anuncios y reseñas de Las Provincias. Desde el mes de noviembre se inició el debate de un tema presentado por el Dr. Brines, relacionado con la deontología. Al no haberse conservado las propuestas, se hace difícil su seguimiento a través de las Actas. No obstante, se publicó un resumen y una especie de cartilla en La Medicina Valenciana. Finalizó el año sin que se hubiera acabado su discusión. Otro aspecto destacable fue la felicitación a Jaime Ferrán al haberle sido concedido un Premio de la Academia de Ciencias de París.

9 de enero de 1907, Junta directiva
Presidencia accidental del Sr. Villanueva.
Se analizó el encargo que se hizo en sesiones anteriores al Dr. Antonio Casanova, consistente en buscar presupuestos para la renovación del mobiliario del Instituto.
Se agradeció la excelente labor llevada a cabo y se aplazó el tema para una junta posterior.
Se aprobaron diferentes pagos.
Se recordó a los presidentes de las secciones que organizaran alguna conferencia. El Sr. López Vicente se ofreció a dar una en breve.

9 de Enero de 1907, Junta general
Presidencia accidental del Sr. Villanueva.
Se votó y admitió a los siguientes socios: Vicente Pallarés Iranzo y José Iranzo Valls, ambos licenciados en medicina.
Se recordó el asunto de las conferencias y se anunció que el Sr. López Vicente iba a impartir una en breve.

31 de enero de 1907, Junta directiva
Presidencia accidental del Sr. Carsí
El Sr. Tesorero presentó el estado de Caja. El año 1906 se cerró con un superávit de 36,79 pesetas. Respecto a la cuenta de la Caja de Ahorros dijo que en 1895 se inresaron 1958, 68 pesetas y que en la actualidad la cifra era de 2.789,65 pesetas, con lo que los intereses generados ascendían a la cantidad de 830,98 pesteas.
Se aprobó el gasto de encuadernación de seis volúmenes de Medicina, Clínica y Terapéutica de W. Epstein, y del Tratado de Terapéutica de Penzolt.
D. Antonio Casanova presentó los presupuestos de renovación del mobiliario del salón de sesiones, que fueron rechazados en totalidad excepto el que importaba 698 pesetas, que se abonarían de los intereses devengados de la cuenta de la Caja de Ahorros.
Se autorizó al Sr. Casanova a que llevara a cabo las reformas.

31 de enero de 1907, Junta general
Reingresaron como socios residentes D. Juan Moliner Roca y D. Rafael Cañizares Domingo.
Se propuso como socio a D. Francisco Mora Caldés.
Quedó enterada la Junta del estado de la Caja, existiendo a primero de enero la cantidad de 550,78 pesetas, con 36, 79 de superávit.
Se ratificó el acuerdo tomado en Junta directiva sobre la reforma del salón de sesiones así como el pago correspondiente.

27 de febrero de 1907, Junta directiva
Se informó del tema de la reforma del salón de sesiones y se acordó que se intentarían limpiar las lámparas de gas.
Se aprobaron pagos. Entre estos, la cantidad de 341 pesetas al notario Sr. Roch, por sus derechos y gastos de la escritura de incautación de la herencia del Dr. García Röel, a cargo de la misma.
Se acordó aplazar la Sesión aniversario, que coincidía con las fiestas de Pascua para otra fecha.
Se acordó manifestar el sentimiento del Instituto por el fallecimiento de los hijos de D. Constantino Gómez Reig y D. Agustín Trigo, nombrando una comisión para dar el pésame.

27 de febrero de 1907, Junta general
Se votó y admitió como socio residente a D. Francisco Mora Caldés, médico militar.
Se informó de la recepción del título de Patrono de honor de la Colonia Sanatorio de Fontilles, de San Francisco de Borja, para leprosos.
Se acordó hacer las gestiones oportunas para imprimir los títulos de socio.
Se comisionó al Dr. Carsí para encargar una fotografía del Dr. García Röel y para gestionar la inscripción de una lápida conmemorativa.
Se nombró una comisión formada por los Dres. Carsí, Torrens y el Presidente para elaborar el programa de premios.
El Sr. Carsí propuso que en la Memoria aniversario figurara en primera página una fotografía del Dr. García Röel.

26 de marzo de 1907, Junta directiva
Se acordó el pago de la factura de limpieza de las lámparas de gas.
Se acordó que constara el sentimiento de la Corporación por el fallecimiento de la Sra. madre de D. Daniel Ruíz Granería.

26 de marzo de 1907, Junta general
El Sr. Carsí dio cuenta de sus gestiones sobre la fotografía del Dr. García Röel, cuyo coste era de 75 pesetas, más un marco adecuado para que resultara ‘una obra artística digna del homenajeado’.

4 de abril de 1907, Junta directiva
No hubo asuntos que tratar

4 de abril de 1907, Junta general
Se recordó a los asistentes la necesidad de presentar comunicaciones o de organizar conferencias para dar vida al Instituto.

1 de mayo de 1907, Junta directiva
Se aprobaron diversos gastos.

1 de mayo de 1907, Junta general
La Comisión de premios propuso que el programa y temas fueran los mismos que el año anterior. Respecto a los premios Röel, se concedería uno de 1.500 pesetas a la mejor monografía sobre Topografía médica de uno de los municipios de la provincia de Valencia, correspondiendo a este premio un accésit con diploma con el título de socio de mérito y medalla de plata de la Corporación. Otro de 1.500 pesetas a una memoria sobre un tema de libre elección acerca de ‘Cirugía contemporánea’ con carácter de originalidad, con un accésit en las mismas condiciones que el premio anterior.
El Sr. Carsí informó de sus gestiones sobre la lápida homenaje al Dr. García Röel.

24 de mayo de 1907, Sesión inaugural aniversario de la Fundación del Instituto
Se dio lectura a las actividades realizadas a lo largo del curso 1906-1907.
A continuación el Dr. Carsí dio lectura al discurso dedicado a la Fundación Röel. “Comenzó biografiando a este ilustre bienechor que nació el año 1821 en Ceceda (Oviedo) y falleció repentinamente en Madrid el 20 de diciembre de 1895, relatando los títulos, méritos y servicios del biografiado”
El Sr. Carsí hizo un llamamiento a la clase médica valenciana para que acudiera a los certámenes que se celebraran cada año en homenaje al Dr. Röel.
Para finalizar el Presidente pronunció un breve y elocuente discurso agradeciendo el que había impartido el Dr. Carsí y la asistencia del numeroso público que llenaba el salón.

5 de junio de 1907, Junta directiva
Se aprobaron diversos gastos.
El Presidente informó de una casa que dejaba el Círculo de Bellas Artes que podía servir para trasladar la sesde del Instituto e invitó a los socios a que la visitasen.
El Sr. Carsí apoyó la idea, dijo que la había visitado y que consideraba adecuada para la Corporación. El Sr. Torrero preguntó si el nuevo alquiler no ocasionaría déficit. Le contestaron los doctores Carsí y Bort.

5 de junio de 1907, Junta general
El Presidente manifestó la necesidad cada día más apremiante de buscar un nuevo domicilio social. Dijo que había encontrado uno adecuado a lo que podía gastar la Institución.
Se nombró una comisión para llevar a cabo las gestiones compuesta por los Sres. Albiol, Casanova, Dalfo y Calatayud. Se acordó que al finalizar la sesión se trasladarían a ver la casa a la que se había referido el Presidente.

3 de julio de 1907, Junta directiva
No hubo asuntos que tratar

5 de agosto de 1907, Junta directiva
Presidencia accidental del Sr. Villanueva.
No hubo asuntos que tratar.

4 de septiembre de 1907, Junta directiva
No hubo asuntos que tratar.

1 de octubre de 1907, Junta directiva
La Presidencia se interesó por el discurso apologético. Dado que no se había entregado, se acordó mandar al conserje a casa del Sr. Cebrián para que recogiera el original.

18 de noviembre de 1907, Junta directiva
El Presidente explicó los motivos por los que el Sr. Cebrián no había podido entregar el texto del discurso. Su esposa se encontraba gravemente enferma. A fin de no interrumpir la marcha de las sesiones, propuso que éstas continuaran y que el discurso apologético tuviese lugar cuando el Sr. Cebrián pudiera.
El Secretario informó del abandono del cargo del Contador y propuso que lo desempeñara interinamente el Vicecontador. Se aprobó.
Se informó de que el Sr. Conder había enviado varios ejemplares de la obra Etiología de la pelagra, de Faustino García Röel. Se aprobaron algunos gastos.

18 de noviembre de 1907, Junta general
La Presidencia informó de los problemas surgidos en torno a la sesión apologética.
Se informó de la recepción de la segunda edición de la Terapéutica del doctor Peset Cervera. La Junta acordó agradecer el envío.
El Presidente convocó a Junta general para el 21 de noviembre en la que el Dr. Brines expondría una comunicación.

21 de noviembre de 1907, Junta general
Se propuso como socio residente a Julio Perales García, doctor en medicina; y como socio corresponsal a José M. Segura Martí, licenciado en medicina y residente en Bélgica.
A continuación el Dr. Brines expuso el tema Algunas bases para contribuir a la Deontología médica. Habló de dos grupos de relaciones: la de los médicos con sus clientes y las de los médicos entre sí. Invitó después a que los asistentes presentaran otro tipo de relaciones ya que entendía que todo lo que fuera suavizar asperezas, redundaría en beneficio del enfermo.
El Dr. Oliete señaló que había encontrado ‘pestificada’ la presentación del tema, ya que el mal era grave y difícil ponerle remedio. Dijo que le parecía mejor encaminar la discusión hacia el análisis de las causas que motivaban la falta de compañerismo y otras irregularidades en el ejercicio de la profesión, para descender después a las bases que deberían ser discutidas. Señaló que una de éstas era la falta de cultura en la clase médica, ya que la mayor parte de los compañeros desconocían sus deberes.
El Sr. Brines agradeció la intervención del Dr. Oliete y señaló que, efectivamente, faltaba una reglamentación en el ejercicio de la profesión.
El Sr. Pérez Fuster defendió la oportunidad del tema y apuntó la necesidad de que los profesionales dispusieran de pautas de conducta a las que amoldarse. Entró en el tema concreto de si los familiares debían estar durante la consulta de un enfermo con el médico. Él opinaba que sí o, en todo caso, preguntár si deseaban estar presentes.
El Sr. Brines manifestó su opinión a favor de lo dicho por Pérez Fuster. Hizo notar que en la base 9 sobre la forma de celebrar las consultas, se señalaba que ‘se procurará’ realizarlas estando solo médico y enfermo, pero no lo imponía.
El Sr. Chabás propuso que se dejaran las bases a disposición de los socios para que las pudieran estudiar con detenimiento. Declaró que encontraba muy difícil la solución del problema, ya que la principal dificultad estribaba en la ignorancia y olvido de la educación de algunos compañeros.
El Sr. Pérez Fuster señaló que no habría que hablar de ignorancia, sino de inmoralidad.
El Sr. Perales, al que se le concedió la palabra a pesar de no haber sido todavía admitido como socio, indicó que ya existía un buen código de moral médica, el código polonés, que había sido aceptado en la provincia de Castellón. Llevaba ocho años en vigor y había dado buenos resultados. Habló también de si podía existir una ‘moral sin sanción’, siguiendo en esto las doctrinas de Spencer (la moral sin sanción es inmoral). En Castellón, se aislaba al compañero incorrecto y se daba ocasión para abonar cantidades que se destinaban al Montepío.
El Dr. Oliete propuso que para la próxima sesión se discutieran las bases sin perjuicio de ocuparse más adelante de las causas que daban lugar al mal comportamiento de algunos médicos.
El Sr. Chabás dijo que Pérez Fuster no había interpretado bien lo que él había dicho. Lo resumió: ‘Se puede ser muy ilustrado y muy mal educado’.
El Sr. Pérez Fuster advirtió al Dr. Perales que el Instituto era una Institución científica y no podía imponer sanciones. Eso lo debía hacer el Colegio de Médicos.
El Sr. Chabás insistió en el hecho de que proceder de modo incorrecto no era precisamente por ignorancia ni por falta de educación, sino por exceso de mala fe.
El Presidente propuso que se discutiera la totalidad del tema antes que los detalles y en una próxima sesión. Así se acordó.

29 de noviembre de 1907, Junta general
Quedó enterado el Instituto de la invitación del Ateneo a la Sesión inaugural
Quedaron admitidos por unanimidad los socios residente y corresponsal D. Julio Perales y D. José M. Segura, propuestos en sesión anterior.
Continuó el debate iniciado en la sesión anterior. El Dr. Oliete señaló que debía empezarse por las relaciones entre los profesionales.
El Sr. Brines dijo que redactó las bases ateniendo a que primero era solicitado el médico que era cuando entraba en funciones y, además, algunas bases del segundo grupo estaban tan íntimamente relacionadas con las del primero, que al leerlas no se comprendían si no se estudiaban con anterioridad.
Oliete dijo que el médico debía estar ya preparado para saber a qué atenerse y poder obrar con mejor conocimiento de causa, “y como al rectificar el Sr. Brines dijo que éste no tenía inconveniente en principiar el debate según lo propuesto por el Sr. Oliete”. Así se acordó.
El Sr. Chabás dijo que la frase ‘debe intentar’ le parecía poco expresiva y la base debería redactarse de modo que se obligara al médico segundo a conferenciar con el compañero, averiguando la situación en que quedaba éste y únicamente dejar de realizar la consulta cuando se le presentaran obstáculos insuperables.
Oliete se opuso porque el médico al obrar de buena fe, realizaría la conferencia y en caso negativo no sería por culpa suya.
Perales señaló que la base debía ser concreta, debiendo los demás médicos negarse rotundamente a visitar sin la aquiescencia del de cabecera.
Brines invitó a los que impugnaron las bases, a que las redactasen de nuevo para encauzar mejor el debate.
Blanco, fundándose en que los enfermos ‘no nos pertenecían’ y el cliente podía prescindir de los servicios del médico o visitar los dos, propuso la redacción de la base del siguiente modo: ‘Cuando el primer médico haya de cesar, debe intentar la consulta el segundo sin obligarse, siendo aquélla preceptiva cuando han de visitar los dos’.
Perales rectificó diciendo que la consulta debía ser preceptiva o por lo menos autorización del de cabecera, por si el compañero no había quedado en buen lugar.
Oliete rectificó diciendo que el médico se debía al enfermo antes que al compañero y no debíane garse a asistir a un enfermo aun cuando hubiera quedado la familia mal con el compañero, por lo que defendió la base tal como estaba redactada.
Brines dijo que tal como estaba redactada, se entendía que visitaran los dos y defendió la frase ‘hacer todo lo posible’ en sustitución de la ‘debe intentar’, con lo que quedó aprobada la base con la adición por parte de la Presidencia con carácter provisional, lo mismo que las restantes para el caso que se halle en pugna con alguna otra y poder rectificarse relacionándolas.
Cumplido el tiempo reglamentario se dio por finalizada la sesión.

5 de diciembre de 1907, Junta general extraordinaria
Continuó el debate sobre Algunas bases para contribuir a la Deontología médica.
Leída la base segunda fue aprobada, después de manifestar el Dr. Brines que la redactó teniendo en cuenta la costumbre establecida. Torrero añadió que se debía aceptar la base desde el momento que se había aceptado que el cliente podía cambiar de médico.
Leída la base tercera, el Sr. Perales manifestó su opinión de añadir que el médico segundo debía dejar a su compañero en el lugar que le correspondía, sin fiscalizar sus actos.
Brines dijo hallarse conforme con lo expuesto por el Dr. Perales y que la base estaba redactada de tal forma que no se notara disparidad entre los dos compañeros. En otras bases se hacía constar que no podían censurarse los actos del compañero.
Chabás preguntó si este proyecto estaba redactado para médicos encanecidos en la profesión o para médicos nóveles con el objeto de que los guiara en todos sus actos. Si era el primer caso, debería sintetizarse y si era el segundo, ampliarse descendiendo a los detalles más pequeños.
Brines dijo que sus aspiraciones eran cambiar impresiones y crear opinión, sirviendo de pauta para los médicos más jóvenes. La Presidencia añadió que la Corporación debía legislar para todos los médicos, lo que no impedía que la redacción fuera detallada.
Se aprobaron las bases cuarta y quinta.
Se leyó la sexta. Brines reconoció la dificultad de demarcación del límite para censurar al compañero.
Perales dijo que en esta base se establecían las relaciones de los médicos a la cabecera del enfermo y no decía nada del perito ante los tribunales de justicia, pues en este caso la verdad debía ser escueta. Añadió que el perito médico debía criticar, no censurar las actas del otro perito en todos los sentidos.
A Brines le pareció oportuna la indicación hecha por el Dr. Perales y que podía incluirse en la base siguiente o formar una nueva.
Chabás dijo que no debía nunca censurarse al compañero sin estar éste presente ya que no podía defenderse.
Brines rectificó que Chabás había ido más lejos que él, revelando una nobleza considerable, pero con ello no se resolvían todos los casos, como por ejemplo el compañero ausente que explotaba la profesión.
Se acordó que Chabás, Perales y Brines redactasen de nuevo la base para discutirla.
Chabás se lamentó de la falta de concurrencia de socios a las sesiones a pesar de la importancia del tema.
Se acordó enviar un telegrama de felicitación en nombre del Instituto al Dr. Ferrán por el premio de la Academia de Medicina de París. La redacción fue confiada a los Sres. Chabás, Perales y Brines.

7 de diciembre de 1907, Junta directiva
Se acordaron diversos pagos.

7 de diciembre defenderse 1907, Junta general extraordinaria
Se propuso como socio residente a  D. Francisco Gimeno Marqués.
Se suspendió momentáneamente la sesión para la elección de cargos para renovar.
Los elegidos fueron:
-Vicepresidente: Vicente Carsí
-Secretario general: Manuel Olmos
Contador: Joaquín Iborra
Bibliotecario: Antonio Torrero
Presidente de la sección de Cirugía: Antonio Casanova
Presidente de la sección de Epidemiología: José Chabás
Vicesecretario de actas: Lorenzo Arroyo
Vicetesorero: Joaqu´incluirse Aguilar Jordán
-Como vicecontador, que resultó vacante, se designó a José Baldov´i.

12 de diciembre de 1907, Junta general ordinaria
Se acordó admitir como socio a Francisco Gimeno Marqués. Reingresaron como residentes Ramiro Ruíz García y Luis Riezo Mallach.
Se propusieron como socios residentes a Ramón Morant Giralt y Abel de los Ríos Fabregat.
Se dio lectura a los presupuestos para el siguiente ejercicio y se designó una comisión formada por Campos Igual, Ruíz y Perales para que los estudiaran y emitieran dictamen.
Se informó de haber recibido memorias que optaban a los premios. Una cuyo tema era ‘La tendonesis escapulo-humeral’ y la otra sobre la ‘Topografía médica de Manises’. Se designó a Colomer, Gómez Ferrer y López Rocicén para valorar la primera, y a Aveñó, Guillén Marco y Cubells para la segunda.
Se acordó entregar a los socios por orden de antigüedad las memorias disponibles sobre la pelagra, redactada por el Dr. Röel.
Chabás leyó el texto del telegrama de felicitación a Ferrán. Campos Igual solicitó que se leyeran escritos de dos periódicos de Barcelona en los que se regateaba el premio concedido a Ferrán.
Chabás señaló que se había acordado felicitar a Ferrán en términos positivos.
El Dr. Aveñó recordó los trabajos realizados por Ferrán durante la epidemia colérica.
Brines señaló que no debían discutir la personalidad científica de Ferrán sino felicitarle por el premio concedido por la Academia de París.
Ruíz afirmó que no debía darse crédito a las opiniones de periódicos políticos.
Finalmente se aprobó el texto que había redactado Chabás.
Siguió después la discusión sobre el tema deontológico. Brines se excusó de no haber llevado la base sexta, que quedaba para la próxima sesión.
Leída la base séptima, el Sr. Chabás señaló que la denuncia debía hacerse siempre ante el Tribunal competente judicial o médico. Brines señaló que debía ser potestativo y no preceptivo.
Perales manifestó que la base no excluía la denuncia y que lo que proponía el Sr. Chabás quedara para el final del proyecto.
Aveñó dijo que cuando se obraba de mala fe, debía perseguirse y hacerse la denuncia ante los tribunales.
Carsí afirmó que, por mimetismo de la ley, todo ciudadano tenía el deber de denunciar a los tribunales los hechos punibles, pero además de esto quedaba poder censurar al compañero, con cuyas aclaraciones quedó aprobada la base.
Leídas la octava y novena, fueron aprobadas.
A la décima adujo el Sr. Carsí que la familia tenía derecho a saber de qué enfermedad se trataba y hacer presente la discrepancia, aclarando el Sr. Brines que como estaba redactada la base no excluía el que dijera el diagnóstico al preguntarlo a la familia; lo mismo que el pronóstico, pues podía ocurrir que no viera el caso más grave que el otro (médico) y no convenía decirlo o no indicarlo la familia, pues ‘si decíamos que no estábamos de acuerdo, los interesados se asustarían sin beneficio para el enfermo’.
El Sr. Aveño dio su opinión de que como obligación moral el médico debía manifestar el pronóstico.
El Sr. Carsí propuso que se suprimieran las palabras diagnóstico y pronóstico haciendo constar la unanimidad de parecer en las indicaciones terapéuticas y si hubiera disentimientos, la familia tenía derecho a conocerlos.
A propuesta de la Presidencia se acordó que la familia tuviera derecho a saber lo fundamental, dejándose de nimiedades y, en caso de desacuerdo, que se le dieran las explicaciones basadas en esto.
Leída la undécima base, fue aprobada.
Transcurridas las horas reglamentarias se suspendió la sesión.

19 de diciembre de 1907, Junta general ordinaria
Se votaron y admitieron los siguientes socios: Ramón Morant Giralt y Abel de los Ríos Fabregat.
Se leyó el dictamen sobre los presupuestos y se aprobaron.
Ocupó la presidencia el Dr. Casanova.
Continuó el debate en torno a la Deontología.
Torrero señaló que el médico de cabecera no debía retirarse, habiendo conformidad.
Villanueva dijo que muchas veces la consulta era demandada por la familia por atender las habladurías de parientes y amigos a pesar de tener confianza en el de cabecera. En este caso debía hacerse tal ofrecimiento.
Campos Igual dijo que en el caso aislado de que se sientiera molestado el médico de cabecera, era cuando debía ofrecer el puesto.
Brines contestó que podía haber acuerdo sin implicar que llevara la razón, el de cabecera, pues el acuerdo se refería a lo que había que hacer en lo sucesivo; que casi siempre la familia pedía la consulta porque había desconfianza, y si el de cabecera no ofrecía el retirarse, debía la familia pagar los dos, pudiendo haber suficiente con uno. Pero si la familia decía que contiuaran, no habría caso, por cuyo motivo debía ofrecerse antes que la familia le retirara.
Villanueva se reiteraba en lo dicho y que si el médico de cabecera se retiraba, parecía que confesaba haberlo hecho mal y perdía la confianza de la familia. Sólo en el caso de que comprendiera que existía desconfianza, debía ofrecerse, y al retirarse, debía manifestar los motivos.
Brines señaló que el espíritu de la base se refería a que la familia le dijera al de cabecera que siguiera. Aceptada la enmienda de Villanueva, quedaba la base redactada así: ‘Tras la consulta, habiendo acuerdo, si éste ha sido solicitado por la familia y el médico de cabecera cree que ha sido motivada por desconfianza, ofrecerá retirarse, dejando para que continúe la asistencia el médico consultor, advirtiendo a los interesados la causa de ello’.
Leída la base catorce y tras varias intervenciones, se propuso aplazar su análisis a la espera de discutir las siguientes, con las que estaba directamente relacionadas.
Transcurrido el tiempo reglamentario, se cerró la sesión.

El Instituto Médico Valenciano en el Diario Las Provincias, en 1907

Éstas fueron las referencias que aparecieron en el diario Las Provincias sobre el Instituto. Una vez más, nos permiten conocer actividades que no quedaron reflejadas en las Actas.

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta general]
Las Provincias, 9 de enero de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta ordinaria]
Las Provincias, 27 de febrero de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano. [Conferencia de E. López Sancho: ‘Una nueva operación para corregir los prolapsos genitales’
Las Provincias, 6 de marzo de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Vicente Carsi hablara de ‘Un caso práctico de abceso de la lengua’]
Las Provincias, 23 de marzo de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Aniversario de su fundación. Vicente Carsí hablara sobre el Dr. Röel]
Las Provincias, 24 de mayo de 1907, p. 2

-Instituto Médico Valenciano
Las Provincias, 25 de mayo de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Conferencia de Vicente Brines sobre ‘Deontología médica]
Las Provincias, 17 de noviembre de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Continúa la sesión sobre deontología]
Las Provincias, 28 de noviembre de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Nueva Junta]
Las Provincias, 9 de diciembre de 1907, p. 2

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Un mensaje a Ferrán. Sigue la discusión del tema de deontología]
Las Provincias, 12 de diciembre de 1907, p. 1

-Sociedades. Instituto Médico Valenciano [Junta. Sigue el tema de la deontología]
Las Provincias, 19 de diciembre de 1907, p. 2

[Estas anotaciones se han podido realizar gracias al Proyecto de Investigación del Ministerio de Educación, HAR2008-04023].

Un comentario en “El Instituto Médico Valenciano en 1907

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